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•Ghost Town—Benson Boone.
•Diles—Malú.
•If you love her—Forest Blakk.
•La tortura—Shakira, Alejandro Sanz.

17 de julio, 2021

—¿No nos vamos a matar montando en ese hinchable?— pregunto a mi padre.

Hace alrededor de dos horas que todos nos hemos levantado y hemos salido de nuestras habitaciones para quedar en el restaurante por petición de nuestros padres. Y es que íbamos a ir a nuestra primera actividad en estos tres días.

Mi padre se ríe y niega con la cabeza.

—Tienes la oportunidad de tirarte por el tobogán que tiene la barca, si a eso lo llamas que nos vamos a matar.

Cierro la puerta del coche tras haber dejado la ropa para que no se moje. Por lo que estoy solo con mi bikini negro (por si no se ha dado cuenta, es mi favorito). Papá deja la nevera portátil en el maletero. Mientras, mamá le está echando crema solar por el cuerpo y la cara Alex. Me giro para mirar a mi hermano, quien ya tiene la cara algo blanca por la crema. Me río por la cara que pone.

—No te rías señorita, tu eres la siguiente— abro ligeramente mis ojos y lentamente me voy alejando de mi madre para que no me lo ponga ella, ya que siempre pone de más.

Aprovecho y agarro la otra crema y me echo yo. Al instante escucho como el coche de los Nash se coloca al lado del nuestro. Ellos han llegado más tarde ya que han tenido que bolver al hotel de nuevo porque se le había olvidado algo a Sarah.

—Ya estamos aquí— una alegre Adela se coloca a mi lado cuando se quita la ropa para quedar igual que yo.

—Ya era hora— bromea Zack. Adela entrecierra sus ojos hacia él. Zack sonríe.

—¿Ya estamos listos todos?— pregunta mi madre.

Todos asentimos. Sarah y mamá encabezan la marcha ya que son ellas las que encontraron esta actividad. Papá le tiende la mano a Alex, quien acepta gustoso, a la vez que toma un flash de naranja. Me hace gracia ver como mi pequeño hermano tiene que dar muchos pasos cuando mi padre solo da uno. Parece ser que me lee la mente ya que para a mi hermano para poder levantarle y llevarle en brazos. Alex nos mira y sonríe.

—¿Quieres que te lleve como tu padre lleva a Alex?— me asusto cuando Austin me habla al oído para que nadie pueda escucharle.

—Más te gustaría— le sonrío.

Siento como su mano se poya en la parte baja de mí espalda. Le miro al instante.

—Sí, es verdad.

—¿Siempre eres tan sincero y directo?

—Ya sabes la respuesta a eso, morena, no me gusta mentir u ocultarlo.

—Eso está muy bien— respondo.

Llegamos a una caseta blanca, ambos nos colocamos junto a los demás. Mi madre ha comenzado a hablar con el señor que se encuentra en el interior, que tiene ambas manos apoyadas en una especie de gran ventana para atendernos, escuchando atentamente a lo que ella dice.

Después de un rato el señor llama a otra persona y nos dirige hacia el lugar donde están todos los hinchables.

—¿Habéis alquilado uno o dos?— pregunto a Sarah cuando me he acercado a ella.

—Uno, ya son bastante grandes y seguro que entramos todos—asiento.

El encargado de estos hinchables comienza a arrastrar uno de ellos junto a otros dos de sus compañeros hasta llevarlo al agua, donde no pueda quedarse atascado. Antes de subirnos, nos explica algunas normas y por donde no podemos tirarnos. También nos habla del funcionamiento de la palanca para mover el hinchable. Les damos las gracias y comenzamos a subir. El primero que sube es Alex con ayuda de Zack. Comienzan a subir los demás hasta que solo quedamos Austin y yo.

Pienso en cómo voy a subirme ya que el agua me llega hasta los muslos y no tengo mucha fuerza para poder impulsarme bien.

—¿Quieres ayuda morena?— me pregunta Austin, quien está colocado justo detrás mía.

Miro por encima de mi hombro.

—Por favor, te lo agradecería mucho.

—Ya me lo agradecerás cuando no estemos con nuestras familias— me susurra antes de sentir sus manos en mí cintura e impulsarme hacia arriba, Zack me agarra de las manos para poder mantenerme en pie.

