Capítulo 35
Había pasado una semana desde que YoonGi y JiMin no se dirigían ni la mirada; como era de esperarse, mi hermano no me había hablado para nada, porque según él, lo traicioné. Por suerte, mamá pasaba demasiado tiempo en su trabajo y no había notado el cambio radical que había sufrido nuestra relación de hermanos.
Pasé frente la habitación de JiMin, estaba cantando. Desde pequeño solía cantar, pero decía que su único talento era el baile, sin embargo, cuando crecimos se percató de que de verdad tenía una hermosa voz, al contrario que yo, que mi único talento es respirar.
«Lie to me
Lie to me
Give me wings to fly»
Con un poco de miedo me acerqué a la puerta de su habitación, estaba emparejada, dejando a la vista a mi hermano.
«Ven y dime
Mientras sonríes dulcemente
Ven y dime
Susurrando igual voy a escucharte
Don't be like a prey
Smooth like a like a snake
¿Cuando es que yo escaparé?»
Aquel pelirrojo no era mi hermano. Ese chico se veía sin vida, sumido en su tristeza; estaba recargado en la pared que estaba junto a su cama.
«Ah woo woo
Por favor, vete, vete, vete ya
Por favor vete, vete ya
Ah woo woo
Por favor, salven-sálvenme ya
Por favor, sálvenme ya»
Ni siquiera se había percatado de mi presencia. Me sentía una intrusa allí parada, con mis manos recargadas en la puerta, escuchando la voz de mi hermano.
«No importa que tan lejos me voy
Mintió otra vez y me atrapó»
Sentía la necesidad de llorar. JiMin lo estaba pasando muy mal, pero no tenía el valor de hablar conmigo y de contarme el por qué de su manera de actuar.
«Caugth in a lie
Recuérdame quién era yo
No puedo escapar de ésta ilusión
Incluso mi risa robó
Caugth in a lie
Ya sácame de ésta prisión
No puedo escapar de éste dolor
Ya tengan piedad, por favor»
Creo que al menos podría haber dicho: “La besé porque quise” “Fue un reto”, pero no. Se dejó llevar por la cólera del momento y prefirió callarse.
«1,2,3
Come to me
Lie to me»
O podría haberse disculpado directamente con JiHu, sin embargo... actuó como un cobarde cualquiera. Ahora que lo pienso, talvez lo de ser cobarde venga de familia.
«Tú me quieres
Aunque he perdido mi camino
Tú me quieres
Y siempre es igual»
Sin que siquiera pudiera evitarlo, estornudé, ocasionando que mi hermano dejara de cantar y me mirara inmediatamente. Avergonzada lo miré. Estaba llorando; las lágrimas salían de sus ojitos como si su vida dependiese de ello.
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