Después de que la joven saliera del salón del consejo disciplinario dejando a un muchacho demasiado enojado, este al reaccionar comenzó a buscar en toda a institución a la joven que había sido capaz de enfrentarlo de esa manera para poder darle una lección.
Y al llegar al salón no dudo y abrió la puerta de golpe y sin importarle nadie más se dirigió hacia ella a toda velocidad sacando sus tonfas.

-¡Tu, maldita herbívora prepárate para ser mordida hasta la muerte!

En menos de un minuto se escucho un fuerte golpe en el salón mientras todos estaban sorprendidos y a la vez asustados, la mesa estaba rota pero a ella no le había hecho ningún rasguño, lo esquivo con facilidad.

-Deje bien claro que no quería que te vuelvas ha dirigir ha mi si no has aprendido ha tratar a las mujeres con respeto. ¿Ahora encima quieres pelear conmigo? -dijo la chica sin levantar su mirada del cuaderno el cual tenía en sus manos haciendo los deberes.

-tsk, maldita herbívora nadie me dice que debo hacer -dijo mientras se disponía ha dar otro ataque pero fue interrumpido.

-Tranquilo Hibari ella es nueva no sabe lo que hace -dijo el joven castaño un poco nervioso interponiéndose entre ellos

-no necesito que nadie me defienda -dijo ella levantándose de la silla

-vamos Cafiero tranquila es mejor no provocar al demonio, a él no le importara si eres mujer igual te puede lastimar -dijo Yamamoto intentando calmar ha la chica

-nose porque le tienen tanto miedo es solo un muchacho de nuestra edad, además no es nadie del otro mundo

-Nana creo que no deberías provocarlo más, ya está bastante enojado -dijo Haru asustada

-¡Si siguen interponiéndose en mi camino también los morderé hasta la muerte ha todos! -dijo un Hibari demasiado molesto

¿"Nana"? Hace años nadie me decía así -pensó Nanami
Eso basto para dejarla perpleja y que no se diera cuenta que otro golpe venía directo hacia ella pero en eso alguien detuvo el golpe.

-Vamos vamos Hibari no es para tanto, además no está bien golpear a mujeres indefensas

La chica sólo ignoro ha todos y se fue dejando de nuevo a un Hibari enojado desquitandose con los chicos.

POV Nanami

En qué momento les di la confianza para que me dijeran "nana", hace muchos años no me dicen así.
¿Que es esta extraña sensación?

-¡Nana! -escuche que gritaban
-Nana, vamos a comer algo. ¿No traes bento? Si quieres comparto del mío. -dijo la castaña, Kyoko creo que se llamaba.

-Hmmm

-Tranquila ya los chicos se encargaron de Hibari, él es así, por eso le dicen "El Demonio de Namimori" deberías de tener cuidado con él. -dijo la otra chica, Haru se llama si no me equivoco.

-¿Demonio? ....jajaja- dije entre risas mientras las dos me miraban confundidas.

Fui dirigida por ellas hacia la azotea del edificio, era bastante amplia y bonita. Ellas se sentaron en el piso y quisieron que yo hiciera lo mismo cosa que no me agradaba mucho así que saque un pañuelo de mi bolsillo y lo tendí para sentarme.
Sigo sin entender como me deje llevar por esas dos hasta allí como si fueran amigas de toda la vida; se siente extraño.

-Toma lo que quieras Nana
-Del mío también puedes cojer

Dijeron abriendo dos loncheras delante mío, "bento" como le dicen.
Se veían bastante bien, al principio dude un poco pero acepte la invitación solo porque de verdad tenía hambre y no sabía que allí se llevaba comida uno mismo, es decir, en mi instituto te deban de comer o había una cafetería dónde se uno podía pedir lo que quisiera.

Para ser comida preparada por dos simples chicas estaba bastante bien. Todo estaba tranquilo hasta que se abrió la puerta de la azotea.

-tsk ¡El décimo ya no tiene mucho tiempo para comer estúpido del béisbol, todo por tu culpa y esa amiguita tuya! -dijo el peliplata entrando alterado

-Tranquilo Gokudera no es culpa de nadie, ya sabes cómo es Hibari.

-Vamos vamos Gokudera acepta que fue divertido -dijo Yamamoto riéndose

"Estúpidos escandalosos" pensé entre mí, pero de lo que dijeron hubo algo en específico que llamó mi atención, acaso el peliplata dijo ¿"décimo"?

Vi como se dirigían hacia nosotras y se sentaban también ha comer cada uno su bento mientras hablaban tan amigablemente entre ellos; volví ha sentir que no encajaba ahí, aunque nunca he encajado en ningún sitio por un momento sentí que podría pero me di cuenta que no.

Me levanté de donde estaba sentada e hice una reverencia en señal de gratitud por la comida.
-Grazzie Mille.

Y me fui hacía el salón para esperar que sonara de nuevo el timbre para anunciar las clases.
El tiempo pasó normal hasta que llegó la hora de salida.
Aliste mi bolso y los cuadernos para irme pero en eso volvieron ha aparecer las dos chicas en mi nuevo escritorio ya que el otro lo rompió ese tal demonio.

-¿Nana que pasó enante, porque te fuiste?
- Vamos a ir ha hacer deberes a casa de Tsuna, ¿quieres ir?

-No

-....bueno al menos toma mis cuadernos para que te ayudes para ponerte al día en todo -dijo Kyko dando sus cuadernos muy amablemente y sonriente

Tome sus cuadernos después de su insistencia y me fui recordando un poco el camino por el cuál había llegado para ir a casa.

Fin POV Nanami

La joven llegó a su casa después de parar en una pastelería para comprar un chessecake que era su favorito y un par de galletitas para su amigo felino.
-¡Prynce ya llegué, mira lo que te traje!

El gatito fue corriendo hacia ella para ronronearle mientras de paseaba por sus piernas para luego recibir las galletas que le había llevado mientras ella se preparaba un zumo natural y se comía su chessecake. Al terminar se dirigió a su habitación y después de cambiarse de ropa saco los cuadernos y se acomodó en el escritorio para ponerse al día en todas las materias.

-¡Waa que tarde es! Bueno ya termine -dijo mientras cerraba los cuadernos, pero en eso un papelito cayó.

"Hola Nanami espero te hayan servido de mucha ayuda los apuntes, si tienes alguna duda o necesitas ayuda no dudes en pedírmela. Espero podamos ser buenas amigas y la próxima hacer deberes juntas. Los chicos no son malos, solo queremos ser tus amigos.
Con cariño Kyoko."

La joven se quedó perpleja después de leer esa nota, no sabía cómo reaccionar pues era la primera vez que alguien le decís que quería ser su amiga.

Ahora ya tenía amigos.