9.ESCAPANDO DE LOS DEBERES
RAPHAEL:
Estaba esperando a Karina en el lugar dónde habíamos quedado, no llevaba mucho tiempo esperándola, si acaso unos quince minutos... de acuerdo, tal vez necesite ayuda, estaba por irme y entrar de nuevo al castillo cuándo veo como Karina se escabulle por una de las ventanas, traía un vestido puesto, algo que realmente llamo mi atención, creía que la espera había sido para que pudiera cambiarse por algo más cómodo, se veía bien así, pero me resultaba desconocida esa parte de ella, el vestido era de color turquesa, o tal vez un verde azulado, pero la parte de los hombros estaba cubierta por un color negro, se acercó sonriendo, y yo me aseguraría de que esa sonrisa durara el mayor tiempo posible antes de lo que posiblemente sucederia, me sentia mal por lo que iba a hacer, pero no quería que nada le pase
-perdón por la tardanza-dijo
-no hay problema pero...-señale su vestido
-resulta que también confiscaron mi ropa, fue lo más cómodo que logre encontrar-explicó
-creí que te gustaba el frío-
-en realidad es más fresco de lo que parece, resulta extraño, pero es como si fuera hecho especialmente para mí- me dijo-la tela es ligera, delgada y muy suave-
-no creo que puedas seguirme el paso con eso-le dije burlándome
-confiscaron mi ropa pero no mis zapatos-dijo mientras me mostraba los tenis negros que traía puestos, comencé a reírme, no había duda alguna de que era una chica lista
-¿Qué hacemos primero? -me pregunto
-tenía un par de ideas pero el vestido lo complica todo-le dije mientras sacaba de su escondite un par de tablas para snowboarding, comenzó a dar ligeros brincos en su mismo lugar, era más que obvio que le emocionaba el reto
-puedo con eso y más-me dijo
-escalaremos un par de montañas y por último un paseo por la nieve en trineo, hable con cierta persona que no tuvo problema en prestarme su trineo... lo del salto en paracaídas si tuve que descartarlo ya que Tony no accedió a prestarme uno de los jets-le dije, ella salto sobre mí, tirándome en la nieve
-sé que me amas demasiado y que no puedes vivir sin mí pero tenemos el tiempo contado-le dije
-¿entonces qué esperamos?-dijo mientras me tomaba de la mano y comenzaba a jalarme, gracias a un experto en montañismo sabía cuál sería la montaña perfecta para escalar y deslizarse, evite por completo la montaña del norte, quería evitar cualquier recuerdo doloroso que pudiera tener Karina, no tuvo problemas por el vestido como yo supuse, era una gran atleta e incluso me sorprendía el cuidado que tenía con el vestido, como si tuviera una conexión con él, lo cual era doblemente raro, aunque en una carrera yo le gane, dejándola muy atrás, me pareció raro que no hiciera trampa, me detuve un momento, pero ella no llegaba, comencé a alarmarme... ¡cierto! Pero que estúpido, ella era la reina de Arendell, era obvio que tuviera algunos enemigos que quisieran hacerle daño, sobre todo por sus poderes, regrese corriendo lo andado, estaba realmente preocupado, una parte de mi decía "ella está bien, te preocupas demasiado, sabe defenderse" pero por el contrario, la parte que me consumía por completo era la que me decía "idiota, como la dejaste sola, se hará daño, está en peligro, ¡no debiste dejarte convencer de escaparte con ella!", comencé a correr más y más rápido debi aceptar la ayuda de Tony, si algo le pasaba... intente apartar esas ideas fatalistas de mi cabeza, estaba al borde de la desesperación; cuál fue mi sorpresa al ser atacado por cientos de bolas de nieve, se escuchaba la risa de Karina aun lado mío, me levante molesto, tenía los nervios desechos, aunque agradecía que estuviera a salvo
-¡debiste ver tu cara!-siguió burlándose, yo quería venganza así que arme una enorme bola de nieve con mis manos y se la lancé, cosa que solo empeoro las cosas... para mí, ella se agacho y esquivo mi ataque
-con que así quieres jugar-me dijo, con sus poderes creó la más grande bola de nieve que haya visto en mi vida, la dejó caer a desnivel, rápidamente comencé a correr, iba a aplastarme, pero entonces tropecé y comencé a rodar, me detuve al chocar con un árbol, me levante algo adolorido, pero entonces vi como la bola de nieve aún se dirigía hacia mí, no hubo tiempo para reaccionar, quede enterrado en la nieve, no me moví, Karina dejo de reír
-Raph... ¿Raph?-llamó, no hubo respuesta, sentí como se acercaba poco a poco-¡Raph!-esa fue mi señal, me lancé hacía ella, ella soltó un grito asustada, en cambio, yo me comencé a reír, estaba sobre ella
-no es gracioso-me dijo molesta
-toma eso como mi venganza-le dije
-eso no es justo-
-¿entonces asustarme a mí, pensando que algo te había pasado si lo es?-
-emmm... ¿sí?-me respondió ella, empujándome y ahora poniéndose sobre mí
-no, no lo es-
-que aburrido eres-dijo mientras se levantaba
-bueno-dije después de unos minutos en silencio-aún nos falta un gran tramo que recorrer y en poco tiempo, así que solo nos queda una opción-
-¿cuál...-no pudo terminar la frase, la cargue y comencé a correr cuesta abajo
-esta opción no me agrada-refunfuño
-pero a mí sí, dudo que quieres perderte de un paseo en trineo-
-touche-me contesto, puso sus brazos sobre mí cuello, ella tenía dos caras, lo descubrí conforme avanzaba nuestra relación, cuando se encontraba en peligro era ruda, fría y calculadora, hacia lo que hacía falta para lograr sus objetivos, siempre concentrada y sin el menor rastro de duda, jamás se daba por vencida; por otro lado, era dulce, tímida, cegadoramente encantadora... y muy sensible, era la cara que menos mostraba, el menos con el resto, yo la conocía, pero algo me decía que con nadie más se había abierto así, lo cual me hacía sentir bien, cuando llegamos a nuestro destino ella bajo rápidamente
-¿Sven? ¿Cómo lograste que Kristof te prestara su trineo?-me pregunto sorprendida mientras se acercaba a acariciar a Sven, ambos subimos al trineo, ella me miraba aun esperando una explicación
-no lo robe-le aclare-dije que saldríamos de paseo y él dijo que lo llevara, menciono algo de "no hay nada más romántico que un paseo en trineo por el bosque a toda velocidad"; eso sí, dijo que regresáramos antes del anochecer, si es que no queríamos convertirnos en comida para lobo-tome las cuerdas que ataban a Sven y me quede mirando por un momento el trineo
-no sabes cómo conducirlo-adivino, ¡demonios! Debí pedirle unas clases antes de salir, vi como Sven rodaba los ojos y comenzaba a andar por si solo
-rebajado a que un reno sepa mejor cómo manejar un trineo-Karina río, vaya que le resultaba graciosa la situacion
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