Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12 (Parte III)

Playlist para poner con este capítulo para mayor disfrute:

•I'm an Albatraoz— AronChupa.
•Right Round— Flo Rida.
•Infinity— Jaymes Young.
•Love in the dark— Adele.
•I see red.

PARTE III

29 de junio, 2021

—Ellas te han dicho que no, déjalas en paz, ¿O no te ha entrado en la cabeza hueca que tienes?— habla un chico, que se ha colocado junto a nosotras.

—¿Y tú quien eres? ¿Su ángel guardián?— vuelve a burlarse.

—No, pero soy el que va a llamar a los guardias de seguridad para que te echen de aquí— se cruza de brazos el desconocido que nos está ayudando—. Largo, ya.

El que no nos dejaba en paz levanta las manos en modo rendición. Nos dedica una última mirada, a mí mucho más extensa y desaparece.

Quién nos ha defendido se ha girado para mirarnos. Se toca su pelo oscuro. Es algo lindo. Lo que más puedo destacar a parte de su altura, ya que sus ojos no puedo diferenciarlo bien por la luz.

—Perdonad, no he podido evitar entrometerme.

—No pasa nada, al contrario, gracias— habla Adela—. Le estábamos diciendo que no y seguía insistiendo.

—Vaya tío— mira por encima de su hombro, por dónde ha desaparecido—. No todos somos así, de verdad, hay gente horrible y se piensan que en la discoteca pueden hacer...— piensa, pero sacude la cabeza—, lo que sea que quieran intentar o conseguir hacer.

—Muchas gracias, de verdad— le sonrío, él me mira y me devuelve el gesto con calidad.

—Yo ya me voy, solo me había acercado para echaros una mano— hace un ademán de irse, pero la voz de Adela le retiene.

—¿Cómo te llamas?— el chico se gira para volver a mirarnos.

—Jacob, ¿Vosotras?

—Ella es Noa— me señala—. Y yo Adela.

—Encantado, Noa y Adela.

—Lo mismo digo— respondo.

—¿Vives en esta ciudad?— pregunta mí amiga, curiosa.

—Que va, estoy pasando todo el verano en una casa alquilada cerca de un lago, ¿Vosotras sois de aquí?— ambas negamos.

—También estamos de vacaciones— digo.

—Ya estamos aquí— la voz de Austin aparece, a su lado está Zack, quién está serio mirándonos.

—Yo ya me voy— dice Jacob.

—Gracias por ayudarnos— le vuelvo a decir, el me sonríe y se despide de nosotras.

Narra Austin

Veo como el chico que estaba con Noa y Adela desaparece. Miro a Zack, él me devuelve el gesto.

—¿Quién era?— termina preguntando.

—Nos ha ayudado— debe ver nuestra cara de confusión ya que continúa explicando—. Un chico que tenía lo que creo que era vuestra misma edad se nos ha acercado y nos había dicho que le habíamos parecido lindas y que si nos tomábamos una copa con él.

—Y que él invitaba— continúa Adela—. Le dijimos que no pero seguía insistiendo y se ha puesto un poco brusco y pesado. No paraba de acercarse a nosotras.

Me tenso, y siento que comienza a burbujear dentro de mí un cabreo monumental. Me doy una colleja mental por no haber estado con ellas cuando volvieron del baño. Pero Zack me preguntó si salíamos a la terraza para tomar el aire y acepté.

—Y el chico que acaba de irse nos ayudó, fue muy amable— terminó de relatar Noa.

—Ah— es lo único que digo.

—Bueno, ahora somos nosotras las que nos vamos a bailar en la pista— dice mí hermana.

Zack y yo asentimos.

Narra Noa

Adela me arrastra hasta llegar a la pista. La música que actualmente está sonando es electrónica. Todo el mundo salta y baila al ritmo de la canción. Ambas nos agarramos las manos y comenzamos a saltar como los demás. Giramos entre nosotras y reímos sin parar. La siguiente y la que nos hace movernos sin parar es: "I'm an Albatraoz". Me gusta esta canción porque tiene mucho ritmo y te dan ganas de estar saltando sin parar. Justo como nosotras estamos haciendo.

Estoy sudando cuando termina la canción y con las mejillas con dolor de tanto sonreír y reír.

—Adela— la llamo, medio gritando.

—Dime— se abanica la cara.

—Vuelvo con los chicos que estoy agotada.

—Pues dile que se venga Zack a bailar— asiento.

Me hago paso entre la multitud, localizando a la vez a Austin y a mí hermano. El ritmo de Right Round da comienzo. Mientras que me voy acercando a ellos canto la canción. Paso mi mano por el cuello y la frente intentando quitarme el sudor. Pero estar junto a muchas más personas es imposible.

Ambos me miran cuando llego a su lado.

—Dice Adela que te vayas a bailar con ella a la pista— le digo a mí hermano—. Dila también que yo me voy a ir yendo que estoy cansada.

Miro la hora en el móvil. Las cinco de la madrugada. Zack levanta los pulgares.

—Me voy contigo también— habla Austin.

—¿En qué coche vais a ir?

—En el de papá y mamá— le digo a mí hermano.

—¿Tienes tú las llaves del coche?— pregunta.

Asiento y mí hermano comienza a ir hacia Adela.

Austin me sigue cuando nos dirigimos hacia la salida. Esquivamos a varias personas borrachas que hay en la entrada. La calle está vacía excepto una pareja que estás discutiendo y los guardias que miran con atención la escena.

Siento escalofríos por el cambio repentino de temperatura. No es que haga frío, pero al estar en el interior de la discoteca donde estábamos todos pegados y bailando, a como estamos ahora fuera es bastante diferente.

Y como muy olvidadiza que yo soy, se me olvidó traer una chaqueta para mí.
Creo recordar que Zack tenía una sudadera en el coche, así que sí sigue ahí la utilizaré.

Cuando llegamos al coche, Austin se sienta donde el copiloto. Arranco el motor y nos ponemos en marcha.

—Para ahí—señala el aparcamiento del McDonald's—. ¿Qué? Me ha entrado hambre— dice, cuando en un segundo le he alzado una ceja.

Mis tripas rugen cuando termina de hablar.

—Parece que yo también— Austin ríe y niega con la cabeza.

Terminamos aparcando y entrando al interior. Llevo puesta la enorme sudadera azul de Zack, tapando así el vestido. Sigo llevando los tacones, pero se me está haciendo un infierno porque tengo los pies doloridos.

Nos dirigimos hacia las máquinas para pedir la comida. Yo me pido el paquete de patatas más grande y Austin una pequeña hamburguesa.

—Invito yo— dice él, a la vez que saca su tarjeta para pagar cuando llegamos al mostrador.

—Vale, pues te debo algo— confirmo.

Austin se gira para mirarme y me sonríe pícaro.

—¿Que tipo de deber?— entrecierro los ojos, el lo hace más que sonreír ampliamente.

—Uhm, como un favor o invitar yo la próxima vez.

Austin se apoya en la pared cuando esperamos a que nos den nuestra comida.

—Si me das un beso, no me debes nada.

Mi corazón se para al escucharle y luego revive para comenzar a latir con demasiada fuerza. ¿Es lo que creo que ha dicho? Mis mejillas están ardiendo.

—¿Es broma?

—Un beso de amigos.

Claaaro.

—¿En la mejilla?— tanteo, Austin pone los ojos en blanco.

—O en la boca.

—No voy a darte un beso en la boca.

—¿Por qué no?

—Porque no.

—Si.

—No.

—Si.

—No.

—No.

—Si, espera ¿Qué?— me sorprendo al ver que me ha liado.

—Has dicho que sí, ahora me debes un beso en la boca— sonríe ampliamente.

—¡Número 050!— grita una de las chicas que trabaja allí, miro el ticket y me acerco con rapidez cuando me doy cuenta que es nuestra comida.

Me ha librado de seguir hablando del beso con Austin. No volvemos a sacar el tema. Con la comida metida en una bolsa, dirigimos nuestros pasos hacia el coche. Esta vez Austin es quién va a conducir. Aprovecho, cuando me siento, para quitarme los tacones. Suspiro, aliviada.

—¿Mejor?—pregunta.

—Definitivamente.

Saco las cosas de la bolsa y le tiendo la hamburguesa a Austin. Me da las gracias y comienza a comerla. El coche está en completo silencio. Tengo mí espalda apoyada en la puerta y he subido a mis pies. Austin me ha dejado ponerlos en su regazo. Él ha puesto el sillón un poco hacia atrás y se ha acomodado.

Comemos en silencio toda la comida. Sigo pensando en lo que Austin me dijo cuando esperabamos a la comida. Lo diría de broma, ¿Verdad? Espero que lo sea porque si eso es real, no sé cómo reaccionar. Me quedo observando a Austin. Quién él está mirando hacia fuera por el cristal delantero. Y sin darse cuenta está acariciando una de mis piernas con tranquilidad.

Apoyo el lateral izquierdo de mí cabeza, quedando así mucho más cómoda. Le observo con detalle. Cada rasgo de su cara, bajando por su mandíbula al cuello y luego a sus hombros. Vuelvo a subir a sus ojos, me doy cuenta de que ahora me está observando con una tierna sonrisa. Me pongo roja por haber sido pillada y él ríe.

—¿Por qué me miras tanto?

—Como dices tú, solo te observo.

—No lo hagas.

—¿Por qué no?— le repito, como aquella vez en la cocina.

—Porque soy muy impulsivo— me acerco a él y apoyo el codo en mis piernas y mí barbilla en mis manos.

—¿Es algo malo eso?

—No quieras averiguarlo.

—¿Por qué no?— ahora es él quien se acerca más, hasta quedar centímetros de mí.

Ha dejado una de sus manos quietas en mí muslo. No me aparto. Le miro a los ojos como él está haciendo. Puedo ver el color marrón de sus ojos con detalle. Me fijo que tiene algunas gotas de color verde. Tiene unas pestañas de envidia también. Mí respiración es irregular, intento que no se me note, pero no sé sí es en vano. He movido mis piernas para quitarlas encima de él.

—¿Puedo cobrar ya mí beso?— habla, con su voz algo enroquecida.

Sí esto sigue así mi corazón va salirse del pecho. Paso la lengua por mis secos labios. Austin sigue el recorrido.

—¿Sólo un beso?— vuelvo a preguntar, esperando a que cambie de opinión.

—Solo uno— busco un indicio de que esté de broma, pero él está serio, mirándome.

—Vale.

El me sonríe antes de inclinarse a mí, antes de que nuestros labios se toquen el ha colocado su mano en mí nuca.

Cierro los ojos automáticamente cuando siento sus suaves y gruesos labios contra los míos.

Una presión antes de que volvamos a separarnos. Mí respiración está algo agitada cuando le miro al abrir los ojos. Él no ha apartado su mirada de mí. Pero si ha quitado su mano. Muerdo mis labios, planteando lo que estoy pensado hacer. ¿Me arriesgo?

Sí, hazlo. Sin miedo al éxito.

Y por una vez voy a hacer caso a mí vocecita interior.

Soy yo ahora quién pone la mano en su nuca. Le atraigo hacia mí para que nuestros labios choquen por segunda vez. Esto no tiene ni punto de comparación al sueño que tuve con él. Esto es mucho más real— obviamente—, como sí una cúpula nos rodeara. Justo como cuando bailamos hace unas horas en la discoteca.

Austin por un segundo se quedó quieto, sorprendido, pero al instante me lo devolvió. Con mucho más energía que el primero. Me agarró la cara con ambas manos y me atrajo lo máximo posible a él. Todo lo permitido porque nos separaba el freno de mado y el compartimento para guardar las llaves.

Austin me pide paso para que su lengua se mezcle con la mía. Abro un poco mí boca para que pueda. Siento cómo la suya toca con la mía y juegan entre ellas.

Es como si ya se conocieran, un reencuentro. Se mueven en sintonía. Como si la boca del otro ya fuera conocida. Austin muerde con suavidad mi labio inferior. Abro inconscientemente mis ojos, encontrándome con su mirada.

Lamo sus labios antes de volver a besarlo y cerrar a la vez mis ojos. Inclino un poco más mí cabeza hacia la izquierda para darle más acceso a Austin. Él aprovecha otra vez la oportunidad para introducir otra vez su lengua. ¿Cómo puede besar tan bien? Me tiene cautivada. Terminamos con otra presión de labios antes de separarnos.

Tiene los labios rojos e hinchados, por lo que yo los tendré igual que él. Controlo mí respiración hasta que está regulada. Tengo mucho calor y después de unos segundos le miro.

Ninguno aparta la mirada del otro. ¿Va a cambiar algo entre nosotros? ¿Va a volverse incómodo? ¿Es un error lo que hicimos? Dudas y más pregunta asaltan mi mente sin parar.

—Un beso— sonrío sin poder evitarlo.

—En realidad fueron dos.

—El primero no cuenta como beso— bromea.

Vuelve a rodearnos el silencio, estoy de los nervios, pero no siento incomodidad en el entorno. Inspiro para volver a expirar.

—¿Volvemos a casa?— pregunto, insegura.

Austin asiente y acomoda el asiento del copiloto hasta volver a quedarse como antes. Me coloco para mirar hacia delante y apoyo mí cabeza en el cristal.

Vuelvo a pasar la lengua por mis labios hinchados. Sin poder creer lo que acaba de ocurrir. Sonrío involuntariamente, pero la oculto con rapidez por si Austin lo ve.

El camino hacia la casa del lago es acompañada por la música de la radio. No decimos nada, pero no me siento incómoda después de haberme besado con él.

Austin aparca en la entrada. Salimos del interior del coche. Me quito la sudadera de Zack para dejarla donde estaba. Me recorre un escalofrío por el cuerpo por el cambio de temperatura. Agarro mis tacones con una de mis manos y voy descalza hasta el pequeño porche de la entrada. Austin me tiende las llaves del coche de mis padres y yo abro la puerta de la casa. El cielo comienza a estar más claro, por lo que queda muy poco para que amanezca.

Dejo ambos juegos de llaves en el pequeño cuenco que hay nada más entrar y subimos en silencio por las escaleras. El chirrido del suelo es lo único que se escucha en toda la casa.

Antes de despedirme de Austin y entrar dentro de mí habitación para poder descansar, él me llama.

—Morena...

Me giro para mirarle, tiene una de sus manos en el pomo de su puerta, pero me está mirando.

—No ha cambiado nada entre nosotros, ¿Verdad?— suena nervioso.

Le dedico una pequeña sonrisa y niego con la cabeza.

—No— suelta un pequeño suspiro imperceptible, pero llego a escucharle.

Me giro para poder entrar a mí habitación.

Holisss, ¿Qué tal él tan esperado capítulo? ¿Opiniones?

Sinceramente aún quedaban un par de capítulos para que esto ocurriera, pero como siempre, Noa y Austin hacen lo que quieren.

Nos vemos en el próximo capítulo del viernes. :)

Mis redes para tener más contacto directo:
Instagram: itssbellabooks
Twitter: TeenagerWriter_

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro