Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15

1 de Julio, 2021

—Y eso es todo lo que ocurrió esa noche— termina Adela.

Llevamos en el mismo lugar por lo que creo que es más de una hora. Miro con la boca abierta a mí amiga. Ella solo se sonroja.

—Vale, esto es demasiada información que analizar, sabía qué pasaría pero no esa noche.

—Yo tampoco me lo esperaba.

—Te ha gustado, ¿No?— Adela asiente—. Entonces me alegro porque sé qué querías y simplemente surgió. ¿Pero hay algo más verdad?

—Estamos comportandonos diferente a cómo estabamos antes— se lamenta.

—En eso también me había dado cuenta, incluso tu hermano.

—¿Se lo habrá contado Zack a…?

—No tengo ni la menor idea, digamos que yo tampoco he intercambiado muchas palabras con Austin. No porque me sienta incómoda a su alrededor, sino porque no sé, espero qué él no esté arrepentido de lo qué ocurrió.

—Creeme que no— asegura.
Me encojo de hombros.

—Venga, vamos a terminar de dar el paseo— me levanto del suelo y me sacudo el culo para limpiarlo.

—Ayudame— pone pucheros y extiende una de sus manos. Pongo los ojos en blancos y la ayudo.

—¿Estás preparada para el 4 de Julio?— digo emocionada.

—Aún quedan tres días, pero sí, necesito que llegue ya.

—Y comer algodones de azúcar— me lo imagino y se me hace la boca agua.

—No digas más que me va a entrar hambre— me regaña.

—A sus órdenes Adela.

El resto del camino nos la pasamos planificando una boda en broma y cómo lo organizaríamos.

—Obviamente la novia tendría que destacar. Las damas de honor de ella tendrían que ir conjuntadas y con bonito recogido.

—Y los que acompañen al novio tiene que ir con unos bonitos y ajustados smoking— agrega ella, feliz.

—Tienes un problema con los hombres que llevan trajes, ¿Eh?

—Sí— río—. El primer paso es saber reconocerlo. No como tú, que a tí también te encanta que lleven trajes— niego—. Bueno, más bien solo una persona en especial.

Pongo los ojos en blanco.

—Y me lo dirás tú— me burlo.

—Claro que sí mujer, no pasa nada admitirlo. A Zack le quedan de diez los trajes— asiente, contenta.

—Bueno, vamos a continuar planificando— cambio de tema.

Durante todo lo que queda del camino nos dedicamos a crear la velada, la tarta y cómo sería la decoración. Siendo sincera fue bastante gracioso y divertido.

—Buenos días— saludamos ambas con energía cuando entramos por el comedor.

Están todos con cara de dormidos excepto Austin, que se ve bastante despierto.

—¿Un buen paseo?— nos pregunta, sin apartar su mirada de mí.

—Sí— respondemos ambas al unísono.

—¿Por dónde habéis ido?— me pregunta papá cuando termina de darle un sorbo a su café.

—Hemos rodeado todo el lago.

—Y había un paisaje precioso— agrega Adela.

—Anda que avisáis— se une Zack a la conversación a la vez que se revuelve el pelo.

—Por que estabas durmiendo— le recrimina Adela.

—Da igual, me hubiese despertado temprano para ir con vosotras.

—Y yo— agrega Austin.

—Lo tendremos en cuenta para la próxima vez— respondo.

Dejamos que los demás terminen de desayunar y nos dirigimos hacia el salón para sentarnos. Me tumbo ocupando uno de los sillones por completo y Adela me imita con el sillón que queda.

Poco a poco todos entran al salón y nosotras tenemos encogernos para entrar todos.

—Mamá— llamo su intención—. ¿Se tiene algo planeado para hacer el cuatro de julio?— pregunto cuando el recuerdo de los algodones de azúcar asaltan mí mente.

—En realidad, sí—sonríe— ¿Te acuerdas la ciudad en la que hemos ido dos veces para celebrar ese día?— asiento—. Pues hemos pensado en ir desde por la mañana y volver de noche.

Adela me mira, sonriente.

—Eso estaría muy bien.

—¡Fegos! ¡FEGOS!— Chilla Alex feliz y aplaudiendo.

