Capítulo 14
hola mis amores, como están? hoy les traigo doble actualización de esta historia, los amodoro.
Una polla dura no era lo más perturbador, llevaba tiempo sin follar, era un hombre joven y sano en sus veinte. La falta de sexo definitivamente le estaba afectando. Martin observó a su alrededor, en la estantería de su habitación aún tenía su ejemplar de "pecados compartidos" Dave se lo había prestado para que lo leyera y luego se había olvidado por completo de pedirlo antes de su apresurada huida.
Martin tomó el ejemplar y lo abrió por la primera página, ahí estaba su amorosa dedicatoria que había copado toda la hoja agradeciéndole por los años, diciendole lo maravilloso que era y lo mucho que deseaba una vida entera junto a él. Definitivamente Dave no había tenido los mismos deseos, cielos. Había estado realmente tan ciego.
Ignorando el nudo en su estómago, Martin lo abrió por la primera página, la historia comenzaba con un hombre divorciado en sus cuarenta que Martin no pudo evitar visualizar con ojos árticos y cabello de sal y pimienta, a pesar de que se lo describía con ojos verde y cabello rubio.
El hombre ganaba una especie de reality Show para una cadena ficticia y entonces conocía a Nova y su Daddy. La historia iba de tres. Martin volvió por un momento a la contratapa observando los tres cuerpos semi desnudos.
—Es usted un hombre realmente pervertido, sr. Rose.—Murmuró Martin antes de sumergirse por completo en la lectura. En algún momento su mano fue a su polla y cuando Nova recibió una DP de parte del sr. Adams y su Daddy, Martin tuvo que dejar el libro en su cama, tomó el pote de lubricante de su mesita de noche y comenzó a masturbarse.
—Joder sr. Rose, Joder.—Martin cerró los ojos, no pensando en la escena que acaba de leer sino en el hombre que la había escrito. ¿se estaba masturbando cuando lo hacía? Fantaseaba el Sr. Rose con jovencitos calientes o prefería a los hombres de su edad. No pudo evitar notar el parecido de Daddy con el Sr. Sheridan. ¿Tendría un flechazo por su manager? Esa idea lo molestaba, el hombre era un cretino con el sr. Rose.
Sr. Rose... Martin se concentró en ese pensamiento, en esa lengua cínica ¿sabría a café y licor? Lo había besado, pero no lo recordaba, su aliento olía a alcohol y café constantemente. Martin imaginó su lengua dentro de la del sr. Rose, saboreandolo, experimentando todas esas perversas fantasías que el hombre escribía dia y noche. Joder, la mano de martin golpeó furiosamente la cabeza de su polla enrojecida.— Usted gana Sr. Rose.—Murmuró con sus labios enrojecidos de tanto morderlos, y entonces se vino. oh carajo.
Martin durmió largo y tendido después de su paja nocturna levantandose con el ruido de su madre juntando la ropa del suelo de su cuarto. MArtin gruñó cuando las persianas de su ventanas fueron corridas y el sol matutino del sabado golpeó su rostro.
—Mamá!—Se quejó cubriendo su rostro con una de sus manos.
—son casi las 12 Martin, papá y tus hermanos fueron a almorzar a lo de la abuela pero tu no te levantabas. —Lo amonestó sandy volviendo a su tarea de recoger cosas del suelo.
—porque es sabado, mamá.—Se quejó Martin abriendo los ojos y entonces vio cuando recuperaba el ejemplar de secretos compartidos del piso y veía los hombres semidesnudos en la tapa. Eso le recordó que el lubricante seguía en la mesilla de noche ¿que no podía un hombre de 22 años masturbarse tranquilamente en su propia cama?—Mamá por favor, deja eso.—Pidió mortificado. ya recogeré yo, por favor ¿que haces aqui?
—llevas semanas sin limpiar tu cuarto Martin.
—Me refería en casa, cuando papá y el resto se fue. Pero en todo caso es mi cuarto mamá, deja que ya lo recojo yo ¿no tienes suficiente con las niñas?
Sandy suspiró y se dejó caer en el borde de la cama poniendo el bote que había juntado a sus pies. sus ojos revolotearon por la mesilla de noche de Martin consiguiendo que el chico se sonrojara pero no hizo mención al respectos. Jesus gracias, por las pequeñas misericordias.
—Estoy preocupada por ti, Martin. No has salido desde que Dave...
—Desde que dave se fue.—Y me botó como basura, añadió mentalmente. sandy asintió.
–Solo no tengo ganas de salir, estoy cansado.
—lo sé, lo noto. Y este trabajo que sigues teniendo, te ocupa todo el día, ¿por que no renuncias?
—Firmé un contrato y el dinero no me viene mal mamá.
—para qué lo quieres?
—no lo sé ¿comprarme cosas? quizas necesito ropa o salir con mis amigos.
—eso es lo que me precupa Martin ¿cuando fue la ultima vez que te compraste algo por ti mismo? Siempre fue todo para Dave, o porque el quería en los ultimos años, y tus amigos...—Martín había dejado de verlos, de hecho solo estaba ritchie al que no veía muy a menudo porque a Dave no le agradaba. su ultimo circulo social había estado dominado por los amigos de Dave.
—¿te preocupa que no pueda hacer amigos por mi mismo?
—Me preocupa que estés deprimido.
—no lo estoy mamá y para que conste tengo amigos fuera de Dave.—Para demostrarlo Martin intentó llamar a Ritchie para concertar una cita para jugar videojuegos, pero Ritchie no contestó. No era raro. Ritchie era la clase de persona que vivía en su mundo intentando crear plantas color neon con su amigo fanatico de los hules. Suspiró, y entonces recordó la invitación de Max, ¿No perdía nada por intentarlo o si?
***
Max y él quedaron en un Bar de ambiente. no le sorprendió verlo aparecer con su perro guardián detrás de él pero no pudo evitar sentirse ligeramente incómodo. Max iba con una sudadera combinada en blanco, gris y algo que parecía un rosa muy pálido. Vania llevaba una camisa negra desabotonada que dejaba ver un pequeño collar sobre una camiseta blanca. ninguno de ellos llevaba un chaleco tejido escote V extra grande, ninguno de ellos se veía igual de ridículo que Martin. ¿En que demonios había estado pensando cuando eligió que ponerse? Martin se obligó a si mismo a olvidar el incomodo malestar de sentirse fuera de lugar y se acercó a la pareja. si les parecía ridículo al menos fueron lo suficientemente educados para no hacerselo saber.
Como siempre Max fue el que dirigió la charla mientras Vania solo observaba en silencio.
—La cola es grande.—Dijo Martin cuando se acercaron a la puerta.
Maxi soltó una risita complice.—Mi principe aquí, es el hijo del dueño. Pase VIP y bebidas gratis.
oh, eso era bueno. Aunque eso arruinaba sus planes de gastar el dinero extra por el que seguía trabajando. Le había dicho a su madre que lo quería para salir con sus amigos. Porque sí, tenía amigos. Mierda. Se dirigieron por un pasillo lateral hasta la zona VIP del segundo piso y se acomodaron en un reservado con sillones de cuero blanco. Max se sentó frente a él, apoyando sus pies holgazanamente en la mesa de centro mientras Vania iba por las bebidas.
Martin vió como el platinado con complejo de legolas se inclinaba sobre el oído de Max y le susurraba algo que casi podía jurar que sonaba como un:—compórtate.
Max solo sonrió y en cuanto Vania se fue hacia la barra se giró a ver a Martin y sin vacilar preguntó:
—a qué se debe tu invitación, no parecías muy convencido el otro dia en la cafetería de estar con nosotros.
—no eres tu, pero él.—Martin fingió un estremecimiento observando en dirección a Vania..—El me da miedo.
su declaración hizo que Max se riera.—Oh, mi principe nunca te haría daño, él es realmente inofensivo, es incapaz de lastimar a una mosca, de hecho te encuentras más seguro con él a tu alrededor. Él solo cuida de mi, te cuida de mi.
Marin no supo como interpretar eso. Max tampoco le dio tiempo a que preguntara a que se refería con eso ¿Era Max una mala influencia de la que cuidarse? Lucía alegre y desinhibido, le recordaba un poco a Dave, era simpático y agradable, pero no parecía el tipo de persona de la que deberías cuidarte. Max volvió a sonreír con sus ojos iluminandose cuando Vania se acercó de nuevo a ellos y le entregó un vaso con un líquido naranja que se oscurecía en la base y un sorbete.
—Es un san fransisco, sin alcohol, es malo para la salud y eso—Le eplicó ante la curiosidad con la que Martin observaba el trago.— soy abstemio, y mi principe tampoco bebe si puedo evitarlo. puedo llamar a algunos amigos del ballet si te apetece conocer a alguien.
—honestamente, solo sali para convencer a mi madre de que no estoy deprimido
Sí, eso sonaba patetico. Max solo asintió como si aquello fuera lo más normal del mundo.
—¿lo estas? —martin observó a Vania que se había sentado en las butacas cuadradas como una estatua silenciosa, luego de dejar una bandeja con una botella y varios vasitos de shot en el medio de la mesa. Ni siquier los miraba
–inofensivo —le recordó mientras servía todos los vasitos antes de empujarlos hacia Martin. MArtin tomó uno y lo empujó al fondo de su garganta para no sentir el escozor, Vodka Ron, o alguna bebida blanca, no podía adivinarlo. Max le dio un sorbo más a su bebida y empujó el tercer de nuevo hacia él, al cuarto Martin comenzó a vomitar sus tripas emocionalmente hablando para Max, vamos, apenas conocía al hombre, quizás eso había ayudado. cuando terminó su lamento, Max lo tomó de la mano y lo empujó a la pista de baile.
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