El "Robo"
Soy Cristina, una chica de 17 años, cabello castaño con ondas y piel clara mis ojos son de color miel y soy de una familia con dinero. Tenía lo que cualquier niña de mi edad quisiera tener, padres amorosos y felizmente casados, estudiaba en un buen instituto, tenía mi grupo de amigos, era relativamente "Popular", (Según mis amigos, aunque no les creía mucho) tengo un novio que me ama al igual que mis suegros, en fin, simplemente era una chica con una vida ¿Feliz?, sip, así es.
Bajo las escaleras y encuentro a mi madre como de costumbre antes de que se fuera a trabajar usando un traje de ejecutiva de color marrón que le queda a la perfección, el traje es de pantalón y en la parte de los tobillos es ligeramente de estilo acampanado lleva unos tacones que son de un tono marrón más oscuro algo así como el color del chocolate. Helen Hernández de Olivares, digna modelo de revista, y así es, mi madre es modelo y dueña de una academia de modelaje, su hermoso cabello teñido de amarillo le llega casi a la altura del ombligo, resaltando con su piel pálida.
Es hermosa.
Ella recogió su bolso Carolina Herrera del sofá el cual es del mismo color de sus zapatos, levanta la mirada y me ve.
-Hola hija- me sonríe y espera a que baje para darme un abrazo.
-¿Hola Ma', ya te vas a trabajar? - le sonrió ligeramente.
- Si cariño, te quiero, nos vemos más tarde- me tiro un beso, antes de irse, se da la vuelta y me inspecciona - La postura, Cristina Olivares. - suelta.
Yo me enderecé de mala gana, y ella vuelve a sonreírme - Así mismo, como una hermosa señorita. - el orgullo salta en sus ojos -Te quiero mucho, mi retoño... - dicho eso se dio la vuelta y se dispuso a irse.
En el momento que mi madre cierra la puerta tras sí, mi padre sale del baño. Se acomoda ligeramente su cabello castaño, su barba recién afeitada, permitiéndole darse un aire más juvenil, su piel morena resaltando con la miel de sus ojos.
De verdad, mis padres son modelos de revista.
Y yo, bueno. Me considero Adam Sandler con orgullo.
-Cariño ya voy a trabajar, te amo- se me acerco me tomo de las mejillas y me dio un beso en la frente.-Nos vemos luego- Se despide y cierra la puerta tras de si.
Yo tomo mi bicicleta y salgo de la casa como de costumbre.
Voy por mi vecindario y algo llama mi atención, una casa, esa casa misteriosa de vagos recuerdos, siempre me ha dado un aire de familiaridad como si hubiese entrado en ella alguna vez, pero es imposible, la casa lleva años deshabitada, o bueno, eso se suponía. El pasto del jardín estaba podado, habían pintado la fachada de la casa, limpiado los ventanales, y cambiado las cortinas viejas y sucias.
Me pregunto quien la habrá comprado...
Llego a la plaza en donde me encuentro con mi mejor amiga Andrea, mi novio Ángel y unos amigos, Oliver y Lucas. Primer día del instituto, siempre íbamos juntos a clases los primeros días. Estábamos en salones diferentes, Oliver, Lucas y Ángel están en una misma aula, mientras que Andrea y yo, estamos juntas en otra, por lo tanto, al estar completa la incorporación de estudiante, cada quien toma su propio camino.
El día transcurrió con normalidad, nos dieron los horarios de clases y las evaluaciones próximas al lapso cursante. Luego de llegar de clases nos fuimos a casa de Ángel y nos relajamos un rato, jugamos juegos de mesa, vimos una película de Marvel, en fin, cosas de adolescentes. Perdimos la noción del tiempo y cuando nos dimos de cuenta ya eran las 9:02 de la noche.
Ángel se ofreció a acompañarme a mi casa, pero me negué asegurándole que estaría bien sola, él no quería dejarme ir, así que tuve que insistir bastante hasta que por fin me dejo libre.
Normalmente disfruto caminar sola a mi casa y ver las estrellas, pero esta vez no me sentía así... No me sentía segura tenía un sentimiento raro en mi pecho una inseguridad... un presentimiento...
Algo va a pasar. Lo sé...
Nerviosa miro a todos lados, ya estaba en mi vecindario, pero aun así no me sentía segura...
En ese preciso momento se fue la luz, seguro producto a una falla en el transformador, algo que seguramente fue insignificante, y que tenía reparo. Pero esto solo me puso más nerviosa, estar sola en una calle, a oscuras y sin ni siquiera una tenue luz de un farol, es preocupante. O tal vez lo vea así por mi paranoia.
Seguí caminando, tomando el poco valor que me quedaba, voltee hacia atrás, al escuchar sonidos lejanos cuando a lo lejos, pude apreciara dos siluetas. Dos hombres, altos, corpulentos. Me aterré.
Comencé a acelerar el paso, con ellos aún lejos de mi, uno dijo -Es una linda princesita ¿No crees? Digna Hija de papi y mami... - mi corazón retumbaba con fuerza en mi pecho.
Así que solo seguí corriendo, el otro chico le responde -Así es... - hace una pausa -¡No te preocupes, no te haremos nada que no te valla a gustar! Será solo un rato... Te prometo, que nos vamos a divertir... Te vamos a cuidar...- la verdad mi cuerpo no era tan extravagante, era simplemente flacuchenta y creo que lo más tonificado que tenía era mi cintura, que estoy segura de que si Ángel me envolvía con sus manos sobraría espacio.
En ese momento me quedo más que claro que no tenía a donde huir, todas las casas estaban cerradas por la hora, solo estábamos nosotros tres en la calle... O, al menos eso creía...
Alguien sale de la casa que me dejo embelesada esta mañana, estaba en el lugar exacto donde me había quedado admirándola, y me inmoviliza dejando solo mis piernas libres, sus brazos eran fuertes y grandes, su dorso el cual sentía contra mí era ancho. -¡¡Suéltame degenerado!!- le grite.
Yo empecé a darle codazos y a tratar de librarme de su agarre, pero era bastante fuerte, logré soltarme por unos segundos, pero corrió detrás de mí y me volvió a inmovilizar.
-¡Cálmate! - dice tomándome de la parte trasera de mi cintura. -No soy uno de ellos, solo quiero ayudarte.
- ¿¡Pretendes que te crea!?- este no dice nada solo me jala con fuerza, seguimos luchando, gracias al forcejeo no pude notar cuando me llevo a la propiedad, al llegar al marco de la entrada de su puerta me suelta de su agarre, yo volteo a verlo, como no había luz no lo podía ver bien, pero si pude ver que era alto, y parecía joven.
Intente huir, pero me toma de las muñecas atrayéndome hacia el - Tranquila... No voy a hacerte daño, no podría. - dice, en un tono de voz que me tranquilizó un poco. Por alguna extraña razón las palabras resonaron en mi cabeza, sentía ya haberlas escuchado, tal vez, en otra ocasión, pero mi mente no pudo dar con qué. Me suelta de las muñecas y abre la puerta de la propiedad. Tal vez estaba loca, es lo más probable, porque decidí confiar en él, en un completo desconocido que podía estar aliado con ellos.
Entramos a la casa la cuál, por lo que se podía ver con la luz de la luna, era extensa y que de esa planta se extendían unas grandes escaleras que llevaban al siguiente piso, en lo que parecía el final del pasillo había dos escalones que llevaban a la cocina y en esta la entrada que tenía un gran marco. Seguía sintiéndome familiarizada con el lugar.
-¿Estas bien? -me pregunta desde alguna parte de la casa.
-Si, no me hicieron nada... pero si me asuste mucho- mi voz temblaba.
-¿Cuál es tu nombre? - pregunta el desconocido.
-Cristina. - Pude medio ver como camino hacia el sofá que estaba frente a mí.
Tenía razón sus brazos eran grandes y su dorso parecía tallado por los mismos dioses, y su voz era ronca, lo suficiente como para derretir a cualquier chica con las hormonas alborotadas.
-Soy Manuel, para servirte- dice eso y al parecer hizo una reverencia. Yo reí ante el gesto.
-Gracias por ayudarme con...- no me dejo terminar la frase.
- Tranquila, no te preocupes, pero ten cuidado no es la primera vez que los veo por aquí...- voltea a ver a la salida - Probablemente conozcan a tu familia o te hayan estado siguiendo.
- ¿Por qué lo dices?
-Por lo que dijeron, te llamaron «Hija de papi y mami» por algo lo hicieron. - contesto.
-Así que... Lo viste todo. - Este asiente. decidí cambiar la conversación cuando por alguna extraña razón se había creado una ligera tensión entre nosotros. -¿Hace cuanto llegaste? - pregunté.
-Dos semanas, pero este lugar estaba muy descuidado, así que tomó bastante tiempo dejarlo presentable - dijo.
En ese instante algo me dejo medio cegata, la luz se había reestablecido, y cuando lo vi quede embelesada...
Es un chico muy lindo... Tiene el cabello castaño, piel clara y... Sus ojos, el avellana de sus ojos que me dejo cautiva en ella por unos instantes... Eran hermosos.
La casa era de color piel, el suelo era de madera pulida, y los muebles combinaban perfectamente con la casa, dándole un toque hogareño y acogedor.
El chico se fue al refrigerador y busco dos vasos y los sirvió, y luego se me acerco a darme el vaso con jugo de naranja.
Me miro directamente a los ojos... Y volví a perderme en los suyos pero no duró mucho, recordé que tenía novio, aparte la mirada y acepté el jugo.
Por ese momento ninguno pronuncio palabra.
Saque mi celular de la mochila y vi la hora, eran las 11:15 de la noche.
-Debería irme, mis papas deben estar preocupados- guardo mi celular, y le entrego el vaso.
- Vale, te acompaño. - me dijo amablemente.
Le sonreí-No, no es necesario yo- - me interrumpe.
-No te pregunte, te dije <Te acompaño>- soltó pero no molesto, sonaba más como... Preocupado. Abre la puerta y salgo primero, luego la cierra y comenzamos a caminar.
- Oye... Gracias por ayudarme, y disculpa las molestias... - rompo el silencio.
- No es molestia Cristina, pero tienes que saber que no es bueno que andes tan tarde sola, recuerda que eres una chica y eres presa fácil para cualquier imbécil con dobles intenciones, puede ser para robarte o... -su mandíbula se tensa- Algo peor.
Tiene razón... -Lo siento yo...
-No es necesario que te disculpes, solo te lo digo por tu bien. ¿Como crees que estarían tus padres si algo te sucede? -me mira, y pude verlo, era impotencia, había impotencia en sus Por qué?
- Se derrumbarían.
-Ahí está tu respuesta.
Llego a mi casa pensando en Manuel y en lo que me dijo. Al abrir la puerta mis padres están hablando por teléfono - ¿Pero no te ha llamado? - dice mi padre con una expresión de extrema preocupación.
-¿Dónde estará esa niña? - dice mi madre caminando de un lado a otro.
Mi padre se voltea y me ve parada entrando a la sala -ya llego...Vo- voy a hablar con ella- dice, sus labios temblaban ligeramente.
-Hija donde estabas estábamos preocupados, Ángel dijo que saliste de su casa hace una hora ¿A dónde fuiste? - me dio un abrazo fuerte y me beso la frente.
-Pa... es que camino aquí...-les conté lo que paso, incluyendo lo de Manuel y mis papas fueron comprensivos con la situación así que decidieron ir el día siguiente a su casa para agradecerle.
Al día siguiente...
Caminamos mis padres y yo a casa de Manuel para agradecerle, mi padre toca la puerta y nos abre Manuel.
-Hola... - frunce el ceño - ¿Puedo ayudarlos en algo? - dice un poco nervioso, imagino porque no los conocía.
-Hola, disculpa queríamos darte la bienvenida al vecindario y agradecerte por ayudar a nuestra hija ayer...- mi padre le extiende su mano y él la toma. -Gracias por resguardarla.
-No hay de que, señores... - los mira un momento. Mis padres no se presentaron.
-Ah.-mi padre parece comprenderlo. -Matthias Olivares, y ella es mi esposa, Helen Olivares, mucho gusto- dice mi padre.
-Un placer conocerte- dice mi madre, regalándole una sonrisa ladina.
-Manuel, soy Manuel Velazco, es un placer conocerlos.- sonríe.
-Hola...- salgo de atrás de mis padres le saludo y le regalo una sonrisa.
Al verme sonrió igual que mis padres.
-Bueno nosotros vinimos a agradecerte y ver si necesitabas cualquier cosa...- dice mi madre amablemente.
-No, no se preocupen- el le sonrió a mi papá, este se despidió y se fue. Unos segundos después se vuelve a mi sonriendo - ¿Tienes algo que hacer ahora?
-Creo que estoy libre, déjame reviso mi agenda y salgo de dudas -digo fingiendo mirar mi celular. -Nop, no tengo ningún plan
Luego de que se cambiase la ropa por algo más casual caminamos por un parque que está cerca del vecindario, y hablamos de todo, la verdad es que me siento cómoda con él, me cae bien, y es muy buena persona.
Este encuentro fue oportuno, él es muy diferente a los demás chicos que he conocido, por unos instantes me hace sentir que lo conozco de toda la vida suena un poco descabellado ya que lo conocí ayer, pero es así, me siento cómoda, aunque nos conocimos por casualidad...
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Holaaaaa esta historia la esta escribiendo una chica de 14 años de edad así que no me juzguen...
Espero que les guste, ya que esta historia la estoy haciendo con mucha dedicación, Bye...
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ATTE: Vicky <3
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