6 💞 Por Una Mentira
A I D A N
Es un nuevo inicio de semana, es Lunes y la rutina comienza. Tal vez este fin de semana no fue el que me espere, como lo había planeado mil veces en mi cabeza. Solo en compañía con mi chica, sin embargo fue todo lo contrario al tener visitas inesperadas. Todos nuestros amigos aunque debo admitir que tanto a mi como a Layla, nos gusta pasar tiempo con ellos aunque sean a veces fastidiosos, desastrozos y es difícil no tenerlos en mi vida porque sinceramente los necesito.
Tanto como necesito a mi querida esposa conmigo. Soy afortunado al tener a Layla a mi lado, con ella todo es mejor.
Por suerte, sin más inconvenientes tuvimos el resto de los días solo ella y yo. En el departamento solos sin molestias, descansando, pasando un fin de semana agradable con ella.
Por supuesto, la comodidad termina. Ambos debemos iniciar la semana, trabajar, distanciarnos las horas más largas de mi vida.
Cada vez se me dificulta despedirme de ella por las mañanas, cada vez mi puntualidad es afectada por esa chica de ojos verdes, aunque no la culpo, soy yo el que no quiere dejarla.
Tras el tiempo en nuestra contra, después de una despedida de besos, dejé a Layla en la entrada de la cafetería, dispuesto a marcharme rumbo al instituto con el tiempo corriendo en mi contra.
Por suerte llegué a tiempo al instituto, normalmente llego pronto, con tiempo suficiente para acomodar todo e incluso me toca ver a los primeros alumnos llegar. Sin embargo esta vez fue distinto, al entrar al salón varios alumnos ya estaban y empecé la primera clase y así sucesivamente.
Supongo que antes era distinto, mi puntualidad era gracias a Layla. De cierta forma trataba de llegar a tiempo, teniendo la certeza que la miraría aquí, verla en mi clase. Tenerla cerca aunque ahora es distinto sin su presencia.
En este momento, estoy por iniciar la última clase, la chicharra suena y doy inicio a la clase. Solo basta un llamado de atención y mis alumnos toman asiento rápidamente. Inicio la clase, tomo el libro, indico la página y empiezo a explicar la clase de hoy.
...
Avanzo por el salón sin despegar la mirada del libro mientras leo, hago pausas al explicar. El salón siendo silencioso, todos atentos, por suerte y que me a costado mantener el orden.
No obstante, un golpe en la puerta interrumpe mi explicación. Dejo de leer y levanto la vista posandola en la puerta.
—Lamento interrumpir su clase profesor Wesley, necesito hablar con los alumnos y con usted.
—No se preocupe señor director, adelante por favor.
Él se adentra, noto detrás del director a una chica que lo sigue tímida, castaña de baja estatura, con nerviosismo sujeta las correas de su mochila observando el salón.
—¿En qué puedo ayudarle señor director? —dejo de prestarle atención a la chica y me dirijo a él.
El director se detiene frente a mi.
—Profesor Wesley, estudiantes, hoy esa chica se une a este instituto. Natalia Müller será la nueva estudiante y espero que todos la traten bien.
Los estudiantes murmuran con aprobación.
—Bienvenida señorita Müller —me dirijo a ella.
—Gracias —responde tímidamente.
—Bueno solo es eso, dejo que continúe con su clase profesor Wesley y señorita Müller tome asiento y espero que se acople en este instituto y se ponga tan pronto al corriente, cualquier duda el profesor Wesley puede ayudarle.
Ella asiente.
El director se despide y lo pierdo de vista al salir por esa puerta.
—Tome asiento por favor
Ella vuelve asentir y toma asiento en la tercera fila, en el tercer pupitre.
—Bien, continuemos con la clase —agrego y continuo la explicación.
(...)
El timbre suena, apenas me da tiempo de decir la tarea y los alumnos se levantan tan pronto abandonan el salón y varios se despiden educadamente de mí.
Regreso a mi escritorio y cierro el libro y acomodo mis cosas.
—Con cuidado chicos —les digo a un grupo de jóvenes que se empujan entre ellos.
Niego al ver la forma en que se llevan y por supuesto me ignoran hasta que salen del salón.
Guardo mis cosas en el maletín, cada vez más el salón queda vacío.
—Profesor Wesley —escucho una voz débil. Levanto la cabeza viendo frente al escritorio a la misma chica nueva.
—Digame señorita ... —hago una pausa tratando de recordar su apellido— Müller—menciono con inseguridad.
Asiente
—Solo dígame Natalia
—Lo siento, no puedo tratar a mis alumnos con mucha confianza, prefiero una forma más profesional.
—Entiendo
Ella me observa y vuelve a sujetar sus correas con nerviosismo.
—Me sorprendió que usted fuera el profesor, se ve muy joven.
Le sonrío y sigo guardando mis cosas.
—He escuchado muchas veces eso, para muchos es raro.
—Lo es, pero bueno se ve que es un buen profesor, su forma de explicar es única y le soy sincera, es la primera vez que entiendo una clase sin que se me haga aburrida.
Ella ríe
—Gracias, no es tan difícil como parece, me gusta mi trabajo como profesor.
—¿Lleva mucho tiempo dando clases aquí?
—De hecho llevo poco tiempo, no fue fácil conseguir un cupo.
Ella asiente
—¿Por qué el cambio de instituto? ¿Tan mal alumna es Müller? —le pregunto con interés.
Es extraño al tener alumnos/alumnas nuevos al esta en esta etapa de año escolar.
—No para nada —rie sin ánimos— es solo que por problemas... Más bien por mi familia, cambio de casa y eso. Ya sabe tener que buscar el instituto más cerca.
—Entiendo
Ella guarda silencio un momento.
—Aidan Wesley ¿verdad? Ese es su nombre completo.
Asiento confundido
Ella permanece distraída, posando la vista en un punto fijo.
Inclino la cabeza
—¿Se encuentra bien?
Ella pestañea
—Eh si, si estoy bien. Solo que voy a extrañar mi antiguo instituto, mis amigas y todo por... este cambio.
—A veces los cambios son buenos, no dudo que aquí podrá hacer más amigas, se acoplara en este instituto no es tan malo como cree y cualquier ayuda, cuenta con cada maestro.
—Lo sé —ella hace una corta pausa y da un paso adelante— ¿Es casado?
Duro en responder
—No vínculo mi vida privada con lo profesional.
—Ya, no es lo que piensa. Es solo que con la chica que me senté cerca me lo dijo pero no le creí, se ve tan joven para estar casado.
Suspiro y me cruzo de brazos.
—Pues si, si lo estoy. Hay cosas que no se pueden ocultar en este instituto y muchos se dan cuenta y corren la noticia.
—Me di cuenta que roba suspiros a muchas chicas.
Finjo sonreír, rasco mi nariz incomodo.
—Si, eh señorita Müller debería ir a la siguiente clase, no le robo más su tiempo.
—Si, si tiene razón, no era mi intención incomodarlo.
—No estoy acostumbrado a tener demasiada confianza con mis alumnos, hay un límite entre profesor y estudiante.
—Hace bien
Dicho esto y ella avanza en dirección a la puerta. Suspiro al verla marcharse. No obstante, ella se detiene y voltea.
—¿Ama a su esposa?
—Si no lo hiciera no estaría casado viviendo un bonito amor con ella.
Ella sonríe
—Si tanto la ama no deje que nada los separe. Luchen por su amor.
Frunzo el ceño
Ella carraspea
—Bueno es todo, yo iré a la última clase, gracias por su tiempo profesor Wesley.
Dicho esto y se da la vuelta hasta salir del salón. Regreso la vista al frente confundido por sus preguntas, por ese extraño interés.
—¡Hola profesor Wesley!
Desvío la vista al escuchar esa melodiosa voz reconocida.
Sonrío al verla en el marco de la puerta.
—Lay ¿qué haces aquí?
—Vine a ver a mi profesor favorito
Layla con una sonrisa reluciente se adentra al salón. Rodeo el escritorio y me acerco a ella.
—¿Cómo entraste?
—Fue fácil infiltrarme como una alumna más.
Llega hasta mi y me da un corto beso. Layla se aleja y avanza por el salón.
—Wouu la verdad no extraño este lugar, bueno un poquito —se detiene quedando frente a mí. Por mi parte me recargo en el escritorio mientras la contemplo— te extraño a ti, escuchar tu clase, verte en modo profesor.
Ambos reimos
—Tambien extraño a mi alumna favorita.
—Aww
Ella se acerca y me roba un beso
—Lay nos pueden ver, me meteras en problemas.
—No me importa
Layla ríe y se aleja. Toma asiento en el primer pupitre y apoya sus manos sobre la madera.
—Eres incorregible Bennett
Ella me sonríe y me guiña el ojo.
—¿Y quién era esa chica que salió del salón? La vi cuando estaba por entrar, solo estabas con ella, debo estar celosa.
—¿Creí que no lo eras?
—Aidan —espeta seria
Sonrío con burla.
—Para nada, es una estudiante nueva, se acaba de unir hoy a este instituto y solo hablamos un rato sobre la clase. Nada sin importancia.
—Okey, te creo porque confío en ti y sé que eres muy profesional.
—Jamas te engañaría Lay y mucho menos con alguna de mis alumnas. Sabes cual es mi relación con ellas.
—De profesor a alumna nada más
Asiento
—Lo sé porque también eras así conmigo y yo era tu novia, ¿lo recuerdas?
—Cada momento
Ambos reimos
Me alejo del escritorio y me acerco a ella.
—Por cierto, ya no me dijiste que haces aquí.
—Vine a secuestrarte
—¿Enserio? No pondré resistencia
Llego hasta ella y coloco ambas manos sobre el pupitre. Layla se inclina quedando nuestros rostros a escasos centímetros. En su rostro reflejada una sonrisa traviesa. Me limito a verla a los ojos y lamer mis labios.
"Controlate Aidan"
—Vine por ti, quiero que vayamos a comer juntos, a pasear ya que terminó tu turno. Emilia me dio el resto del día libre, cerró pronto por un problema en el instituto de sus hijos y Megan y yo tuvimos un pequeño descanso, ¿te parece?
Ella roza nuestras narices con ternura algo que se hace costumbre.
—Me parece bien pasar todo el día contigo.
Esta por besarme cuando rápidamente me alejo.
—Pero será mejor que nos vayamos ahora antes de que alguien te vea aquí y tenga problemas con el director.
—No seas aburrido Aidan, no sientes la adrenalina al ser descubiertos.
—Ya basta nena
Escucho su risa que me enloquece.
—Esta bien, pero no tardes.
Asiento y me doy la vuelta. Tomo mi maletín y me cuelgo la correa el el hombro.
—Vamonos
—No
—Lay
—Lo haré si me besas
Suspiro frustrado
Observo la puerta y las ventanas para regresar la vista en ella.
—Layla te daré todos los besos que quieras pero no aquí. Anda nena, vámonos.
Niega
La observo, un reto de miradas sin ninguno acceder.
—Bien pero será rápido—digo rendido.
—Solo te pido un beso no otra cosa
Ruedo los ojos y me acerco a ella. Me aseguro que nadie este cerca y le doy un casto beso, sin embargo al apartame ella me jala de la camisa y vuelve a unir nuestros labios, sin importar nada en ese momento le sigo el beso. Con la respiración acelerada, tanto por el beso y el miedo tal vez a que alguien nos vea.
—Soy debil contigo Layla Bennett —le digo al dejar de besarla y apartarme.
—Somos débiles en el amor Wesley
Rio y esta vez tomo la iniciativa dándolo otro beso en aquel salón de clases.
(...)
N a t a l i a
Un nuevo día de clases comienza, por culpa de Jack tuve que cambiarme de instituto. Debo admitir que le tengo miedo, sé lo capaz que es de hacer y lo que menos quiero es que lastime a lo que más quiero, a mi madre y a mi hermana. Lo siento por ese chico, esa chica pero tengo que hacer esto por mi propio bien.
Conocí a Aidan Wesley, me sorprendió al ver lo joven que es siendo profesor y debo reconocer que hace su trabajo bastante bien. Es amable y al hablar con él solo me di cuenta que es muy profesional. Respetable con sus alumnos.
Por un momento quise contarle todo y más al hablarme de su esposa, Layla Bennet. Por ende mis preguntas que para él fue notorio la confusión e incomodidad. Sin embargo solo quería averiguar un poco sobre él. Sobre ella.
Llego a la certeza que me cae bien de cierta forma y que aquí el único peligro, problema es Jack Daniel's.
Me crucé con esa chica, llegué averiguar de ella y verla en las noticias. Es hermosa, ahora entiendo la obsesión enfermiza de Jack por ella. La vi entrar al salón y observando desde la ventana la vi besarse con él, en cuanto vi eso, me marché sin querer interrumpir con un mal sentimiento de culpa dentro de mí.
Me siento mal por esto pero no tengo opción. Me rehuso a hablar por miedo a que las consecuencias sean peores y Jack cumpla su palabra.
Voy a la última clase esperando que al menos pueda distraerme y deje de pensar en eso que no quiero hacer.
...
Por fin la jornada escolar termina. Con mi mochila en mi espalda salgo del instituto. Sujeto las correas y avanzo ignorando a varios estudiantes ambular felices, con su grupo de amigos yéndose a sus casas.
Es un mal día para mí, ser la nueva tiene sus pros y contras. Inicio de nuevo, nuevos amigos aunque soy poco sociable. Una chica se atrevió a hablarme en una clase sin embargo la evité durante el día. No quiero socializar con nadie con el miedo a que descubran la clase de chica que soy.
Pérdida en mis pensamientos avanzo hasta tomar el autobús, solo deseo regresar a casa y ver a mi familia.
Tiempo después...
Subo los escalones y avanzo a la entrada de la casa. Saco mi llave y con ella entro a la casa. Apenas entro, cierro la puerta y avanzo varios pasos, de pronto me detengo al ver la casa destruida. Mucho desorden con muebles destruidos y objetos tirados en el suelo.
Me alerto al instante y avanzo pensando lo peor.
—Mamá ... ¡Mamá! ¡Meredith! ¡Están aquí!
—¡Natalia!
Me detengo al escuchar esa voz reconocida y un alivio me invade al ver a mi hermana pequeña salir de la cocina. Ella corre en mi dirección y al llegar me abraza con fuerza.
—Hija que bueno que llegas
Abrazo a mi hermana y poso la vista en mi madre que se acerca a nosotras.
—¿Qué pasó? ¿Están bien?
—Si hija estamos bien, al parecer entraron a robar.
—¡¿Qué?!
Bajo la vista en mi hermana que sigue sin soltarme. Acaricio su espalda.
—¿Ustedes están heridas? ¿Les hicieron algo? ¿Por qué no me avisaste mamá?
—Natalia cálmate, no quise preocuparte. Por suerte no estábamos aquí. Fuí por tu hermana a la escuela y cuando entramos ya estaba todo destruido. Ya llamé a la policía, vinieron y hicieron el habitual recorrido. Hace rato se marcharon.
—Tengo miedo Nati
—Tranquila hermanita, aquí estoy, no te va a pasar nada—trato de calmarla y poso la vista en mi madre— ¿Qué se robaron?
—Es lo más raro, entraron pero no se robaron nada. Ya revisé, solo destruyeron la casa —me contesta mi madre.
Observo alrededor
Muerdo mí labio inferior evitando llorar aunque siento las lágrimas acumularse en mis ojos.
Tengo la certeza que de esto tiene que ver con Jack.
Mi madre se acerca a mi y se une al abrazo.
—Vamos a estar bien hijas, voy a protegerlas.
—Por mi culpa —digo en un hilo de voz.
Mi madre se aparta
—No es tu culpa hija, estas cosas pasan y para mala suerte nos tocó a nosotras.
Me limito a asentir.
Limpio una lágrima que baja de mi mejilla.
—Entre nosotras hay que protegernos. —menciono en tono bajo— es lo que a papá le gustaría, vernos unidas y yo haré lo que sea para que así sea.
Mi madre me sonríe y besa mi frente cariñosamente.
Solo las tengo a ellas, lamentablemente perdí a mi padre en un accidente de auto cuando tenía 16 años. Gracias a nuestra madre nos sacó adelante y solo quiero hacer lo que sea para protegerlas como ella lo ha hecho con nosotras todo este tiempo.
Al día siguiente...
No quiero ir al instituto, no hoy y mucho menos después de lo ocurrido en mi casa. Sin embargo será peor quedarme y alargar esto, poner en peligro a mi familia.
Molesta conmigo misma me dirijo al instituto. Avanzo por la calle, me faltan pocos kilómetros para llegar al instituto. No obstante siento que me cubren la boca y me obligan a retroceder. Intento luchar sin obtener éxito.
De pronto me sueltan, me empujan a la pared teniendo a mi atacante frente a mí dejándome prisionera por él con su mano aún en mi boca.
—Shhh
Me descubre la boca, lo observo con desprecio al reconocerlo.
—Déjame ir Jack
—Lo haré, deja de quejarte por todo
Le doy una mirada fulminante.
—Solo quería asegurar que vinieras, ya sabes llevar acabo el plan que es lo único que me importa —agrega con diversión— con tu ayuda será mejor.
Acaricia mi mejilla, hago una mueca de asco por su toque e intento empujarlo.
—No quiero hacerlo Jack, por favor ya déjame en paz.
Dicho esto y su semblante se vuelve serio y tan pronto me sujeta del cuello.
—No estoy jugando Natalia, más te vale cooperar y te juro que vas a arrepentirte. La próxima vez me encargaré de no solo mandar destrozar tu casa, sino que esta vez tú madre y tu hermana salgan heridas.
Hago mis manos puños al escucharlo.
—Sabia que habías sido tú ¡Eres un maldito!
Intento golpearlo sin embargo su mano me detiene y me sujeta de las muñecas.
—Vas a hacerlo Natalia al pie de la letra, ¿entendido? —trato de no llorar, lo observo con odio, sintiéndome una inútil— después de esto te dejaré en paz. Es una promesa, okey.
Rie y me suelta.
—No falles o ya sabes, tu mami y tu hermana sufrirán las consecuencias.
Jack se acomoda la capucha, se coloca los lentes oscuros y se da la vuelta.
Lo veo hasta perderlo de vista, mordiendo mi labio inferior soportando el nudo en mi garganta.
...
No me quedo de otra que entrar al instituto aunque no quería hacerlo. Obligada entré dispuesta a acabar con esto de una vez por todas.
Las primeras clases comienzan, trato de poner atención que en este momento es imposible deseando por primera vez que la hora de la salida nunca llegue.
...
Horas después...
La clases culminan
Apenas terminó la clase del profesor Wesley y rápidamente abandoné el salón. Me siento mal, ni siquiera le puse atención a la clase, no me atreví a verlo.
Me aseguré de decirle a Jazmín, la chica que ayer me habló que estaría con el profesor Wesley, con el pretexto de pedirle que me explicara sobre el supuesto trabajo que no entendí. Apenas se despidió de mi, la perdí de vista y me marché corriendo buscando un lugar para estar sola.
En este momento me encuentro en el baño, por suerte sola. Los estudiantes se han marchado, observo mi reflejo en el espejo inhalando y exhalando varias veces.
De pronto mi celular suena
Lo saco viendo un número desconocido. Dudo en responder sin embargo sé quien es y acepto la llamada llevando el celular a mi oido.
—Es hora Natalia, actúa.
—¿Cómo sabes mi número Jack? Es imposible si lo cambie cuando...
—No tengo porque darte explicaciones—dice con molestia— Tienes que hacerlo ahora.
Veo mi reflejo en el espejo. Llena de miedo.
—No quiero —digo con voz temblorosa.
Escucho sus maldiciones y amenazas del otro lado de la línea.
—Ya dejanos en paz Jack, déjame a mi en paz y a esa pareja ser feliz. Deja de jodernos.
Ignoro sus amenazas. Cierro los ojos un momento y los vuelvo a abrir.
—Te juro que vas a pagar por todo esto—hago una corta pausa— ¡Ya cállate, lo haré! —mi mano la vuelvo puño— pero no por ti, por mi propio bien. Tendrás al profesor Wesley en la cárcel, el lugar donde tú deberías estar.
Con valentía cuelgo la llamada y coloco mi celular boca abajo en el lavamanos. Me apoyo de el y observo mi reflejo.
Lloro
Dejo salir las lágrimas siendo una mezcla perfecta con el maquillaje, el delineador baja por mis ojos siendo un mal aspecto.
Será necesario
Me desculgo la mochila y la tiro al suelo.
Me preparo para mí peor y a la vez mejor actuación.
Me destruyo a mi misma mi blusa, la jalo dejándola rota y expuesta. Mi cabello lo despeino logrando verme terriblemente mal.
Me observo por última vez en el espejo, tomo mi mochila, la cuelgo mal en mi hombro. Me guardo mi celular y me doy la vuelta dispuesta a iniciar esto.
...
Corro por los pasillos desolados con dificultad mientras no dejo de llorar y pedir ayuda. Mí destino la oficina del director.
Al llegar, tomo la perilla y con toda la falsedad del mundo empujo la puerta mientras pido ayuda con desesperación.
—Director... Ayúdeme ... Por favor ...
Me sostengo de la puerta sin dejar de llorar.
Él rápidamente se levanta
—¡¿Señorita Müller qué le pasó?
Llega con rapidez hasta mi y me ayuda a adentrar al salón y tomar asiento en la silla.
—Calmese, ¿qué le pasó? ¿Por qué viene así?
Trato de calmarme
—Él ... —cubro mi cara con mis manos mientras sollozo. Duro un momento y bajo mis manos que no dejan de temblar por la afectación y el miedo con Jack —El profesor Wesley...
—¿Qué pasa con él?
Observo al director con lágrimas en mis ojos.
—El profesor Wesley... trató de abusar de mí.
Lloro con intensidad al recordar a mi familia en peligro por mi culpa si no cumplo lo que quiere.
—¡¿Qué? No, eso no es posible. El profesor Wesley no es capaz...
—¡Mireme señor director! ¡Tiene que hacer algo! —dejo bajar mis lágrimas— es un maldito que debe pagar.
El director me observa dudoso.
Por un momento pienso que no va creerme cuando de pronto lo veo dirigirse a su escritorio, tomar su celular y llamar a la policía.
Limpio mis lágrimas siendo una actuación perfecta. Me salí con la mía, me siento peor y no estoy lista para seguir con esto.
¿Qué has hecho Natalia?
(...)
AIDAN
La clase hace poco que terminó, sin embargo aún me encuentro en el salón revisando trabajos, los califico y continuo con el siguiente. Prefiero hacerlo ahora que después, no quiero ir al departamento y llevar más trabajo, solo quiero pasar el resto de la tarde con Layla. Sin trabajo de por medio solo ella y yo.
Deduzco que los estudiantes ya se han marchado y tal vez el director aunque él al igual que yo se queda un poco más tarde. Reviso la hora en mi reloj, me alegro al solo faltarme pocos trabajos por revisar con el tiempo suficiente.
De pronto, una llamada entrante me interrumpe. Dejo la pluma sobre el escritorio y tomo mi celular viendo el hermoso nombre de mi chica en la pantalla.
Sonrío amplíamente y contesto la llamada.
—¿Tan pronto me extrañas Bennett?
—No puedo vivir sin usted Wesley
Escucho su risa del otro lado de la línea.
Su maravillosa risa que me encanta.
—Yo te extraño más, ¿a qué se debe tu llamada?
Apoyo mi codo sobre el escritorio.
—Queria escuchar tu voz
—¿Solo eso?
Con mi otra mano reviso el trabajo mientras atiendo esa llamada.
—Y bueno te extraño tanto que quiero verte —pausa— además quiero pedirte un favor. Mar vino al departamento y vamos a hacer pastelillos, ¿podrías pasar al super cuando salgas del instituto?
—Solo para eso me llamas, muy mal Bennett —rio— solo bromeaba, lo haré. Solo pásame la lista de lo que necesitas.
—Gracias Aidan, te amo mucho más.
Sonrío ampliamente al escucharla.
—Yo te amo más —lamo mis labios— creí que tendríamos el departamento a solas.
—Mar no durará
—Bueno tendré que ser paciente aunque por esos ricos pastelillos valen la pena —hago una corta pausa— de hecho ya estoy por irme. Nos vemos en un rato más nena, te amo.
—Aqui te espero Aidan, con mucho cuidado y también te amo mucho mucho mucho.
Río al escucharla que me manda besos por llamada.
Termino por despedirme de ella y la llamada finaliza.
Suspiro y observo mi celular, sonrío al ver el fondo donde aparecemos ambos abrazados.
—Layla —pienso en voz alta. Niego y me levanto— ¿qué me has hecho Layla?
Empiezo a guardar todo.
Ahora mi prioridad es ir a verla
No obstante escucho un golpe en la puerta. Giro la cabeza viendo a dos oficiales en el marco de la puerta.
—¿Usted es el profesor Wesley?
—Si, soy yo —respondo confundido al verlos aquí— ¿en qué puedo ayudarles?
Se ven entre ellos y se adentran hasta acercarse. Dejo de guardar mis cosas y fijo la atención en ellos.
—Profesor Wesley tendrá que acompañarnos a la delegación.
—¿Por qué?
Uno de ellos llega hasta mi. Veo que saca unas esposas y me jala.
—No¿qué es todo esto?
—Esta arrestado por tratar de abusar de una de sus alumnas.
El oficial me coloca las esposas.
—¡¿Qué?! No, eso no es cierto, yo soy incapaz de hacer algo atroz como eso. —me empujan— se equivocan, esto es una calumnia.
—Wesley guarde silencio o todo lo que diga será usado en su contra.
Me obligan a salir del salón esposado tratando de explicar que esto es una gran mentira. No ejerzo fuerza, sé perfectamente que es mejor no poner resistencia ante esto sin embargo esto es una completa equivocación.
—¡Soy inocente! ¡No sé de que mierdas hablan!
—Wesley guarde silencio
Gruño frustrado mientras me llevan por el pasillo.
No obstante, se detienen y observo al director.
—Señor director esto es una mentira, le juro que no hecho nada, usted sabe como soy...
—Lo siento profesor Wesley pero hay pruebas y una estudiante lo acusa.
—No, no es cierto...
—Lamento todo esto pero es parte de la investigación, tendrá que aclarar todo esto y si es culpable pagar por todo y de una vez le digo que su licencia de profesor será retirada y dejará de ser profesor de este instituto y pagar años en la cárcel.
Niego desesperado
—No, no pueden hacerme esto—me jalan— ¡Tiene que escucharme! ¡Es una mentira! ¡Sueltenme!
Me llevan hasta lograr salir del instituto. A las fuerza me obligan a entrar a la patrulla.
Frustracion
Molestia
Impotencia al no poder hacer nada. Que me acusen de algo así. Sin embargo estoy dispuesto a desmostrar mi inocencia. Salir libre y regresar con Layla.
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