19
Martin fue recibido por el silencio a la mañana siguiente. Suspiró y apretó el paquete de la cafetería que había traído con él antes de dirigirse hasta la cocina. Jude no parecía estar en ninguna de las salas principales. Dejó el paquete en la cocina con dos cafés humeantes y una caja de bollos antes de ir hasta el cuarto del escritor. El hombre era un adorable bulto acurrucuado debajo de las mantas. Casi sintió pena por lo que estaba por hacer. Casi, era la palabra clave de todo. Volvió a la cocina por los analgésicos y un vaso de agua y los dejó sobre el escritorio de el hombre antes de acercarse con un ruidoso movimiento a las cortinas y abrirlas de par en par dejando que el sol de la mañana golpeara de lleno el rostro de Jude.
—Buenos días sr. Rose!—soltó en un tono exageradamente alegre.
—¿Pero que carajos? —jude se movió espasmódicamente intentando apartarse de las mantas que solo consiguieron enredarse más alrededor de su cuerpo. —¿Que mierda? ¡Martin!—grito en cuanto localizó al rubio en su radar. Tenía los ojos inyectados en sangre. Profundas ojeras y un vistazo alrededor delató el par de botellas vacías junto a la cama. UPS esto iba a doler. Una sonrisa malvada pintó los rasgos de Martin antes de que gritara un alegre—¡Sr. Rose! Bienvenido al mundo de los vivos! ¿Que quiere desayunar para acompañar está hermosa mañana? Traje bollos, donas y...
—callate martin, solo callate—jude rose llevó su mano a su cabeza y martin decidió apiadarse del hombre entregándole el analgésico y el vaso de agua que había traído con él.
Jude rose los miró con uno de sus ojos aún antrecerrados.
—será mejor que los tome sr. Rose.—habia una ligera advertencia en el tono de Martin que hizo a Jude mirarlo con desconfianza.
—martin.
—sr. Rose.
Se mantuvieron en un juego de miradas hasta que Jude cedió cerrando los ojos aceptando su derrota y tomó los analgésicos.
—que haces aquí? Creí decirle a Patrik que te despidiera.
—no me llegó el memorándum así que supongo que aún está atrapado conmigo. Sr.
Jude balbuceó alguna mierda que martin dejó pasar mientras revolvía en el armario del hombre en busca de una muda de ropa.
—joder Martin por qué eres tan ruidoso? ¿Que estás haciendo?
—soy su asistente sr. Rose. Mi deber es ayudarlo en lo que necesita y usted necesita un poco de aire fresco. Así que saque la cabeza del culo dese una ducha y lo esperaré en la cocina.
Martin no esperó respuesta. Se fue pisando fuerte a la cocina dejando claro que no aceptaba un no. Esperó y por un momento pensó que Jude lo ignoraría y seguiria durmiendo. Pero media hora después un aseado y recién afeitado Jude rose apareció en el humbral de la cocina. Martin tuvo que hacer una doble toma, condenlo por ello. El hombre era caliente, su mandíbula cuadrada recién afeitada hacía que Martin quisiera deslizar su lengua por todos sus ángulos. Y su nuez de Adán... Martin quería lamerlo como un cachorro nececitado por dios. Quizás si era un poco nececitado cómo Dave lo había llamado, pero esto... esto era otra historia. Martin tenía un propósito, no sé dejaría distraer por el sexy mayorcitos que en ese momento lo fulminaba con una mirada de desaprobación.
—que es todo esto?
Oh sí, Martin miró la sesta que estaba preparando. El café y los donits estaban ahí, había cargado pan, algo de queso y frutas y una manta para que se sentarán en el parque. Y si accidentalmente no había puesto ni una gota de licor en la sesta de picnik que había robado de su madre solo él lo sabría hasta que se fueran. Su misión uno era sacar a Jude rose por algo de aire, la segunda impedirle que se envenenar con alcohol antes del mediodía.
—estoy preparando nuestro desayuno, vamos a tomarlo en el parque ¿Sabía sr. Rose que tiene un parque a solo un par de manzanas?
No Jude no lo sabía, pero de pronto se sintió malditamente en contra de la idea.
—no. —dijo solo por el poder de decirlo.
—no le estaba preguntando, si quiere comida vendrá conmigo.
—eres mi asistente Martin, trae la maldita comida aquí.
—asistente no esclavo sr. Rose —dijo Martin robando una de las donas, se la mostró a Jude en desafío y luego se la llevó a la boca masticando ruidosamente entre exagerados gemidos de éxtasis que no estaba haciendo más que poner dura la polla de Jude. —Esto está increíble sr. Rose. Mmmm... créame no quiere perderse esto.
—no soy un maldito niño, ni un perro para que lo atraigas de esa forma.
—mmmm... dios.—martin dió un mordisco a su dona la cual estalló en crema manchando sus labios y nariz—esto está realmente increible Sr. Rose... tiene que probarlo es...
Jude rose se acercó hasta Martin en un par de zancadas y antes de que el chico pudiera reaccionar Jude arrastró su lengua por los labios limpiando la crema de el. El gesto fue grotesco pero puso la piel de gallina de Martin cuando la.voz ronca del hombre se arrastró por su mejilla dejando un rastro dulce hasta su oreja. Chupó su lóbulo haciendo que Martin tragara audiblemente antes de abrir su boca en un jadeo ante las siguientes palabras del hombre.
—eres obseno cuando comes de esa forma, niño, si quieres que salga de aquí será mejor que dejes de hacer todo este show o lo único que me comeré será tu culo antes de enterrarme en él.
Joder. Martin maldijo y por instinto se aferró a los muslos de Jude para mantenerse firme. Dios. Nunca había sabido que las palabras podían calentarlo de esa forma, pero definitivamente el hombre había dado vuelta las tornas en un segundo. Toda la convicción y brabuconeria de Martin se difumnio en ardiente deseo.
Martin volteó su rostro buscando la boca de Jude quería un beso. Dios, lo quería realmente mal y para su sorpresa Jude se lo dió haciendo que se olvidará de todos sus planes.
¿Realmente sería tan malo quedarse en casa? Se preguntó. Esa era su polla hablando, la polla de un veinteañero cachondo, pero joder si Martin quería olvidarse de los juegos de poder y solo escucharla.
Martin gimió contra los labios de Jude aún aferrado a los muslos de Jude en una postura incomoda para ambos pero no le importaba. Dios su cuello dolía por la hiperextencion. El estaba sentado mietras Jude estába de pie, probablemente también era incómodo para el hombre besarlo en esa posición pero Martin no podía obligarse a qué realmente le importara. Por el amor de Jesucristo si Martin era sincero ni siquiera le importaba lo suficiente respirar.
Jude se apartó y Martin fue conciente de lo cerca que estaba la polla de Jude de su rostro. En realidad podía ver el paquete del hombre empujando detrás del cierre de sus pantalones, estaba a la altura perfecta, solo nececitaria inclinarse un poco pero podía trabajar con ello. Dios Martin quería desesperadamente volver a chupar la polla del hombre.
Se relamió limpiando los restos de Jude y crema de sus labios antes de que Jude lo obligará a alzar la vista empujando su barbilla con uno de sus dedos. Martin pestañeó tuvo que mirarlo a través de sus ojos vidriosos de deseo, mejillas rojas y labios bien usados. Jude soltó una maldición antes de pasar su pulgar por los labios enrojecidos del chico.
—si no dejas de mirar mi polla realmente no saldremos de aquí.
—realmente tenemos que hacerlo?
Jude se rió, antes de dar un paso atrás abandonando el espacio personal del chico.
—vamos Martin se que has planeado toda la mierda. Llévame a ver tu parque.
Cierto. Parque. Jude nececitabs aire. Jesus, Martin lo nececitaba en ese momento ¿Cómo el hombre podía transformar su cerebro en mantequilla en un solo movimiento?
Un poquito más de estos dos para que sepan que no los olvidé. los amodoro
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro