En horas de trabajo algunos compañeros me felicitaron por la nueva oferta de empleo, supongo que JungKook les había dicho. Fue algo vergonzoso, lo admito, al final de la jornada mi novia me espera en la salida, hace un poco de brisa manteniendo la noche fresca, cuando el chico me ve sonríe acercándose, toma mi mano y sin perder el tiempo pide un taxi. La mejor parte de este embarazo es que no debo subir a la moto del chico.

JungKook me lleva a un restaurante vintage, la atención es muy buena apenas entramos por la puerta, hay muchos clientes hablando entre sí mientras comen, hay un espacio en medio donde algunas parejas bailan, ahora entiendo porque había dicho que podía comer y bailar.

— Buenas noches—nos atiende un hombre de traje con una inclinación de cabeza. JungKook sigue tomando mi mano.

— Buenas noches, tenemos una reservación.

Lo miro ante eso, ¿Él había reservado antes?

— Oh, permítame—el hombre revisa en su tablet—¿A nombre de quién?

— Jeon JungKook.

— Aquí está, sígame por aquí—indica. El restaurante está iluminado por las lámparas, hay muchas mesas y en su mayoría están ocupadas, en una esquina se encuentran las escaleras para el segundo piso, las paredes tienen colores cálidos y las sillas hacen juego con ellas.

La mesa que JungKook reservó queda a un lado de la ventana, el área es perfecta para conversar, no se escucha mucho ruido. JungKook mueve la silla para permitir que tome asiento, quedamos sentados frente al otro con el menú para pedir, honestamente no me apetece casi nada, pero debo escoger algo, una vez el hombre se va con nuestro pedido y los menús quedamos a solas.

— Pensé que ibas a pedir casi todo del menú—bromea bebiendo algo de agua de la copa que hay en la mesa.

— Desde que comencé a sentirme mal no he tenido mucho apetito—bebo algo de agua también—Por cierto, ¿Por qué le dijiste a los demás sobre la agencia?

Me mira quitándose su chaqueta.

— ¿Tiene algo de malo?

— No, pero es...—me interrumpo a mí misma cuando noto la camisa de mangas cortas que trae. JungKook viste con pantalones Jeans, me gusta cuando los usa porque marca muy bien sus piernas largas y musculosas (especialmente en los muslos), pero las veces que hemos salido juntos no es común que muestre sus tatuajes, en realidad siempre los cubre, la camisa blanca que tiene es de mangas cortas, su brazo derecho deja a la vista sus tatuajes.

— ¿Es qué? —coloca su chaqueta en el respaldar de la silla. Al notar mi asombro no duda en preguntar—¿Por qué me ves así?

— ¿Estás mostrando tus tatuajes?

— Al igual que algunos aquí—señala. Miro alrededor notando que es cierto—Reservé aquí por esa razón y porque debemos festejar que mi novia es ahora una gran diseñadora.

— No lo soy, debemos festejar que una agencia notó mi talento, pero tampoco exageres.

— Debo buscar otro empleo.

— ¿Por qué?

— Si ganarás más dinero es evidente que debo hacer lo mismo, debemos ayudarnos mutuamente, ¿No crees? —entrecierro mis ojos—¿Qué?

— ¿No será porque te pone algo incómodo que gane más?

— ¿Es enserio? —bufa—Estoy realmente feliz por ti y por esta oportunidad, tienes talento en cualquier cosa, SoHee, maquillando, peinando, diseñando, todo lo haces bien—toma mi mano sobre la mesa.

Sonrío enternecida por eso, un cosquilleo se aloja en mi estómago. Acaricio el dorso de su mano decidiendo preguntar.

— Por cierto, ¿Qué hiciste ayer?

— ¿Ayer?

— Sí, es que saliste más temprano del trabajo, pero llegaste tarde a casa—indico—¿Fuiste con el psicólogo?

— Lo hice—asiente—La primera cita fue más para darle a conocer mi historia así que no hubo nada extraño, hoy por la mañana volví a ir, el hombre no estaba así que debo ir mañana por la tarde.

— Quería que me acompañaras a la agencia.

— Yo también quería ir, pero la secretaria dijo que sólo a esa hora estaba disponible.

— Está bien, ambos tenemos cosas que hacer. El profesor dijo que sería una entrevista de trabajo, también dijo que el puesto ya era mío—reviso en mi bolso—Me dio una tarjeta de presentación—se la muestro.

JungKook la toma echándole un ojo.

— Agencia Wings, tienes la dirección aquí abajo.

— Sí, luego de clases iré al departamento para cambiarme.

— Puedes escribirme al salir, podemos vernos en algún lado.

— Olvidé decirte, YeJi fue ayer a verme.

— ¿Qué ocurrió con ella?

— Está muy enamorada de Jimin, eso ocurrió—apoyo mis brazos en la mesa—Dijo que ha discutido con su madre por ese tema, le dije que no siguiera sufriendo por él, no vale la pena.

— ¿Y Jimin que le dice?

— No se ven desde hace un mes.

— Oh—levanta sus cejas—¿Y tú...no has hablado con él?

— No, sigo molesta con él.

Por unos minutos nos quedamos en silencio, la comida llega poco después, en otra situación hubiéramos tomado vino, hay muchas personas bebiéndolo.

— No me respondiste—regreso al tema—¿Por qué llegaste tan tarde anoche?

JungKook da un sorbo al jugo de naranja, se encoge de hombros y no entiendo eso.

— Estuve con BoGum.

— ¿Hasta tarde?

— Nos vimos y charlamos, fuimos a un bar, el tiempo se nos pasó volando—toma su tenedor pinchando un trozo de carne llevándolo a su boca. Lo miro con incredulidad—Puedes llamar a BoGum, te dirá lo mismo.

— ¿Enserio quieres que me crea eso?

Saca su teléfono y lo pone en la mesa.

— Llámalo.

— Voy a confiar en ti—advierto.

Ambos seguimos comiendo guardando silencio cuando masticamos, los platos están vacíos dando paso al postre. El pudín de chocolate que pedí está delicioso, sólo espero no vomitarlo después con las náuseas. Una suave melodía muy familiar comienza a sonar, reconozco la canción, es esa que JungKook y yo bailamos en la competencia. El chico se levanta de la silla dirigiéndose a mí, me ofrece su mano interrumpiendo mi momento con el pudín.

— ¿Mmm?

— Esta es nuestra canción.

— Pero el pudín...

— El pudín no se irá—sonríe divertido tomando mis manos. Me lleva hasta la pista de baile e imita la posición de las demás parejas, he escuchado tantas veces esta canción que ya conozco la letra de memoria.

JungKook coloca una de sus manos en mi cintura tomándola firmemente mientras que con la otra toma mi mano. Sonrío un poco sabiendo lo mucho que le encanta esta canción. Ambos comenzamos a movernos al ritmo lento de la música.

— ¿Quieres que les diga a todos que guarden silencio para que cantes? —bromeo.

— ¿Estás diciendo que canto mal?

— No, sólo digo que sé lo mucho que amas esta canción—miro sus ojos grandes y brillantes. Sonríe sonrojándose un poco.

— Le cantaré esta canción al bebé.

— Lo harás llorar—por su expresión me echo a reír—Odiará la canción.

— Yo lloraré si sigues burlándote, le diré al bebé que su madre es muy mala.

— ¿Yo soy mala? Pensé que era una gran diseñadora.

— Que graciosa—rueda los ojos. Sonrío no por mucho, mi sonrisa disminuye un poco mientras lo miro fijamente—¿Qué?

— Acabamos de involucrar al bebé en una conversación—él parece comenzar a notarlo—Si se siente muy extraño involucrar a alguien más.

— Debemos acostumbrarnos—abraza mi cintura y yo abrazo su cuello, juego con los mechones de su nuca estando más cerca de su rostro. Recuesto mi cabeza en su hombro sintiendo los pequeños besos que deposita en mi cuello. Cierro mis ojos ante la sensación de paz y seguridad que me invade—Los cuidaré contra cualquier cosa, So.

Lo escucho decir. Me mantengo así por unos segundos, al abrir los ojos toda la paz desaparece al distinguir una pareja conocida en una de las mesas, ellos comen sin ponernos atención.

Es SonWoo y su esposa.

Estoy uniendo los hilos, paciencia uwu