Me sorprende la facilidad que tiene para subirme como si yo fuera una pluma. Me giro para mirarle y veo como se impulsa con tanta rapidez. Yo eso ni en un millón de años podría hacerlo.

No seas pesimista, seguro que podrías hacerlo. Solo que eres muy vaga para practicarlo.

Peter se ha encargado de manejar el hinchable mientras que los demás por seguridad nos hemos sentado, porque todos tenemos algo en común y es que ya sea que nos pase mucho o no, somos unos torpes. Y todos hemos previsto que si nos quedábamos de pie, seguro que alguno caería al agua. Me fijo en que el hinchable que se ha alquilado tiene dos pequeños toboganes juntos, para que dos personas puedan tirarse al agua.

Peter coloca la palanca justo como el encargado le ha indicado y se levanta a la vez que nos dedica una sonrisa.

—¿Listos para probar el agua?

—Noa y yo seremos los primeros—dice mi hermano a la vez que me levanta y me carga como si fuera un saco de patatas.

El sube las escaleras a la vez que yo grito porque presiento que me voy a caer de su hombro. ¿Es que a parte de Austin, Zack también ha adquirido súper fuerza y yo no me he dado cuenta hasta ahora?

Zack se sienta en el comienzo del tobogan y me colocaca su lado. Él me dedica una sonrisa malvada.

—¿Lista, hermanita?

—No, ni se te ocurra, porque si no voy a...

Antes de que termine de hablar Zack ya se ha impulsado y me ha agarrado del brazo para llevarme también con él. Cierro mi boca y llevo mi mano libre a la nariz. Al instante siento como nos hundimos en el agua. Que este fría hace que se me quite el calor que tenía mientras esperaba a que ya pudiéramos bañarnos.

Saco mi cabeza del agua y al momento Zack hace lo mismo. Lo miro y entrecierro mis ojos a la vez que le salpico. El ríe. Nado de nuevo hacia donde están los demás. Austin y Adela han aprovechado cuando nos hemos quitado para tirarse ellos también. Intento subir a la plataforma pero solo lo consigo hasta la mitad de mi cuerpo. De cintura hacia abajo se ha quedado en el agua. Para añadir más cosas al problema, la parte de abajo de mi bikini se ha hecho mucho más pequeña por lo que ahora se me ve casi todo el culo.

Cruzo mis brazos en la plataforma y bufo. Es imposible subir.

—¿Todo bien por aquí?—Austin se coloca a mi lado para mirarme.

—Sí, estoy tomando el sol.

—No te pega ser irónica, morena, no me robes mi trabajo.

—Bueno, no puedo subir. Impulsame hacia arriba por fa— le pido.

—¿Tengo tu permiso para poner mis manos por debajo de tu bonito y llamativo culo?— pongo los ojos en blanco pero sonrío.

—Sí, Austin, es un detalle que me pidas permiso.

—Obviamente, estaría mal que no te lo preguntara, no soy quien para ponerte las manos encima sin tu permiso.

¿Puede ser más perfecto?

Eso me pregunto yo.

Siento sus manos en mis piernas, justo debajo de mi culo, como dijo. Cuando va a levantarme siento como sus manos suben a mi culo. Logro sentarme y me giro para mirarle, con las mejillas sonrojar.

—No lo hice a posta, solo que al subirte se me han resbalado las manos y...— le sonrío.

—No pasa nada— miro a mi alrededor para ver si hay alguien de nuestras familias cerca, cuando veo que no me imclino un poco hacia el—, además, no es la primera vez que me tocas el culo— me atrevo a decirle, aun con las mejillas rojas.

Me dedica una sonrisa de lado.

—Esta parte de Noa no la conocía, este verano estoy conociendo muchas facetas tuyas— sube y baja las cejas, río.

Termina subiendo a la plataforma cuando nuestros padres ya se han tirado por el tobogán y solo queda Alex por subirse. Sus manitas están sujetas en la barra de las escaleras. Papá le espera abajo pero Alex no sube. Él se da la vuelta cuando se da cuenta de nuestra presencia.

Astin— le mira y pone pucheros.

—¿Quieres que me tire contigo?

Alex le sonríe y asiente frenéticamente mientras que extiende sus brazos en su dirección.

