Min YoonGi

Después de pasar casi todo el día en casa de los Park, EunYeong y yo llegamos a nuestro hogar.

— Estás más callado de lo normal, ¿Sucedió algo? — preguntó amablemente mi hermana.

— No... sólo estoy un poco cansado — mentí.

En realidad estaba dándole vueltas al asunto de EunJi. ¿De verdad se le confesaría al chico?

— Deberías ir a dormir — aconsejó la castaña.

Asentí y subí a mi habitación. Mamá no se encontraba en casa, así que no tendría que preocuparme por interrogatorios acerca de mi estado emocional.

Al llegar a mi habitación me dejé caer en la cama. Tenía demasiadas preguntas, pero ni una sola respuesta; y eso hacía que mi paciencia comenzara a llegar a su límite.

Mi celular vibró, indicando que ya tenía la señal del internet.

«¿Todo bien, amigo?»
«Estabas muy desanimado después del partido de baloncesto...»

«Tranquilo JiMin. Sólo son cosas mías»

En realidad no estaba de humor para contarle lo sucedido con su hermana. Creo que la única opción en ese momento era dejar que ella ensayara su estúpida confesión en mí, aún si eso significaba tener que hacer a un lado mis propios sentimientos.

«¿Seguro?»
«Te pusiste así después de hablar con mi hermana»

«En serio, tranquilo»

No quería preocupar a JiMin, pero tampoco quería defraudar la confianza de EunJi.

¿Qué se supone que debía de hacer?