18
Love on the brain— Rianna.
10 de Julio, 2021
Despierto de golpe cuando la puerta de mí habitación se abre con estruendo. Ambas familias entran dentro a la vez que gritan la canción del feliz cumpleaños.
Sí, hoy es mí cumpleaños. 19 años. ¿En qué momento se está pasando el tiempo tan rápido? Hace un día era una niña pequeña que disfrutaba saliendo a jugar a la calle junto a los chicos y con Adela. Y ahora soy una pequeña adulta que empieza a hacer su vida poco a poco.
—Feliz cumpleaños morena— Austin se acerca a mí para darme un beso cerca de la comisura de mis labios, le sonrío ampliamente.
—Gracias Austin.
—Venga señorita, vístete y baja ahora a desayunar, uno de los regalos va a venir en cualquier momento— habla papá después de darme un amplio abrazo.
—Entendido capitán— hago un saludo militar, a la vez que pienso que es lo que puede ser.
Todos desaparecen del lugar al cabo de un rato para tener privacidad y poder vestirme sin que nadie estuviera en el interior. Escojo un vestido verde con lunares blancos y un lazo entre medias de mis pechos. En el final del vestido tiene dos pequeños volantes de vuelo.
Dirijo mis pasos hacia el baño para cepillarme un poco mi cabello castaño. Tras terminar salgo descalza de la habitación para cumplir con lo que ellos me han dicho.
—¿Y Austin?—Pregunto cuando me siento en una de las sillas del comedor.
—Ha tenido que salir a buscar una cosa por lo que nos ha dicho— me responde Peter.
Mamá trae un plato lleno de tortitas y el bote de Nutella. La mejor combinación del mundo. Mis tripas rugen cuando me imagino probando aquel delicioso desayuno.
Llevo mi plato cuando termino de comer justo cuando el timbre de la puerta suena.
—¡Noa! ¿Puedes ir a abrir tú?— grita mi madre desde el salón.
—Voy— murmuro a la vez que me dirijo hacia la puerta para abrirla.
—Hola jovencita— habla mí abuelo antes de lanzarme hacia ellos para abrazarlos.
Ambos ríen con suavidad antes de envolverme en un gran abrazo.
—¿Qué hacéis aquí?
—¿Creías que no pasaríamos tú cumpleaños contigo?— cuestiona mí abuelo.
—No hace falta que hagas la pregunta si ya sabes la respuesta— bromea la abuela.
—Eso no es verdad— entrecierro mis ojos.
Entramos al interior para dirigirnos junto a los demás. Cuando Alex los ve sale corriendo en su dirección con sus pequeños brazos estirados en su dirección.
Mi madre se levanta para recibir a sus padres. Papá hace lo mismo, saludando con un apretón de manos al abuelo.
Justo cuando todos nos acomodamos en el sillón, la puerta de la entrada es abierta y la inconfundible voz de Austin se hace sonar por toda la primera planta.
—¡Ya estoy aquí!— nos sonríe a cada uno—. Hola abuelos postizos— les saluda.
Los aludidos sueltan una pequeña carcajada y mi abuela niega con la cabeza.
—Hijo, tu ya tienes a tus propios abuelos— pone mi abuelo los ojos en blanco.
Austin se acerca para saludarles con un abrazo.
—¿A donde has ido Astin?— pregunta mí hermano pequeño, diciendo en alto lo que yo estaba pensando.
—He ido a buscar una cosa a la ciudad.
—Por lo que yo sé, es muy bonito— sonríe pícara Adela, mirándome.
Alzo una ceja, confusa.
—¿Cuanto tiempo estaréis por aquí?— cambio de tema.
—Nos iremos por la tarde, ya que nos han dicho que tienes otros planes.
—¿Yo?— miro a los demás.
—Sí, te vas a venir conmigo— habla Austin, aún de pie.
El corazón me da un pequeño vuelco.
—¿A donde me vas a llegar? ¿Me vas a secuestrar?
—Si fuera a hacer eso no lo sabrían tus padres— me guiña un ojo.
—Bueno, ¿Que vamos a hacer en estas horas en las que estamos juntos?— el abuelo se frota ambas manos contra sí.
Tras decir eso, todo fue un caos en el buen sentido. Estuvimos jugando a juegos de mesa— y ya se sabe cómo acaba si yo participo porque soy una mala perdedora— en los que todos ganaron excepto yo. En la última partida (y creo que Austin lo hizo a posta ya que solo quedabamos jugando en la partida nosotros dos) gané. Me puse a aplaudir y a saltar. Todos reían ante mí espectáculo. Poco después todos— excepto Alex que era pequeño— apostamos que el que perdiera en la próxima partida del juego de cartas, los demás tendríamos que tirarle agua congelada o se debería comer la yema de un huevo.
Tuve demasiada suerte ya que el que perdió fue Zack. El decidió hacer la segunda opción. A todos nos dió un ataque de risa cuando casi le da arcadas comerse así el huevo. Las expresiones de Zack eran lo mejor de todo.
Hemos decidido no ir al lago ya que hoy no hacía buen día para pasar el rato allí. Así que hicimos las galletas caseras de la abuela— en el que tuvimos que echar a Zack y a Austin ya que estaban poniendo patas arriba la cocina porque empezaron a tirarse comida, y todos los demás acabamos salpicados también—.
Hace un momento Jacob me ha enviado un mensaje preguntando si se podía acercar para felicitarme, por lo que ahora estará de camino. Mis abuelos están recogiendo para irse en un rato.
Ahora mismo me encuentro a solas con mí abuela en la cocina. Ayudando a limpiar lo que quedaba. Ella para lo que está haciendo y me mira con una sonrisa.
—¿Que tal con Austin jovencita?— al instante mis mejillas se tiñen de rojo y me acerco con rapidez hacia ella.
—No lo digas tan alto, pueden escucharte— susurro.
Ella ha sido una de las primeras en saber cuándo Austin me empezó a gustar desde el primer momento, hace unos años, hasta ahora.
—Perdona hija, no controlo mi tono de voz— sonríe—. ¿Pero qué tal? Cuéntame, he visto que algo ha cambiado entre vosotros, ¿Ha ocurrido algo?
Asiento lentamente, haciendo que ella amplíe mucho más su sonrisa haciendo que ilumine su cara.
—¿Un besito? ¿Algo más?
—¡Ay abuela!— medio grito medio susurro. Ella ríe.
—¿Entonces sí?— vuelvo a asentir— Te noto algo insegura, noto tu cabeza pensar desde aquí.
—Simplemente no quiero que se fastidie todo.
—Sinceramente jovencita, disfruta de lo que queda de este día, que aún te queda lo que Austin te tiene preparado. No tengas miedo y arriésgate que estoy segura de que vas a salir ganando. No tienes porqué estar ahora sobrepensando en inseguridades que estoy convencida que no va a ocurrir. Ya se que te lleva gustando desde hace años y ahora es el momento para que los dos estén juntos. Disfruten ambos— acaricia con suavidad uno de mis brazos.
—Te quiero abuela— le doy un beso en la mejilla.
—Y yo a ti nietecita.
Me despido también del abuelo con un abrazo y un te quiero.
Jacob aparece por el porche que da al camino del lago al cabo de un rato. Va vestido con un pantalón que llega hasta las rodillas y una camiseta de tirantes blanca ajustada.
—Feliz cumpleaños Noa— se acerca para darme un cálido abrazo a lo que correspondo con gusto.
—Gracias Jacob, no hacía falta que vinieras solo para felicitarme, podrías haberlo hecho por mensaje.
—Siempre es mejor decirlo en persona.
—Sí, es verdad.
—Bueno, ¿Que has estado haciendo?— apoya su cuerpo en la valla, quedando cara a cara, mirandome.
—Han venido mis abuelos maternos y en unas horas Austin me quiere llegar a un sitio al que no tengo ni idea de que es ya que es sorpresa— Jacob arquea ambas cejas y cruza sus brazos sobre sus pecho.
—Ah, ¿Sí?
—Sí— me encojo de hombros.
—¿Te han regalado algo?— asiento, confirmando.
—Dinero, y Adela y Zack me ha dado un vale para ir a hacer surf a la playa— sonrío emocionada.
Los regalos me lo dieron al terminar de comernos las galletas. Todos nos sentamos en el comedor y mis padres y los de Austin y Adela me dieron dinero para que lo gastase en lo que quisiera o simplemente lo ahorrara. Poco después Adela y Zack me dieron un sobrecito con ese vale guardado en su interior. Me puse a saltar y a abrazarles. Quería probar a hacer surf, pero me daba respeto no mantenerme en la tabla y caer al agua.
—Nunca he hecho surf pero debe estar bien. Ya me contarás cuando vayas y me dices si me lo recomiendas o no.
—Claro, ¿Quieres entrar?— señalo la puerta, el niega.
—Que va, solo me había pasado para saludar, mi amigo y yo nos vamos a pasar la tarde y luego pasarnos por la discoteca en la ciudad que hay cerca de aquí.
—Pues pásatelo bien y ya nos vemos en otro momento.
—Claro— se despide con un movimiento de mano, a lo que yo correspondo haciendo lo mismo.
Entro dentro cuando él ya ha desaparecido del camino que unen cada casa.
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Salgo de la casa— no sin antes haberme despedido de mí familia y la de Adela— y me dirijo hacia el coche donde Austin me espera.
Hace una hora me dijo que me arreglara, que íbamos a ir a un sitio donde medianamente era elegante. Así que me decanté por un vestido de manga larga azul y que por la parte de mí espalda estuviera abierta hasta un poco por encima de mis gluteos y a juego un pequeño bolso negro. Adela decidió que me hiciera un moño junto con un poco de maquillaje.
Cuando me coloco en el asiento del copiloto, Austin recorre cada parte de mí cuerpo con su mirada y sin prisa alguna. Yo no desaprovecho mi oportunidad y hago lo mismo.
—Vas preciosa— confirma.
—Tú no te quedas atrás— le sonrío.
—Los dos preciosos— asiento, divertida.
—Bueno, ¿A dónde vamos?— hago mover mis pestañas con rapidez para intentar convencerle y que me lo diga.
—Ya lo sabrás cuando vayamos a llegar— me guiña un ojo y arranca el coche.
El recorrido hacia el lugar desconocido se pasa rápido y muy entretenido. Austin no para de hacerme reír o cantar juntos canciones que salen en la radio. No tocamos ningún tema en especial salvo lo de la música.
—¿Ya has decidido que hacer para lo de la música?— me dedica una rápida mirada antes de volver la vista a la carretera.
—Aún no, estoy pensandolo, se me ocurrirá algo.
—Acuerdate que el plazo máximo es en dos meses.
—Lo sé, lo sé, no pienso perder— digo con suficiencia.
—Estoy seguro del que perderá seré yo, tengo toda mí confianza depositada en ti.
—Si que tienes mucha fe en mí.
—Pues claro, estoy completamente seguro de que vas a conseguirlo.
Sonrío, feliz.
Gira hacia la derecha para poco después entrar a un cuidado parking donde se encuentra lleno de coches. Cuando aparca, se gira hacia mí y me mira.
—Bueno, ya es hora de decir dónde estamos— me inclino hacia él, interesada—. Te he traído para cenar en un bonito restaurante y te daré allí un pequeño regalo, y antes de que digas nada, ya se que no eres materialista, pero quería darte algo.
—Eso es muy bonito— sonrío, agradecida—. Y ya sabes cómo amo la comida. Gracias Austin, es un detalle por tu parte.
—No hay de qué, ahora vamos hacia el lugar.
Ambos salimos del coche y me indica hacia dónde se encuentra el lugar. Por fuera, el restaurante ya te da un aire a elegancia. ¿Cuánto costará cenar aquí? Pero lo mejor es el interior, cada casa que decora el lugar es precioso, y el toque de las plantas por todas partes lo hace mucho mejor.
Austin apoya una de sus manos en la parte central de mí espalda ( a lo que mi corazón reacciona con un pequeño vuelco) y me da una leve presión para acercarnos hacia la persona que se encuentra en frente nuestra, detrás de una especie de tribuna, quién nos mira con una sonrisa amigable.
—Buenas noches, ¿Tenéis cita previa?— Austin asiente y comienza a mostrarle el móvil donde indica la reserva.
—Perfecto, en un segundo vendrá un camarero para llevaros a vuestra mesa, disfruten de la velada.
—Gracias— decimos ambos al unísono justo, como el señor ha dicho, aparece un camarero para colocarse a nuestro lado y hace un leve movimiento para que le sigamos.
Nos sentamos en la mesa indicada, el camarero nos tiende la carta. La abro para observar con curiosidad que es lo que sirven. Abro los ojos al ver muy buenos platos, pero estoy indecisa de que elegir. No quiero hacerle gastar.
Levanto mí mirada hacia Austin. Él ha apoyado sus codos en la mesa y ha entrelazado sus dedos a la vez que me mira fijamente.
—Creo que te voy a dar ahora el regalo— comienza a rebuscar en lo que creo que es su bolsillo hasta dar con ello.
—¿Qué es?— pregunto como una niña pequeña.
—Descubrelo por tí misma.
Me tiende su mano para dar paso a unas cajita de color azul. La agarro con cuidado hasta tenerlo en mí poder. Vuelvo a mirar a Austin, quién observa con detalle como comienzo a abrirlo. Mí mirada se ilumina al ver lo que hay dentro.
Lo saco con cuidado de que no se caiga.
—Austin... esto es precioso— no puedo parar de sonreír.
Es un collar de plata donde lleva como accesorio dos letras: "N&A" cómo símbolo de nuestros nombres. Paso la lengua por mis labios y paso mis dedos por la cadena.
—¿Me lo pones?
—Claro— se levanta la silla y se coloca detrás mía. Extiende su mano y pongo en la palma de su mano la cadena.
Noto cómo esta se siente fría con el contacto directo con mí piel. Siento cómo sus dedos pasan por mí cuello hasta llegar a la nuca.
—Listo— vuelve a colocarse en su asiento.
El mismo camarero que antes nos ha acompañado vuelve a nuestra mesa.
—¿Saben lo que van a pedir?
Terminamos pidiendole recomendación de platos y por el nombre que nos ha indicado, tiene buena pinta.
—Veras Noa— comienza él, después de un rato charlando muy trivialmente.
Siento un nudo en el estómago cuando dice eso, y creo que es lo que quiere decir.
—¿Qué pasa?
—La cena tenía otro fin a parte de por tu cumpleaños— le miro, intrigada y algo nerviosa a la vez.
—Quería hablar contigo y aclarar de una vez por todas lo que está pasando entre nosotros y tanto tú como yo sabemos que no es lo mismo de antes— continúa, yo solo asiento, conforme.
—Sí, creo que este es un buen momento para hacerlo— comienzo a retorcerme un poco los dedos por debajo de la mesa, sin que Austin lo vea.
—No se si te arrepentirás o no de lo que ha pasado hace unos días entre nosotros, pero yo no Noa, desde el primer beso en el coche hasta ahora no he podido evitar estar pensando en tí y en lo ocurrido. Quiero aclarar que ya pensaba en tí desde que empezó el verano— sonríe, coqueto—. Pero no se qué está pasando, ¿Qué ha cambiado?
—No tengo ni idea, creo que fue el primer momento en el que chocamos el la puerta de mí habitación el primer día.
—Sí, creo lo mismo qué tú. Sólo quiero aclarar todo y ver sí esto puede continuar o cortar de raíz. Quiero que seas clara porque yo ya se lo que quiero. Me atraes y me gustas Noa y no tengo miedo de decirlo. Me ha costado admitirlo, no voy a negartelo pero quería decírtelo ahora— se interrumpe a sí mismo cuando dos camareros se acercan a nuestra mesa para dejar los platos, ambos les dedicamos un gracias antes de que se vayan—. No te pido que me digas lo que tú sientes, si esto recíproco. Tampoco te estoy pidiendo que te decidas ya y me lo digas. Ni tampoco te estoy proponiendo que seamos pareja o lo que sea. Sólo no quiero ilusionarme. No hace falta que lo digas ahora, pero quiero saber si vas a pensarlo o desde ya me dices que no y así poder cortar de raíz lo que esté ocurriendo entre ambos.
Mi corazón late con rapidez.
—Yo...
Intento decir algo, lo que sea, pero no sale nada por mí boca. Intento decirle que es recíproco, qué el también me gusta, pero no puedo. ¿Por qué no lo digo ahora que tengo la oportunidad?
Austin me mira, pareciendo comprender algo que no es, algo contrario a lo que estoy pensando ahora mismo. Mira hacia su plato y comienza a comer. Hago lo mismo, mirándole. Pero él no me la devuelve.
El resto de la cena de hace corta, pero incómoda ya que intento hablarle, decirle cualquier cosa. Pero sigo sin atreverme. Me duele un poco el corazón por ser una cobarde, por no decirlo, pero es que no me sale y eso es lo que más me duele.
Cuando llegamos de vuelta a la casa consigo pararle en la puerta, antes de entrar.
—Austin, yo...
—No pasa nada morena— sonrío, pero parece forzada—. Volveremos a ser amigos, solo quería aclararlo hoy y siento si se ha fastidiado lo que quedaba de tu cumpleaños.
—No, pero...
No me deja terminar ya que abre la puerta y las voces de nuestras familias inundan el lugar, él se dirige hacia esa. No soy capaz de dirigirme hacia ellos así que voy directa hacia mí habitación.
Holiss, ¿Qué tal el capítulo? 🌚
Siento haber publicado el capítulo más tarde de la hora pero es que antes no podía haberlo escrito y no lo tenía terminado, pero siempre intento de que haya cap en los días estipulados.
Este final y como acaba está conversación me ha dado la idea una de las lectoras que me dejó el comentario en capítulos anteriores (agradecérselo a ella jeje) :)
Ya veremos lo que pasará en los próximos capítulos.
Como siempre estoy super agradecida por todo el apoyo que está teniendo CAA y estoy demasiado feliz por tener a las mejores lectoras del mundo y que poco a poco se vaya haciendo un hueco esta novela en Wattpad. MIL GRACIAS POR LAS 34K LECTURAS, OS AMO AAA-
¿Suposiciones de los próximos capítulos? :)
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Nos vemos el viernes <3
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