Mila sale corriendo hacia él a la vez que mueve todo su cuerpecito. Alex la abraza y comienza a jugar con ella en el suelo.

—Sí Alex, fuegos artificiales— le dice Zack, a mí izquierda.

—¿Pasar todo el día allí? Me parece bien— habla Austin a mí derecha.

Noto cómo el peso de su brazo se mantiene por encima de mí cabeza.

—A mí también, nunca habíamos estado tanto tiempo allí— apoyo.

4 de Julio, 2021

Espero sentada en el sillón, coloco mejor mí vestido amarillo floreado. Cruzo mis piernas, esperando a que bajen los demás. Hoy es uno de mis días favoritos. 4 de Julio. Y se resume a la feria, fuegos artificiales. Montar en la noria. Los juegos. ¿Que hay mejor que eso? Hemos quedado todos en diez minutos donde yo me encuentro ahora.

Es por la mañana. Decidimos el día en el que Adela y yo fuimos a pasar en que haríamos un viaje hasta el lugar a donde siempre hemos ido. Donde no hay mejor lugar que celebrar este día que allí. Al estar más cerca de allí no será el mismo tiempo que si fuésemos desde Cold spring. Es por eso que pasaremos allí el día aunque sin disfrutar de la playa que hay en la ciudad. Quedamos en que iríamos en este verano otra vez.

Apoyo mí cabeza en el cómodo respaldo y me cruzo de brazos. Dejo el móvil en mi regazo y cierro los ojos, esperando. Han pasado lo que creo que son cinco minutos cuando escucho un carraspeo y acto seguido como a mí derecha se hunde un poco el sillón.
Entrabro mis ojos para ver a un sonriente Austin mirándome.

—¿Pasando el rato?

—Por supuesto, tardáis mucho.

—Y tú qué terminas antes.

—Me gusta hacer todo con tiempo— me quejo.

—Y eso está bien, pero luego siempre te toca esperar.

—La única desventaja que tiene.

—También es verdad— se cruza de brazos, imitando el mismo gesto que yo. Eso hace que se marque más de la cuenta sus músculos. Me da un vuelco el corazón.

Lleva una camiseta blanca ancha y unos pantalones negros junto con una gorra roja.

Aparto mí mirada de él y la dirijo hacia el pasillo cuando escucho voces y pasos en la escalera. Me levanto del sillón y me dirijo hacia allí. Noto cómo Austin me sigue de cerca. Le miro por encima de mí hombro. Me paro de golpe para girarme hacia él.

—¿Me estás mirando el culo?— arqueo mis cejas. Austin me sonríe inocente.

—Sí— le miro con la boca abierta.

—¿Cómo que sí?

—Solo te he sido sincero— se acerca a mí y pasa uno de sus brazos por encima de mí hombro y me insta a andar hacia la entrada.

—Demasiado— apoyo.

Nuestras familias terminan de bajar las escaleras y se reúnen a nuestro lado.

—Ya estamos todos— Austin anuncia.

—¿Estáis listos?— pregunta Peter y todos asentimos. El hace un movimiento de cabeza, conforme.

Salimos todos y nos dirigimos hacia ambos coches mientras que mí madre cierra la casa. Papá arranca el coche y Alex, Zack y yo nos metemos dentro de los asientos traseros.

Cuando ya nos hemos colocado, me giro un poco para mirar a mis hermanos a la vez que se sienta mí madre en el asiento del copiloto.

—¿Listos?— respondemos al unísono con un sí.

Creo recordar que el viaje dura casi dos horas, por lo que llegaremos directamente para comer en algún restaurante del lugar. Era la primera vez que íbamos a pasar el día entero allí. Sólo hemos venido dos veces ya que las demás lo hemos celebrado en Cold Spring. Pero si se daba el caso de que hiciéramos este viaje para celebrarlo aquí siempre llegábamos al final de la tarde, solo para disfrutar la noche y volver de vuelta a casa.

