Ha caído la noche, después de que Layla se fuera. Aidan y su Madre se pusieron a comer, Aidan muy apenas probó bocado, le ayudó a su Madre a lavar los platos y pasaron las horas hasta que oscureció.

En éste momento, Aidan se encuentra en la habitación de su Madre. Marisol esta muy cansada que quería tomar una siesta.

—¿Ya te tomaste tu pastilla Madre?

—Claro hijo

—¿Segura? —le vuelve a preguntar Aidan.

—Estoy harta de tomar tantas pastillas

—Debes hacerlo Madre o te pondrás peor, es por tu salud.

Aidan le entrega una pastilla a su Madre con un vaso de agua que esta en el buró.

Marisol agarra el vaso y se toma la pastilla con ayuda de un trago de agua. Después le entrega el vaso de vuelta a Aidan, él lo coloca en su lugar y toma asiento en la cama.

—¿Qué tienes hijo?

—No es nada Madre, solo estoy un poco cansado.

—A mi no me mientas —le dice Marisol a su hijo— estás así por Layla. Hijo te conozco perfectamente, desde que terminaste con la chica ya no estás feliz, te veo muy decaído y muy pocas veces hablas conmigo. Recuerdas cuando antes venias a contarme lo feliz que te la pasabas con Layla.

—Eso era antes Madre, lo mío con Layla ya fué.

—Tan pronto de das por vencido, hijo has tomado muchas decisiones en tú vida, desde que carrera estudiar al vivir solo en aquel departamento y no puedes tomar una buena decisión al luchar por ella.

—No es fácil Madre, Layla me odia y no quiere saber nada de mí.

—¿Y qué harás? quedarte con las manos cruzadas sin hacer nada. Hijo las cosas no suceden así, si no luchas por algo que quieres jamás llegan solas.

—Bueno ya dejá de regañarme, no soy un niño —se queja Aidan.

—Para mí siempre serás mi niño chiquito y si te regaño es para que entiendas y capte esa cabezota.

Aidan deja salir una risilla seguido de su Madre.

—Ven aquí —la Madre le extiende los brazos—te acuerdas que antes cuando eras niño corrias a mí para abrazarte y quitarte la tristeza.

—Madre no me gusta que me trates como un niño.

—¡Aidan Wesley! —le llama la atención  Marisol en tono autoritario.

Aidan deja salir un bufido y se levanta a abrazar a su Madre. Se aparta de ella, se acuesta en la cama y coloca su cabeza en su estómago mientras Marisol le acaricia su cabello y cara.

—Siempre serás mi niño ¿en qué momento creciste tanto?

—No empieces Madre

—Aun recuerdo cuando era un chiquitín y te la pasabas corriendo por toda la casa y mirá ahora, todo un hombre guapo, con un trabajo estable y ya hasta me dicen suegra.

—Ni siquiera tengo novia —se excusa él.

—Como que ya vas teniendo, Layla me cae bien. Ella es la indicada. Hijo ya estoy vieja, quiero tener muchos nietos antes de partir de esta vida.

—Pues sigue soñando que para eso falta mucho.

Aidan se levanta y le da un beso en el cachete.

—Te quiero Madre

—Ay hijo me harás llorar —dice Marisol limpiándo algunas lágrimas de sus mejillas—mejor, te parece si me lees un rato. Antes yo te leía cuando eras niño para poder dormir, ahora es hora de que cambien los papeles.

—Va, ¿cuál libro quieres?

Aidan se baja de la cama y se dirige al estante de libros que tiene en su propia habitación.

Marisol le indica cuál, Aidan lo toma y vue a la cama. Se sienta recargado en la cabecera de la cama, su Madre sentada a lado de él con la cabeza recargada en el hombro de su hijo. Aidan abre el libro y empieza a leer las primeras páginas. Así permanece él tras leer por varios minutos, siendo interrumpido por su Madre cuando opina sobré la historia. Aidan le contesta y sigue leyendo.

El tiempo pasa, cuando Aidan se percata que su Madre no lo interrumpió más, deja de leer el libro, gira a ver a su Madre y la ve profundamente dormida. Aidan cierra el libro, se levanta con cuidado de despertarla y la acomoda en una posición cómoda. Deja el libro en su lugar y se despide de su Madre con un beso en la frente y sale de la habitación.

Aídan viene bajando las escaleras. Esta por llegar a las últimas cuando escucha la puerta ser abierta entrando su Padre.

—Hola hijo

—Hola Padre

—¿Y tú Madre?

—Se a quedado dormida

—Oh, lamento no haber podido llegar a comer, el trabajo no me dio tiempo.

—Descuida Padre

—Me quedo más tranquilo porque sé que tú estás con ella. Bueno el tiempo que decidas quedarte.

—Regresaré a mi departamento hasta que mi madre mejore de salud. Si no tienes problema.

—Esta nunca dejará de ser tu casa hijo.

—Gracias papá

Aidan le sonríe, lo observa avanzar hasta el sillón de la sala y tomar asiento. Aidan termina de bajar las escaleras y se sienta a su lado.

—¿Puedo... pedirte un consejo?

—Claro hijo ¿es sobre esa chica?

—Lo sabés

—Tu Madre me contó algo

—Mm, no se le pasa nada. En fin, ¿qué debo hacer para recuperarla?

—Habla con ella hijo

—Ya lo he hecho y termino echándolo todo a perder.

—Porque no hablas con las palabras correctas. A una mujer no se le entiende, se le escucha.

—Todo estába bien entre yo y ella sino fuera porque entré a ese instituto a dar clases.

—Hijo, Layla debe entender que ser maestro es lo que te gusta y debe apoyarte.

—Eh pensado, —inquiere Aídan— en pedir mi cambio.

—Le darías gusto Layla —le responde su Padre— hijo batallaste mucho para encontrar una escuela que te aceptaran y solo por una chica dejarás luchar por tus sueños.

—¡¿Entonces qué hago?! ¡No me estás ayudando en nada!

—Debes aprender a solucionarlo

—¿Por qué es tan complicado? He visto a ti y a mí Madre muy juntos todos estos años, casi nos discuten y siguen juntos. Para mí son la pareja perfecta.

—No existen las parejas perfectas Aidan. En toda relación hay peleas, celos de por medio, baches, problemas y solo tú decides si puedes luchar con todos ellos. Si yo y tú Madre hemos estado juntos es por el amor que nos tenemos. Hijo son solo pruebas del destino— habla el Padre del chico y se levanta de su lugar—¿Quieres algo de tomar? Dicen que el alcohol ahoga las penas.

—No gracias y no creo que emborracharme arregle las cosas.

—Siempre tan maduro —le contesta su Padre. Se marcha a la cocina y le grita desde allá —deberias ir a hablar con ella.

—Lo sé pero ya es tarde, tal vez lo haga mañana.

El padre de Aidan regresa con un vaso de whisky en sus manos. Se vuelve a sentar a lado de su hijo.

—¿Seguro que no quieres un trago?

—Mañana trabajo y no iré a hablar con ella sin mis cinco sentidos.

—Dicem que los borrachos siempre dicen la verdad —le contesta el Padre dándole un trago a su vaso.

—O lo terminan por arruinar todo. Hablan de más. Prefiero hablar con ella sin eso en mi sistema. Además, sabes que hace años que no tomo tanto, desde ése día... Ya no me gusta hacerlo.

—Ves hijo, a eso me refiero. Tomaste una buena decisión de tomar o no. Creo que podrías tomar una buena decisión y hablar con ella y encontrar las palabras correctas. Si realmente te ama deberá escucharte.

—¿Crees qué quiera volver conmigo?

—Esa chica te ama como yo amo a tu Madre. No la pierdas hijo. —le dice el Padre terminando su bebida.—si quieres otro  consejo, sabes dónde encontrarnos. Incluso lo más sabios necesitan uno y hijo tú apenas comienzas en esto del amor.

—Gracias Padre

—Bueno, ya es tarde hay que irnos a dormir—le dice su Padre y empieza a subir las escaleras dejándo a su hijo solo en el sillón.

—Descansa —le contesta Aidan.

Se queda un momento sentado en el sillón aún analizando los consejos de sus Padres.

—Voy a luchar por ti Lay —se dice a el mismo, sonrie como idiota y se levanta en dirección a las escaleras.

"Mañana será un nuevo día"

Al día siguiente, Aidan esta en el instituto dando sus clases. Le parece raro que ninguna de las dos chicas asistiera a su clase. En su cabeza estudia las palabras correctas para hablar con Layla y no puede sacarla de su mente.

La hora de clase da por concluida. Aidan toma sus cosas y sale del salón. Ve su reloj, aún falta media hora para terminar la jornada escolar. Se percata de qué a esta hora, Layla debería estar en la clase de educación física. Piensa en esperarla y tuvo que matar el tiempo entré caminar por el instituto. Llamarle a su Madre entre otras cosas más...

Una hora y media después y a Aidan le extraña al no ver a Layla salir. Si la clase, según él ya hace rato que debió terminar. Empieza a caminar en dirección al gimnasio, al llegar, entra aún viendo a algunas chicas correr por los alrededores. Entre ellas Layla. Se queda escondido en su lugar al oír hablar a Charlotte.

—¡Suficiente, nosotras nos largamos de aquí! —le grita Layla a Charlotte.

—¡Aún no termina la clase!

—¡Usted se está pasando, la clase debió terminar hace rato! —habla Marlin—¿verdad chicas?

Las alumnas empiezan a hablar un "si cierto" "se pasa" "ya me quiero ir"

—¡Callanse! —les grita Charlotte— yo aquí soy la maestra y se irán cuando yo quiera.

—No vamos a permitirlo, vámonos chicas— menciona Layla al resto.

—Se van y juro que pagarán las consecuencias.

—¡Vamos hacer que te despidan maldita bruja! —le dice Marlin en la cara—todas te vamos a acusar.

Charlotte deja salir una carcajada.

—Y a quién crees que le van a creer. Nadie les creyó a ustedes dos, ni siquiera el mismo Aidan. Y las demás, si abren la boca me aseguraré que a las que corran sea a otras o tú Luz, —se dirige Charlotte a una chica con cabello corto castaño— si te quejas me asegúrare de pedirle al director que te quite la beca.

—¡No la amenaces! —le grita Marlin

—¡Dos vueltas más! —ordena Charlotte, las demás chicas se observan entre ella y empezan a trotar.

—¡No, no lo hagan!  no le hagan caso, no es nadie para obligarnos. Ya basta Charlotte—se dirige Layla a ella— el problema es conmigo, dejá a todas en paz.

—¡Nunca! Tu maldita niña pagarás por quitarme a mí Aidan.

—Todo esto lo haces por él, ya te dije que por mí puedes quedartelo. No voy a competir por un hombre.

—Por tu culpa Aidan dejo de quererme—menciona Charlotte y empuja a Layla, esta cayendo al suelo de senton.

—¡Ya sacate boleto maldita bruja, nadie empuja a mi amiga! —le grita Marlin y se abalanza a Charlotte.

Aidan sale de su escondite y les grita que se detenga. Marlin se aparta de ella y deja de pegarle a Charlotte. Aidan camina hasta Layla y la ayuda a levantar.

—Escuché todo, qué pena me das Charlotte. Me equivoqué contigo, te dices llamar maestra y esa es tu forma de demostrarlo, te pones con tus alumnas.

—¡Tú no entiendes! ¡Ella me atacó!

—¡Lo vi todo Charlotte! —le grita Aidan—fui un imbécil al no creerles a ellas y creerte a ti.

—¡Aidan, ellas intentan separarnos!

—Entre tú y yo no hay nada y te lo deje muy en claro. Sabes porque, porqué a la única chica que quiero es a Layla —el gira a ver a la chica y entrelaza su mano con la de ella— y volveremos a ser novios de nuevo.

—¡No te creo! ¡Ella no te quiere!

—Pero yo a ella sí

Aidan se acerca a la chica, acerca su rostro al de ella y la besa frente a todas. Se escuchan murmuros de "aww" Marlin salta de alegría y por parte de Charlotte muestra enojo, cierra sus puños y golpea el suelo con su zapato haciendo un berrinche como niña chiquita. Para la pareja, no existen nadie más que ellos, siguiendo con el beso.

El chico se aparta de ella, dándole una linda sonrisa. Layla parpadea repetidas veces sin creer lo que pasó.

—Esto no se queda aquí —habla Charlotte.

—De ningúna forma, espero que hayas disfrutado tu último día aquí que por mí cuenta corre que te corran de este instituto—le responde Aidan con seriedad.

Charlotte abre la boca, deja salir un gruñido y camina hasta la salida echando humo. Todas las chicas celebran eso. Layla, reacciona y empuja a Aidan.

—¡¿Por qué hiciste eso?!

—Layla deja te explico

—Mm —carraspea Marlin— vamos chicas ya vámonos ¡¡MUEVANSE!! —les grita, todas las chicas asustadas toman sus cosas y salen tan rápido del gimnasio. Marlin también sale dejando a Layla y a Aidan solos.

—No debiste besarme

—Lo siento, me dejé llevar —hace una pausa Aidan– lo siento, debí creerte desde el principio. Tenías razón. Perdoname Lay.

—Demasiado tarde, pensé que me ayudarías en esto y me diste la espalda.

—Me equivoqué, lo reconozco. Es de humanos equivocarse. Layla, te amo y no quiero perderte. Luchemos por lo nuestro.

—Lo nuestro ya fué

—Dime algo, ¿aún me quieres?

—Aidan...

—Contéstame Lay, por favor.

La chica guarda silencio y baja su vista al suelo. Permanece un momento así, cuando levanta la vista hacia el chico.

—Si, aún te amo mucho y no puedo olvidarte —murmura.

—Entonces, echaremos todo esto a la borda. Nuestros más de 5 meses de novios no valieron la pena, Layla nuestra historia no puede acabar aquí solo por unas diferencias. Podemos arreglarlo.

—Debo admitir que tienes razón. Un pequeño problema lo convertimos en uno muy grande, no supimos como resolverlo. Se nos hizo fácil el lado fácil. Yo también tengo la culpa, sabes al principio creí que seria horrible tenerte como maestro y ya entendí que no. Te juzgué mal, no supe apoyarte como novia y solo te grité sin escucharte.

—Podriamos dejar el pasado atrás y luchar por lo nuestro —Aidan da un paso cerca de la chica y la toma de la barbilla —que dices ¿me das una segunda oportunidad?

—No —hace una pausa la chica sin dejar de verlo— es broma y si quiero intentarlo de nuevo contigo.

El chico la abraza fuertemente. Al apartarse, toma la cara de la chica con ambas manos y la ve a los ojos.

—Te prometo no cometer otra estupidez.

—De ellas se aprende

—Entonces —la suelta el chico— otra vez novios.

—No has dicho las palabras correctas

Ambos dejan salir una risilla.

—Layla ¿aceptas ser de nuevo la novia de este sexy maestro? —le dice Aidan con una mano en el pecho que le ocasiona risa a la chica.

La chica lo ve por un segundo y da un paso adelante y le da un corto beso.

—Esto responde a tu pregunta

—¿Es un sí?

—Si tonto —le responde Layla.

Aidan sonrie ampliamente y abraza otra vez a la chica. Se aparta de ella, la mira a los ojos y termina por besarla.

Ahí, solos en el gimnasio:

Aídan Wesley & Layla Bennett volvieron a ser novios otra vez.

Pudieron soportar solo una pequeña parte de las pruebas del destino. Porque muchas estan por venir, tienen que poner a prueba su amor y escribir su propia historia de Amor 💞.

¡FIN!

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  CONTINUARÁ...

Jaja no es cierto, aún falta mucho que mostrar en está increíble historia. No  señor, esto no termina aquí. Aidan y Lay tienes muchos que contarles...

Gracias por todo su apoyo, cada vez está creciendo más y más y eso me alegra tanto. Cuando la leen, cuando votan, cuando la comparten, la recomiendan o cuando las añaden a sus bibliotecas o lista de lecturas. Tanta alegría !!!. Gracias en serio, todo comenzó como una idea, a está historia siguió sola, no estaba en mis planes y tampoco le puse mucho coco como a las demás. Solita se fue creando y así a seguido. En cada capítulo, Wou de pronto la inspiración llega sin darme cuenta y bomm Capítulo nuevo. En fin, les dejo el capítulo por aquí y me despido hasta la próxima.

#LF