Bridgette

Me levante temprano junto con Marinette pero como era sábado quería despejarme un rato de todo ese ambiente escolar así que me arregle mientras Mari tenía una videollamada con Nathaniel y me dirigí a casa de mis papás donde espero que no esté mi hermano.

Cuando llegué a la mansión mi mami me abrió la puerta recibiendome con un abrazo.

- Hola nena - me dijo con una cálida sonrisa - ¿Cómo has estado? - Me dijo mientras nos dirigimos al comedor.

- Bien má ¿y tú?

- Bien, de hecho, iba a ir de compras porque tu papá fue al golf con sus amigos, ya sabes como es tu padre. ¿No me quieres acompañar? - Me pregunto con una luz en sus ojos que reflejaban lo mucho que esperaba que la acompañara.

- Bueno... vamos, al fin que pensaba estar todo el día contigo.

Mi madre le pidió al chofer que nos llevará al centro comercial y mientras estabamos de camino mi mamá me hizo la platica.

- Oye amor - Me dijo con voz algo avergonzada - ¿No has pensado en hablar con tú hermano?

- No mamá, no quiero hablar con ése traidor - No se por que mi mamá lo saca de repente. No llevo con ella ni dos horas y ya me está hablando de él.

- Pero Bridgette él sólo...

- Nada mamá - La interrumpo - No quiero que lo defiendas, es más, no quiero que hablemos más de él.

Luego de unos eternos minutos de incómodo silencio llegamos al mall.

- Bueno vamos a comprar - Me dijo bajando del auto. Luego de otro largo rato de silencio siguió - Ya... No te enojes conmigo porque yo no tengo la culpa.

- Si mamá. Perdón por hablar así de el pero enserio me decepcionó mucho lo que me hizo - Mi mamá me iba a decir mas cosas pero mejor guardó silencio... Yo creo que sabe que está platica acabaría en pelea.

Fuimos a varias tiendas y compramos algunas cosas para mi habitación. Cuando empezó a nochecer mi mamá le pidió al chofer que me llevará de nuevo al instituto.

Al llegar a la habitación me encontré una nota de Mari que decía que fue a la biblioteca por unos libros en lo que llegaba preparé emparedados para cuando ella llegará cenar juntas.

Después de 15 minutos escuché que la puerta se abrió y vi que Mari llegó como con unos 20 libros, 50 chamarras, 10 bufandas, unos guantes y un gorrito porque aquí en París llegó una nevada en mero Septiembre. Aquí los climas están raros.

- Hola Brid - me dijo con una voz agotada claramente de que estuvo todo el día buscando libros. - ¿Qué has hecho hoy?

- Fui a comprar cosas para el departamento con mi mamá. ¿Las quieres ver?

- Mejor despues Brid. Estoy algo cansada - dijo mientras pone los libro en su mesa y se quita los abrigos.

- Bueno, hay que cenar - Le dije mientras me acercaba a la mesa - Prepare unos emparedados.

- Gracias, en verdad estoy hambrienta.

...

Adrien

Me quedé pensando en todo lo que pasó en mi vida; mi novia, supongo que nunca la vi como tal, ella era mas bien una buena amiga, la queria mucho y en parte me recuerda a mi hermana, fue muy duro para mi separarme de ella pero tenía que seguir con mis sueños.

Llegue a un punto en el que me cansé de pensar en todo eso, siempre me dijeron que una buena taza de café negro alegra tu día, así que con la cabeza aún divagando me fui a desayunar a una cafetería que ya había visto antes, pedí unos crossants y un café negro, me dispuse a desayunar tranquilamente y olvidar tantas cosas que había en mi cabeza, cuando terminé me sentí mejor pero al caminar mi cabeza siguió divagando hasta que recibí una llamada:

- Adriaaaan, cariñoooo!! - oh no.
- Hola Chloe - no tenía mucho humor como para hablar con ella - ¿cómo estás?
- Muy bien, corazón ¿Ya tiene rato que no te veo, en donde estás?— a veces no me gusta que no me preste mucha atención.
— En Paris, Chloe. Ya llevo una semana aquí, ¿No recuerdas que te lo había dicho?
- Ah claro; Adripu, ¿cuando vas a venir?
- No lo sé, tal vez en vacaciones.
- ¿No puedes venir antes?, Te extraño.
- Yo también te extraño Chloe, pero he estado muy ocupado con la escuela.
- Lo entiendo, pero tal vez un fin de semana puedas venir y comemos en la plaza que te gusta, como en los viejos tiempos.
-Si, sería bueno hacer eso — En realidad no le prestaba mucha atención pero sería bueno ir pronto a Londres.
-Avísame cuando vengas, me harás muy feliz.
-Oye me tengo que ir.
-Esta bien, te llamo luego, te quiero Adrien.
-Igual te quiero Chloe, nos vemos pronto.

Y colgué así sin más, creo que fui un poco cortante con ella pero no tengo ánimos para ser romántico ahora.

Decidí que lo mejor sería regresar a mi habitación por que no tenía ganas de hacer absolutamente nada en todo el día.
Al abrir el picaporte de la habitación vi a Félix acostado en su cama y se veía que no quería que nadie lo interrumpiera pero aún así no me importo y lo salude.

- Hola Félix - Aunque intente parecer alegre creo no lo logre por cómo me contestó.

- ¿Y ahora a ti que te pasa? - Tan obvio soy.

- Nada ¿Por?

- Es que se nota que traes algo por tus ojos, se te ven algo apagados.

- Me atrapaste, pero ya no quiero pensar ni hacer nada... Pero sabes, ahora comprendo cuando quieres estar solo y nada más quieres leer tú libro por horas y desconectarte de todo. - Le dije mientras me sentaba en la orilla de mi cama.

- Ah... - Pensé que diría algo más. Pero después de unos minutos de silencio deduje que ya no diría nada.