Tiempo atrás 1718
(Dinastía Joseon)

Nam Hyun y Soo Eun cada vez se volvían más cercanos, el le llevaba frutos y comidas que jamás había probado el palagar de ella, empezaba a conocer nuevos sabores

Poco a poco este chico miraba a la sirena con otros ojos, sus aptitudes, su bondad y la forma en la que era, iba robando el corazón de Nam Hyun, ella se había convertido en su primer amor. Pero el no sabía una cosa, Soo Eun ya tenía el corazón ocupado por otro chico; Kim Bo Sang, mejor amigo de Nam Hyun

—Siempre que estoy a tu lado puedo sentirme cómodo y muy tranquilo.—dijo aquel hombre que llevaba unas bellas flores llamadas trigo sarraceno por detrás que tenían un significado llamado "amantes".

—Muchas gracias.—sonrió.—Gracias a ti he probado diferentes comidas, en el océano sólo podía comer peces. Nunca pensé que un pez cocido podía saber tan bien.—confiesa mientras vuelve a tomar los palillos para seguir probando el pescado

—Soo Eun... Quiero preguntarte algo, ¿alguna vez has salido del mar?—. Nam Hyun estaba realmente curioso a cerca de eso, ya que su madre le había contado que las sirenas solían salir de noche para observar la aldea de los humanos

—Hay una edad máxima para poder salir, en dos semanas cumplo veintiséis años, según el calendario lunar

—¿Cómo sabes acerca de eso?

—Una persona me enseñó, ahora quien soy y como me comporto es gracias a esa magnífica persona

—No importa como seas, tu eres especial.—comenta tomando la mano de esta chica, ella suele sentirse incomoda y con disimulo aleja la mano de Nam Hyun

—Disculpa, te quería dar algo—deja ver las flores y se las extiende en su manos.—Aquí tienes.

—Son hermosas, muchas gracias

—No tanto como tu—. El la miraba y no podía cansarse de hacerlo, ella permanecía siempre en su corazón y su mente. Sus pensamientos le comenzaban a pertenecer a Soo Eun

Ese mismo día el regreso a su trono, sin embargo quería confesar aquéllos sentimientos que lo atormentaban día y noche; así que no lo dudo y decidió ir hacia el mar y tomar el bote para dirigirse hacia allí

Una vez llegando, dejó el bote junto a unos arbustos. Ahí solía guardarlo siempre y sentarse junto a ella en la orilla del mar. Su corazón empezó a acelerarse, estaba seguro de que Soo Eun era la mujer de su vida. Fue entonces que percató las luces de un bote a lo lejos, lo primero que se le ocurrió fue esconderse atrás de los árboles que se encontraban cerca. Y haciendo absoluto silencio

Mientras el bote se iba acercando más y más, se dio cuenta que el hombre era su mejor amigo; Kim Bo Sang. Los ojos de Nam Hyun se abrieron completamente, se preguntaba porque el estaba ahí y que hacía. Fue entonces que el entonó su voz y muy delicada mente comenzó a hablar.—Soo Eun, soy yo Kim Bo Sang. He llegado.—Aquella frase hizo que se sorprendierá más

El siguió observando y fue entonces que ella salió a la superficie y lo miro con una sonrisa que nunca logró sacarle ni el mismo, Bo Sang se fue inclinando y miro a Soo Eun, se acerco lentamente y la beso.

Nam Hyun sintió gran impotencia al ver como su mejor amigo besaba a la mujer que amaba, poco a poco sus ojos se fueron cristalizado. Retuvo las lagrimas y evitó que le salieran, pero aquel acto dejo un gran sabor amargo en su boca

Su corazón se había roto.

Tiempo Actual 2018
(Era moderna)

—¡De verdad estas idiota! ¡¿Qué tal si te hubieras matado estúpido idiota?! ¡Aish! No puedo contigo, eres un desastre—. Gritaba con enojo Yon Bi mientras tenía un zapato en la mano con unas intensas ganas de tirarlo en su cabeza

—¡No grites noona! La cabeza me va explotar—dice seguido mientras acaricia su cabeza y frunce el ceño

—¿¡No quieres que grite!? Irresponsable, Jae Ho tuvo que correr hacia a ti para que no te cayeras al mar. ¡Estúpido! Llegaste anoche alcoholizado vomitando por toda la casa

—¡Basta Yon Bi, deja de gritar!—. Explota el menor y Yon Bi le da un buen golpe justo en la cabeza

—Esto es para que dejes de gritarme, limpie toda la casa. Tu habitación la limpias tú.—se marcha del cuarto haciéndose notar su molestia y cierra la puerta fuertemente

Tae Suk se levantó de la cama y su hermana se fue a su trabajo. Limpio por completo su cuarto y entonces fue a tomarse una pastilla ya que no soportaba la gran migraña que le provoco el alcohol. Por último se bañó y decidió salir

La mañana parecía estar tranquila, los residentes de Seúl parecían estar pasarla demasiado bien

Sin embargo en lo más profundo del mar otras especies se encontraban felices y entre ellas una sirena que quería salir hacia el mundo exterior

Hye Ji amaba el agua y a sus demás amigas sirenas, pero algo en ella había muy en su corazón las ganas de conocer la tierra. La misma tarde que indicaban las 3:30 decide asomarse y mira las nubes y el bello sol que brillaba con gran intensidad, ella sólo podía sonreír. Una hombre vigilante pasaba por ahí y vio aquella mujer que se encontraba en el mar

—¡Hey! Chica, ¿qué haces metida ahí? ¡Sal ahora mismo!—indica el hombre mientras aquella chica inocente lo comienza a mirar extraño.—¿Estas sorda? ¡¿O a caso estas?! ¡Omo!—niega con la cabeza.—Traeré ropa

El hombre corrió hacia una tienda cerca y compró una toalla al igual que ropa. Hye Ji a pesar de no dominar bien el coreano. Se quedó esperando ya que el lo único que pudo entender fue "traeré"

El hombre trajo las prendas y se las tiro junto a una piedra para que no se mojaran, se volteó y ella salió. Era su momento; tenía piernas. Mira perpleja aquellas piernas que tenía y sonrió, estaba realmente feliz. Se colocó aquella ropa y se tapó con la toalla que el vigilante le había traído.

El señor se voltea y la ve vestida—Parece que no estás bien niña.—el señor pensaba que Hye Ji no estaba en sus cabales, le parecía algo distraída y fuera de la realidad.—Te dejaré ir… Vete ya, antes de que me arrepienta.—indicó y ella entendió

Ella se va caminando muy lentamente mientras mira los edificios y los rostros de la gente. Se sentía muy pequeña en un mundo así, en muchas ocasiones quiso comer y fue sacada de los mismos lugares sin piedad por no tener dinero

Camino y camino, llegó un momento en sus piernas comenzaban a dolerle. Había una casa ahí mismo y decidió sentarse para descansar, la mujer que vivía en esa residencia había llegado y se percató de aquella chica en su puerta

—¿Quién eres?—preguntó la mujer con curiosidad, la chica se asustó y lo único que la hizo reaccionar fue alejarse con temor—Tranquila, no te haré daño.—dijo sonriendo

La bondad de aquella chica de cabello café hizo que la llevará adentro de su residencia, podía observar que no podía lastimar a nadie, llevaba unos pantalones cortos, una camisa rosa y una toalla azul tapandola; la hacía ver como una mendiga

—Puedes sentarte, ahora vuelvo —se marchó y unos minutos después ella llegó con un enorme sudadera para poder taparle.—Ahora estarás bien, parece que eres muda.—la pequeña chica con aspecto de pordiosera se levantó del sofá y volteó para poder mirar a la otra chica

—Tengo hambre.—aquella frase hizo que la otra mujer se quedara boquiabierta

—T-ú, tu hablas. Pensé que eras muda.—confiesa atónita

—Soy Hye Ji—. Contesto mostrando una sonrisa de boca cerrada y haciéndole ver las mejillas lindas

—Ahora traigo un poco de ramen que tengo guardado, espera un momento—fue rápidamente a la cocina, estaba muy sorprendida ya que pudo haber hablado desde un principio y sin embargo no lo hizo

Hye Ji espero en el sofá acostada con unas enormes ganas de comer, fue entonces que la puerta se había abierto, no había percibido el sonido hasta que el hermano menor de aquella mujer hiciera notar su presencia

—¡Traje pescado frito! Ya llegué.—Hye Ji se encontraba acostada y al oír la voz gruesa diciendo pescado hizo que se levantará y mirara

Lee Tae Suk la miro asombrado, sus ojos fueron encontrados, la tensión era asombrosa y una lágrima fue cayendo por la mejilla de Hye Ji sin darse cuenta, en ese momento había nacido la reencarnación de aquella triste historia de amor no correspondida