—Ven aquí hombreton—Alex ríe y yo no puedo evitar sonreír.

Ambos suben al tobogán. Veo que Zack y Adela suben. Ayudo a mi amiga a subir. Ella se queda sentada en un lado y Zack se impulsa hasta mantenerse en pie en la plataforma. Me acerco a él. Le dedico una sonrisa antes de que, sin que se lo espere, le empuje para tirarle de nuevo al agua. Adela comienza a reírse.

—Que bien saben las venganzas— le digo cuando saca la cabeza del agua.

—Estamos en paz, hermanita.

—Me parece bien.

Volvemos de nuevo a la playa cuando han terminado las dos horas establecidas. Decidimos pasar lo que queda de mañana en la playa. Nos dirigimos hacia los coches para aprovechar a comer algo ya que todos estamos hambrientos. También aprovecho para volver a echarme crema solar. Me fijo en mi piel y en lo morena que está a diferencia de cuando llegamos a la casa del lago en Junio. Y es que mi piel se pone muy morena en verano. Me siento en el maletero del coche de mis padres para comer mejor. Austin me copia y se coloca a mi lado. Zack y Adela se encuentran en el otro coche, Alex sentado en una sillita flexible que le habíamos guardado y nuestros padres se encuentran entre ambos coches charlando.

Escucho como llega una notificación a mi móvil, lo saco cuando termino de comerme el bocadillo.

Notificación de Instagram. Un mensaje. Siento que por un instante mi corazón se para.

User456731: Cariño, he tenido que crearme otra cuenta porque en la anterior ya no me dejaba. ¿Por qué no me contestas a los mensajes?

Dejo de respirar. Esto debe ser una broma de mal gusto. Me quedo paralizada mirando el mensaje. ¿Quién es? ¿Por qué me está molestando? ¿Será una broma o parece que alguien de verdad se está obsesionando conmigo?

—¿Noa?— giro mi cabeza para mirar a Austin, quien me observa fijamente, le cambia las facciones de la cara cuando se da cuenta de cómo me encuentro—. Estas blanca, ¿Ha pasado algo?

Le tiendo el móvil para que pueda ver el mensaje.

—Es la segunda vez que me manda un mensaje, pero este ha sido por otra cuenta ya que en la otra le había bloqueado.

Austin presiona al botón del audio cuando termian de leer lo que está persona me ha mandado. Le va a mandar un audio. No será capaz.

Oh, ya ves que sí,  Noa.

—Hola, no se quien eres pero te agradecería que dejaras de molestar a mi novia, es muy incomodo tanto para ella como para mi que le envíes este tipo de mensajes— y sin más, le da a enviar.

Le miro con los ojos abiertos. Siento esos típicos nervios en mi estómago cuando le escucho decir "mi novia" aún cuando lo ha dicho solo para ayudarme.

—Mira, acaba de abrir el chat, si que le tienes pendiente de ti— intenta bromear.

User456731: Tu no eres su novio. Dejala en paz, es mía.

Austin sin más dilación se dirige a su perfil y le da a bloquear.

—Me acabo de dar cuenta que tienes un novio perdido y no me he enterado hasta ahora — sonrío a pesar de lo que acaba de ocurrir.

—Yo también, y yo que pensaba que estaba soltera.

Decidimos pasar el día en la playa, ya sea en el agua o fuera tomando el sol o jugando a las palas en la orilla. Es el único juego en que siempre gano y se me da muy bien junto con el voleibol.

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Acabamos de llegar al hotel, en una hora hemos quedado en la recepción para ir a un bar que hemos visto en la playa y que parecía tener muy buena pinta. Termino siendo yo la primera en ducharse así que elijo el conjunto de esta noche y me meto en el interior del baño.

Cuando me desnudo, me fijo que tengo ligeramente rojo los hombros aún habiéndome echado varias veces la crema. Es muy fácil quemarse en la playa, da igual cuánto te cuides la piel.

Tardo casi media hora en bañarme. Adela llama a la puerta, pidiendo que salga ya.

—Eres una tardona.

—No diré que no, aunque puedes pasar, solo tengo que vestirme y arreglarme un poco, aprovecha para ducharte, total, no es la primera vez que nos vemos desnudas.

—Cierto.

Tengo tanta confianza con Adela, que ya no me da vergüenza que me vea desnuda. Ella piensa lo mismo.

Adela abre la puerta cuando termino de hablar, en sus manos lleva también la ropa que va a utilizar para cenar esta noche.

Ella se mete en el interior de la ducha mientras yo saco el pequeño estuche de maquillaje que guardé.

—Por cierto, Jacob ha escrito por el grupo hace un rato— habla antes de encender el grifo y haciendo el agua choque contra el suelo de la ducha.

—Ahora miraré el chat.

Cuando he terminado de maquillarme, agarro el vestido y lo deslizo con cuidado por mi cuerpo hasta que está colocado a la perfección. Es bastante simple, color negro— como siempre— y de una sola pieza. Salgo del baño junto con mi bikini aclarado cuando termino de arreglarme. Salgo al pequeño balcón para tenderlo y que así se pueda secar.

Recojo mi móvil de la mesita de noche y veo, justo como dijo Adela, que Jacob ha mandado mensajes por el grupo.

Jacob: Hola chicas, ¿Qué tal?

Jacob: Hace unos días que no nos vemos, ¿Os apetece quedar un rato?

Adela <3: Hola Jacob :). Estamos pasando tres días en la playa, el día diecinueve volvemos, si quieres podemos quedar ese día.

Jacob: Claro, nos vemos ese día si queréis, y pasarlo bien por allí. Ya me contareis que tal lo pasasteis a la vuelta.

Yo: ¡Claro! Pásatelo bien tú también por allí.

Apago el móvil y lo tiendo en mi cama cuando escucho que llaman a la puerta. Un sonriente Austin se encuentra detrás de ella. El me recorre lentamente con la mirada, de pies a cabeza, sin hacer desaparecer su sonrisa.

—Preciosa, como siempre— le dedico una sonrisa.

—Tu también estas muy guapo.

Y es verdad, lleva unos pantalones vaqueros y una camiseta blanca de tirantes haciendo que se le marque los músculos de sus brazos y su abdomen.

—¿Y mi hermano?

—Duchandose aún, es un tardon.

—Como yo— como se nota que sois hermanos.

Lo más probable. Mejor yo no te pregunto por mi hermana porque ya me se la respuesta— me encojo de hombros.

Austin vuelve a fijarse en mi, en como voy vestida.

—Dios mío, morena, es que estas preciosa, no puedo fijarme en otra cosa que no eras tú—me alaga. Siento mis mejillas arder.

Se acerca un poco más a mí con una sonrisa ladeada. Yo no me aparto. Le miro directamente a los ojos.

—¿Me das un beso, morena?— me muerdo el labio, escucho aún el sonido del agua en el baño.

Me inclino un poco hacia él, sin apartar la mirada.

—Eso no se pide, se da directamente— le dedico una sonrisa angelical.

El niega la cabeza antes de poner su mano en mi nuca y tirar hasta que nuestros labios se han unido. Lamo mis labios cuando se separa. Es imposible no estar sonriendo como una tonta. Austin me hace sentir así, como si estuviera en una nube en el que mi corazón reacciona a él latiendo con rapidez.

Ambos nos miramos fijamente, casi con nuestros cuerpos pegados. Austin sube su mano que se mantenía en mi nuca hacia mí pelo para acariciarlo y poner un mechón detrás de mi oreja. Recorre su mirada por mi cara y forma una pequeña sonrisa.

La puerta del baño se abre, dejando salir a una Adela arreglada. Me doy cuenta que Austin y yo aún seguimos en la entrada de la habitación. Aún así no me aparto de él, pero ambos dirigimos nuestras miradas hacia donde ella se encuentra.

Ella nos observa como si lo que ve fuera normal, lo de cada día.

—Ya podemos irnos, tortolitos, aunque nos falta a Zack, ¿Dónde demonios se ha metido ese hombre?

—Tiene que haber terminado ya de bañarse.

—Es peor que Noa duchandose— bromea.

-—Yo solo me tomo mi tiempo— me defiendo.

—Doy fe de ello.

Salimos de la habitación, tras coger el móvil y la tarjeta de la habitación y meterlo todo dentro de un pequeño bolso. Vemos cuando Zack anda con tranquilidad por el pasillo.

—Hablando del rey de Roma— dice Austin.

—Aquí estoy— anuncia este.

—Venga, vamos, que llegamos tarde.

Y como dice Adela, si que hemos llegado tarde. Nuestras familias ya nos están esperando en el vestíbulo.

—Ya era hora— dice Sarah.

—Culpa de Zack— hablamos los tres a la vez, señalandole. El aludido entrecierra sus ojos, ofendido.

—Vaya, gracias.

Ambas familias nos dividimos para montar en los coches, cada uno con su respectiva familia. El bar que vimos en la playa ahora está casi lleno. Tenemos la suerte de que cuando llegamos aún hay libre varias mesas. Parece ser que a este bar le gusta a la gente venir.

Todos nos acomodamos en las sillas tras haber juntado dos mesas. Y como no, Austin aprovecha para sentarse a mi derecha, para que así el pueda descansar su mano en mi muslo.

Un camarero se acerca a donde nosotros nos encontramos para que podamos pedir lo que vamos a tomar. Cinco minutos después ya nos ha traído la bebida corresponderle. Miro a mi alrededor, el ambiente es bastante acogedor, ya que en un lado están todas las mesas y en el otro hay una pequeña pista otra poder bailar. Suena música de fondo haciendo que puedas cenar con tranquilidad y da mucha paz.

La comida pasa bastante rápido y muy tranquila. Nos sirven la comida y los chicos ya han ido al ataque. Saboreo la comida, que he de decir que está deliciosa.

La siguiente canción que suena cuando terminamos de cenar la reconozco al instante. Comienza a sonar la tortura una canción escrita en español que hace moverte todo el cuerpo.

—Querida y amada Adela, ¿te apetece bailar conmigo esta canción?— la pregunto cuando veo que la gente se anima a ir a la pista.

—Estaba esperando a que me lo preguntases.

Ambas vamos hacia la pista bajo la atenta mirada de nuestras familias. Bailamos juntas, giramos y reímos cuando nos chocamos. Estar alrededor de Adela es tener asegurado risas, diversión y comodidad. Tengo la suerte de tenerla como mejor amiga. Porque es la mejor de todas.

Bailamos hasta que nos duelen los pies. Amo pasarlo bien con Adela y se que eso es recíproco. Volvemos con nuestras familias cuando ya nos duelen un poco los pies de bailar y estamos sudando. Austin me tiende la bebida, a lo que le agradezco.

—Se te veía muy tranquila bailando— habla, cuando termino de beber

—Me encanta bailar con Adela.

-—A mi también me gusta bailar contigo, ya lo sabes— responde ella, a mi lado.

—Bueno, es mi turno bailar con una de las dos excelentes bailarinas— se levanta Zack, Adela le agarra la mano y tira de él de nuevo a la pista.

Yo aprovecho y me siento. Estoy agotada. Austin vuelve a poner su mano en mi pierna. Poco a poco nuestros padres se van levantando para irse a la pista a bailar junto con Alex.

Siento que Austin pone su mano en mi mejilla y para girarme la cara y así besarme. Cierro los ojos al instante, disfrutando del momento. Después de unos instantes se separa de mí para mirarme a los ojos.

—Como me dijiste antes, no te pido un beso, te lo doy directamente— sonrío.

—Y me hiciste caso.

—Claro.

—Me parece bien— me dedica una amplia sonrisa.

Me siento... feliz. Sigo sin creerme que este en este punto con Austin cuando llevaba años solo pensándolo, en mi imaginación, como si eso fuera imposible y ahora es mi día a día. No somos pareja, otro siento que ambos estamos dando pequeños pasos en esta extraña relación. Y esto me gusta. Mucho.

Hello ¿Que tal el capítulo?

Estoy muy inspirada con la novela ya que sé cómo van a ser los capítulos que quedan hasta el final y estoy muy feliz por tener esta inspiración ya que podré escribir mucho más sin tenerme que parar a pensar.

¿Quién será aquel desconocido que no para de enviarle mensajes a Noa?

Siempre leo vuestros comentarios e incluso os respondo y estoy viendo que en cualquier momento me asesinais como le haga algo a Noa JAJA.

Nos vemos en el próximo capítulo que se viene muy interesante :P

Pd: gracias por las 62k lecturas!!

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