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capitulo 12

Una cena con uno de los representantes de la editorial, en una gala de beneficencia, Era justo lo Jude no quería oír en ese momento, su cabeza no estaba a punto para eso. Patrick Jodido Sheridan tenía que estar de broma. Jude seguía casi tan atascado como cuando había pasado del capítulo 7, a duras penas había conseguido escribir los siguientes 3 con una calidad literaria cuestionable, pero lo había hecho. Ahora mismo lo que menos quería era tener que ponerse una pajarita para ir a una cena elegante a comentar los avances que no tenía.

Patrik lo había orquestado todo, claro. Había conseguido una cita para si mismo y se había ofrecido a conseguir una para Jude. El escritor se había negado. No era que Jude no pudiera conseguir un hombre que lo acompañara por si mismo. él podía, solo que se había pasado los últimos 7 días encerrado en su piso con el chico Martin como única compañía. Habían optado por una dinámica silenciosa que parecía beneficiar a ambos aunque no demasiado, había conseguido hacer las cosas más fáciles en cierta medida. Eso no evitaba que de vez en cuando se dejara distraer paseando sus ojos sobre la figura dorada de Martin preguntandose por qué usaría esa ropa tan espantosa en cualquier caso.

Lo había atrapado un par de veces mirándolo de vuelta con curiosidad mal disimulada, Martin también había restringido su cuota de alcohol diario. Jude no había hecho comentarios al respecto, pero lo había notado. había notado cada pequeño detalle de Martin en los últimos días.

—Sr. Rose, su coche está abajo.—La voz de Martin lo hizo voltearse de su tarea de abotonar su pajarita en su sitio y se giró a ver al muchacho. —¿bajará ahora o le digo que espere?

Jude evaluó una segunda a vez a Martin, ese dia llevaba otro de sus anticuados sweaters que parecía haber coleccionado del armario de su abuelito y zapatos mocasines. Para un chico en sus 20 y pocos lucía como un anciano.

—¿sr. Rose?

—¿Tienes una cita para hoy?

Los ojos de Martin se abrieron desconcertados, parpadeó por un momento recordando un poco a las lechuzas.

—Disculpe sr. Rose?

—Si tienes planes, cancelalos, serás mi cita esta noche.

—¿qué? Yo no...

—no lo estoy preguntando Martin, te pagaré las horas extras, comienza a contarlas y ve si puedes hacer algo por tu aspecto. Te espero abajo en 5 minutos.—Dijo saliendo por la puerta para dejar a un confundido Zyde Martin detrás.

Jude bajó hasta donde la limo de alquiler lo esperaba, era blanca y Patrick ya estaba esperando dentro con su cita, una bonita modelo en ciernes que había salido en algún catálogo de ropa. Probablemente una chica de alquiler, pero Jude no estaba de humor para comentarios, solo esperaba que al final de la noche el buen Patrick la dejara en su casa sin quitarle la ropa. No es como que Jude tuviera una estrecha relación con la esposa de Patrick, pero la conocía del colegio en el barrio de mierda donde los 3 se habían criado, y sí, la veía quizás una vez al año, sentarse en navidad sabiendo que su esposo la había engañado en sus narices no era una experiencia que Jude quisiera experimentar. Ignorando a los otros pasajeros le indicó al chofer que esperara unos momentos.

Casi estuvo seguro de que Martin nunca bajaría a su encuentro, de hecho se estaba resignando a decirle al chofer que solo se movieran cuando lo vio saliendo por la puerta principal de su edificio, había intentado arreglar un poco su cabello con sus dedos, quizás hasta se había refrescado un poco, pero no fue mucho lo que pudo hacer con su ropa de aspecto nerdy. Definitivamente no para una gala elegante, y Jude vio con satisfacción la expresión horrorizada de Patrick mientras el joven Martin daba pasos dubitativos hasta el vehículo que lo esperaba.

—¿Llevarás a tu asistente contigo?—Consultó Patrick sorprendido.

—Dijiste que consiguiera una cita ¿no?

Patrick estuvo a nada de responder, pero la puerta se abrió y un incómodo Martin se deslizó en el asiento vacío junto a Jude dando por finalizada la discusión.

Como se esperaba la gala fue más que aburrida, entraron donde varios reporteros estaban cubriendo el pequeño evento y como un buen chico Martin lo siguió a menos de dos pasos de él mientras Jude se encargaba de despistar todos los incómodos saludos. Media hora después Jude se encontraba de pie frente a una de las paredes más alejadas, observando un cuadro en el elegante edificio de cultura donde se había celebrado la gala con un Martini en la mano. Era el tercero de la noche. Le daba la espalda al resto de los invitados en un claro signo de no se acerquen.

Martin llevaba un buen rato en silencio a su lado, cada tanto se removía incómodo. Jude lo vio abrir la boca un par de veces como si quisiera iniciar una charla, luego la cerraba, la volvía a abrir, se removía y volvía a cerrarla. El hombre mayor se obligó a ignorarlo, dejando que su mente vagara, sus oídos atentos a las conversaciones a su alrededor intentando imaginar alguna escena, robarse un diálogo y un poco de inspiración de toda esa mierda de fiesta quizás.

Eran actividades normales de práctica que en teoría deberían ayudarlo, observar ambientes, describirlos, escuchar conversaciones ajenas. a Jude siempre le habían parecido una pérdida de tiempo ese tipo de ejercicios de curso de escritura creativa. Si esas personas que los daban supieran cómo crear buen material, no estarían vendiendo cursos baratos, serían autores publicados, con ventas internacionales. como él. O quizás como él habían agotado cada gota de imaginación en sus cabezas y ahora se encontraban en la tarea patética de intentar ayudar a otros escritores con su bloqueo creativo. ¿Qué tal se vería Jude dando cursos de mala muerte?

Jude Rose sacudió la cabeza, cada segundo que pasaba se frustraba más, ni siquiera esa mierda estaba funcionando y entonces la voz varonil de Martin sonó interrumpiendo su última línea de pensamientos deprimentes.

—Deberíamos acercarnos a las mesas, Comienzan a servir la cena.—Jude observó sobre su hombro. El chico tenía razón.

—Tienes hambre Zyde?

Martin se obligó a ignorar el hecho de que el hombre usara su nombre de pila e intentó mantener el ritmo sin inmutarse.

—¿Quizás?

Martin no comía nada desde el almuerzo y pasaban de las 8.

—Ve a comer entonces.

—¿usted no viene?

—Estoy bien con esto.—Dijo levantando su copa de Martini.

—¿ha bebido usted algo que no contenga alcohol en la última semana?

—el agua de la ducha

—es usted un alcohólico

—solo soy un escritor carente de inspiración con plazos de entrega acotados que necesita relajarse

—Solo es una manera más complicada de decirlo. sigue siendo alcoholismo.

Jude suspiró con fastidio antes de girarse a clavar sus ojos árticos en el chico a su lado.

—¿dejarás de fastidiarme si te acompaño?

—Me quedaré más tranquilo si lo veo comer al menos esta noche.

Jude lo evaluó y Martin no supo qué vio exactamente en su rostro pero casi pudo jurar que el hombre mayor se contuvo de rodar los ojos.

—Comienzas a desagradarme.—Advirtió, pero contra todo pronóstico siguió a Martin a la mesa de los invitados.

***

¿Que les parecieron estos dos capítulos? los amodoro.  

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