La primera parte de la hora la paso jugando con Alex y bromeando con Zack. Salgo del coche y me estiro— mí madre llamo a Sarah para decir que nos íbamos a parar en la próxima gasolinera que nos encontrásemos ya que Alex necesitaba ir al baño—. Mí hermano pequeño sale del interior y poco después Zack, quien se queda a mí lado mientras que mí padre acompaña a Alex al baño.

—¿Te apetece algo de comida?— me pregunta—. Te lo digo porque voy a ir a comprarme algo.

—Te acompaño— le sonrío inocente.
No me puedo negar a que me invite algo mí querido hermano mayor.

Entramos dentro de la tienda y recorremos los cortos pasillos que hay. Agarro una bolsa de ruffles y Zack otra de Doritos. Siempre tenemos el mismo vicio con esta comida.

Nos acercamos al cajero y el paga lo que hemos agarrado.

—Gracias hermanito— le digo cuando salimos.

Me pongo de cunclillas para darle un beso en la mejilla y abro la bolsa. Zack me roba unas pocas.

Adela y Austin se encuentran apoyados en el coche de sus padres. Ellos también decidieron pararse junto a nosotros.

Nos dirigimos hacia ellos y yo me coloco al lado de Austin. Sigo teniendo la misma sensación cuando estoy cerca de él desde que nos besamos. Pero me obligo a ignorar ese sentimiento para seguir como antes. Él mete la mano dentro de la bolsa. Le doy un golpe en ella.

—¡Oye! Es mío— le miro, él me sonríe.

—Comparte un poco anda morena— entrecierro mis ojos hacia su persona pero termino accediendo y le dejo que agarre unas pocas.

—Gracias morena, que amable de tu parte.

—Eres un privilegiado, no a todo el mundo le dejó agarrar ruffles de mí bolsa.

—¿Ah sí? Entonces yo soy feliz porque me dejes ser parte de los privilegiados.

—Llevas siendo privilegiado en otras cosas desde hace bastante tiempo.

—¿Cómo en qué?

Me muerdo la punta de la lengua, sin apartar mí mirada de la suya.
Me encojo de hombros.

—Descubrelo— me dedica una sonrisa ladeada.

—Me encantaría morena.

Nuestros padres salen de la tienda tras haber estado comprando o yendo al baño. Cada uno entramos en el coche correspondiente. Pero esta vez le cedo el sitio a Alex para que se duerma en la hora que queda. Por lo que yo me quedo en el centro y a mí izquierda Zack.

—¿Me contarás qué te ocurre con Adela?— le susurro después de un rato, para que nuestros padres no nos escuchen.

—¿Y tú a mí lo de Austin?

—Te he preguntado yo primero— bufa.

—Ella me atrae.

—¿Sólo atraer?— enarco una ceja.

—Me gusta.

—¿Mucho o poco?

—¿A tí te gusta Austin mucho o poco?— contraataca.

—¿Qué andáis cuchicheando?— nos pregunta papá, mirándonos desde el espejo retrovisor.

Ambos nos callamos a la vez.

—Nada— respondemos al unísono.
Papá niega y vuelve la vista a la carretera.

—¿Entonces mucho?— vuelvo a susurrar después de unos segundos.
Zack me mira fijamente y aprieta los labios.

—¿Eso es que sí?— sonrío ampliamente.

—No pienso responder a eso.

—Vale, te gusta mucho— confirmo.

—Solo somos amigos.

—Claro.

Pone los ojos en blanco. Pero me vuelve a mirar y sonríe inocentemente.

—¿Y con Austin qué tal?

—Cómo siempre.

—Besarse no es como siempre.

—Y tener relaciones sexuales no es ser solo amigos— se la devuelvo.

—No concreté si era amigos con derecho o no— me río.

—¿No paso nada más entre vosotros desde la discoteca?— vuelve a hablar, curioso.

—No.

—Que raro…

—¿Por qué lo iba a ser?— arrugo el entrecejo.

—Nada, nada.

Me encojo de hombros y agarro mí mochila para buscar mis cascos.

—¿Quieres escuchar música?— le tiendo un casco y el lo acepta.

Lo pongo aleatorio y comienza a sonar el ritmo de lovely. Me gusta muchísimo como lo canta Billie y Khalid. Canto en susurros. Mi parte favorita es la final, es la que más paz me da de toda ella.
Zack agarra mí móvil para mirar que música tengo. Presiona una a la que la reconozco al instante. Train Wreck es una canción que tiene tanto sentimiento en los minutos que dura que me llega de verdad al corazón.

Lo que queda de trayecto se pasa bastante rápido. Zack y yo la pasamos poniendo música y enseñando al otro nuevas.

Cuando llegamos nuestras piernas están dormidas y mi móvil con menos batería. Me levanto para dejar de estar apoyada en el hombro de mí hermano.
Guardo mí móvil dentro del bolso cuando lo pongo en el cargador portátil que traje por sí acaso.

Como se predijo, era la hora de la comida. Peter y Sarah les pasaron a mis padres un bonito y barato restaurante que había cerca. Nos pusimos en marcha hacia allí.

El lugar estaba casi lleno cuando entramos, por suerte había unas cuántas mesas libres y pudimos comer allí.

—¿¡Eres Emma Moore!?— mí madre se gira hacia la voz que la llama desde detrás nuestra.

—Sí, la misma—sonríe calidamente a la chica. Quien debe rondar los dieciséis años más o menos.

—Ay madre mía, ¡Amo tus libros! ¿Podría hacerme una foto contigo?— habla con la voz aguda. Se nota que está nerviosa.

—Claro— mí madre se gira hacia mí—. ¿Haces tú la foto cariño?

—Claro mamá.

La chica me tiende su móvil y hago varias fotos.

—¡Muchas gracias!— se despide con un movimiento de mano y una sonrisa y se dirige hacia un grupo, lo que creo que serán sus amigos y se sienta.

Sigo sin acostumbrarme a que muchas veces paren a mí madre para hacerse fotos con ella. Aunque estoy muy orgullosa de todo lo que ha conseguido.

Volvemos a emprender nuestro camino hacia la mesa indicada. Soy la primera en sentarme. Austin con velocidad se sienta a mí derecha y Zack a mí otro lado. Adela en frente de mí hermano y a su lado Alex. En los asientos libres se sientan nuestros padres.

Pedimos la comida cuando un camarero se acerca a nosotros. Dejo mí bolso encima de mí regazo y tomo un sorbo de agua. Charlamos y reímos con las tonterías de los chicos. Eso es en lo que se resume la comida. También en decidir que hacer en la tarde. Y por mayoría absoluta se acordó en conocer la ciudad con detalle.

Hasta entrada la noche no paramos de recorrer cada calle y entrar a tiendas. Llega un momento en el que debemos descansar porque nos dolían los pies. Así que también tomamos un helado en una tienda que había cerca de la playa.

Damos un paseo por la orilla cuando descansamos por petición de Alex. Me agarra de la mano. Ríe y salta cada vez que viene una pequeña ola y yo sonrío, contagiada por su felicidad. Porque para él, una cosa tan pequeña le hace muy feliz. Alex tiene demasiado energía y se la contagia a todos los que están a su alrededor.

Nos dirigimos hacia un paseo marítimo que hay diez minutos desde donde nosotros estamos cuando nos entra el hambre. Son cerca de las nueve de la noche. Como cada año, los fuegos artificiales empiezan a aparecer por el cielo sobre las nueve y veinticinco y yo me muero de ganas de verlo. No es lo mismo verlo en la televisión en Cold spring que ahora en persona que es mucho más impresionante.

Nos acercamos hacia una caseta de hotdogs y pedimos uno para cada uno.

—La mejor comida que se puede pedir— digo después de pegar un mordisco y saborearlo.

—Coincido contigo— se apoya Austin a la valla en la que yo me encuentro respaldada.

—Pero espera a que los demás tengan su comida señorita— me regaña mí madre cuando se acerca a nosotros.

Austin para de masticar cuando lo dice. Mamá le mira y le señala con su dedo índice.

—Tambien va para tí Austin— contengo una carcajada.

—Eso Austincito— le digo cuando mí madre no puede escucharnos.

—Es Austin.

—Austin…— el sonríe, contento—…cito.

Él bufa y yo río, divertida.

—¿Algún día dejarás de llamarme así?

—No, es divertido cómo te molesta el apodo.

—¿Y sí te dejo yo de llamarte Morena?

—Sabes que no lo harás.

—¿Ah, no?

—No, te gusta demasiado llamarme así para dejar de hacerlo.

—Es cierto— me dedica una pequeña sonrisa.

Se acercan todos los demás y por fin podemos seguir comiendo los hotdogs. Vemos cómo poco a poco este muelle comienza a inundarse de más gente para ver los fuegos artificiales.

Llega un momento en el que todos nos hemos esparcido por el lugar acompañados de alguien.

Y adivinen con quién nos hemos quedado nosotras.

—Morena, ven— agarro la mano que me tiende y comenzamos a esquivar a todas las personas. Justo como en la discoteca.

Llegamos al final del muelle y quedamos en una esquina. Empujan a Austin haciendo que se pegue a mí. Se gira y maldice a la persona que lo hizo.

—Parecen cavernícolas empujando a todo el mundo— me río a carcajadas.

Miro al mar cuando todo el mundo comienza a vitorear. Veo de reojo como Austin me mira fijamente.

Los fuegos artificiales comienzan a iluminar el oscuro cielo. Cada uno es de diferentes colores y cuando todos ellos empiezan a explorar el cielo hace una preciosa mezcla.

—Noa…

—¿Sí?— susurro, vuelvo a mirarle.

—Voy a besarte— no me da tiempo a responderle ya que cumple con lo que me dice.

Instantáneamente me pongo un poco de cunclillas para estar más o menos a la misma altura y apoyo mí mano en su nuca. Un beso cálido, suave.
Tres besos. Pero puedo decir que me gusta besarle. Aunque no pienso decirlo en voz alta. Pueden llegar a ser un vicio. Pero tengo miedo de que esto se quede solo en eso. Besos.

Apoyo mí mano en su nuca. Austin inclina su cabeza hacia un lado y me besa con más intensidad.

Paso mí mano de su cuello a su cabello y tirar un poco de él y devolverle el beso con la misma intensidad. Austin deja sus manos en mí cintura y da un último paso para que nuestros cuerpos estén pegados por completo. Rodeo su cuello con mis brazos.

—Me gusta besarte— dice para volver a hacerlo. No puedo evitar sonreír.

Él parece notarlo porque dirige su mano a mí cuello y presiona con suavidad a la vez que me besa con fuerza cuando he quitado mis brazos de él. Jadeo con suavidad. Apoyo mí mano en su duro pecho.

Los fuegos artificiales siguen sonando junto con el ruido de todas las personas. Pero yo sigo en la misma burbuja, disfrutando en este mismo instante de los besos de Austin.

Me separo de él, justo cuando acaban. Respiro con dificultad, abro los ojos y le miro. Intento controlar los desenfrenados latidos de mi corazón, pero me es imposible.

Vuelvo a cerrar mis ojos y apoyo mí cabeza en su pecho. Intentando controlar todas las emociones que siento en estos instantes. Inspiro con profundidad.

—Tenemos que hablar de esto, Austin— digo, después de un rato. Me separo de él.

—Sí, pero no ahora. No esta noche—Suspiro.

—Vale.

Levanto mí mirada para observarle. El sigue manteniendo sus manos en mí cintura. Me da un corto beso.

—Venga, vamos a buscar a nuestras familias— asiento.

Terminamos encontrandolos en la entrada del muelle.

—¿Dónde estabais?— pregunta mí padre, alzando una ceja.

—En primera fila para verlo— responde por mí Austin.

Papá nos mira a ambos fijamente y termina asintiendo, no muy convencido. Miro a Austin, quién está a mí derecha.

Tarde o temprano tendremos que hablar de esto, ¿Verdad? Porque los amigos no se besan si no hay algo más que amistad entre medias.


Holisss, ¿Qué tal el capítulo de hoy? Ya hemos entrado a Julio en la historia 🌚

Como dije por mí Instagram, CAA tendrá entre 30 y 40 capítulos.

Nos vemos en el próximo capítulo <3

Mis redes para más contacto:
Instagram: itssbellabooks_
Twitter: teenagerwriter_

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro