Coqueteo
Marinette
— ¿Estás seguro? —le pregunté, aún sin creérmelo del todo. Adrien me miró con un aire misterioso y me respondió.
— Pero claro, yo la ví con mis propios ojos —dirigió otra mirada hacia nuestra maestra de artes y al profesor de literatura, que estaban charlando muuy amigablemente—. Están saliendo a escondidas.
— No me sorprende, se ven muy amigables los dos —dije antes de seguir caminando de nuevo, él no tardó en seguirme el paso hacia los dormitorios.
En las últimas semanas había convivido mucho con Adrien. Principalmente en las clases de artes que tenemos juntos, pero muchas veces también fuera de. Siento que conectamos bien... aunque siempre me tengo que recordar que no tenemos que conectar tanto.
Siempre que me ponía a pensar sobre mi amistad con él, un remordimiento llegaba de pronto. Sentía que estaba traicionando a Nath aunque no fuera así. Ya le había platicado a él de mis nuevos amigos, pero tampoco le decía que en vez de "varios" amigos, tenía solo tres: Bridgette, Alya y Adrien.
— ¿Quieres ir a desayunar? —me preguntó, señalando un camino— Felix me contó de un nuevo lugar que encontró.
— ¿Felix? —pregunté. No había oído hablar de él.
— Ah si, es mi compañero de cuarto —encogió los hombros, como lamentando no haberme platicado del asunto—. Es un poco tímido, pero agradable.
— Oh, que bien. Aunque no puedo ir a desayunar, quedé con una amiga de terminar un trabajo.
— ¿Y si te digo que tengo un problema con la tarea de hoy? Así te podrías quedar un rato más.
— Lo siento, no tienes tanta suerte el día de hoy—le respondí empujándolo suavemente.
Algo que me confundía mucho eran sus ligeros coqueteos. O sea no sabía si en verdad eran coqueteos, pero yo así los tomaba. Hacían que mis emociones se confundieran más.
Sin esperar respuesta, adelante mi paso y me despedí agitando la mano, dejándolo solo a mitad del camino. Tal vez así era mejor.
————
Felix
Entonces la ví. Estaba hablando con una chica de tez morena y anteojos. Se veían muy animadas en su platica y no quise interrumpirlas. Pero no por eso dejé de observarla.
No sé qué es lo que veo en Bridgette, pero desde el primer momento en el que la vi, algo sentí. Primero fue enojo por haber tropezado conmigo, pero luego ya no se que fue.
Lo que más me resulta chistoso es que nuestros todos nuestros encuentros, hemos chocado.
De la nada, otra chica se les sumó, pero no le preste mucha atención porque con su llegada, Bridgette se despido y tomó su camino.
Estaba tan distraída en su teléfono que se me hizo fácil llegar hasta ella y cuando menos me di cuenta, ya estaba dándole un ligero empujón con el hombro.
— Creo que me toca preguntar a mi, ¿cierto?
Ella inicialmente se sorprendió, pero al ubicarme, pasó a un gesto divertido.
— Hola a ti también, Félix —me regalo una de sus sonrisas y siguió su camino, esperando que yo la siguiera—. Y bien... ¿qué quieres saber?
Fingí pensarla un poco, aunque ya sabía que sería.
— ¿Tu color favorito?
— Mmm... El gris
De todos los colores que creí que le gustarían, el que menos me imagine fue ese. Es un color tan triste que no queda para nada con su divertida personalidad.
— ¿Y eso porque?
Dimos la vuelta hacia la sección donde se encontraban más salones, pero dirigidos a materias contables y se detuvo.
— Bueno, es el color de tus ojos —declaró y se acercó a besar mi mejilla. Instantáneamente dio la vuelta y siguió a su habitación, dando por terminada nuestra charla de hoy, no sin antes guiñarme el ojo—. Nos vemos, Fe.
Últimamente eran así nuestros encuentros cada que chocabamos "accidentalmente". Nos turnamos para hacernos preguntas el uno al otro, se podría decir que era nuestra forma de coquetear.
— ¡La siguiente me toca a mi! —gritó antes de desaparecer a su unidad.
Esta chica va a volverme loco.
————
Adrien
Lo primero que hice llegando a la habitación, fue tirarme a la cama. Estaba taaan agotado.
Lo bueno es que ya casi es fin de semana. Tenía pensado ir con mis padres desde de tanto tiempo sin visitarlos desde que regresé a París, pero no se si sea buen momento. Considerando que ir ahí implicará un gran desgaste mental para mi.
Cuando menos me di cuenta, me estaba entrando una videollamada de Chloe. Interrumpiendo mi gran plan de dormir un rato.
Estuve a punto de rechazar la llamada, pero sabía que no tardaría en volver a insistir hasta que conteste, entonces para que aplazar lo inevitable.
— ¡Hola, Adripuuu! —saludó emocionada, apareciendo en la pantalla de su celular— ¿cómo estás?
— Hola, Chloe. Estoy bien, creo. Solo algo cansado.
— ¡Oh Adrien! Te extraño tanto —mencionó ignorando lo que dije— ¿Tú no me extrañas a mi?
Hice una mueca sin quererlo, recordando que ese fue el principal problema de esto. Todo se trataba de ella.
Las cosas habían estado tensas desde antes de que me viniera a estudiar, pero creí que estando separados, los ánimos se relajarían. Pero, sinceramente, ya no puedo seguir fingiendo que siento lo mismo. En especial, conociendo a chicas con las que si conecto... como Marinette.
— ¿Cómo has estado tú? —desvíe la pregunta. Ella notó la razón, pero no dijo nada, solo bajo la mirada pero al instante la subió. Nunca bajando las defensas.
No puede seguir con estas falsas esperanzas de reparar algo que ya está quebrado.
Otra cosa hubiera sido que hubiéramos arreglado las cosas desde que empezó a quebrantarse, pero no ahora, que estamos más lejos que nunca.
— Así que ya decidiste, ¿no? —se defendió, alzando la cabeza—. Tú te vas a Paris y conoces a veinte mil personas mientras yo me quedo aquí en Londres, esperándote.
Había llegado la hora.
— ¡Enserio crees que todo es de color rosa aquí! Vine acá a estudiar, no es mi culpa que no quisieras salir de Londres... ahora no vengas a echarme la culpa.
— Pero claro que es tu culpa, tú querías alejarte de mí —se justificó—. Yo no fui quien huyó.
— ¡¿Mi culpa?! Yo intentaba, Chloe, pero tú solo piensas en ti y en nadie más.
— ¡Ay por favor! No me vengas con eso de nuevo, si bien sabes que no soy la única.
— Pues es la verdad —dije antes de llevar mis manos a la nuca, exasperado.
Ella se quedó unos segundos callada y luego resopló.
— Que ilusa soy. Si se lo hiciste a tu propia familia, era de esperarse que me lo hicieras también a mi —subió sus manos a la altura de su cabello y tiró de ellos débilmente—¡Sólo te la pasas huyendo de las personas que te quieren!
— No metas a mi familia en esto.
Ella sabe que mi familia es un punto delicado en mi vida y no tiene el derecho de criticar mis decisiones.
— ¿Sabes qué? Tienes razón. Fue un error... todo esto —dijo haciendo un movimiento con las manos entre ella y su celular, como si yo estuviera frente a ella.
— Creo que si, fue un error.
Tras mi respuesta no dijo nada. Se mordió el labio, analizando si lo que estaba a punto de decir era conveniente... pero solo toco la pantalla y colgó. Dejándome en absoluto silencio.
Solo tiré el teléfono y me volví a tirar a la cama. Esta fue una larga semana.
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Chicas y chicos disculpen la demora después de el pequeño aviso anterior, por motivos personales y de estudios tuvimos que parar esta hermosa historia, aunque hemos vuelto y prometemos tener capítulos más seguidos con respecto a nuestro tiempo libre.
También quiero enseñar el talento de mi prima como escritora individual en su cuenta (ya que esta historia la escribimos ambas) MafersonadeOlla en Escritos Melodiosos de también la caricatura miraculous, hermosos capítulos sube ♥️.
Por su atención y su paciencia mil gracias por parte de ambas, los queremos.
Bye babys...
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