Capítulo 10
Martin pestañeó sintiendo un buen golpe mareando su cabeza. El olor a huevo fritos y tocino golpeó su sistema elevando un horrible malestar por su garganta.
Había luz, demasiada luz en el cuarto y claramente no era suyo ni de Dave. ¿Qué demo...?
Oh... cielos.
Los ojos de Martin se abrieron como platos.
Él besó a Jude Rose.
Llevó su mano a sus labios, aún se sentían hinchados y bien besados. Joder. lo poco que recordaba le decía que había sido un buen beso y su polla dura después de eso...oh Mierda... y dos veces mierda.
Miró a los lados, él estaba desnudo. Muy desnudo, entre las sábanas de un hombre mayor para el que debía trabajar los siguientes 3 meses gracias a un contrato que apenas si había revisado.
Vamos, era el peor estudiante de leyes del mundo por firmar sin mirar, su padre le dejaría la cabeza machacada si se enterara, pero lo cierto era que tras pasar las partes más importantes solo había pensado en que no quería que Patrick se arrepintiera de darle el trabajo y luego tener que decirle a Dave que no lo había conseguido.
La vida era tan absurda, el dia anterior estaba muy dispuesto a vender un riñón para conseguir el dinero de Dave y menos de 24 hs después estaba teniendo sexo de rebote con el hombre que lo había contratado.
—¿Qué demonios hiciste anoche?—Susurró para sí mismo.
Jesus, el había acusado a Dave de correr a Londres tirarse a un anciano y él no había tardado ni dos segundos después de su ruptura en hacer lo mismo.
Martin frotó sus ojos.
Al menos Dave había tenido un buen motivo para joderse un tipo mayor. Él solo había caído en el despecho. Oh Jesús. Nunca había caído tan malditamente bajo en su vida. Bueno, al menos su mayorcito era caliente como el jodido dios Zeus, se justificó.
Sí, internamente esperaba que el tipo que Dave tuviera que tirarse, fuera un gordo decrépito y sudoroso, de alguna forma eso hacía toda la mierda menos humillante. O tal vez solo estaba siendo rencoroso.
—Mierda.—Soltó por fin llevándose las manos al rostro un momento para ahogar un quejido frustrado. Tomó dos fuertes respiraciones y entonces se puso de pie.
A lo hecho, pecho, Martin, Se recordó. Lo habían criado para hacerse responsable de sus actos, y sí, se había emborrachado y... ¡esperen! ¿Dónde demonios estaban las llaves de su auto?
Martin se acercó al borde de la cama, no había rastros de ellas ni de su ropa.
Cierto, se había desnudado por el camino hasta el cuarto, recordaba ligeramente eso. Al menos no había manejado en estado etílico, o eso creía. Rayos.
Bien, era un hombre joven adulto, soltero, que había tenido sexo consentido con otro hombre adulto soltero. No había nada malo en eso. No, su lógica le decía que todo era "legal" pero no podía explicar por qué se sentía como si hubiera hecho algo malo... Como si hubiera engañado a Dave.
Dios, era tan absurdo, Dave lo había botado y había huido como pegaso hacia el amanecer. Definitivamente odiaba a cupido, comenzaba a entender porqué el maldito debía usar pañales, la cagaba, estupido querubín con flechas torcidas, ¿por qué había hecho que se enamorara de Dave si había apuntado las flechas de su compañero en otra dirección?
—¿En serio estás culpando a una figura del imaginario colectivo para justificar tu ruptura?—Se reprochó a sí mismo.
Era absurdo. Estaba siendo absurdo. Es solo que no podía entender por qué lo habían botado de esa forma.
¿Qué demonios había hecho mal?
Él realmente lo había intentado. Se había esforzado tanto por ser un buen novio para Dave, que su mente emocionalmente atascada aun le decía que estaba siendo un mal novio y eso que ya no era el novio de nadie.
¿Cómo de ser "el mejor novio del mundo" había pasado a ser el "mejor novio botado del mundo que se sentía culpable por rebotar con otro"?
Al diablo con sentirse mal, se dijo.
Pensar en Dave no ayudaría en ese momento, no lo estaba engañando, con suerte ninguno de los dos se había engañado mientras estuvieron juntos, tuvieron una relación bonita de 3 años, quédate con eso, se dijo a sí mismo.
Sip, Decirlo era fácil. hacerlo no tanto.
Dios...
Llevó sus manos a su cabello tirando ligeramente de él para concentrarse y entonces se puso de pie. Tenía que levantarse. fin de la historia. volvió a recorrer el cuarto con la vista y salió al pasillo.
Martin notó sus restos de ropa desperdigados en el suelo formando una hilera hasta la entrada. Tal vez debió de detenerse a recogerla pero no lo hizo. Siguió avanzando con sus pies descalzos hasta la cocina donde el olor de la comida se hacía más fuerte. Su estómago rugió a la vez que el mareo se hacía mella entre su hambre. Sí. Su estómago no parecía ponerse de acuerdo consigo mismo. Tenía hambre y la idea de comer le daba asco ¿Qué sentido tenía eso? una cosa más a la lista de cosas que parecía no entender en su vida.
Sacudió la cabeza y entonces atravesó el pequeño espacio que separaba el recibidor de la cocina. Jude Rose estaba frente a los fogones. Su espalda ligeramente torneada formaba un triángulo invertido con sus caderas estrechas. Martin no pudo evitar mirarle el trasero, el hombre estaba firme, al punto que los músculos de sus glúteos formaban dos pequeños huecos sexys a los lados estirando la tela oscura que lo cubría. Dios, ese hombre, en serio estaba hecho para hacer anuncios de ropa interior.
Si jude lo oyó llegar a la cocina, no dio muestra de ello. Apagó el fogón, sirvió los huevos en dos platos que ya tenían tocino y echó la sartén en el fregadero.
—¿Eres exhibicionista?—Preguntó Jude levantando la vista de sus huevos.
—Creí que no le importaría.—Admitió viéndose a sí mismo como si fuera la primera vez reconociendo su propio cuerpo. Su pene semi erecto apuntaba ligeramente hacia arriba y a la derecha.
—Normalmente tardo más de 24 hs en ver desnudos a mis empleados, pero si así es como te gusta andar, no te cortes por mi.—Jude Rose se encogió de hombros y se giró a la cafetera dejando a un desconcertado Martin que de pronto se sintió tímido y corrió al pasillo por su ropa.
Dios, ¿Qué había de malo en mostrarse desnudo luego de acostarse con alguien? oh, él estaba ligeramente oxidado en eso de estar con otros hombres que no fueran Dave. Tres años fuera del mundo de los solteros lo habían dejado un poco fuera de juego.
Martin recogió su ropa del suelo obligándose a si mismo a no perder los nervios y se vistió a las apuradas. Bien, tal vez debió empezar por ahí, pero no estaba acostumbrado a avergonzarse por su desnudés. Después de 3 años con la misma persona ver el cuerpo del otro no era algo que fuera a avergonzarlos, Martin estaba acostumbrado a andar desnudo frente a su pareja sin sentirse inhibido. Claro que no era lo mismo con Jude, ellos solo habían follado.
—Eres un estúpido.
—Y uno con problemas de autoestima.—Comentó Jude.
Martín alzó la vista tan pronto que por poco no se cae del borde de la cama por el susto. Jude estaba con el torso al descubierto, pero se había calzado sus pantalones de pijama a rayas, los cuales colgaban flojos de sus caderas cuando le entregó el plato.
—Voy al estudio.
Martin no supo que responder. Esperó un par de segundos, a que Jude saliera del cuarto. Aun estaba sentado en ropa interior en el borde de la cama. Tomó dos respiraciones, dejó el plato en la mesita de noche y se apresuró a terminar de vestirse antes de tomar el plato y salir a buscar al viejo escritor.
En el "estudio" como lo había llamado Jude, el hombre había adoptado la misma postura que el día anterior frente a su ordenador. La silla paspan seguía en el mismo sitio junto a la expreso aunque la licorera había desaparecido. Martin no supo si sentarse o no allí como el día anterior. Removiéndose en su sitio se giró hacia el hombre mayor que parecía estar peleando de nuevo con su novela.
—Entonces... anoche ¿estuvo bueno?—preguntó.
—no.—Dijo Jude llevando su café especial a su boca. Auch, Martin no supo que agregar a eso, no lo recordaba pero que te criticaran en la cama justo de haber roto una relación no era el mejor trago para nadie.
Jude ignorando volvió a su computadora concentrándose en escribir apresuradamente un par de líneas como si temiera que la idea desapareciera de su cabeza antes de que consiguiera plasmarla en la pantalla. Una vez conforme con lo que había redactado agregó:
—Me besaste, prometiste chuparme la polla, cito "como nadie jamás me había chupado"—Las mejillas de Martin se pusieron tan rojas que bien podían cocinarse dos huevos en ellas.—Luego te desnudaste y para cuando fui por los condones te habías desmayado, y lo siento, pero soy un hombre bastante famoso, prefiero el sexo explícitamente consentido. No quiero un juicio que me quite la mitad de mi dinero. Gracias.
—Oh...
—Sí.
Martin se quedó parado removiendo sin saber muy bien qué hacer. Eso era incómodo.
Jude alzó la vista y señaló el plato que el chico aún apretaba en sus manos.
—Mejor come algo niño, y limpia tu cara, no quiero que Patrick me reclame por esto.
—Oh, no ¿Patrick es su pareja?—Preguntó Martin de pronto alarmado. Tal vez Jude no era el hombre soltero que creía, eso hacía que todo lo que creía "legal" tambaleara.
—Patrick es mi manager, ¿el amable sr. Sheridan?—Rodó los ojos como si fuera obvio—Parece creer que espanto a mis asistentes a propósito.
—¿y lo hace?
Jude se encogió de hombros.
—Como te vea desnudo en mi cama me llevaré un sermón de mamá Patrick sobre cómo tratar a las personas que no estoy dispuesto a oír, así que termina con eso y lárgate.
Martin pestañeó por la sorpresa que le causó la rudeza de sus palabras. De acuerdo. Lo había dejado con una polla dura, entendía su mal humor, dios pero no esperaba que lo corriera de esa forma. su orgullo herido acababa de caer 5 palmos por debajo del suelo.
—sí. Claro, yo tengo que ir a clases—Dijo solo por llenar el silencio. Jude hizo un gesto de adelante con la mano. Se lo veía fastidiando y Martin no supo explicar por que eso despertaba un peso horrible en su estómago. Estaba dejando el plato en la mesa para huir de allí cuando la voz de Jude lo detuvo.
—Come Martin. Te dije que comieras.
Y sin saber explicar por qué Martin lo obedeció.
Bueno mis amores, enamorados y desenamorados, creo que este ha sido el maratón más largos de capítulos que he publicado en una historia, espero lo hayan disfrutado, los amodoro muchísimo ¿Qué les ha parecido esta historia hasta el momento?
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