♣-5
Pequeñas gotas seguían cayendo sobre nosotros mientras caminaba hacía mi casa, pero no era el único que iba, sino que tenía compañía "inesperada" por el momento.
—N-No era necesario que me acompañaras a mi casa.—Le dije por segunda vez.
—No hay ningún problema. De hecho no me molesta.—Me respondió con calma en su voz.
—O-Okey.—¿Cuánto más tenía que fingir timidez con este chico? Me estaba desesperando, su presencia hacía que me pusiera nervioso, que mis piernas temblaran como gelatina y que mi pulso fuera a mil por ahora.
Rasguñaba los cordones de mi mochila, hace más de un rato que los rasgo con mis uñas para pasar el nerviosismo y calmarme.
—Oye.—Me sostiene de mi hombro y me crispo de inmediato.
—¿S-sí?—Digo muy nervioso.
—Tranquilo no te voy hacer nada.—Ríe con diversión.—¿Ya comiste algo?.—Si supiera que las ganas de comer en la cafetería de la escuela se me habían ido luego de ese susto que me provoco con ese chico de cabellos azabaches y mirada asesina, bueno mi apetito había disminuido en consideración, pero...
Mi estomago me había traicionado de alguna manera, rugió con un poco de fuerza haciendo que el oji-carmín se comenzará a reír de mi y me sonroje por la vergüenza que original que estaba pasando frente de él.
—¡Y-Ya me voy a casa!—Dije muy avergonzado, comenzando a caminar más rápido y separarme unos cuantos metros de él.
Pero ni pasaron dos minutos cuando de nuevo lo tenía a mi lado.
—Vamos no te enojes.—Me dice deteniéndome de nuevo del brazo.—Sólo me preguntaba si querías comer algo conmigo.—
¡Para nada! ¡Quería llegar a mi casa, prepararme yo solo mi cena y olvidarme de este chico!.
Preferí decirle que no, que estaba bien yo así, ya luego llegaría a casa y me haría yo algo de cenar, pero como siempre el destino tenía planes para mi.
Al ver que su agarre en mi brazo ejerció más fuerza, como si no quisiera que me fuera de ahí, me asuste. Tuve miedo, no tenía otra opción más que aceptar.
—Gracias.—Hable.— pero no creo que sea lo correcto, no quiero aprovecharme de tu generosidad. Ya bastante te debo por salvarme la vida.—Me excuse, aún que cierta parte de la historia era desgraciadamente cierta; le debía mucho por salvarme la vida.
—No es nada.—Me halo y comenzó a caminar llevándome a otro lado en dirección opuesta a donde quedaba mi hogar llevándome a un barrio.
Un barrio que lo pude identificar muy bien en cuanto caminábamos.
—¡Te juro! ¡No es necesario que hagas esto!—Dije más nervioso al reconocer el lugar para donde me llevaba; el restaurante donde habían sucedido los hechos y donde nos vimos por primera vez.
¡¿Qué hace?! ¡¿Qué planea?! .
Mi corazón se acelero aun más, trate de safarme de su agarre pero el no cedió . Al contrario, apretó más fuerte su agarre sacándome un quejido de dolor .
Estaba desesperandome, estaba alterado ¡Quería irme de ese lugar de inmediato!.
—¡Comeremos aquí!.—Exclamo felicidad falsa, pude notarlo. Una sonrisa, perfectamente burlona hizo que toda mi piel se erizara por el miedo y temor.
Mire a ambos lados, la desgracia me perseguía de por si al notar la calle vacía.
—E-Es muy tarde, s-será mejor que C-comamos en O-otra O-ocasión.—Tartamudee con miedo, ya tenía muchas ganas de llorar y su sonrisa solo se hacía más grande al verme.
—¿Qué tienes?.—Me preguntó .
—N-no es n-nada.—Respondí.
Unos segundos pasaron sólo para ver como se acercaba a mi. Cerré los ojos con fuerza esperando lo peor, pero lo que sentí fueron caricias sobre mi cabeza.
—¿Mejor?.—Me pregunto de nuevo siguiendo con las caricias sobre mi cabeza.—Estas temblando, ¿tienes frío? o es que acaso...—Volvió acercase un poco más cerca, exactamente en mi oreja.—¿Tienes miedo de mi?.—
Había quedado helado por la profundidad en su voz.
Lo siguiente que sentí fue a un desconocido taparme la nariz y la boca con un trapo, sentí la esencia penetrante: era "¡Cloroformo!", ¡los bastardos intentaban hacerme desmayar!.
Deje de lado la tontería de fingir ser el típico chico tímido de la escuela y comencé a luchar por mi vida.
Aun con mis energías activas y por medio de la adrenalina pude asestarle un golpe con mi codo en su abdomen al sujeto que me retenía contra mi voluntad.
El mismo hombre se quejo por el dolor y se hizo para atrás, otro segundo después le di una patada en su costado mandándolo lejos de mi.
—¿¡Qué dia...?!—
Fue en un instante que vi a mi verdugo darme un golpe de gracia .
Esto provoco que me mandara adentro del local.
Lo escuche dar ordenes, probablemente al sujeto que había golpeado anteriormente, pero estaba tan dolido por el golpe en mi pecho que apenas y escuche nada.
—Entonces Yugi Muto.—Me nombro con tono serio mientras entraba al restaurante del viejo que había ayudado. Note que caminaba seguro hacía mi dirección.
Me levante de inmediato mostrándome a la defensiva.
—Eres bueno fingiendo.—Me alago.—Debo de admitir que caí bajo tus encantos en primera instancia.—
Nos miramos fijamente, fruncí mi ceño y con mi mirada busque alguna escapatoria o alguna arma que pudiera ayudarme.
—Pero eres malo peleando.—
De inmediato se abalanzo contra de mi. No pude reaccionar a tiempo , él era muy veloz y de nuevo me encontraba en suelo quejándome por la embestida.
—Patético.—Me dijo.
—Cierra la boca, bastardo.—Conteste tratando de liberarme de bajo de él, retorciéndome, buscando una ventaja sobre de él pero no la obtuve.
—Que boquita te cargas Yugi.—
Saco una navaja de entre sus bolsillos, me la ensaño, me vi en el reflejo de la arma y luego la paseo por mis labios presionando un poco sobre ellos para que sintiera un ardor povocado por el corte.
La sangre no se hizo esperar, podía saborear la sustacia roja que me alteraba más.
—Sería una lastima que esa boquita dejara de hablar.—
♣Continuará..
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