Capítulo 5
¡Feliz Halloween! Para quién lo celebre o le guste. En mi país no lo celebramos pero bueno, a mi sí me gusta.
Día 5-Fiesta de Halloween
Advertencia: N/A (me parece)
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5-Vísperas de Halloween
De todos los lugares en que se podría realizar una fiesta, y de todas las fiestas a la que Stan pudo haberlos invitados, tenía que ser justamente la que se celebraría en el cementerio. Cerca del bosque. Y ¿cómo carajos Stan consiguió una invitación? De Kenny no le sorprende, es una mariposa social y tiene tantos conocidos en diferentes grupos que a Kyle no le sorprendería sí, un día, se apareciera con una invitación para una fiesta de gala en la casa del gobernador, ¿pero Stan?
Además, honestamente, a Kyle le sorprende que Cartman haya siquiera aceptado ir, considerando su claro desdén por el lugar, pero supone que Kenny lo había convencido de la misma forma en que Stan lo convenció a él: jugando la carta del mejor amigo. Y, ok, que la fiesta se diera en el cementerio probablemente no había sido tan mala idea; primero porque está apartado de la ciudad, nadie podía presentar una queja por el alto volumen de la música si no hay nadie alrededor para quejarse, segundo no corrían el riesgo de que ningún niño curioso terminara vagando entre los intoxicados adultos atraído por las decoraciones de Halloween y tercero... bueno, lo único que se le ocurre como un tercer punto es que ir disfrazado no era obligatorio.
Lo que si le preocupa es la clara falta de respeto a los fallecidos, ¿quién pensó que colgar telaraña y arañas falsas en las tumbas era una buena idea? ¿o convertir una de las lápidas en mesa de DJ? ¿o qué era aceptable qué...?
—Khal, estás pensando demasiado —Cartman se materializa casi de la nada a su lado, sobresaltándolo porque no lo había escuchado llegar—. Es una fiesta, no un funeral.
—Es un cementerio, Cartman —responde, bajando la vista para mirarlo con fingida irritación.
Lo único que obtiene por respuesta es al brujo señalando la lápida sobre la que está sentado, su expresión diciendo claramente que él no está en posición de juzgar. No es su culpa que ese sea el único lugar que encontró dónde tomar asiento por un rato, luego de horas siendo arrastrado aquí y allá, en la improvisada pista de baile, por Kenny y el mismísimo Cartman.
—Deberíamos aprovechar e ir a... —empieza, señalando la línea de árboles, pero sus palabras se cortan gracias a que el brujo pone algo en su boca. Instintivamente muerde, encontrándose conque se trata de algo suave y esponjoso, demasiado dulce para su gusto.
Cuando se da cuenta de lo que está haciendo, se aparta mirando la mano extendida de Cartman con confusión, encontrándose con una magdalena a medio comer. El centro es como el de cualquier magdalena, probablemente de vainilla, pero lo que queda de la parte superior es rosado con una especie de mermelada roja, simulando un cerebro. Sonriendo con algo de malicia, Cartman se lleva el resto del pastelito a la boca, devorándolo de un bocado.
—No llegamos a nada ayer, y yo no encontré nada relevante esta mañana —informa el brujo, lamiendo algunos rastros de mermelada que quedaron en sus dedos. Kyle no puede evitar seguir el movimiento de su lengua con atención—, y como es claro que tampoco vamos a llegar a nada esta noche, te prohíbo hablar de trabajo mientras estemos en la fiesta.
—No avanzamos nada ayer porqué alguien se puso de marica y... —otra magdalena encuentra un lugar en su boca, casi atragantándolo. ¿Dé dónde carajos las está sacando?
Mastica y traga con rapidez, tosiendo cuando logra liberar su garganta, mirándolo con enfado.
—Cartman —advierte al notar que trata de repetir la acción, toma el resto de la magdalena para impedírselo, decidiendo terminarla admitiendo con algo de renuencia que no sabe tan mal. —¿Por qué estás usando comida para distraerme? —aunque, bueno, no es precisamente la comida lo que lo tiene distraído, susurra una vocecita maliciosa en su oído cuando sus ojos siguen el movimiento de los dedos de Cartman, otra magdalena en mano, retirándole el suspiro y la mermelada y lamiéndola como un animal.
—Forzarte a beber de un vaso parecía peor idea que forzarte a comer —responde al terminar de limpiar sus dedos, procediendo a comer el resto de la magdalena—, y ocupa tu boca en algo más que hablar de trabajo —agrega produciendo dicho vaso de sabrá Dios dónde, dándole un largo trago.
'Podrías ocupar mi boca con...' sacude la cabeza antes de que el pensamiento termine de tomar forma, carraspeando suavemente apartando la vista. Tal vez se le había subestimado cuanto alcohol podía tomar.
—A todo esto, ¿qué haces aquí? Pensé estabas divirtiéndote en la pista de baile —señala vagamente hacia el grupo de tumbas usado ahora mismo como pista de baile.
—Es aburrido bailar solo —se encoje de hombros tomando asiento en la lapida junto a la que está ocupando Kyle. Una rápida mirada abajo le hace saber que ambas están tan cerca porque se trata de una pareja de esposos. Adorable —. Kenny anda por ahí con Stan, creo que jugando beer pong.
Por supuesto que estarían jugando beer pong, piensa divertido, aceptando otra magdalena que le ofrece el castaño. ¿Es que no había otra comida en el lugar?
—Es más aburrido de lo que esperaba —comenta Cartman mirando alrededor—, al menos la música es buena.
Kyle se encoge de hombros, sin saber que responder a ello. Le parece una fiesta bastante estándar. Desde su posición puede ver que algunas personas ya están cediendo a los efectos del alcohol, que sigue fluyendo no sabe de dónde porque no ha visto ni una sola neverita en que pudiera ser almacenado ni nada por el estilo; la música cada tanto varía entre los hits más recientes y música típica de la época, alterada para ser bailable. Considerando todo, no puede considerarla aburrida en sí, más tranquila que otras a las que ha asistido, pero no aburrida.
O tal vez, no se ha aburrido porque gran parte de la noche se la pasó bailando con Cartman. ¿Quién sabe?
—Hey, ¿quieres ir...?
—¡Chicos! —la voz de Stan interrumpe sus palabras y Kyle debe controlar una maldición.
—¡Con un carajo Stan! —Cartman, por otro lado, no se contiene y eso le hace sentir un poco mejor.
—Algo muy, muy extraño acaba de pasar —Stan ignora la respuesta de Cartman, llegando hasta a ellos. Mira a su alrededor antes de inclinarse, bajando la voz—. Alguien acaba de chocar conmigo.
Kyle y Cartman lo miran por unos largos segundos, tratando de darle sentido a sus palabras.
—¿Chocar... contigo? —pregunta Kyle—. Te refieres a...
—Físicamente, cuerpo completo, casi tumbamos la mesa de beer pong —afirma el moreno, asintiendo con vehemencia.
—¿Qué carajos? —Cartman jadea, enderezándose, al caer en cuenta de lo que significa eso.
—Stan, ¿exactamente qué pasó? —Kyle alarga una mano, colocándola en su hombro, lo que confirma lo que están pensando.
—Estaba con Kenny viéndolo jugar, que por cierto les está pateando el trasero a todos, bastardo suertudo con su alta resistencia...
—Stan —interrumpen en sincronía los otros dos, urgiéndole concentrarse.
—Cierto —asiente—. Estaba con Kenny, pero luego de un rato se vuelve aburrido, así que decidí dar una vuelta por la fiesta. Eso se volvió aburrido luego de un rato —explica tomando una bocanada de aire—, así que me senté un rato fuera de uno de los mausoleos, hay pocas personas por ahí y el silencio me hizo bien por un rato...
—¿Puedes llegar al punto? —cuestiona Cartman, irritado por las vueltas que le está dando al asunto.
—Hey, me pareció importante darles el contexto —golpea su brazo—. Estaba sentado fuera de este mausoleo, pero tenía una muy mala vibra. No tipo una vibra de 'es un mausoleo abandonado', sino una vibra de 'dentro de este lugar pasan cosas muy raras'. La curiosidad me ganó, no tenía nada mejor que hacer así que entré...
—¿Entraste en un mausoleo con malas vibras en lugar de venir a buscarnos? —esta vez Kyle quién lo interrumpe, mirándolo con incredulidad. ¿Por qué diablos sus amigos tenían la necesidad de hacer estúpidas y riesgosas de a gratis?
—Ok, ¿quieren saber lo que pasó o no? Porqué si me siguen interrumpiendo no les voy a contar nada y me voy a ir a probar una de esas magdalenas que parecen ser la sensación de la fiesta —refunfuña cruzándose de brazos.
—Continua —asiente Kyle, alzando sus manos prometiendo que no va a seguir interrumpiendo. Cartman simplemente se cruza de brazos, pero aprieta los labios indicando que no dirá nada más.
Stan los mira por un largo rato, antes de asentir, satisfecho.
—Bien, entonces, entre en el mausoleo a investigarla un poco. Es un desastre hombre, es bastante viejo, polvo y telarañas por todas partes, algunas losas están rotas y no se podía leer los nombres en los nichos, excepto por uno, más o menos, se veía más eh ¿fresco? Que el resto —asiente para si mismo—, pero estaba muy oscuro para ver. Algo con T. Tern... ¿Ternick? No sé, la cosa es que al fundo había una puerta, esa sí que de verdad daba miedo. Lógicamente, intenté entrar a ver que había del otro lado.
—Lógicamente —asiente Kyle, luchando por no rodar los ojos.
—No pude. Puse la mano en el centro y sentí... algo. Una descarga como de electricidad, similar a cuando entro en su departamento saltándome las protecciones del gordo, pero... —se estremece, llevando una mano a su cuello frotándolo suavemente.
—¿Pero? —pregunta Kyle cuando Stan permanece en silencio más tiempo del que le parece necesario.
—La cosa es que... esa descarga dolió. Dolió tanto que perdí el conocimiento por unos minutos —la expresión del hombre se ensombrece por un momento, antes de que sus facciones vuelvan a relajarse—. Salí a buscarlos para contarles, pero pare primero donde Kenny a ver como iba su juego y es cuando choqué con este otro tipo. Muy grosero él, culpándome a mi por su idiotez, sin embargo, eso me hizo darme cuenta que si chocó contra mí, significa que podía tocarme y, sobre todo, verme.
—Eso es imposible —susurra Kyle, asombrado.
—La única forma es que hayas entrado en contacto con magia... —Cartman se detiene, palideciendo.
—¿Con qué tipo de magia? —cuestiona Stan, preocupado por la expresión en el rostro del brujo.
—Necromancia —murmura Kyle, mirando al brujo con urgencia.
—Los zombis —dicen a la vez, levantándose de un salto.
—Stan, llévanos al mausoleo —pide Kyle con urgencia sosteniendo su brazo.
—Rápido, no podemos perder tiempo —agrega Cartman sosteniendo el otro.
—Ok, ok, chicos, los voy a llevar, pero no es necesario que sean tan bruscos —protesta soltándose de su agarre. Sacude su ropa mirándolos en advertencia antes de empezar a caminar en dirección al mausoleo.
Los dos lo siguen de inmediato, evadiendo el cuerpo de algunos borrachos en el camino. Mientras más caminan, más se apartan de la fiesta, hasta que finalmente llegan al lugar. Kyle chasquea la lengua, removiéndose, tratando de disipar la tensión que de pronto se apodera de su cuerpo; el ambiente alrededor del edificio está, sin duda, cargado de magia oscura, tanta que casi puede saborearla. Cartman, a su lado, parece no estar mucho mejor, sus ojos recorren el viejo edificio con clara incomodidad, sus dedos tamborileando nerviosamente contra su muslo. Sin pensarlo mucho, alarga su mano sosteniendo la del brujo, apretándola.
—Aquí es —informa Stan señalándolo —, malas vibras a su alrededor, ¿Verdad?
Eso no es lo único, nota Kyle mirando alrededor. El resto del cementerio tiene signos de que se le da poco mantenimiento, con hierbas tomando espacio en las tumbas, flores silvestres y enredaderas abrazando otros mausoleos desperdigados por el lugar, ¿pero este? Aunque es obvio que está tan abandonado como el resto, no hay ni una sola mala hierba a su alrededor, el pasto que lo rodea seco y ennegrecido, y las flores silvestres que habían conseguido abrazarse a las columnas están marchitas. Cómo si el edificio mismo les hubiera arrebatado la vida, succionando su vitalidad. Por el aspecto más allá del terreno que abarca, el aire de muerte se está extendiendo en dirección al bosque.
—Espera aquí —ordena en dirección a Stan, toma una respiración profunda para armarse de valor, y camina hacia la entrada llevando a Cartman consigo, quién no protesta, apresurándose a seguirle el paso.
La puerta principal está entreabierta y eso no es una buena señal. Sacando un pañuelo de su bolsillo, Kyle sostiene uno de los bordes para moverla un poco más, lo suficiente para que los dos puedan entrar juntos sin necesidad de soltarse. Una vez dentro, Cartman conjura un par de haces de luz, dejándolos flotar alrededor de ambos para guiar sus pasos.
Tal cómo dijo Stan, el interior es un desastre. Deben caminar con cuidado, evadiendo pedazos de loza en el suelo, pero esa es una preocupación menor comparado a lo opresivo del ambiente. Si el exterior parecía estar cargado de muerte, el interior es un hervidero y el olor le revuelve el estómago.
Huele a muerte.
No a cadáveres en descomposición, el lugar es tan viejo que está seguro ya son polvo en polvo, sino a muerte, ácido y penetrante, un aroma que solo puede quedar tras un sacrificio de sangre... o una resurrección.
—¿Crees que los zombis hayan salido de aquí? —susurra Cartman mirando alrededor.
—No lo creo —niega, guiándolos hacia uno de los nichos más o menos integro, examinando las palabras grabadas en la loza—, son tumbas muy viejas, pero es probable que hayan sido traídos a la vida aquí.
Cartman asiente mirando a su alrededor hasta encontrar la otra puerta que mencionó Stan. Aprieta la mano de Kyle para llamar su atención, señalándola antes de soltarse de él y avanzar hasta la puerta. El vampiro lo sigue de inmediato, por pura curiosidad y no porque tema que algo malo pudiera hacer. Si lo que sea que protege esa puerta hizo que Stan fuera... tangible, no quiere imaginar que le haría al brujo que sí está vivo.
—Este lugar apesta —se queja el brujo examinando la puerta con atención, conjura otro haz de luz y lo hace moverse de arriba, abajo, largo y ancho de la puerta, buscando algún sello, algo que le indique a que tipo de protecciones se enfrenta, para desmontarlas.
—Deberíamos marcharnos, puedes volver mañana en la mañana y...
—No voy a venir solo, ¿Estás loco? Khal, así es que la gente estúpida muere —niega con fingida decepción, entrecerrando los ojos—. Bueno, no puedo entrar.
—¿No? —el vampiro mira la puerta con desconfianza.
—Es una trampa, ¿qué tipo? Ni idea, pero es mala idea intentar abrirla —confirma el brujo mirando a su alrededor una vez más—. La buena noticia es que es una protección vieja, así que es posible que esté ahí desde mucho antes de que nuestros amigos no muertos fueran creados—agrega y está por girarse e irse cuándo algo llama su atención.
Kyle frunce el ceño al verlo acercarse a uno de los nichos que se ven más nuevos, y cuya loza parece más integra. Sin aviso ni miramientos Cartman golpea la loza, que cae a pedazos con demasiada facilidad para el material del que está hecha, pero antes de que Kyle pueda protestar por su falta de decoro, el brujo saca algo del interior. A regañadientes, guiado por su curiosidad, se acerca para examinar el objeto junto al castaño, alzando una ceja al descubrir que se trata de una pequeña caja.
Sin perder tiempo, Cartman abre la caja dejando al descubierto un pequeño libro en su interior.
—¿Qué es eso? —cuestiona ante la sonrisa que se dibuja en el rostro del brujo.
—Esto, mi querido judío —Cartman cierra la caja, palmeando su hombro ignorando la mueca de asco que hace el vampiro por el polvo y las telas de araña que deja tras su toque—, es la respuesta a nuestro pequeño problema Z.
—¿Problema Z? —pregunta, incrédulo. —¿En serio? ¿No se te ocurrió nada mejor?
—¡Hey! Agradece que estoy permitiendo este interludio de trabajo en mi noche de fiesta —vuelve a palmear su hombro, esta vez con total intención de fastidiarlo.
—Bien, ¿qué vamos a hacer con eso?
—Nos desharemos de los zombis —hace una mueca caminando hacia la salida—, para mi desgracia debemos volver al bosque. Sin embargo, tendrá que ser mañana. Necesitaré algunas cosas.
—Cartman, no estás explicando nada —protesta, apresurándose a alcanzarlo.
—Es un grimorio, obviamente —responde, mirándolo como si fuera estúpido—, probablemente alguien que no tiene ni idea de en qué mierda se estaba metiendo lo encontró, leyó algunos pasajes y despertó a algunos muertos. Un accidente, quizá.
Un accidente, claro. Eso no explica por qué estaban en el bosque, ni porqué eran tantos. Ninguna de las tumbas en el cementerio se veía alterada, por lo que no pudieron haber salido de allí, alguien se habría dado cuenta de haber sido así. Una mirada al rostro del brujo le hace saber que no está muy convencido con sus propias palabras, pero por ahora es la mejor teoría que tienen entre manos.
Es mejor pensar qué, en efecto, fue un accidente de alguien no experimentado o, en un mejor caso, de alguien que no tiene ni idea de lo que provocó por su curiosidad, a la opción de que alguien los trajo a voluntad y con total intención de hacer daño.
Lidiar con necromantes es un dolor de cabeza en cualquier momento del año, ¿pero tan cerca de Halloween? Una pesadilla total.
Por el momento, Kyle va a tomar esa teoría y aferrase a ella, con la esperanza de que puedan darle cierre al asunto al día siguiente.
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