3 💞 Infancia Azucarada
♡ Narrador Omnisciente ♡
—¿Te gustó la sorpresa? —le pregunta Aidan a Layla mientras avanzan por el parque agarrados de la mano.
Después de disfrutar de esa deliciosa comida en aquel restaurante, ambos decidieron irse y hacer una pequeña parada en el parque. Disfrutando del bello panorama, la tranquilidad y un calmado viento. A unas cuantas horas de oscurecer.
—No estuvo tan mal, estuvo deliciosa la comida y con tu compañia es mucho mejor.
Layla le da un corto beso en la mejilla y se aleja sin evitar esa sonrisa boba en su rostro. Aidan sonríe mientras la observa con la misma sonrisa en su rostro. Ambos continúan su caminata.
No obstante, Aidan empieza a mecer sus manos mientras ríe. Layla extrañada gira a verlo, nota sus manos unidas y le sigue el juego.
—Todo es mejor contigo —le dice ella de pronto. Recibe una sonrisa por parte de él—Aidan con respecto al sueño que te conté...
—Nena sin presiones
Layla se detiene obligandolo detenerse. Suspira y dice:
—Gracias por entenderme
Aidan se acerca a ella, la toma de la barbilla y se inclina un poco dándole un corto beso.
—Juntos pasé lo que pasé okey—le dice y se aleja de ella.
Layla le sonríe y asiente.
Ambos continúan caminando en el parque mientras miran a varias personas ambular, niños jugando, corriendo por todos lados.
—Se me antoja un helado —dice Layla apenada.
—¿A esta hora?
Ella asiente
—Por favor Wesley, cumple el antojo de tu esposa.
Aidan gira a verla y asiente.
—Vamos por ese helado para la linda Bennett.
Layla sonríe victoriosa.
Siguen su camino buscando la heladería más cercana.
...
Tiempo después, ambos al tener sus respectivos helados, buscan una banca y toman asiento mientras disfrutan esa delicia.
—Aidan
—Mm
Una sonrisa traviesa se plasma en el rostro de Layla. Toma su cuchara y le roba un poco de helado a su chico. Lo logra, ríe y se lo lleva a la boca mientras Aidan se queja.
—Ahora es mi turno
Sin embargo, Layla evita/esconde su vaso de helado evitando que Aidan le quite.
—¡No! —se queja Layla entre risas.
Aidan se rinde y continúa comiendo su helado. Al esperar un momento, Layla al estar distraída él le roba un poco. Ella se queja, Aidan victorioso se lo lleva a la boca, no obstante hace una mueca al probarlo.
—Olvidé que no me gusta el sabor limón.
Layla ríe y come de su helado.
—Es delicioso
Aidan niega
—No es mi fuerte, prefiero la mía sabor fresa.
Layla rueda los ojos y ambos continúan comiendo sus helados en silencio.
De pronto, Aidan voltea a verla. Se acerca más a ella, deja de comer y carraspea.
—Lay
—¿Si? —responde ella sin dejar de comer.
—Tienes un poco de helado cerca de la boca.
Layla deja de comer y tan pronto se limpia con su mano.
—No es cierto —inquiere ella.
Aidan no evita burlarse.
—Era una pequeña mentira para... —suspira— no funcionó.
Layla le sonríe.
—Aidan no es necesario que uses esas técnicas conmigo para darme un beso.
Él gira a verla y asiente
—Tienes razón, puedo hacer algo tan fácil—se inclina— robarte uno.
Dicho esto y une sus labios con los de ella. Por un momento se dejan llevar disfrutando el beso hasta alejarse corto tiempo después.
Layla lame sus labios y suspira.
—Sabes a fresa
—Y para mí mala suerte tú a limón.
—¡Oye! —se queja Layla y finge enojarse con él.
Ambos rien y continúa con sus helados hasta terminarlos. Aidan se ofrece a tirarlos a la basura mientras Layla lo espera en la banca. Ella mueve su cabello y empieza a peinarse una cola alta. Segundos después, Aidan regresa.
—¿Nos vamos?
Ella asiente y se levanta.
Aidan la toma de la cintura y la besa. No obstante, se alejan al escuchar una voz infantil. Extrañados voltean al mismo tiempo a ver a un niño aproximadamente de 7–8 años frente a ellos.
—Algodón de azúcar
Ambos se voltean a ver confundidos.
—Ten, un regalo de tu amigo —añade el pequeño con una sonrisa tierna y le entrega el algodón a Layla.
—No... eh... no gracias —inquiere Layla confundida sin recibirlo.
—Él me lo dio
—¿Él? ¿Quién es él? —le pregunta Aidan con interés, desconcertado. Se agacha a la altura del niño.
—Ese chico de allá —el pequeño se voltea un poco señalandolo con su mano en aquella dirección. Aidan y Layla voltean a ver, sin embargo no miran nada. El pequeño confundido regresa la vista en ellos—ahi estaba. Me pagó para darle esto a ella.
Aidan se endereza y gira a ver a Layla.
—¿Qué te dijo exactamente?
—Me llamó y me ofreció dinero para que comprara un algodón y me quedará con el cambió. Me dijo que se lo diera a ella porque es tu amigo Jack.
En el rostro de Layla es notoria la palidez.
—Aidan —lo llama ella y pasa saliva.
Él alerta observa alrededor sin ver nada extraño. Regresa la vista en el pequeño y se agacha a su altura.
—No deberías aceptar dinero de extraños y mucho menos ayudarles —le dice Aidan en tono serio al niño.
—¿Puedo quedarme con el algodón ahora?
Él pequeño lo ignora y se dirige a Layla. Ella se limita a asentir. El niño feliz se da la vuelta y corre lejos de ellos con el algodón en su mano. Aidan sorprendido se endereza.
—¿Puedes creerlo Lay? ¿Dónde se suponen que están los padre de ese niño por permitir eso? —inquiere Aidan hasta dejar de ver al niño y gira a ver a Layla— será mejor que nos vayamos, no es seguro—Aidan la mira sin haber captado su atención—Lay, ¿Layla qué pasa?
Coloca su mano en el hombro de la chica logrando un pequeño brinco por parte de ella.
—¿Nena qué tienes? estás pálida—inquiere Aidan preocupado y la toma de la mano obligandola a sentarse.
—Es... es él.
Aidan asiente
—Lo más seguro, le llamaré al oficial...
—Aidan —lo interrumpe Layla— Jack era ese niño.
Antes de que él saque su celular, voltea a verla con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas?
Layla cubre su boca con su mano. La baja segundos después y fija la vista en él.
—Layla me estás preocupando, será mejor que llame al oficial y una ambulancia.
—No... no es necesario.
—Layla ese no hay duda que ese imbécil estuvo o está aquí.
Aidan se levanta y saca su celular. Teclea rápidamente y habla con el oficial al ser atendido. Layla deja de prestarle atención mientras mira por todo el parque.
Corto tiempo después, Aidan corta la llamada.
—Listo, el oficial ya viene para acá. Ya le expliqué todo. Yo sabía que no era bueno retirar a esos oficiales.
—Aidan no nos pueden vigilar tanto tiempo.
—Es necesario Layla —Aidan jala su cabello frustrado — será mejor que nos vayamos.
Layla se levanta, ambos precavidos avanzan de regreso al auto.
Al llegar, Layla es la primera en entrar, después él. Ambos se acomodan y tan pronto Aidan pone en marcha el auto. Es notorio los nervios en ambos. Se alejan del parque, Aidan sujeta el volante con fuerza mientras conduce.
—Aidan hay algo que quiero contarte. —Layla hace una corta pausa— en el departamento cuando lleguemos.
Aidan asiente.
—¿Estas mejor? —le pregunta él y gira a verla unos segundos y regresa la vista al frente. Ella niega —¿ese imbécil hasta cuándo nos dejará en paz?
Layla se limita a guarda silencio y mira por la ventana moviendo sus manos nerviosa. Confundida y extrañada por sus recuerdos.
(...)
Ambos entran al departamento. Aidan cierra la puerta detrás de él colocando el seguro. Layla avanza hasta la sala escuchando los pasos de Aidan detrás de ella. Layla toma una profunda respiración, se voltea al llegar a la sala y toma asiento en el sillón.
—Aidan
—¿Crees que lo hayan encontrado? —la ignora él —ese imbécil estaba cerca Lay, él estaba ahí y... —Aidan gruñe— no entiendo nada.
—Yo si —habla Layla con voz baja. Muy apenas Aidan logró escucharla y fija la vista en ella—ya entiendo porque ese niño me dio un algodón de azúcar.
Aidan confundido toma asiento a un lado de ella.
—¿De qué hablas Layla?
—Entonces ese niño era Jack —Layla hace una corta pausa— hace años, cuando era una niña fuí con mi madre a la feria. Recuerdo que ese día ella tenía que ir a trabajar, pero por mi insistencia terminó llevándome a la feria un rato. Ella atendió una llamada de su trabajo justo cuando quería un algodón de azúcar. Hice mi berrinche, lloré pero ella me ignoró. Recuerdo que se me acercó un niño y me regaló un algodón para evitar que llorará. Lo acepté aunque mi madre me regañó por eso. Le agradecí al niño, le dije mi nombre pero él no me dijo el suyo. —Layla deja sus manos arriba de las manos de Aidan— nadie sabía esto, solo yo y mi madre. La verdad recuerdo muy poco y no le di importancia pero con esto estoy segura que ese niño era Jack. Solo él podía saber eso sí es ese niño aunque... —Layla lo suelta— no lo recuerdo muy bien. No sé parece a ese niño. Esto es tan raro.
—¿Entonces conociste a Presley cuándo eras una niña?
—Eso creo
Aidan desvía la vista al frente.
—No es posible —murmura.
—Aidan ya no quiero vivir así. Siempre preocupada, con temor que él vuelva. Sin poder salir a la calle, no vivir tranquilos porque de alguna forma él está libre y cerca.
El labio de la chica tiembla, Aidan se acerca a ella y la abraza. Rodea su cintura con sus manos y Layla se aferra a él.
—Todo va a estar bien nena, me tienes a mi. No voy a dejarte sola con esto.
De pronto, su abrazo es interrumpido por una llamada entrante proveniente del celular de Aidan. El chico a regañadientes se aleja de ella y saca su celular. Layla limpia las pocas lágrimas que sin poder evitar, bajaron de sus mejillas.
—Es el oficial encargado en el caso —menciona Aidan y atiende la llamada. Se levanta y se marcha en dirección a la cocina.
Layla lo pierde de vista y se recarga en el sillón.
Escucha a Aidan hablar desde la cocina, sin lograr entenderlo. Siendo notoria la molestia en su voz hasta que deja de escucharlo. Layla se limita a esperar su regreso.
Poco tiempo después Aidan regresa con las manos en sus bolsillos y se acerca a Layla.
—¿Qué te dijo?
—No lo encontraron, revisaron todo el parque pero como siempre, huyó.
Aidan toma asiento a lado de ella.
—Me está hartando está situacion Lay, ese Presley siempre tiene que joderlo todo—añade irritado.
Layla lo observa, se acerca a él y recarga su cabeza en su hombro mientras desliza sus manos y las coloca sobre las manos de Aidan.
—Juntos en esto¿recuerdas?
Él asiente y finge una sonrisa.
Ambos guardan silencio un momento.
—Despues vendrá el oficial a hablar con nosotros. —habla Aidan de pronto— Lay no quiero ocultarte nada, prefiero hacerlo aunque no sé si ahora con esto sea el momento adecuado; no quiero alterarte.
Layla se aleja un poco de él.
—¿Qué pasa Aidan?
El chico suspira.
—No es nada importante—miente.
—Aidan confía en mí —insiste Layla— si es por lo de Jack, respecto a cuando éramos niños yo no tengo....
—No es eso— la interrumpe Aidan y se voltea un poco—el oficial me dió una noticia que me impactó— Aidan hace una corta pausa—Me dijo que está mañana encontraron a Charlotte muerta en su celda.
Los ojos de Layla se abren siendo la sorpresa reflejada en su rostro.
—Charlotte —pronuncia.
—Parece que fue por un problema de reclusas. Murió por una puñalada. La llevaron a enfermería pero... no sobrevivió.
Ambos guardan silencio un momento.
—Siendo sincera no me alegro, apesar de todo lo que hizo no merecía morir de esa forma.
Aidan asiente
—¿Ella tenía familia? —preguna Layla.
—No, sus padres murieron cuando ella tenía 15 años en un accidente de auto. Al parecer estaba sola cuando la conocí, vivía solo con su tía pero un tiempo, ahora ya no sé más.
Layla asiente y se vuelve a recargar en el hombro de Aidan.
Él suspira y entrelazan sus manos.
—Nena, apesar de todo vamos a seguir así. Juntos.
—Asi será Aidan —le responde ella, se inclina y besa su mejilla.
Siendo consumidos por el silencio.
Mientras tanto, en algún lugar lejos se encuentra él sentado en la silla giratoria. Se recarga en el respaldo, sube sus pies en el escritorio y toma la foto con el rostro de Layla.
Suspira y sonríe amplíamente.
—Mi Layla —con las yemas de sus dedos acaricia la imagen—espero que me hayas recordado Bennett.
Tan pronto borra la sonrisa y dobla la foto con fuerza, la lanza hecha bola sobre el escritorio.
El recuerdo de hace rato lo atormenta. Verlos felices, sonriendo, besándose le llevo a tomar cartas en el asunto. Después de mucho tiempo, Jack se animó a volver y llevar acabo la primera parte de su plan. Aunque no salió como lo esperaba. Se dio cuenta que hizo mal en mandar a ese niño, sin embargo logró lo que tanto quería. Confusión en ella, molestia en Aidan y causarles miedo/preocupación al saber de él. Eso le causó satisfacción a Jack, aunque tuvo que irse rápidamente antes de ser visto y atrapado por la policía, sin embargo le emociona que después de todo, su plan está funcionando justo como lo ha planeado.
Jack lleva sus manos a su nuca mientras silba. De pronto es interrumpido por un golpe en la puerta. Gruñe y le permite la entrada diciendo un "adelante"
Un hombre abre la puerta y entra.
—Joven Presley, su encargo está solucionado.
Él sonríe amplíamente.
—Eliminada
—En efecto, nos han informado que esa tal Charlotte Mouque ya debe estar en el infierno —él hombre ríe, no obstante se calla al escuchar un golpe en el escritorio causado por Jack—lo siento joven.
—Bien hecho, ya puedes retirarte
El hombre asiente y se marcha rápidamente dejándolo solo en la oficina.
—Te dije que de mi nadie se burlaba Charlotte.
Se ríe
De pronto, la puerta es abierta de golpe por su padre que entra sin permiso.
—Quitate de esa silla que no es tu lugar.
—No exageres, solo estaba descansando un poco.
—Hijo te recuerdo que no eres la máxima autoridad aquí. No puedes ordenar a mis hombres y mandar órdenes en mi ausencia.
—No me llames hijo que hace tiempo perdiste ese derecho—le responde Jack con odio.
El hombre rie y coloca ambas manos sobre el escritorio.
—Pero bien que usas eso a tu favor aquí.. hijo.
—Para algo debes de servir—le contesta Jack.
El susodicho se encoje de hombros.
—No hay duda que eres igual a tu padre —dice el hombre con orgullo y se cruza de brazos.
Jack bufa con fastidio.
—Soy mejor que tú
—Reconozco mi error, eres tan poca cosa comparado conmigo. Pero no te juzgo hijo, aun eres joven para saber de esto. Aunque yo a tu edad ya estaba en esto.
—Te recuerdo que no te estoy metido en esta porquería de mundo que llevas. Cada uno sus propósitos y te recuerdo que estoy aquí solo por eres el único que puede ayudarme lamentablemente.
—Un propósito absurdo, por una chica ¿De verdad hijo? Te creí más inteligente.
Jack hace sus manos puños.
—Layla no es cualquier chica
—Te complicas las cosas porque quieres—el hombre prende un cigarrillo y lo lleva a su boca terminando por exhalar el humo— si tanto quieres a la chica puedes tomarla a la fuerza, si tienes obstáculos, eliminalos.
—Ya lo hice, juré venganza, por eso mandé matar a la estúpida de Charlotte que me traicionó. Y tengo que admitir que gracias a tus hombres, tus contactos, lo logré. Charlotte no existe más.
El hombre sonríe, hace una inclinación con la cabeza mientras ríe. Se endereza y deja el cigarrillo en su mano, entre sus dedos.
—Puedes lograr lo que quieras Jack aquí. En mi mundo lo tienes todo sin necesidad de complicaciones. Si tanto quieres a esa chica porque no vas por ella. Ya deja de esconderte y actúa.
—Porque aún no es tiempo. Antes quiero divertirme. Layla será mía pero antes el imbécil de Wesley tiene que pagar.
—Basta con un balazo en la frente y asunto resuelto. Jack deja de complicarte las cosas. Actúa como hombre, hijo.
Jack rueda los ojos.
—No lo entiendes Daniel's. Yo me encargo de mis asuntos y tú de los tuyos.
—Que no se te olvide que dependes de mi. Si no fuera por tu padre, ya estarías muerto o en la cárcel con el mismo destino de esa señorita que mandaste matar e incluso, lejos de tú chica sin poder hacer nada detrás de unas malditas rejas—Jack aprieta la mandíbula— al menos creo que merezco un agradecimiento. Tal vez algo a cambio.
—¿Qué quieres a parte de joderme la vida con tu existencia?
El hombre se carcajea
—Tal vez recuperar a tu madre
—Mi madre no es de tu propiedad
—Ni tampoco esa chiquilla lo es para ti. —pausa— date cuenta Jack, somos iguales. Ninguno tiene lo que queremos.
—La abandonaste, con Layla fue diferente. Las circunstancias me obligaron a hacerlo.
—Mi típica excusa hijo
Jack se levanta y coloca ambas manos en el escritorio.
—La diferencia es que yo sí voy a lograr tener a Layla conmigo al costo que sea —espeta con voz alta— y a ti te quiero lejos de mi madre. Suficiente tiene con tener un hijo fugitivo, al menos después de tanto, merece vivir tranquila.
—Lo bueno que ves tus errores. En lo que te has convertido Daniel's —le dice su padre con burla al decir su nombre—¿Y qué vas a hacer para tener a la chica? ¿Hasta cuándo?
—Será mi desición —pronuncia Jack entredientes.
—Mm, solo una cosa te digo Jack, no tardes. No voy a ayudarte toda la vida o al menos hasta que decidas seguir con todo esto que a formado tu padre.
—Fui claro contigo. En mis planes no entra seguir tu ejemplo, tengo otras prioridades.
—Y todo tiene que ver con esa chica
—Todo esto lo hago por ella
—No tardes en actuar —inquiere su padre con burla.
—Ya tengo mi próxima víctima. Es hora de volver al pasado. Ya tengo quien me ayude en el siguiente paso de mi plan, a mi querida Natalia le dará gusto de verme.
.
.
.
.
.
CONTINUARA... ♡♡♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro