Bridgette

Marinette y Alya extendieron la cobija sobre el césped recién cortado del campus y se sentaron frente a mi.

Habíamos decidido hacer un picnic para nuestra tarde de chicas semanal. Tratábamos que estas tardes se vieran enriquecidas de los chismes que no llegamos a contar por nuestros desajustados horarios.

— Es un tipo de relación extraña, ¿saben? — dije sacando la comida de la canasta —, porque de hecho no es ningún tipo de relación, en realidad.

Tras sus expresiones extrañadas, opté por explicarles la situación.

— Solo hemos llegado a hablar una que otra ocasión y nos preguntamos cosas totalmente aleatorias. Y claro, no nos hemos dado nuestros números o redes sociales, pero tengo el presentimiento que podrían resultar las cosas con Félix.

— ¿Pero, chica, él aún no te ha invitado a salir? —Alya preguntó y casi me avergoncé al negar con la cabeza—. Deberías de invitarlo tú.

— De ninguna manera me siento preparada para eso... él no es tan... ¿cómo decirlo? —trate de pensar en una palabra que estaba buscando, pero nunca apareció la adecuada—... algo más serio. No quiero apresurarlo.

Marinette fue la que tomó la palabra después, algo risueña.

— ¿Serio? Brid, no se porque no puedo asimilar esa personalidad para un novio tuyo.

— Pero créeme, la conexión fue instantánea. Pareciera que estamos destinados a chocar.

Las chicas se rieron y, para que negarlo, yo también reí al pensar en lo extraña que se escucha esta historia, pero aún así, para mi es perfecta

Tenía mucho que no tenía una conexión así con alguien, no desde que mi hermano se alejó de mi. Recuerdo que nuestra mente trabajaba como una sola, siempre uña y mugre... hasta que la mugre se fue a más de quinientos kilómetros de su uña.

— Bridgette, ¿todo bien? —me pregunto Alya, inmediatamente despeje esos tristes pensamientos de mi pasado. No es momento de que las chicas se compadezcan de mí.

— Claro, no es...

Mi falsa excusa se vio interrumpida por un tono que conocíamos bien, era el novio de Marinette.

Ella se disculpó y contestó la llamada alejándose de nosotras, y por una parte me alegre. No es que el chico me cayera mal, al contrario, es muy agradable... pero cuando hablaban por teléfono tardaban horas.

Aunque, lo que me causa algo de curiosidad es cada que platica de sus supuestos "amigos" porque, a decir verdad, yo no conozco a ningún "amigos". Algunas veces menciona a un chico de su clase, pero ni lo conozco ni se quien pudiera ser. Es muuuy reservada con ese tema.

— Bueno, una menos —bromeó Alya, haciendo que las dos despegáramos la vista de nuestra amiga y siguiéramos con nuestra comida.

— Tranquila, chica. No dudo que ese chico pronto te invitara a salir.

Le sonreí, esperando que sus palabras se hicieran realidad pronto.

———

Adrien

— No puedo crees que sigas así— dijo Felix mirando el camino—. Ya no te puedes retractar, su rompimiento fue duro, es lógico que te hayas sentido mal después de hacerlo, pero ya pasaron dos semanas. Tienes que dejarlo ir.

Torcí los ojos ante tal exageración, Félix creía que estaba deprimido por mi rompimiento con Chloe, pero no es así.

Si me sentí mal desde el instante que corté la llamada pero no podía hacer más, era mejor estar separados. Ella no merecía que le hablara de la forma en la que le hablé ese día y acepto que me porté como un completo idiota... pero esa no es la razón que esté así ahorita.

Le pedí de favor si me podía llevar a casa de mis padres, aprovechando que acababa de llegar su auto a la ciudad. Ya había aplazado mucho la visita hacía con ellos y creo que ya es necesario para mi salud mental hablar con ellos. No lo he hecho desde qué pasó todo el problema con mi media hermana, pero la espera de que no esté aquí, no tengo dudas que por lo menos podré hablar tranquilamente con ellos.

— No se de que hablas.

Él no volvió a hablar hasta que la casa estuvo en nuestro campo de visión.

— No creí que tu casa pareciera una mansión —dijo estacionando el coche frente al portón—. ¿Necesitas que pase a recogerte o puedes regresar solo?

Negué con la cabeza. Sí todo sale bien le pediré a mi mamá que me lleve.

Cuando perdí el auto de vista, toqué el timbre. Dos minutos después una larga cabellera rubia apareció en la puerta.

— ¡Adrien! —exclamó más que sorprendida mi madre y se lanzó a mis brazos.

Se siente mucho más delicada de lo que recordaba, pues cuando me fui a Londres hace tres años para estudiar la preparatoria, estaba casi de su estatura y ahora me llega algo arriba de los hombros. Cuánto extrañe estos abrazos.

— ¡Oh, querido! —comenzó a tantear mi cara, recordando cada nuevo rasgo adquirido en los últimos años—. ¿Esto no será acaso un sueño?

— No, mamá. He regresado a casa.

Tomé sus muñecas, besé sus delgados dedos e ingresamos dentro. Todo estaba tal cual lo recordaba.

— No sabía si habías decidido estudiar aquí o quedarte en Londres —nos dirigimos a la sala y se sentó a mi lado—. Por favor, dime que optaste por Paris.

— Yo tampoco sabía que hacer pero decidí regresar, Londres no me termino gustando tanto como esperaba.

— Querido, necesitarás días para contarme todo lo que viviste allá. No sabes cómo sufría por no saber nada de ti.

Me quede unos largos segundos sin contestar. Me hubiera gustado haber estado en comunicación, sobre todo porque el problema no era con ella específicamente, pero quería alejarme de todo.

— Necesitaba tiempo para pensar, mamá.

— Bueno, espero que esos tres años te hayan sido suficientes, ya no te quiero fuera más tiempo —dijo apretujándome. Yo igual la había echado tanto de menos.

— Creo que lo fueron, o por lo menos para algunas cosas. —inhale su aroma y me aleje—. ¿Está mi padre aquí?

— No, Cariño —dijo con una mueca—. Ayer viajo a Italia para resolver algunos problemas allá, no llegará hasta el lunes.

Por una parte me alegra que así haya sido,  pues no habrá una posible pelea el día de hoy, pero en hubiera gustado ya arreglar las cosas con los dos de una vez.

Recuerdo que el apoyo mi decisión de irme, pero cuando sucedió todo el problema, claramente se fue del lado de mi hermana. Al ser su padre legítimo de ella y no el mío, obviamente alteró la balanza.

— Por ahora es mejor así. Tal vez venga a hablar con él luego.

Mi madre me miró algo melancólica pero solo se levantó de pronto y dijo:

— Iré a calentar la comida.

Como extrañaba estar de regreso.

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Cómo ya saben esta historia es creada y escrita por MafersonadeOlla (este y más capítulos fueron escritos por ella) y su servidora quienes ponen todo de su parte para sacar capítulos más seguidos y con buena calidad, gracias por su paciencia con las actualizaciones lentas y espero les guste.

Los personajes no son nuestros son de Disney de la serie animada miraculous ladybug.