𝐶𝑎𝑡𝑜𝑟𝑐𝑒
Jeon JungKook
— ¿En qué piensas? —pregunta Dami mientras estamos frente a la playa, algunas personas pasan por aquí trotando, paseando a sus mascotas o simplemente disfrutando del aire salado que se respira.
— Ni siquiera lo sé.
Había pasado a ver a Dami desviándome del camino principal cuando salí a correr para despejar la mente. SoHee y yo seguíamos molestos, pero tampoco quería seguir discutiendo con ella, ¿Por qué no puede ver que intento protegerla? Quiero hacerlo bien esta vez.
— Oye—coloca su mano en mi espalda—Tómalo con calma, SonWoo quiere provocarte y quiere asustar a tu chica.
— Por segunda vez lo nuestro se ve amenazado por alguien de mi familia—indico subiendo mis piernas al muro en donde estamos sentados. Dami también viste con algo fresco pero deportivo, su cabello negro con puntas azules va recogido en una coleta alta dejando algunos mechones sueltos—La primera vez le hice un daño terrible a ella—suspiro—No quiero que se repita de nuevo, es por eso que no puedo mantener la calma, Dami.
— ¿Qué quieres hacer entonces?
— Proteger a SoHee.
— ¿Cómo? —pregunta—¿Vas a mantenerla encerrada en el departamento?
— No es mala idea.
— Ya, hablo enserio—reprocha—¿Cómo piensas protegerla? ¿Amenazando a SonWoo? ¿Crees que eso funcione?
Sé que no pero el quedarme callado no ayudará mucho.
— Voy a enfrentarlo.
— ¿Cómo? —se cruza de brazos.
— Dejándole en claro que no quiero que vea a mi novia—miro las olas del mar—Si sigue así avisaré a la policía.
— ¿Crees que lo detenga?
— No me importa si lo detiene o no, si es necesario soy capaz de golpearlo hasta que le quede claro.
— ¿Estás escuchándote? Suenas como alguien desesperado, es exactamente lo que quiere hacer contigo—inclina su cabeza de lado—SoHee y tú no deberían discutir, toda pareja tiene sus discusiones, lo entiendo, pero tú mismo dijiste que han superado mucho.
Y lo hemos hecho, lo que ella dijo estuvo mal y lo que yo dije estuvo mal. Todo estuvo mal, en fin.
— Estoy desesperado—asiento—¿Conoces esa ansiedad cuando no podías aguantar mantenerte lejos de la droga? —la miro—Esa clase de ansiedad está regresando a mí.
Dami guarda silencio, nos miramos nada más sin tener algo que decir. Tanto ella como yo le tenemos miedo a esa ansiedad. Mi celular suena en mi bolsillo, el nombre aparece en la pantalla junto a una foto, respiro profundo sin saber qué hacer.
— Toma la llamada, iré a comprar algo de agua—la veo levantarse y alejarse. Acto seguido contesto un poco serio.
— ¿Hola?
— ¿Estás en el trabajo?
— No.
— ¿Faltarás hoy?
— No lo sé—la brisa me golpea un poco—¿Ya estás en clases?
— Acabo de llegar. ¿A dónde fuiste?
En su voz se nota la preocupación.
— Estoy con Dami, había salido a correr para despejarme, pero fui a verla, en unos minutos regresaré a casa.
— ¿Podrías venir a buscarme al salir? —antes de dar una respuesta ella agrega—No iré al trabajo, quiero hablar contigo, hablar, no discutir, ¿Podemos?
Tomo una bocanada de aire acariciando mi frente.
— Está bien.
...
Ocho años atrás
— Dime, muchacho, ¿Enserio crees que harás mucho en la universidad? —toca mi pecho con su dedo índice empujándome. Mi madre está inconsciente en el sofá luego de su dosis de droga que papá suele colocarle, sigo con mi uniforme de la escuela—Allí no te dejarán hacer lo que quieres, te expulsarán cuando sepan que eres un drogadicto.
— No lo soy.
— ¿No disfrutas entonces cuando la aguja entra en tu brazo? —me toma con fuerza, intento soltarme, pero me lastima apretándome—Nadie te conoce mejor que yo, JungKook, soy tu padre te guste o no.
— No eres mi padre, eres un monstruo, un maldito monstruo que está matando a mamá lentamente.
Una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro, jala de mi brazo hacia abajo, me resisto, pero acabo cayendo de rodillas con él sin soltarme. Le sostengo la mirada cansado de estos tratos, mi vista se torna borrosa por la impotencia, quiero llorar por la impotencia, pero no voy a darle el gusto a este imbécil.
Presente
— ¿JungKook? —parpadeo varias veces cuando tocan mi brazo. SoHee me mira preocupada, acaba de salir de la universidad y trae su bolso en su espalda—¿Estás bien?
— Sí, ¿Nos vamos?
Ella asiente, le doy su casco para luego subir a la moto asegurando el mío. Luego de ver a Dami había ido al departamento para tomar un baño y cambiarme, desayuné y esperé a que fuera la hora para salir. En silencio vamos al parque está decorado con todos esos árboles de cerezo, luce muy bonito con sus flores, algunas personas caminan por aquí. Dejo la moto en el estacionamiento, cuando tomamos asiento en un banco frente al lago es que la escucho hablar.
— Lo siento—dice—No debí decirte eso.
— Yo no debí enojarme contigo—nos miramos al mismo tiempo—Estoy cansado, So y tengo miedo al mismo tiempo.
— ¿Crees que quizás...sea el destino diciéndonos que debemos mantenernos lejos?
— Creo que mi familia es el problema, no sé qué pretende SonWoo, pero puedo hacerme una idea.
— ¿Quieres que vayamos a la policía?
— ¿Irías conmigo?
— Dijiste que la primera vez hicimos todo mal, esta vez podemos hacerlo diferente—asiente—Podemos ir a la comisaría.
— Iremos—tomo su mano dando un suave apretón.
— ¿Qué te dijo SoHee cuando fuiste a verla?
— Ella sólo se quedó callada, no dijo nada, supongo que me vio muy molesto como para decir algo...
— O quizás realmente no sabía nada—SoHee chasquea la lengua—Con su actitud pareciera que incluso ella misma tiene miedo de su esposo.
— ¿Crees que la golpea?
— No diría eso, pero...es más como si tuviera miedo de que SonWoo hiciera una locura—parpadea varias veces—Por cierto, Tae fue al departamento esta mañana.
— No creí que iría.
— ¿Te había escrito?
— No, bueno, no hoy, dijo algo ayer pero no le puse mucha atención con lo sucedido—miro nuestras manos juntas. La acaricio con mi pulgar sintiéndola pequeña entre mis dedos, SoHee apoya su cabeza en mi hombro—¿Qué te dijo?
— Hablará con Jennie, no quiere irse donde sus padres.
— ¿Preguntó por mí?
— Sí, le dije que no sabía dónde andabas metido—me mira. Rodeo sus hombros con mi brazo atrayéndola a mí y acto seguido la abrazo, SoHee suele usar perfumes suaves y dulces—¿Te sientes bien?
— ¿Podemos irnos lejos?
— ¿A dónde?
— A cualquier lugar.
— ¿Y por cuánto tiempo?
— Para siempre.
Diez años atrás
Mi madre está llorando en una de las sillas del comedor, no sé porque llora, pero es común verla así, como siempre papá no está. Me acerco a ella y de inmediato se apresura a limpiar sus lágrimas, la abrazo fuertemente apoyando mi cabeza en su hombro.
— ¿Podemos irnos lejos? —pregunto en voz baja a pesar de estar solos.
— ¿A dónde, Kookie? —me abraza del mismo modo.
— A cualquier lugar—suplico por una respuesta positiva.
— ¿Por cuánto tiempo sería? —me separa mirándome fijamente. Toma mis hombros acariciando mis brazos luego.
— Para siempre, quiero que nos vayamos lejos para siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro