Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XIII

Ambos príncipes estaban confundidos por la presencia de aquel bosque y se animaron a ingresar a él. Iban caminando y observando todo detenidamente, presenciando que ese bosque no era común. Habían mariposas que volaban en sentido contrario, hadas, árboles con frutos conocidos para ellos pero un poco extraños del lado en el que estaban con colores variados. Del otro lado, aparecía otro lugar del bosque dónde todo era común.

-¿Ves lo mismo que yo veo, Leonardo? -Preguntó Wilfredo tomando uno de esos frutos extraños de uno de los árboles.

-Sí, veo lo mismo... ¡Espera, ni se te ocurra tocar eso! -Exclamaba el león algo preocupado- No sabemos que puede contener.

-No, no lo voy a comer... Pero tengo curiosidad por saber qué es esto -Decía él mirando más hacia la fruta que tenía una forma de pera azulada- Quiero ver qué pasa si la pruebo, quiero aventurarme a ver, además tengo mucha hambre -Decía acercándola cada vez más a su boca.

Leonardo le quitó la fruta de su mano y la lanzo lejos. Wilfredo, por su parte, se enojó bastante y frunció su ceño hacia el león. 

-¿Pero qué rayos te pasa? ¡Sólo quería probar esa fruta! -Dijo el lobo mirándolo aún con enojo.

-No, no iba a permitirlo. Podría ser una fruta venenosa o algo. No quiero que te pase nada.

-Grrr... Pero no debiste lanzarla. Debías...

Pero Wilfredo fue interrumpido por un anciano quién pasaba por allí. Era un lobo blanco ya de una edad bastante avanzada quién se acercó a escuchar la discusión que los príncipes tenían.

-¿Por qué tanto alboroto, jóvenes? -Preguntaba el anciano.

-Disculpe usted, señor. Lo que pasa es que mi amigo quiere comerse una fruta que no sabemos si puede ser perjudicial para nosotros -Decía Leonardo al verlo y notar como Wilfredo buscaba otra fruta- ¡No lo hagas, no la comas! 

-Tengo hambre, Leonardo. No puedo evitarlo. Si queremos investigar lo que sucede y está relacionado con nuestros territorios tenemos que alimentarnos bien -Dijo el lobo arrancando otra pera.

El anciano observó al lobo detenidamente y luego esbozó una gran sonrisa. Acercándose hacia el león, susurró en su oído al bajar su cabeza y comentarle algunas cosas.

-Deja que la pruebe, confía en mí. Ya verás lo que le pasará, no te preocupes -Susurró el anciano.

-Pero... ¿No es peligroso? -Preguntó Leonardo tras ver como el lobo comía la pera tranquilamente.

-No, no es peligroso. Pero pronto verás lo que le sucederá -Sonrío el anciano mientras observaba y esperaba aquel suceso.

Después de que Wilfredo comió toda la pera, se relamió completamente complacido acariciando su vientre cuando de pronto comenzó a sentir que su cuerpo sufría algunos cambios.

-¡P-Pero qué es esto! -Exclamaba él preocupado por la manera como su cuerpo iba cambiando y haciéndose más grande- ¡Ayúdame, ayúdame Leonardo! 

-¡Wilfredo! ¡Oiga, qué le pasó! -Exclamó el león preocupado por el lobo.

-Ya verás, sigue mirando -Sonreía aún más el anciano.

Con el paso de los minutos, Wilfredo se convertía en un animal enorme transformándose poco a poco. Comenzaron a crecerle los dientes, las patas, las orejas, la cola y la nariz. Le salieron bigotes y su pelaje también cambió de color, sus músculos eran más grandes y se le podía notar una voz más grave, con ronroneos. Cuando terminó la transformación, Leonardo pudo ver en lo que su compañero se había convertido: era ahora un tigre azul.

-¡Eres un tigre azul, Wilfredo! -Exclamaba sorprendido el león- ¿Cómo sucedió esto? -Preguntó. 

- Eso sucedió porque comió de una de las frutas de este lado del bosque -Dijo el anciano abriendo sus brazos apuntando con su brazo izquierdo el bosque común y con el lado derecho el bosque multicolor.

-¿Pero de qué se trata esto? -Preguntó Wilfredo preocupado ya por la forma cómo se veía- ¡Qué es esto! 

-La parte que señalo al extender mi brazo izquierdo contiene los frutos que te harán volver a la normalidad. Son duraznos que crecen comúnmente en aquel bosque -Decía aquel anciano mientras explicaba- Pero el bosque que yo señalo del lado derecho, hay frutas con cuatro colores diferentes: la pera azul convierte a quién la coma en tigre del mismo color, la piña roja si la comes te convertirá en un lobo rojo, si pruebas la fresa amarilla te convertirás en un gato de ese color y si comes la mora verde, serás un dragón de esa tonalidad.

Los príncipes querían comprobar si eso era cierto y probaron todos los frutos de los cuáles les había hablado el anciano. Ellos pudieron constatar que sus afirmaciones eran verdaderas, ambos príncipes pasaron por cada una de las transformaciones que aquel anciano había descrito detalladamente en cada palabra que había pronunciado.

-¿Cómo es posible esto, señor? -Preguntó Wilfredo tras comer un durazno que lo había devuelto a su forma original- Es un poco extraño.

-Estoy muy asustado con esto, creo que puede ser una trampa -Dijo el león.

-No, no es extraño príncipe Wilfredo. Y no se asuste, príncipe Leonardo -Sonrío el anciano.

-¿Cómo es que usted sabe mi nombre? -Volvió a preguntar Wilfredo.

-Yo sé sus nombres porque he oído de ustedes las veces que he salido tanto a Lycax como a Leonyx para buscar algunas cosas que necesito -Dijo él mientras los miraba- Vamos hacia mi casa y allí podré explicarles algunas cosas que ustedes entenderán. Es tarde además y necesitan una posada.

Los príncipes accedieron a ser guiados por el anciano quién les ofreció su hospitalidad, intrigados aún más por saber algunas cosas y si él tenía conocimiento sobre lo que pasaba en ambos lugares, además de aquellos sujetos que habían visto antes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro