
28.5 💞 Prioridades
A I D A N
No puedo evitar esta angustia por Layla y por nuestros bebés. Me preocupa su estado. Me alarme al ver a Layla desmayada, sin saber como actuar. Todo por culpa de Presley. Me llevé una gran sorpresa al verlo en el departamento, cerca de Layla siendo un peligro tanto para ella y nuestros mellizos.
Apenas me dí cuenta de mi falta de celular, volví a subir al departamento encontrandome con Presley adentro. No lo pensé dos veces y traté de alejarlo de Layla, para mala suerte, él armado, una desventaja para mí. Confieso que las palabras que Layla le dijo me afectaron, me molestaron aunque sé que no es cierto y solo era distracción para yo actuar.
Sin embargo, no salió como lo esperado, Jack logró derribarme, aunque recibió varios golpes de mi parte. Duré unos segundos en recuperarme, me sorprendió la valentía de Layla para enfrentarlo y dispararle. Salvó mí vida y en ese momento, no me preocupó nada más que ella. Tuve un dilema en ir por Presley, lo hubiese llegado a detener y por fin dejaría de causarnos tantos problemas, sin embargo, mi prioridad era quedarme con Layla y esos bebés.
Apenas la ambulancia llegó, se llevaron a Layla, yo sin querer alejarme de ella en ningún instante. Deprisa al hospital, sin soltar su mano, hablando con ella, deseando que me escuchara, más tuve que dejarla ir apenas entraron con urgencia con ella y no me permitieron atravesar esa puerta.
—Hijo, tranquilo. Layla estará bien.
—No mamá, no puedo. Yo debo estar con ella. —le digo mientras paso mis manos por mi cabello sin dejar de ver el pasillo donde se la llevaron hace poco.
Con esfuerzo, logré avisarles a mis padres. Ellos quedando en avisarles al resto. Lo agradezco, no tengo calma para hacerlo. Poco tiempo se demoraron en llegar y ahora están aquí conmigo.
—Aidan, debés estar calmado
Ignoro a mi padre
No obstante, siento una mano sobre mi hombro que me obliga a gira un poco.
—Hijo, Layla estará bien, tus hijos nacerán bien. No te preocupes por eso. —veo a mi madre frente a mi— lo que debes hacer es esperar noticias y ir a curarte esos golpes.
—No madre, no me moveré de aquí. Créeme que en éste momento no me duelen—digo seguro.
Realmente no me importa si esos golpes se vuelven en pequeños moretones. No puedo pensar en eso más que en Layla y nuestros mellizos.
Ella rendida asiente y baja su mano.
Dejo de verla y desvio la vista al pasillo.
—Disculpen, soy el oficial encargado del caso del joven Jack Daniel's Presley y debo hacerle unas preguntas a su hijo.
Regreso la vista en mis padres al escuchar una voz conocida y veo al oficial frente a nosotros.
—Oficial, nuestro hijo ahora está muy alterado y preocupado por su esposa.
—Lo entiendo señor Wesley pero es necesario.
—¿Usted dijo que Presley estaba muerto? —hablo interviniendo— que ya no era problema para Layla y mire lo que pasó —doy un paso cerca de él— estuvo en nuestro departamento, cerca de ella, apunto de llevársela.
—Joven, fue un error. Para nosotros fue una sorpresa...
—¡No han hecho bien su trabajo! ¡Eso es lo que pasa!
—Aidan por favor
Resoplo al escuchar a mi madre y me doy la vuelta. Escucho al oficial hablar con mis padres, lo ignoro mientras trato de calmarme.
—Haremos todo lo posible para dar con él.
Me doy la vuelta rápidamente.
—¿No lo atraparon? ¿Dejaron que siguiera libre siendo un peligro para todos nosotros?
—Intentamos llegar a tiempo joven Wesley, revisamos todo el edificio pero él logró escapar.
Niego varias veces.ñ
—De nuevo se les escapó—maldigo en voz baja— iba herido. Layla le disparó en la pierna ¿Cómo así logró escapar?
—Lo vamos a encontrar, se lo aseguro. Ya mís hombres, están revisando las cámaras de seguridad.
—Eso no ayuda en nada
—Aidan, basta—guardo silencio al sentir la mano de mi madre en mi hombro —el oficial se va a encargar de él.
Asiento rendido sin dejar de ver al oficial. Mi madre aleja su mano de mi.
—Eso espero. Por ahora, no me importa Presley, solo quiero saber de Layla, que ella este bien y mis hijos. Al menos, haga algo bien y no permita que Presley se acerque de nuevo porque es obvio que vendrá por ella. Esta enfermo, quiere llevársela a la fuerza.
—Varios oficiales estarán vigilando el hospital y estarán aquí dentro. Estaremos muy alerta.
Asiento
—Por eso lo pido hablar con usted. Es el único testimonio que vale ahora. Usted estuvo presente en lo ocurrido. Necesito escucha su declaración. —agrega.
—No estoy para declarar ahora, no quiero recordar lo que pasó. Ahora tengo otra prioridad más importante.
—Hijo, tienes que ayudar a los oficiales.
Giro a ver a mi padre al escucharlo.
—¡Y de que va a servir padre! ¡Aun así no han hecho su trabajo! —hago una corta pausa— pero saben, también fue mi culpa—regreso la vista en el oficial— No debí estar tan tranquilo. Debí dejar que la seguridad nos siguiera vigilando porque creí en lo que nos dijeron. Que estábamos a salvo cuando era una vil mentira. No debí dejar sola a Layla.
—Hijo, regresaste a ayudarla.
Giro a ver a mi madre
—Aun así mamá. Fallé, mira hasta donde llegamos.
Guardo silencio, dejo de verla y agacho la vista.
—Oficial, puede esperar unos minutos.
—De acuerdo señor Wesley, pero es necesario su declaración.
Escucho los pasos del oficial al alejarse.
—Hay que esperar noticias Aidan, debes estar bien tanto por su salud y por Layla, por tus hijos.
Asiento ante las palabras de mi madre y alzo la vista.
—Gracias por estar aquí—emito en tono bajo.
—Jamas te dejaremos solo Aidan. Ellos también nos preocupan. —espeta mi padre.
—¡Layla! ¿Cómo está mi hija?
La voz de Kimberly, la madre de Layla nos interrumpe. La observo, ella se acerca a nosotros acompañada de Robert y Kendal. En su mirada se nota la preocupación.
—Por favor, díganme que mi hija está bien—nos dice al llegar frente a nosotros.
—Aun esperamos noticias Kimberly. —responde mi madre por mí.
Ella asiente y gira a verme.
—¿Qué fue lo que pasó Aidan? Pensé que el nacimiento de sus mellizos no pondría en riesgo la salud de mi hija. No tanto.
—Presley estuvo en el departamento. Quiso llevarse a Layla. Hubo un enfrentamiento y las cosas salieron mal. Él término huyendo y Layla se puso grave. Ya tenía contracciones, cuando me fui ella no me dijo nada. Tuve que regresar al departamento porque se me olvidó mi celular y encontré a Presley dentro.
Ella niega y cubre su boca.
—Layla se desmayó Kimberly, tal vez por la impresión... —emite mi madre y suspira— tengamos paciencia, tendremos noticias de ella.
—Bueno, Layla ya estaba apunto de aliviarse—dice Kendal— la señora Marisol tiene razón, ella estará bien. Tus mellizos nacerán sanos Aidan.
—Es lo que quiero Kendal.
Suelto un suspiro y paso mi mano por mi cabello por última vez.
—¡¿Aidan Wesley?!
Desvío la vista al escuchar ni nombre. Veo a la doctora encargada de cada consulta con Layla.
Enseguida me acerco a ella ignorando los pasos detrás de mí.
—¿Cómo está ella doctora?
—Layla ya despertó. La revisé y llegó el momento de que de a luz. Enseguida la vamos a trasladar y prepararla ¿quiere estar presente?
—Por supuesto —digo rápidamente sin dudar.
—Bien, sigame por favor
La doctora se da la vuelta
Giro a ver a mis padres, a todos los presentes.
—Ve hijo, nosotros te esperamos aquí.
—De acuerdo mamá, después regreso a darles noticias.
