#22.
— Es una historia que de verdad no me gustaría contar. — Dije con la voz apagada.
— Te entiendo. — Dijo Yami.
La habitación se quedó en silencio, me quedé viendo el suelo esperando a que trajeran al pizza, pero al parecer debía de irme.
Yami dijo que su hermano trataría de buscarme, debía de moverme para que no me encontrará.
— ¿Hay una salida por aquí?. — Le pregunté levantándome para ir hacia las ventanas y ver los posibles escapes.
— La puerta principal. La puerta de de la cocina que es la trasera. Las ventanas del segundo y primer piso. —
¿De verdad me estaba diciendo las salidas?, ¿por qué?.
Voltee a verlo.
— No te estoy mintiendo. —Me dijo. —¿Quieres escaparte?, ya te dije por donde, depende de ti salir de aquí. —
—¿No me detendrás?.—
—¿Debería?. — Me preguntó de vuelta.
— Se supone que eres un mafioso, ¿el jefe no?. —
— ¿Y eso qué?, tu eres un simple chico que por error acabó aquí. —
—¿Error?. — Pregunté confuse y él se levantó de su lugar.
— No debiste de meterte la primera vez que nos vimos. No debiste darme tu dinero, ¡debiste de continuar tu camino!, pero en vez de eso te arriesgaste, pusiste tu vida en juego conmigo y ahora con mi hermano. —
Se veía preocupado por mi.
— ¿Acaso no sabes valorar tu vida?. — Prosiguió tomándome de los hombros. — Tenias una vida por delante y la dejaste escapar. —
Sus ojos rojos eran hipnotizantes, podía ver que eran expresivos y que la preocupación por mi era real.
— ¿Por qué dices que “tenía” una vida?. — Pregunté sin entender a qué quería llegar. Espera no estará pensando en... — ¿Vas a matarme ahora?. — Retrocedí en cuanto pude de él.
— No, Yugi. — Respondio. — Yo no mató a mis aliados. Ni a mi familia. —Me dio un pequeño golpe gentil en mi hombro para luego darse la vuelta. —Bienvenido Yugi. —
Al finalizar esas palabras salió de la habitación dejándome solo y con la peor carga de conciencia de toda mi vida.
— No puede ser. —
Ahora ya no te Iá escapatoria y ya no tendría no como salirme de esta.
Yo ya era parte de la mafia desde que me encontré con Yami.
Él tenía razón, debí seguir mi camino cuando pude. Debí hacerlo...
*Continuará...
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