¡Bienvenidos, señoritas y señoritos! Tomen asiento en cualquier mesa libre y relájense mientras toman una taza de té, café o prueben alguno de nuestros pasteles... Pero sobre todo, tomar asiento que igual esto tiene su miga.
¡Disfruten!
Día 29: UA café
ACE
Vale, no voy a negar que esto va a ser bastante improvisado, como una buena mitad de los apartados, y que voy a llevar a otro nivel el "tomarse una licencia poética".
Hoy no hablaremos de un personaje como tal, sino de uno de los lugares más importantes de uno de los proyectos que habéis ido conociendo. Exacto, la pastelería, y/o cafetería, ACE.
Esta comenzó como una panadería familiar que terminó siendo regentada por Adam Deacon y Emily Deacon, su esposa. Cuando está quedó embarazada, su marido comenzó a pedirle que se tomara descansos más prolongados y que no se presionara.
Sin embargo, durante esos primeros meses en los que todavía estaba muy activa, se encontró con mucho tiempo libre que decidió invertir en hornear dulces, principalmente magdalenas y bizcochos. Vamos, que le hizo un semicorte de mangas a su marido, porque seguía moviéndose de un lado a otro, aunque ya no madrugara tantísimo como el trabajo requería.
La imagen de Emily cruzando la puerta que separaba la sala de hornos del mostrador con bandejas en sus manos para ofrecer a los clientes que iban a por el pan, se volvió tan común que los estos comenzaron a preguntar si pensaban añadir estos productos al local, cosa que hicieron después de que les hicieran la misma pregunta veinte veces en una misma mañana.
A los meses nació Clayton, hijo al que prácticamente criaron en la panadería, a la que le cambiaron el nombre por ACE, representando así ese cambio tanto en el local, al que le terminaron ampliando la carta gracias a Emily, como en la pareja, a la que se sumó un miembro más.
El local continuó creciendo junto al pequeño Clay, cuya afición por ponerse perdido de harina se empezaba a manifestar desde sus primeros pasos. Tales era su interés por esto que madrugaba más de lo necesario para ayudar a sus padres a preparar la masa del pan o las primeras tandas de magdalenas y así ir al colegio sin poner demasiadas quejas.
Los estudios de Clayton se orientaron a la repostería, algo que a sus padres no les pilló por sorpresa. Por tanto, su día a día se volvió un círculo vicioso en el que cada cosa que aprendía por la mañana en sus clases, la ponía en práctica con su madre por la tarde, aumentando así sus ganas de continuar su formación, que estaba seguro de poder exprimir en el negocio familiar.
Los años pasaron y Clayton se casó con Ruby Miller, una mujer que terminó conociendo a base de encontrarse constantemente en los pasillos de la institución en la que recibía sus clases.
El matrimonio continuó trabajando en ACE. De hecho, le dedicaron tantas horas de trabajo que ampliaron la cantidad de postres que se vendían a un número lo suficientemente grande como para no repetir dulce ni un sólo día durante un mes entero. Esto les hizo reformar el local, modificando la distribución y añadiendo mesas en lateral izquierdo, volviéndolo así una cafetería.
Fruto de esta pareja nacieron tres hijos: Asher, Caleb y Erin. Unos hermanos tan parecidos como diferentes y a los que creo que no les hace falta ningún tipo de presentación.
Bueno, después de soltar esta chapa, que no está mal para ser medio improvisada, igual toca un poco hablar de su origen más apartado de la ficción.
El querer hacer algo sobre una pastelería siempre ha sido como un objetivo en la lista de pendientes casi desde mis tardíos inicios en la escritura. Ese objetivo se terminó materializando en el proyecto ACE, uno de mis ideas sobre la que más he hablado durante todo este mes, y para qué negarlo, después de desarrollar un poco el pasado me gustaría continuar desarrollando las movidas que pasan en el presente o el trasfondo de todo.
A esta idea se le sumaron dos detalles que vi en obras de mi dios, Kamatani Yuhki, Shōnen note y Sombras sobre Shimanami: un café muy acogedor con un pequeño escenario, donde el protagonista se sube a cantar; y un lugar en el que cualquier persona se pueda sentir aceptada y gracias al resto de personas de ese lugar obtenga el valor para plantarle cara al temor de ser rechazado por un aspecto u otro.
Lo sé, en esto último se me ha ido la cabeza completamente para ser sólo una pastelería, pero en mi mente haré como que tiene todo el sentido del mundo hasta que se demuestre lo contrario 😂
Nada más que añadir, su señoría.
Nos leemos.
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