Dicho esto y me doy la vuelta siguiendo a la doctora por ese pasillo.
...
Me pongo todo lo que me indican. Sigo a la doctora, ambos entramos a una habitación y me coloco el cubre bocas.
Veo a varias enfermeras presentes. Un vistazo rápido y veo a Layla y sin dudar me acerco a ella.
—Lay, nena aquí estoy —le digo mientras acaricio su mejilla.
Ella entre abre los ojos.
—Aidan... —emite en un susurro
—Aqui estoy amor
Le doy un beso en la frente y enseguida me alejo.
—Los bebés...
—Ya van a nacer —bajo un poco el cubre bocas y le sonrío— vas a estar bien, los tres.
Ella medio sonríe
—Te amo —emite en tono bajo.
—Te amo más
—¿Layla estás lista? Es hora de iniciar, te haremos cesárea.
Me alejo un poco de ella al escuchar a la doctora.
Layla gira a ver a la doctora que se encuentra del otro lado de la camilla.
—Lo estoy doctora
—Bien, iniciamos—le ordena a las enfermeras.
Ellas se empiezan a mover
Dejo de prestarles atención y regreso la vista en Layla que me observa.
—¿Vas a quedarte?
—No me alejaré de ti. Lo prometo —le respondo.
Sonríe y levanta su mano.
Me demoro segundos en aceptarla y entrelazar nuestras manos.
Una enfermera se acerca a ella y le inyecta anestesia. Enseguida, Layla empieza a cerrar sus ojos poco a poco. De mi parte, permanezco a su lado. Veo a las enfermeras encargarse de todos. No aparto la vista de Layla hasta que varios minutos después, escucho un llanto de bebé y en segundos, otro. Desvio la vista viendo a dos enfermeras cagando a mis hijos y se los llevan.
Sonrío y regreso la vista en Layla
—Ya nacieron amor. Gracias
Deposito un casto beso en su frente. Ella aún inconciente.
(...)
Avanzo por ese pasillo decidido hasta llegar a la sala de espera. Apenas llego y veo a todos reunidos aquí. La presencia de mis padres, los de Layla. Su hermana, nuestros amigos. Todos están aquí.
—Layla está bien —hablo captando su atención y enseguida, se ponen de pie y se acercan a mí. —los bebés ya nacieron, están fuera de peligro. Nacieron bien—veo a mis padres— ¡Ya soy padre de mellizos!
—Hijo...
Mi madre es la primera en felicitarme y abrazarme. Se aleja y sigue el resto. Me cuesta ver/reconocer a cada uno. Escucho voces distintas y varios brazos al abrazarme.
—¿Y ya podemos ver a mi hija? ¿A los bebés?
Alonso se aleja de mí, siendo el último.
—Aún no, la doctora me dijo que ya van a traladar a Layla a una habitación y nuestros bebés en bajo vigilancia. Pronto podrán conocerlos.
Kimberly asiente.
—¿Cómo te sientes Romeo?
—Ya eres padre—inquiere Lizzy mientras la veo arrullar a su bebé.
—Yo lo entiendo. También me costaba asimilarlo—oigo decir a Alonso.
Coloco mis manos en mi cintura
—Es difícil de explicar. Una preocupación menos. Estoy feliz, emocionado. En shock. Ya quiero que Layla despierte, verla con nuestros hijos. Cuando los escuché llorar, fue una sensación maravillosa. Ellos me dan fortaleza para seguir... Los tres son lo más importante para mí. —digo sin dejar de pensar en Layla y nuestros mellizos.
(...)
Apoyo mi mano en el vidrio mientras veo a varios bebés. Entre ellos, están los míos. Sonrío al verlos y escucho varíos llantos mezclados.
Me han dado la autorización de ver a mis hijos.
—Sigame por favor
Bajo mi mano, me alejo del vidrio al escuchar a una enfermera y la sigo hasta entrar ambos dentro de esa habitación.
—Por aquí
La sigo mientras veo varios rostros de bebés. Una mirada rápida a cada uno y continúo detrás de la enfermera, esperando ver a mis hijos.
De pronto, ella se detiene frente a dos cunas juntas y gira a verme.
—Aqui están
Desvío la vista viendo a dos hermosos bebés. Separados, en una cuna cada uno sin embargo, muy juntos. Envueltos en una sábana color blanca.
—El niño, la niña —señala a cada uno—Tiene 10 minutos —la escucho decir.
—Gracias —le digo y concentro la vista en ambos.
Dejo de prestarle atención y solo me dedico a verlos. Me giro por completo quedando frente a ellos y sonrío. Ignorando si la enfermera sigue aquí o no.
Enseguida uno de ellos empieza a llorar. Me inclino un poco.
—Shhh —con lentitud levanto mi mano y la coloco sobre la sábana, con cuidado, dejándola en su pecho —no llores campeón—le digo observándolo. Es increíble el parecido a mí. Aunque un tanto llorón.
De pronto, un flashback se hace presente:
—Aidan
Me giro viendo a Layla al escucharla.
—Estuve pensando mucho y ya tengo el nombre para nuestro hijo.
Le sonrío.
—¿Cuál es?
—....
Escucho el nombre dado por ella para mí hijo.
—¿Qué te parece?
—Es hermoso, estoy de acuerdo. Así se llamará.—digo mientras me acerco a ella y la beso con desesperación. Contento por tenerla conmigo. Feliz al pensar el momento que tengamos a a Lali y nuestro hijo en brazos.
Reacciono y pestañeo varias veces sin dejar de verlo. Su llanto a disminuido. Sin embargo, alguien esta molesto al moverse mucho.
Giro la cabeza viendo a la niña.
Es increíble el parecido entre ambos. Tan pequeños. Sin embargo, ella tiene los mismos ojos hermosos que Layla.
—Hola Lali
Acaricio su carita
Al diferencia del niño, ella no llora mucho. Aunque ese puchero en su boquita no me pasa desapercibido. Empieza a moverse sacando sus manitas de la sábana.
—Ambos son tan hermosos
Acaricio cada mejilla de cada uno. Dejo de hacerlo y me alejo un poco. Desvio la vista viendo a la enfermera a una cierta distancia de mí ocupada con otro bebé.
—Disculpe, ¿puedo...? —le pregunto mientras saco mi celular y se lo muestro.
—Adelante, estaben su derecho.
—Gracias —le respondo y regreso la vista en ellos—apuesto que muchos querrán conocerlos. —los observo.
El niño a dejado de llorar y Lali lleva su mano a su boca.
Enseguida les tomo una foto a cada uno y una en especial, juntos donde aparecen.
—Los amo —les digo al verlos de nuevo.
Es una felicidad inmensa al verlos aquí. Después de tanta espera. Están aquí y al fin, logré conocerlos.
(...)
Abro la puerta y entro a la habitación donde esta Layla. Cierro la puerta enseguida notando la presencia de todos aquí.
Vaya, no entiendo como le hicieron para que les dieran permiso al mismo tiempo.
Sin darle importancia a eso, me adentro y cierro la puerta.
—Aidan —escucho la voz de Layla.
Le sonrío y me acerco a ella recibiendo esa amplia sonrisa de ella.
—Hola nena
—Hola guapo
Llego hasta ella y me coloco a su lado. Tomo su mano, me inclino un poco y le robo un beso sin darle importancia la presencia de todos.
—¿Cómo te sientes? —le pregunto al alejarme.
—Bien, un poco cansada, adolorida—levanta su mano y acaricia mi mejilla— Dime, los bebés ¿cómo están?
—Nacieron bien. Son hermosos. Los acabo de ver. Él niño es muy llorón y Lali es un encanto. Ambos lo son.
Layla baja su mano
—No es justo, yo también quiero verlos. Conocerlos.
—Lo harás nena, le pediré a la doctora que autorice para que los traigan.
—Si, ya quiero cagarlos
—Te verás tan adorable con ellos
—Yo digo que ustedes ya se ven adorables así.
La voz de Marlin me hace alejarme un poco de Layla.
Olvide completamente su presencia aquí.
Río y giro a verlos.
—Soy afortunada Mar, al tener un Romeo conmigo.
—Oh vamos, no soy tan cursis —giro a ver a Layla— o al menos solo contigo.
Me sonríe
—Beso
Río un poco, me inclino hasta ella y le doy un beso ignorando los murmuros del resto.
Me alejo de Layla, ella suspira y entrelaza nuestras manos.
—Ya me contaron que pasó con Jack
Borro mi sonrisa de inmediato.
—No te preocupes por eso, no dejaré que se acerque de nuevo a ti. Ni a nuestros hijos. Él oficial se encargará de él.
—No evito no hacerlo. Me preocupa ellos y tú. Me dio miedo al verte muy mal por su culpa. Mírate, tienes moretones.
—Te juro que en éste momento no me duelen —hago una corta pausa— lo siento Lay, traté de ayudarte.
—Hiciste lo correcto. Gracias por volver, estar ahí. Me salvaste. Nos salvaste.
—No, tú me salvaste. Impediste que Presley me disparara.
—De nada, no estaba dispuesta a dejar que lo hiciera. No quiero perderte.
Sonrío al escucharla
—Fuiste muy valiente amiga al dispararle al imbécil de Jack. Ya nos enteramos.
Layla gira a ver a Marlin al escucharla.
—Creeme que lo dudé Mar. Yo no quería actuar como él pero no me dejó opción. Él estaba decidido a lastimar más a Aidan. Ya estoy harta de dejarlo salirse con la suya. Lo hice por los dos. Muy en el fondo no quería hacerlo, yo no me atrevo a matar a alguien por eso solo lo heri en la pierna.
—Aunque eso no ayudó mucho porque el imbécil logró escapar. —oigo decir a Joshua.
—Venga, déjemos de hablar de eso. Lo importante es que Layla está bien y esos bebés. Estoy segura que el tal Jack va a pagar por todo esto.
—Lizzy tiene razón. No hay que agobiar a Lay con eso—espeto viéndola— tú vas a estar segura. Varios oficiales estarán vigilando. Presley va pagar Lay, ya no nos hará más daño.
—Es lo que tanto deseo Aidan. De lo contrario no estoy tranquila. Agradezco tu apoyo, tu protección, la de todos pero aun así no puedo estar del todo tranquila.
Todos guardamos silencio.
Layla desvia la vista, fija en el techo.
—Piensa en nuestros bebés Lay—hablo de pronto captando su atención— mira, estoy seguro que esto te hará sonreír de nuevo —saco mi celular de mi bolsillo. Lo desbloqueo y busco las fotos— ¿Quieres conocer a nuestros hijos?
Gira a verme
—Por supuesto
Le entrego mi celular que enseguida, ella acepta.
—Mira que hermosos son. Lali se parece a ti—Layla observa la foto con una sonrisa. Espero segundos y paso a la siguiente.
—Y Aiden a ti —la escucho decir mientras mira la foto de nuestro hijo.
—Aww, que hermoso nombre han escogido para el niño.
—Lo eligió Layla y es perfecto—le respondo a Marlin.
Me acerco a Layla y le doy un beso en la frente y me alejo de ella.
—Nuestros mellizos —paso a la siguiente foto donde salen juntos.
—Nuestros bebé Aidan.
Una lágrima baja por su mejilla.
Ella gira a verme sin dejar de sonreír.
—Yo quiero verlos—dice Marlin
—Yo antes que soy la abuela
—Asi es Kimberly, las abuelas tenemos más derecho—la apoya mi madre.
Enseguida, se acercan demasiado a Layla y ella les muestra las fotos. Los alagos y comparaciónes no se hacen esperar.
Me dedico a verlos. Veo a Layla sonriente.
Suelto un suspiro y coloco mis manos en mis bolsillos.
La preocupación ha disminuido al ver a Layla bien. Al nuestros mellizos nacer. Sin embargo, Presley sigue siendo un problema, un peligro. Aunque lo niegue, no puedo dejar de pensar en eso.
Al ver a Layla me hago a mi mismo un juramento.
No alejarme de ella esta vez. No dejar que se acerque a ella, a Lali o a Aiden. Juro protegerlos así sea con mi propia vída.
💞
💞
💞
💞
💞
CONTINUARÁ...
Uy Aidan, creeme que lo harás...
¡Nos acercamos al final! Ahhhhh!!!! 🤧❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro