#23
En aquella habitación, solo, intentando entender que es lo que había hecho mal y las razones por las que mi destino estaba manchado de sangre, aún no ente día el por qué debía de seguir un camino de sangre...
Desde que tengo memoria mi vida siempre se a sucumbido en la sangre y en mancharme las manos por mi bien.
Y ahora, mi destino se vuelve a teñir de rojo sangre, como si la muerte estuviera esperando por la siguiente fila de muertos que le debo de enviar.
Mis lágrimas comienzan a caer de mis ojos, siento el temor escalar por mi cuerpo, para en mi corazón y en mi mente, lo único que puedo pensar, son en esas imágenes grotescas que trate de olvidar.
“Y vuelve la oscuridad a envolverme.”
La puerta es tocada por tres toquidos, me limpio mis ojos, carraspeo mi garganta, me arreglo un poco.
— Adelante. —
La puerta se abre y me deja ver a un mayordomo, su aspecto es maduro, podría tener entre unos 50 o 60, su cabello bien arreglado y peinado hacia atrás es canoso, tiene algunas arrugas, pero eso no evita que se vea bien conservado.
El mayordomo empuja un carrito lo dirige hacia a mí y lo deja justo enfrente, levanta la tapa de la bandeja y me deja ver una pizza recién hecha.
— El amo Yami me ha mandado a decirle que saldrá por algunas horas, mientras tanto el amo Atem lo sigue buscando, ¿quiere mandarle un mensaje?. —
Su voz es seria , no es áspera, ni gruesa, es neutra y un poco suave.
— No... — Respondí. El mayordomo asiente y esta dispuesto a retirarse pero antes de eso se gira a mi.
— Por cierto amo Yugi, se le solicita su presencia en el despacho del amo Atem a las 10: 00 de la noche. Sea puntual por favor. Odiaría sacarlo de aquí arrastras. — Me avisa.
¿Eso fue una amenaza?, da igual, en cuanto recupere fuerzas, me largo de aquí. No importaba cómo o si debía de romperme un hueso saldría de aquí vivo para alejarme e irme muy lejos.
Escucho la puerta cerrarse, bien es hora de comer pero también de planificar un escape.
Pov Atem.
El dolor es insuperable, mi entre pierna me duele como un carajo, llevo cojeando desde hace un buen rato en buscar a Yugi, pero al parecer mi casa actúa encontrá mía.
— ¿Te han explotado las bolas o algo así?. —
Mi hermano se hace presente, tiene las manos en los bolsillo delanteros de su pantalón de vestir, usa una camisa blanca, esta fajado, luce muy formal.
— ¿Por qué la formabilidad?. —
— Un negocio se ha presentado, al parecer las rosas violetas quieren negociar con nosotros, así que iré. No me esperes despierto, pienso volver hasta el amanecer. —
Se da media vuelta dispuesto a irse y dejarme de esta manera.
—¡Al menos lleva un guardaespaldas contigo!. — Le grito, desde lejos el me levanta el pulgar, confirmándome que no iría solo. — Mierda, ni siquiera le he preguntado por Yugi. —
Suspiro con pesadez, no puedo seguir así, debería ir a mis despacho o a mi habitación a descansar, ha sido un día horrible para mi.
— Amo Atem, ¿puedo ayudarlo en algo?. —
Justo a tiempo, el señor Luka se hace presente viene manejando un carrito con comida, seguramente para Yugi.
— Solo llame algunas sirvientas que me lleven a mi despacho y que traigan una bolsa con hielo. —
Luka asiente, saca un pequeño radio y se comunica con las demás sirvientas que sólo tarden cinco minutos en llegar para atenderme.
— ¿Otra cosa amo?. —
— Solicito a Yugi en mi despacho a las 10:00 de la noche, lo quiero puntual. Debo hablar con él. —
— Muy bien amo, yo se lo haré saber. —
Asentí. Era hora de irme a mi despacho a descansar un poco.
—————
Mientras transcurría el tiempo, me fui enterando que Yugi había salido de la habitación de Yami, se había alimentado de una pizza y ya con esas fuerza había intentado escapar, pero en vano fueron sus esfuerzos, el perímetro estaba custodiado las veinticuatro horas, era lógico que ese pequeño no podría salir nunca de mis territorios, más sin embargo, me había quedado impresionado por las habilidades de Yugi.
Era rápido, sigiloso, sabía pelear, incluso utilizó tacticas de seducción para que mis guardias lo dejaran pasar, increíblemente, sus tacticas funcionaban a la perfección y puedo hablaudir su gran esfuerzo llegó a la mitad del jardín, si no fuera por el señor Luka quien le disparo un tranquilizante por al ver hecho un alboroto con sus rosas rojas, había apostado que Yugi habria salido de mis tierras invicto.
Pero la suerte está hechada y Yugi me pertenece ahora.
Las 10:00 de la noche se llegaron muy rápido, me levante de mi asineto para recibir a Yugi, cuando de inmediato la puerta se abrió de golpe y me dejó ver a un Yugi que forcejeaba con dos de mis mejores sirvientas de élite.
— ¡Sueltenme!. — Grita e intenta safaese del agarre de ambas mujeres.
— Por favor salgan. — Ordene, las sirvientas soltaron a Yugi al suelo, ella hicieron una reverencia y se fueron cerrando la puerta detrás de ellas.
Me dirigí por completo a Yugi, el menor se encrespo en su lugar, trató de cubrirse, pues sólo estaba vestido con una camisa de tirantes negro que le quedaba un poco grande, u o de los tirantes ya iba por su hombro, su piel relataba con ese tono de color, se le veía apetecible y más con esos shorts negros y cortos, hacían lucir esas piernas largas y blancas.
— Buen intento al querer escapar. — Le felicito por su maniobra fallida, le subo el tirante a su hombro, él me ve desconfiado y se aleja de mí dejándome con la mano estirada. — Yugi. — Pronunció su nombre.
— Solo dime que quieres que haga. — Me dice, ya rendido. Esta resignado a tomar esta vida tan oscura. — ¿Quieres fornicar conmigo?, ¿quieres que mate por ti?, habla ya. — Sus ojos se vuelven fríos y calculador es, su semblante se endurece.
“Ese dulce niño, había desaparecido.”
— ¿Sexo contigo?. — Le preguntó. — Quisiera tenerlo justo ahora. Me hace mucha falta de hecho. Pero no quiero eso. No ahora. ¿Qué mates por mi?, lindo, eso lo puedo hacer yo mismo. —
Note como Yugi se tensaba nuevamente pero con ello obtuve un sonrojo que pintaron sus regordetas mejillas.
— Quiero que trabajes conmigo. — Voy al grano. Soy muy directo con respecto al trabajo.
— Ni de...
— Y no aceptaré un no por respuesta. Por que mi amado y querido Yugi. — Me acerco a él, le tomó de su barbilla, cruzamos las miradas. — Se que tienes a personas que amas mucho, ellas puedan tener una vida soñada. Una vida fuera de preocupaciones. Pero si rechazas mi oferta, creeme que tu pequeña familia estará muerta en lo que canta un gallo. —
No me gustaba amenazar, pero sabía que era la única manera de que Yugi se uniera a nosotros. Tenía madera de poder liderar a pequeños ejércitos, de hecho él con su encanto que posee inatamente, era un arma de doble filo.
Yugi podría actuar como un no bueno pero a su vez como un niño realmente malo.
Ya veo por qué Yami se interesó por él.
Y al ser yo. Muy curioso me he dado la libertad de investigar más a fondo de Yugi. El venía del orfanato de donde provenimos Yami y yo. Así qué Yugi era igual a nosotros.
—¿Qué me dices?. —
El se levanta, abofetea mi mano alejando la. No me inmutó ni siquiera a regalarle, tiene carácter el niño, eso me gusta.
— En primera a mi no se me amenaza. En segunda yo ya no hago ese tipo de "trabajos". En tercera, yo pondré mis condiciones. Si trabajo contigo o no se deberán establecer reglas. —
Sonrió.
— Todo lo que quieras pequeño. — Accedo. — Pero con una condición. —
—¿Cuál?. —
— Seremos sólo tú, yo y Yami. Nosotros tres y nada más. —
—¿Me propones un trío?. —
—Una manera tan morbosa de verlo, pero sí. Te propongo un trío. — Le dije. — Entonces, ¿qué opinas de esto?.
*Continuará...
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