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Capítulo 7

Las siguientes cinco horas Martin se la pasó observando su móvil. El punto bueno de trabajar con Jude Rose, era que Patrik le había pagado el primer mes por adelantado, lo que era genial porque cuando le diera la noticia a Dave de que la semana siguiente tendría su primer depósito estaría saltando de alegría.

De hecho, le había enviado un mensaje luego de firmar el contrato para que quedaran esa noche en el cine luego de su clase de danza y allí le revelaría las buenas noticias.

Dave había sonado ligeramente esquivo con sus mensajes, suponía que se debía a todo el asunto del dinero y la escuela de danza, Dave en serio estuvo estresado los últimos días y en otros momentos Martin lo hubiera llamado para saber que pasaba, pero no sabía si al Sr. Rose aquello lo molestaría asi que tendría que esperar.

Había aprovechado las silenciosas horas de trabajo con el sr. Rose para averiguar qué había en cartelera y tuvo la suerte de que ese día estaba una de las cintas favoritas de Dave por lo que no había dudado de comprar las entradas a través de su móvil y hasta había conseguido el combo de palomitas de mantequillas con vale por carga extra que Dave le gustaba.

Definitivamente parecía su día de suerte, Vamos, trabajar con Jude Rose era mucho menos malo de lo que había temido. Salvo por alguna maldición o algún golpe frustrado que le daba a su ordenador, el hombre era bastante silencioso.

Demasiado para el gusto de Martin, de hecho apenas si movía el vaso de café para que se lo rellene o gruñía indicandolo para que captara el mensaje.

Lo había visto levantarse unas dos veces en las horas que pasó allí, 1 para ir al baño, otra para caminar y maldecir mientras apoyaba sus manos en su zona lumbar como si le doliera. Entonces volvió a su silla y siguió con lo de gruñido, tecleo, gruñido. Golpe.

Estaba tan concentrado en lo suyo, que Martin estaba seguro de que en algún momento, tal y como le había advertido Patrick al contratarlo, el hombre se había olvidado de su presencia ahí. El pelirrojo le había prohibido expresamente que interrumpiera sus momentos creativos, por lo que mientras no servía café solo le quedaba estar sentado en silencio junto a la expresso con su móvil en mano fingiendo ser invisible, lo que no había sido tan malo, aunque comenzaba a sentir el trasero adormecido. De hecho hasta le había dado tiempo a googlearlo por pura curiosidad.

Lo cierto, es que no había mucho sobre Jude Rose, incluso luego de buscar por chismes, no había nada sobre de dónde venía el hombre, claro que ahora Martin sabía que era Irlandés, pero sus Fans no parecían tener nada más que especulaciones sobre quién era, dónde había estado, o a donde iba, nada sobre parejas, hijos, compromisos, ni escándalos, no que el público supiera al menos y lo poco que aparecía era sobre él en la Red, estaba relacionado a sus obras o las adaptaciones de películas. Llevaba 5 libros en pantalla grande en los últimos años. y una pequeña miniserie de 10 capítulos. Lo que era, increible, joder, Martin no se lo esperaba.

Es decir, sabía por Dave que el tipo era famoso, pero viéndolo en ese momento luchando por extraer lo que parecía un difícil argumento de su cabeza, se parecía más a un ermitaño cascarrabias que a un famoso artista literario rodeado de admiradores.

Volvió sus ojos a su móvil, a la web del hombre, solo una línea rezaba que era un escritor de novelas románticas contemporáneas. Luego todo iba de sus libros, sagas y artículos de marketing.

Tampoco era un hombre muy popular en las redes sociales. Todo se basaba en su obra. Obra que en esos momentos parecía estar dándole un jodido dolor de cabeza.

—¡Maldita sea!—Gritó cerrando de golpe su laptop y del susto Martin dio un brinco que por poco no cae al suelo con su corazón palpitando a la carrera.

Sus ojos se abrieron de par en par viendo la repentina reacción del hombre que se puso de pie para ir hasta la botella de licor. La destapó y le dio un sorbo antes de devolverla a su lugar y fijarse en el chiquillo encogido en la silla papasan que había adoptado como suya las últimas horas.

—¿Tu por que sigues aquí? Niño, Pat dijo que tu contrato era de 5 horas. Largo.—Le hizo un gesto hacia la puerta con desinterés antes de encaminarse al cuarto vecino que supuso sería el dormitorio del hombre.

No le dio tiempo a despedirse o preguntar a qué hora lo quería al día siguiente, por lo que supuso que sería la misma.

Miró a los lados, sintiéndose ligeramente desorientado mientras recogía su bolso del suelo para salir de allí luego de enviarle un mensaje a Patrick avisando que dejaba la casa del sr. Rose.

Algo que había notado Martin, era que todo en esa casa era excesivamente impersonal, ni fotos, ni rastros de vivencias anteriores o anhelos pasados o futuros, eso había despertado su curiosidad durante las últimas horas pero claramente Jude Rose no parecía el tipo de persona a la que abordas con preguntas en busca de una charla trivial.

Sip, definitivamente esos iban a ser 3 largos meses, se dio cuenta mientras se apresuraba a la salida con su abrigo aún en la mano. Se lo podría en cuanto llegara a las puertas exteriores del edificio se prometió a sí mismo, y así lo hizo mientras se despedía del portero.

De hecho estaba terminando de pasar el abrigo por sus hombros cuando su teléfono sonó anunciando un mensaje de Dave avisando que acababa de salir.

Tal como otras veces, Martin pasó por él, llegaron cerca de la hora de la función por lo que apenas y le dio tiempo a ir por las palomitas.

Martin no podía asegurarlo, pero Juraba que esa noche Dave estaba actuando un poco extraño, sí. Ellos no era como si hablaran mucho durante las películas pero Dave realmente no había visto un solo segundo la cinta. Dave se la había pasado toda la hora y media con su lengua en la garganta de Martin. No era que se quejara, amaba los besos de Dave, pero había algo que le daba mala espina. Y diablos, sus sospechas solo se confirmaron cuando apenas salir un livido y lloroso Dave lo arrastró al estacionamiento delantero del cine para soltar un:

—Tenemos que hablar.

De acuerdo, el rostro de Martin se contrajo ligeramente en preocupación. Miró a los lados, había varias personas a los alrededores pero lo suficientemente lejos para crear una sensación de falsa intimidad.

—Dave...

Okey, sentía la boca seca, ¿por qué sentía la boca seca? se suponía que ese era un buen día. Él tenía buenas noticias, por qué Dave lo observaba como si lo que tuviera que decirle fuera todo menos bueno.

Martin se sintió de pronto enfermo mientras veía a su novio dar pasos inseguros y nerviosos aún con el bote de palomitas en la mano mientras miraba a todos lados menos a él.

—Dime.—Le pidió obligando a que los ojos cristalinos y ya ligeramente enrojecidos de su novio se posaran en él.

—Mis padres están en contra de que siga bailando Mar. Ellos quieren que haga una carrera de verdad—Soltó por fin.—Yo...Ellos quieren que deje la danza, por eso dejaron de pagar Jeffry's

—¿que?

Dave limpió sus ojos y bajó la mirada en el suelo. —Creen que la danza es un sueño estupido de niño. Que nunca saldré del cuerpo, pero yo había conseguido el protagónico. ¡ellos lo arruinaron!

—lo siento tanto cariño.

Dave negó.

—no. Yo Lo siento.—Dijo Dave bajando sus manos como si quisiera armarse de valor y entonces alzó de nuevo los ojos a su novio —yo... yo me voy a Londres.

—¿Qué?

—Recibí una propuesta Mar, yo. No podía dejarlo ir. Era mi única opción. Mi oportunidad. Él dijo que tenía que decidirme hoy y yo... Me voy.

—No. ¿que? ¿quién es él ? ¿Por qué?

—Te estoy diciendo por qué.

—no, no. Espera, ¿de que hablas?¿Por qué no me lo dijiste antes?

—porque tú hubieras dicho que no era una buena idea. Porque tu me amas y yo no quería que tu sufrieras sabiendo que me iba. además no estaba seguro, pensé que tal vez podía convencer a mis padres pero... No puedo quedarme, Mar. Creí que lo mejor era decírtelo a último momento, iba a decírtelo Martin, lo juro, pero yo no estaba seguro y el viaje se adelantó y yo...

—Esto.—Preguntó Martin con su garganta cerrada, por un momento había olvidado donde se encontraba su propia voz.—¿ Ya lo decidiste? ¿no hay nada que pueda hacer?

Dave negó y Martín maldijo con sus ojos cerrados antes de concentrarlos de nuevo en su novio ¿como lo que parecía una noche perfecta podía transformarse en eso? Esos, besos, ahora entendía el regusto extraño que había sentido en ellos. Era un adiós, Dave le estuvo diciendo adiós toda la maldita película y él estúpidamente solo había pensado en ver su sonrisa cuando le dijera que podía pagar su escuela de danza

—Yo conseguí el dinero para Jeffry's

—¿Y qué con eso? Puedo ir a londres.

—¿cuando? Dave ¿cuándo te vas?—Preguntó conociendo al chico frente a él. Dave ya lo tenía decidido.

—ahora. Me voy ahora. Mi vuelo sale en unas —Miró su relor.—2 horas

—¿qué? Tu...¿no pensabas decírmelo? Soy tu novio, no tengo siquiera derecho a opinar de eso?

Dave aplanó sus labios en una mueca bajando sus ojos a sus zapatos:

—no.

—Dave...

—nosotros no podemos seguir siendo novios, Martin.—Miró su reloj y luego a la acera antes de volver sus ojos al chico con el que estaba rompiendo en ese momento.—Tu no quieres que me vaya y yo quiero irme.

—¿qué?

—Lo siento mucho Martin. En serio. Nosotros... Se acabó. Es lo que intento decirte.

—No. No tenemos que separarnos, está bien, te vas a londres, quieres hacerlo. —Asintió Martin desesperadamente—Puedo aceptarlo, Dave, podemos-podemos...

—Tener una relación a distancia? —Sugirió Dave como si fuera lo más ridiculo que se le pudiera ocurrir.

—sí —Soltó Martin dejando ir el aire, y dios, su pecho en ese momento estaba doliendo demasiado para que lo dejara respirar correctamente.

—¿por cuanto?

—Hasta que termine mi carrera, puedo ir contigo luego. Esta-Está bien yo te entiendo. Yo, puedo esperarte, podemos vivir juntos allí, yo te seguiría... solo... Dame tiempo a entenderlo, sabes que yo te seguiría. Yo tengo que pensar como, yo, sacaré el título, y conseguiré dinero, un par de años más, necesito...

—¿Cuanto?—Lo interrumpió Dave casi con furia sacándolo de sus cuentas mentales—¿No lo entiendes? No tendré donde quedarme para que vivamos juntos. Me hospedaré en la casa del hombre que me pagará la escuela.

—¿hombre que te pagará la escuela?—Martin pestañeó.—¿Dave te estarás prostituyendo?

—¡no!—Dijo con una ligera mueca de ofensa—es mi padrino.

—¿padrino? Creí que tu padrino estaba muerto, Dave.

—Padrino artístico.—Aclaró.

Oh, jesus. Martin ni siquiera quería conocer la respuesta a la siguiente pregunta pero de cualquier modo se encontró a sí mismo formulandola:

—¿Y a este padrino le gusta tener jovencitos con poca ropa en su casa a cambio de favores?

El gesto herido de Dave le dijo dos cosas: 1 que acababa de ofenderlo, 2. que efectivamente tenía razón.

—¿y eso que importa? Es un hombre importante, él me aseguró un lugar en la Royal Academy ¿Sabes lo mucho que eso ayudará a mi futuro? Mar, me aseguró un lugar en el ballet real de londres. Tu no lo entiendes—Dave negó pasando de la culpa a una ligera mueca de enojo, respiró profundo tomando una bocanada de aire y volvió a calmarse.—De cualquier modo.—Dijo haciendo una pausa.— esto entre nosotros no funcionará, conocerás a alguien, conoceré a alguien, habrá un océano de distancia. Lo nuestro...

—Es perfecto, Dave, somos perfectos. Tu... ¿tu no lo ves?

—Lo veo, lo vi todos los días durante los últimos 3 años. Demasiado perfectos, Martin, demasiado perfectos juntos ¿Cuándo fue la última vez que tuvimos una discusión?

Nunca, pensó Martin, y por lo visto esta iba a ser la primera y la última discusión que tendrían. La determinación estaba dibujada en cada arruga del molesto gesto de su novio. Dave estaba cortando con él, de hecho claramente ya lo había hecho mucho tiempo atrás y solo se lo estaba comunicando.

—Dave... Por favor, no nos hagas esto.

—Necesito un hombre que no esté todo el maldito día de acuerdo conmigo. —Dijo bajando la vista a sus manos hasta la bolsa de palomitas y de pronto fue como si verlas despertara una ira reprimida que Martin ni siquiera sabía que Dave poseía.—Dios, ¡ni siquiera te gustan las palomitas con mantequillas!—Dijo Dave frustrado. Caminó hasta el sesto más cercano y las arrojó con rabia.

Martin miró a los lados viendo a los curiosos mirar con discreción su discusión. Dave se estaba montando un escándalo.

—¿Por qué demonios compraste palomitas con mantequilla?

—¿porque son tus favoritas?—Dijo Martin viéndolo como si le acabara de reventar una bomba en la cara.

—¡LO SON!—Dave parecía completamente indignado más allá de toda lógica.—¡Quiero un novio que pelee por las malditas palomitas de maiz! ¿lo entiendes? No uno que coma palomitas que no le gustan. Joder ¡Martin! incluso si no me voy, lo nuestro no tiene futuro ¿no lo ves?

—P-puedo, puedo hacerlo.—Ofreció Martin en un arranque de desesperación recibiendo una negativa de Dave.

—Oh Martin, claro que no, solo estás aceptando pelear, para no pelear conmigo.—Dijo con una sonrisa amarga. Dio un par de pasos en dirección a su novio (próximo ex-novio) y tomó el rostro de Martin entre sus manos obligándolo a que lo viera a la cara.—Eres Grandioso, eres el mejor novio del mundo y encontrarás a alguien que te valore como yo no pude. Tu eres el sueño de cualquier chico.

—Pero no el tuyo.—Se dio cuenta Martin, sus ojos picando con la comprensión del momento.

—Pero no el mio.—Dave hipó y Martin se sintió casi molesto de que estuviera llorando. Jesus, Dave lo estaba dejando a él en un maldito estacionamiento de cine a dos segundos de comunicarle que se iba a Londres con otro hombre y todo Luego de que él acabara de firmar no hacía un par de horas un contrato por tres meses con uno de los hombres más insufribles que había conocido para complacerlo, vamos.

Dave ni siquiera le había dado la oportunidad de intentarlo, no estaba siendo justo que fuera él quien derramara lágrimas en ese momento —Martin. Te amo, pero yo no nací para ser el esposo florero del tipo de un gran bufete de abogados, porque es lo que serás y en lo que me transformaré si me quedo a tu lado, me darás una buena vida, lo sé, serás un gran esposo, pero yo trabajé desde los 4 años para esto, rompí mis huesos una docena de veces por esto. No puedo dejarlo ir, lo siento. No hay nada que me retenga aquí.—Le dijo apresuradamente.

Una bocina sonó en ese momento y Dave miró a la calle donde un coche lo esperaba.

Jesús, eso había sido una jodida emboscada.

Los ojos nerviosos de Dave volvieron a Martin que aún intentaba procesar la situación. Vamos, que podía sentir el golpe resonando en sus huesos pero no estaba seguro de saber de dónde vino—Siempre me apoyaste y me dijiste que siguiera mi sueño, este es mi sueño. Realmente lo siento, Martin.

Y así somo así, Dave, se había largado. dejándole como todo recuerdo un último beso robado que ni siquiera tuvo tiempo de corresponder antes de que corriera por la húmeda acera hacia el coche que lo esperaba.

—Pero mi sueño eras tu. —Murmuró Martin a nadie en particular viendo el momento en el que coche plateado se encendía, alejándose por la oscura calles de chicago con el que Martin creía iba ser el hombre con el que envejecería.

jjajajjajaa no sé por que cada vez que releo este capitulo me da gracia🤣, soy muy mala. no quería dejar notas hasta el final, pero en fin me tentó ¿Como les va pareciendo esta historia?

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