§-7
—Por favor, ¡de vuelvemela!. —
Suplique ignorando el arma apuntando en mi pecho.
Trate de alcanzarla, pero Yami seguía reteniendome, sin embargo luego de algunos segundos retiro el arma dándome el permiso para quitarle a mi gatita de su brazo.
La cargue en mis brazos y la acaricie entre mis manos escuchando como ronroneaba y como me maullaba además de darme pequeñas lambidas en mi nariz dándome a entender que estaba contenta por verme como yo a ella.
—Los animales son inocentes, criaturas puras. El ser humano es el único animal que conozco como para que pierda su buena voluntad. —Dijo.
—¿Qué es lo que quieres de mi? —Pregunté alejandome un poco de él.
—Que trabajes para mi. —
—Jamás.
—Esta bien. —Me apunto con la arma otra vez. —Muere entonces. —
Este sujeto.
—¿Por que trabajaría para ti? —Pregunté deteniendo su acción desviando el arma hacia la ventana donde trono por la bala que había impactado por el disparo. Por supuesto me sobre salte, este tipo no dudaba en jalar el gatillo; mataba sin remordimientos y sin sentimiento, era claro que era muy peligroso.
—Tuviste suerte. —Lo escuche decir en un susurro y guardo el arma. —No tienes de otra, estuviste involucrado a noche y por lo que veo la opción de morir para ti no la tienes muy en cuenta que digamos, quieres vivir. —
—Por supuesto que quiero vivir, como cualquier ser vivo. —Dije. Lo vi encaminarse hacia una mesa polvorienta y se sentó en ella, palmeo a su lado indicándome que me sentara a su lado.
—¿Por que trabajar contigo? Por si no lo sabes ya tengo trabajo.
—Pero ese trabajo no es opcional para ti. —Frunci el ceño cuando ya estaba sentado a su lado. —Te quiero aquí.—Objeto refiriendose al establecimiento mal cuidado.— trabajando para mi. —
—¿Bromea, no? —Volví a levantarme molesto. —¡Mira este lugar! —Sus ojos miraron el entorno, era verdad que este restaurante se encontraba casi en ruinas, se podría decir que hasta estaba a punto de caerse sobre nosotros.
Me acerque a otra mesa, le di una ligera patada y la mesa se destrozo.
—Todo se cae a pedazos. —
—Lo arreglaremos. —Dijo. —Derrumbaremos el establecimiento e inaguraremos uno nuevo. —Se levanto y camino a mi y tomo mis hombros. —Cambiaremos todo. —
Me hablaba tranquilamente como si ya fueramos muy cercanos.
—Llevara tiempo, bastante. —Puntualice. —Y no creo que... –
—Me importa poco lo que pienses. Trabajaras para mi y punto. —Camino alejándose de mi yéndose por las puertas de este restaurante. —Inicias mañana y más vale que vengas por que personalmente supervisare tú trabajo. —Y se retiro.
—¿Qué?. —Respondí sin entender.
§×§×§
Era otro día, otro fastidioso día en el que me encontraba en la escuela con mi cara de estar enojado con la vida.
Y es que no pude dormir lo que restaba de la noche.
Había tenido pesadillas en las que cierto chico se me aparecía azotandome. Torturandome entre sueños.
—¿Y esa cara? —
Jaden toma asiento a mi lado en una banca echa de cemento mientras esperábamos a que diera la hora para poder entrar al instituto y la verdad, era que no quería entrar; no quería verle la cara a ese demonio que se había escapado del infierno para torturar a este ángel.
Sonaba tonto en mis pensamientos, una pequeña risa salio de mis labios y Jaden me miro extrañado.
—¿Y ahora de que te ríes, loco? —
—No de nada, es sólo que me acorde de algo chistoso. —
—Ah ya veo. —Me dijo no muy convencido de mi respuesta. —Por cierto, ¿Que tal tú mañana? ¿Hiciste la tarea? —
Una razón más para irme de pinta, no había echo nada luego de lo que me paso en la noche. Así que con mis pocas ganas me levante y camine lejos del instituto, Jaden no tardo en alcanzarme y tomarme por el hombro.
—Oye, ¿A donde vas? El instituto queda del otro lado. —
—Eso ya lo se.—Digo sin dejar de caminar.
—¿Te vas a ir de pinta? —
—Sí. —
—¡P-Pero no puedes hacer eso!. —Dijo Jaden.
—¡Claro que puedo! Merezco un día libre para mi. —Seguí caminando y alejandome de él, pero de pronto el castaño tomo de nuevo mi hombro. —¿Jaden? —
—Vayamos al arcade y luego a comer. —
*Continuará*
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