Capítulo 21: A un paso de la verdad
Con respecto al día anterior, la mañana había comenzado menos fría, pero aún tenía mis dudas de que pronto comenzaría a nevar, o quizás terminaría por equivocarme. Me vestí después de asearme un poco y fui hasta la sala donde estaba Jin sentado en el sofá mirando algo. Sin darle mucha importancia me serví un café algo cargado, era lo mejor a primera hora de la mañana y sobretodo para despejarte. Fui a la sala y me senté junto a Jin, pudiendo ver que veía con tanto ímpetu.
— Esas son mis facturas —dije mirando sobre el hombro de mi mayor.
— ¡Llevas muchas acumuladas! —asentí sin darle mucha importancia— Deberías hacer algo antes de que te metas en un lío —siguió mirándolas, cogiendo una tras otra y soltándolas algo alarmado.
— No te preocupes, está controlado —me lanzó una mirada inaceptable—. Ya lo pagaré.
— Pero es que debes luz, agua, gas e incluso alquiler. Esta carta es un tercer aviso por no pagar.
— Jin, no empieces, por favor —resopló y dejó las facturas sobre la mesa. Yo me levanté bebiendo todo lo que quedaba en la taza y la dejé encima de la mesa para ir hasta la entrada y ponerme el abrigo—. ¿Vienes?
— ¿Quieres que vaya?
— Si no me hablas en mitad de mi trabajo, sí.
En compañía de Jin llegué hasta la cafetería, de nuevo me tocaba abrir a mí. Dejé todas mis pertenencias y me coloqué el delantal, comenzando a prepararlo todo para los primeros clientes. El castaño se sentó en uno de los taburetes de la barra y me observaba como iba haciendo mis tareas.
— ¿Alguna vez te has planteado trabajar en otro lugar? —preguntó con cierto tono curioso.
— La verdad, no, estoy bien aquí. No pagan mal y tengo buena compañía —pasé el trapo por todo el largo de la barra, haciendo que Jin levantara sus brazos cuando pasé por su zona—. ¿Y tú?
— Nunca llegué a trabajar, pero digamos que estaba a punto de hacerlo. Terminé mi carrera y era hora de buscarlo.
— ¿Qué estudiaste?
— Biología.
— Qué aburrido.
— No creas, es interesante —me encogí de hombros y llevé en mis brazos todas las cartas del menú que pondría sobre las mesas—. Tuve una buena fiesta de graduación.
— ¿Como mis fiestas? —reí imaginando qué clase de fiesta podría ser y que tan diferente sería de las mías.
— No, tus fiestas son un asco. Fue...
Terminé con todas las mesas y yendo hasta la puerta coloqué el cartel de abierto, luego fui hasta la barra y cogí los servilleteros para hacer lo mismo que con las cartas. Jin dejó de hablar, pensé que se había olvidado de esa fiesta y mi primer pensamiento, claramente, fue que estaría demasiado borracho como para acordarse.
— ¿Jin? —lo llamé desde su lado.
— No me acuerdo —tenía el ceño fruncido y la cabeza apoyada en una mano mirando fijamente el color madera de la barra—. ¿Por qué no me acuerdo?
— Estarías borracho —pensé que sería muy gracioso ver a un Jin fuera de control y haciendo escándalo por todo el local, pero lo cierto es que me costaba imaginarlo así.
— No me gusta beber.
— Entonces, alguien te drogó.
— NamJoon..., mis compañeros no son como tus amigos. Algo debió pasar —masajeó su sien y yo lo observaba atentamente.
El primer cliente llegó y tuve que dejar a Jin solo con su lucha mental por intentar recordar algo de aquel día. Serví el café y tostada del cliente y me coloqué frente a Jin, fingiendo hacer algo para poder hablar en susurros y que el cliente no saliera de la cafetería despavorido por verme hablar solo.
— Debe haber alguna razón por la que no te acuerdes.
— Pero no sé cuál —ejerció más fuerza en su masaje—. Agh, no entiendo.
— ¿Dónde fue?
— No recuerdo como se llama ese lugar, era la primera vez que iba, sólo sé que está a las afueras y hay un montón de locales, e incluso recuerdo un restaurante chino bastante grande.
— Oh, creo que sé dónde es. He ido mucho por allí, tiene los mejores antros.
— ¿En serio? —asentí.
— Buenos días —elevé mi cabeza al ver a JungKook entrar por la puerta y dirigirse hasta la habitación para dejar su mochila, como siempre. Luego salió agarrando su delantal, el cual se colocó y, echándome una pequeña mirada, sonrió levemente y fue a coger unos utensilios de limpieza.
— Ya limpié yo —le dije y se quedó congelado pensando. Dejó todo en su sitio y miró el fregadero, el cual estaba libre de vajilla sucia y, por último, la barra; reluciente como las mesas.
— Limpiaré el baño.
— Nadie lo ha usado así que es imposible que esté sucio —mordió su labio y miró en todas direcciones. Al final se alejó y se quedó sentado al final de la barra.
— ¿Hablarás con él? —preguntó el castaño que había dejado de lado sus dudas con respecto al día de su fiesta.
— Sí, ahora vuelvo —cogí un batido de fresa y un vaso, me acerqué hasta él y eché el líquido rosado en el vaso frente a JungKook—. ¿No pensabas desayunar?
— Gracias —lo cogió pero ni siquiera dio un pequeño sorbo.
— ¿Cómo estás?
— Bien, supongo.
— JungKook... —comencé a decir, dispuesto a soltar mi discurso.
— Hyung, quiero hablar contigo —me interrumpió y sus palabras me cogieron desprevenido.
— Sobre qué.
— Sobre nosotros.
— Te escucho.
— He estado pensando mucho... —dejó el batido a un lado y jugó con sus manos nervioso— Aquella noche... cuando me hiciste ir hasta tu casa... me sentí muy mal. Me asusté mucho, no sabía que llegaras a ser así. Aunque también sé que estabas borracho, pero una cosa no quita la otra.
— Siento lo que hice —dije cogiendo una de sus manos—. De hecho, no me acuerdo de nada, pero no necesito recordar para saber que fui capaz de hacerte..., o más bien, de que sería capaz... de...
— Está bien, no estoy enfadado, pero creo que no puedo estar contigo —asentí levemente comprendiendo su punto—. Aunque no quiero que pienses que ahora te vea mal. Sigues siendo una persona importante para mí, a pesar de todo.
— Sinceramente no puedo entenderte, ni siquiera merezco que me dirijas la palabra.
— Estabas borracho, eso no lo harías sobrio. Así que me quedo con eso —llevó su mano libre al lóbulo de su oreja y comenzó a masajearlo—. Creo que no estamos hechos el uno para el otro. Por eso... —lo vi tragar saliva. Las palabras se le atrancaban y no sabía cómo hacerlo o decirlo. Supongo que quería evitar hacerme enfadar o sentir mal, pero lo cierto es que me merecía palabras mucho peores.
— Es mejor dejarlo —sonreí y revolví sus cabellos—. No estoy enfadado ni me has hecho sentir mal, en cambio, yo no podría decir lo mismo por tu parte. Te he hecho mucho daño, lo siento, no te lo merecías. Te mereces alguien mucho mejor que yo —agarré su mentón y volví a elevar su rostro, ya que lo había ido bajando— Pero te advierto que seguiré muy pendiente de ti. Eres mi mocoso y no dejaré que nadie se sobrepase contigo..., aunque es gracioso que esto te lo esté diciendo yo —reí en un soplido.
— Está todo olvidado, hyung.
— Ay, JungKook, eres demasiado tierno —ambos sonreímos, dejando todo atrás y volviendo a un pasado donde todo lo ocurrido entre nosotros como algo más que amigos quedó borrado—. Cliente —dije y él me miró confuso, le señalé a la puerta y vio a dos mujeres entrar, después de soltar un adorable "oh" corrió a atenderlas.
Aproveché que estaba ocupado para volver al lado de Jin quien no apartó la mirada de nosotros en todo momento.
— ¿Arreglado? —asentí y éste sonrió mirando al pelinegro desde su posición.
Al final ni siquiera tuve que decirle nada, pues él mismo lo hizo, y aunque yo también tenía cosas que decir, simplemente me las guardé. Decidí que no fue necesario. Además el hecho de que JungKook fuera quien diera el pasó me dejó mucho más tranquilo, no sabía cómo le iba a sentar si lo hacía yo, pero ahora me estaba más confiado y sabía que él mismo estaba convencido de que lo que había hecho era lo correcto. Aunque debía admitir que pensé que acabaría por perder la amistad de JungKook y era lo que más miedo me daba, y sí, miedo, el pequeño era importante para mí, algo así como un hermano pequeño al cual quería proteger y mimar.
"Me alegro que todo haya acabado bien"
— NamJoon —lo miré haciéndole saber que lo escuchaba—. ¿Podría pedirte un favor? —asentí— ¿Me llevarías a aquel sitio?
— ¿Te refieres al que hablábamos hace un momento? —susurré.
— Sí. Es que siento que hay algo que no cuadra, debería poder acordarme de algo. Juro que no bebí —quedé algo pensativo y esperando que JungKook, que había vuelto a la barra para hacer los cafés, se fuera y así contestar.
— Claro, podemos ir luego.
— Muchas gracias —sonrió satisfecho y acunó su cara en sus manos mientras me veía limpiar los utensilios de la cafetera.
[...]
El resto de la mañana fue algo ajetreado y ni siquiera me di cuenta de la hora justa en la que el local comenzó a llenarse tanto, pero pareció como si se pusieran todos de acuerdo y llegaran en manadas en busca de sus cafés. JungKook y yo quedamos exhaustos cuando la cafetería quedó vacía y fuimos a comer en el mismo restaurante de siempre.
La tarde no tardó mucho en caer y con ella mi hora de salida. Me despedí de HoSeok, que había llegado unos minutos antes, y con Jin sentado en el asiento copiloto de mi coche, encendí un cigarro y arranqué el motor para poner rumbo a ese lugar del cual Jin no podía recordar nada.
El sitio no es que fuera muy agradable, de hecho ni había viviendas cerca, era algo así como una zona industrial algo desolada, con varios almacenes grandes convertidos en antros y, en efectivo, un restaurante que destacaba por lo destartalado que era. Y porque era lo único que había distinto al resto. Aparqué en cualquier sitio y Jin comenzó a mirar por todas partes, primero la carretera que estaba pegada a nosotros y luego a cada local, buscando el que podría hacerle recordar.
— ¿Te suena alguno?
— Ese de allí —señaló a uno de los más pequeños.
— Ven —Jin, sin preguntar, me siguió y entré en el local que evidentemente estaba desértico.
— Lo siento, pero aún está cerrado —dijo una chico que llevaba unas sillas en sus manos y las colocaba alrededor de unas mesas.
— Oh, no vengo a consumir, sólo quería preguntar algo —el chico dejó lo que hacía y vino hasta mí—. Verá, hace un tiempo un grupo de estudiantes universitarios vinieron aquí a celebrar su graduación.
— Pff, aquí viene mucha gente y muchos grupos.
— Sí, pero, ¿no pasó nada fuera de lo usual?
— Que yo sepa no. Bueno a veces se arma jaleo y algunas peleas, pero nada más que eso.
— Entiendo —chasqueé mi lengua y me quedé pensativo—. Quizás algún compañero suyo sepa —insistí.
— No lo sé, somos varios y tenemos turnos diferentes. Realmente no sé qué quiere averiguar.
— Algún accidente... —miré de reojo a Jin, éste me miró seguro y asintiendo continué— Algo grave que ocurriera. ¿No han escuchado nada sobre un chico que quedara en coma?
— La verdad, no —negó con cierta preocupación en mis palabras.
— ¿Habéis dicho un chico en coma? —soltó otro chico que estaba tras la barra. Llegó hasta nosotros y siguió hablando— Oí a JaeSuk decir algo sobre eso —dijo mirando a su amigo—. Mi compañero me contó algo parecido a lo que dices —se dirigió ahora a mí—. Al parecer un cliente quedó en coma por un accidente y no sé mucho más, pero él debe de saberlo todo, ya que fue su turno.
— ¿P-podría contactar con él? —pregunté algo nervioso.
— Claro, no hay problema, aunque si prefieres hablar con él cara a cara, le toca venir mañana.
— Bien, entonces vendré mañana.
— Si puedes ven sobre esta hora, antes de abrir.
— Claro —agradecí por su amabilidad y salimos. Me quedé mirando por un rato a Jin y éste miraba al suelo intentado comprender, o quizás aún obligándose a recordar.
— No es seguro, ¿verdad? —dijo con cierto temblor en su voz.
— Bueno, las piezas concuerdan demasiado bien —dejé posada mi mano en su hombro—. Pero tranquilo, sea lo que sea, no puede ser peor. Al fin podrás saber qué pasó.
— Tienes razón —suspiró y asintiendo se relajó, dejando de comerse la cabeza por algunos minutos.
— Vendremos mañana y saldremos de dudas —rodeé su espalda con mi brazo y caminamos hasta el coche.
— Tengo algo de miedo por saber la verdad.
— Tranquilo, te digo que no puede ir a peor, quédate con eso —sonrió en mi dirección y asintió viéndome colocarme el cinturón.
Era increíble como poco a poco todo iba saliendo a la luz. En un principio me pareció demasiado difícil el poder encontrar si quiera una pista y ahora habíamos llegado al punto de descubrirlo todo.
"Aunque, ¿de qué servía saber la verdad cuando lo peor ya lo sabíamos?"
"Saber la verdad no hará despertar a Jin..."
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