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Capítulo 1


¡Fic realizado para la Kyman Halloweek 2024! Honestamente, aún sigo colgada al whumptober, pero el que estoy haciendo no se deja así que mientras tanto disfrutemos de algo más ligerito y, que espero, termine siendo fluffy

Día 1-Pesadilla

Advertencias: No beteado (aún), sangre, heridas mayores, lenguaje ligero (es South Park y lo intento)

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Las brujas no tienen pesadillas

Para fines de lugar y que quede evidencia de ello, la idea de ir a investigar en el bosque había sido de Kenny y Eric no está ni un poquito feliz de tener que estar allí.

Odia ir al bosque. Es la parte menos divertida de su trabajo y no puede creer que ha sido arrastrado allí por su amigo. ¿Por qué cree Kenny que suele enviarlo a él a buscar los ingredientes de sus hechizos y pociones? ¿para darle algo que hacer? ¿para aprovecharse de él? Ok, sí, tal vez se aprovecha un poco de su amigo, solo un poco, pero la razón principal es que odia tener que pasearse entre la maleza y los árboles. De noche.

Especialmente de noche.

'Gran brujo que eres' piensa para sí mismo tropezando con otra raíz sobre salida, maldiciendo por lo bajo a sus ancestros, lo que sea que haya llamado la atención de Kenny como para arrastrarlos hasta allí, e incluso a su madre por haberse metido con brujo y condenarlo al mismo camino mágico. Pero sobre todo a Kenny, estúpido e ingenuo humano metiendo sus narices en asuntos sobrenaturales y forzándolo a meter sus narices también porque por supuesto que le va a tender una mano a su mejor amigo. Porque le es conveniente, no porque lo quiera claro. Ok, tal vez si lo quiere un poquito y mira cómo le paga, arrastrándolo al bosque. Estúpido humano.

—Estúpido humano —dice en voz alta conjurando otro haz de luz para iluminar sus pasos, esperando la típica respuesta de Kyle a esta queja, pero esta nunca llega lo que le hace detenerse y mirar a su alrededor.

Técnicamente, tú también eres humano, Cartman es lo que diría el vampiro si estuviera tras él como esperaba. Pero Kyle no está con él. Kenny tampoco, pero Kenny es poco importante y sabe cuidarse por sí mismo, aparte de que lo que sea que le pase desaparecería al día siguiente como si nada hubiera pasado. 'La suerte de los condenados' piensa momentáneamente, agitando su cabeza para concentrarse en el problema que tiene en sus manos.

El vampiro debería estar con él porque se supone que son un equipo. Además, cuando tienen que investigar algo nunca abandona su lado. Para asegurarse que no vaya a hacer algo estúpido, aseguraría el pelirrojo solo para fastidiarlo, como si él necesitara un niñero. Ambos saben que, en realidad, es para mantenerlo vigilado, a él y su tendencia de usar su magia para causar problemas.

—Una sola vez —masculla entre dientes—. Una sola vez hice algo divertido y estoy condenado a ser seguido por ese estúpido vampiro judío ¡qué no está haciendo su trabajo en este momento! —alza la voz con lo último dando una vuelta en sus talones buscándolo con la vista.

La verdad es que está algo preocupado, pero no lo dirá en voz alta. Llevan años trabajando juntos, sumado a los años que llevan conociéndose, y nunca Kyle lo había dejado sólo en el bosque. No por mucho tiempo al menos. No lo suficiente como para que llegue a notar su ausencia y este hecho hace que su corazón se apriete, pánico empezando a correr por sus venas.

—¿Khal? —pregunta al aire, como si eso fuera a hacer que aparezca de la nada a su lado. Lo ha hecho antes, cuando pronuncia su nombre de esa forma que sabe vuelve loco al otro. Sin embargo, nada sucede y ¿es su imaginación o el aire está más pesado?

—¿Kenny? —llama a su amigo, quién ahora recuerda estaba tras ellos hablando de la razón por la que están en ese bosque. ¿De qué era que estaba hablando? ¿Avistamientos de...?

El sonido de una rama al romperse a su espalda le hace girarse ahogando un grito de sorpresa, y lo hace tan rápido que tropieza con una de las raíces cayendo de culo. Maldice por lo bajo alzando su mano, instándole al haz de luz a crecer para poder ver más allá del borde de sus botas, temiendo que lo que haya causado el ruido se algún animal salvaje u otra cosa. Sin embargo, está tan sólo como unos momentos antes.

Si se esfuerza, lo único que puede escuchar a su alrededor es su respiración agitada y la sangre pulsando en sus oídos. Nada más. No cigarras, no la brisa nocturna, no alguna alimaña típica del lugar. Juraría que cuando llegaron había unos cuantos búhos cazando, pero todo a su alrededor está más silencioso que una tumba. Ni siquiera el cementerio está tan en calma, y eso es mucho decir teniendo en cuenta que es el lugar de descanso eterno de las personas.

—Ok, muy divertido —ignora la forma en que su voz tiembla, poniéndose en pie mirando a su alrededor nuevamente—, ya pueden salir de su escondite, ya se burlaron de mí lo suficiente.

La única respuesta que obtiene es más silencio, frío y opresivo. Traga con fuerza decidiendo que lo mejor, a este punto, es regresar sobre sus pasos y ver si es que, de casualidad, los dejó atrás. Ese es el plan al menos, pero al girarse para regresar por dónde vino se encuentra con el pequeño e insignificante inconveniente de que no recuerda por dónde lo hizo.

Maldice por lo bajo pasando una mano por su rostro tratando de decidir cuál es el camino correcto, pero cada maldito árbol es idéntico al anterior, y aunque lo intente no puede encontrar ningún rastro suyo en el suelo. Como si se hubiera materializado en el bosque.

Como si sus huellas hubieran desaparecido.

Esa realización dispara otra oleada de pánico en su interior y, sin detenerse a pensar que podría estar adentrándose más en el bosque en lugar de salir, echa a correr en una dirección al azar. Bufa y jadea por el esfuerzo, apartando las ramas de su camino y luchando por mantener un paso seguro, pero en las prisas por salir del lugar, deja de prestarle atención al suelo y termina tropezando con otra raíz cayendo bruscamente.

Gruñe adolorido, y gira en el suelo tratando de recuperar el aliento. Lleva una mano a su mentón al sentir algo caliente correr por ahí, seseando cuando sus dedos tocan un pequeño raspón. Respira hondo, gruñe nuevamente y vuelve a girarse para ponerse en pie, pero se detiene a medio hacerlo cuando sus ojos recaen en una silueta a unos pasos de él. Una silueta con forma humana, que lleva una chaqueta que le resulta muy familiar.

Se apresura a terminar de levantarse y acorta la distancia deseando con todas sus fuerzas que no sea lo que cree que es. La suerte no está de su lado porque, al rodearlo, se encuentra con el rostro pálido y sin vida de Kenny. Y si Kenny está ahí, así, entonces... Un grito corta el silencio de la noche helándole la sangre.

Kyle.

Echa a correr en la dirección de dónde proviene el grito, enviando cualquier precaución al diablo. Kyle es fuerte, capaz de protegerse a sí mismo de lo que sea, pero escucharlo gritar... Un nudo se forma en su garganta cortándole la respiración, lo último que necesita en ese momento honestamente, de solo pensar que podría provocarlo. Que podría ser capaz de hacerle daño.

No. Se niega a pensar que está herido. Se niega a pensar que cuando alcance el lugar...

Sus pasos se detienen bruscamente al alcanzar un claro, paralizado por la espantosa escena que lo recibe.

—¿Kyle? —murmura con voz temblorosa, acercándose lentamente al cuerpo del vampiro, tendido en el centro del claro, sangre empapando los restos de su camisa.

—Cart...man —casi deja escapar un grito de alivio cuando el pelirrojo le responde y acelera el paso hasta llegar a su lado, arrodillándose junto a él.

La cosa es mucho peor de cerca. Kyle tiene el rostro manchado de sangre, y en su cuello falta un pedazo de piel, músculo y hueso expuesto con el líquido rojo broboteando a chorro. Tiene otra herida en el pecho, y otra en un brazo, y otra... Oh Dios, son demasiadas mordidas, por todos lados, como si hubiera sido atacado por una jauría de lobos, o una manada de licántropos.

—Kyle... Kyle sabes que mi magia curativa no es muy buena —empieza a reclamar en automático poniendo sus manos en una herida, haciendo presión en automático, solo para darse cuenta de que no es suficiente y las pasa a otra herida, una y otra vez hasta decidir simplemente apretar la herida del cuello que parece ser la peor de todas.

—Cart... man tienes... qué... —empieza el vampiro posando una mano en su hombro, tratando de apartar al brujo de él, intentando con las pocas fuerzas que le quedan hacer que se marche—. Tienes que... huir, Cartman... Cart...man tienes qué...

—¿Quieres por amor a todo lo profano callarte por un momento? —pregunta mirándolo con desesperación, o al menos intenta mirarlo, pero el rostro de Kyle se ve borroso.

¿Por qué el rostro de Kyle se ve borroso? No puede ser porque está llorando, en lo absoluto. Eric Cartman no llora, mucho menos por estúpidos vampiros que no deberían estar muriendo en sus manos.

—Es tu trabajo... vigilarme, estúpido vampiro... judío —su voz se corta por pequeños sollozos que no logra suprimir, lo que provoca una carcajada en el pelirrojo.

Esa reacción le hace enfurecer y se desquita por ello apretando más sus manos, pero eso no detiene la risa de Kyle. ¿Por qué diablos se estaba riendo? ¡Este no era el momento para eso!

—¡Cierra la boca! —grita sollozando más fuerte, sus manos tiemblan por la fuerza que está aplicando y la sensación pegajosa de la sangre empieza a revolverle el estómago.

Eso y él olor podrido que desprenden las mordidas. ¿Por qué diablos olía tan mal ahí?

—¿Por qué no te estás curando? —cuestiona, recordando repentinamente que el vampiro tenía la capacidad de curarse con rapidez.

Aunque con la extensión de las heridas... Dios, que pregunta tan estúpida acaba de hacer.

—Cart...man —la risa del pelirrojo finalmente muere y su rostro, más pálido de lo usual, se contorsiona en lo que que claramente puede identificar como preocupación. Oh no.

—Ni se te ocurra decirlo —niega—. Ni se te ocurra murmurar algo más maldito judío. No vas a morir aquí, no puedes morir. ¡Los vampiros no pueden morir!

El pelirrojo no responde nada y su mano, que todo este tiempo había dejado apoyada en su hombro, pierde su agarre cayendo lentamente. Poco a poco la respiración laboriosa del vampiro se apaga y sus ojos se cierran.

—No, no, no —murmura soltando la herida en su cuello para agitar sus hombros—. Kyle, abre los ojos. No es una broma divertida —dice golpeando su pecho.

Eso no puede estar pasando. No puede estar pasando. No puede estar pasando. No puede estar pasando.

—¡Kyle! —grita con desesperación.

No puede estar pasando.

—¡Kyle! —grita Eric sentándose de golpe tomando una forzosa bocanada de aire.

Parpadea rápidamente mirando a su alrededor, desorientado. En lugar de largas filas de árboles y el cuerpo sin vida de un vampiro entre sus manos, se encuentra con tres paredes, una puerta y un montón de ropa regada por todas partes. Su habitación. Está en su habitación, no en el estúpido bosque. Está en su habitación, en su departamento, a salvo.

Fue un sueño. Un muy, muy mal sueño, pero un sueño, al fin y al cabo. La realización no calma los alocados latidos de su corazón, ni la desesperación que aún corre por su interior; solo hay algo que puede hacerlo y se apresura a levantarse para ponerle fin al pánico que lo acomete.

Maldice al casi caerse de bruces en sus prisas, sus piernas envueltas en sus mantas, pero no se detiene mucho tiempo corriendo a salir de la habitación, apresurándose al final del pasillo y toca con fuerza la única otra puerta en el lugar. Con cada segundo que pasa sin recibir una respuesta su respiración se hace más pesada, ¿qué hora era? Está seguro de que aún no ha amanecido por lo que el imbécil debería estar despierto aún. Al menos qué... al menos qué...

—¿Qué carajos Cartman? —sus movimientos se detienen cuando la voz que esperaba escuchar suena desde la otra punta del pasillo y se gira lentamente, alivio bañando su cuerpo al ver a Kyle.

Kyle en una pieza, ataviado ya con el pijama con la que insiste dormir a pesar de que es lo mismo si lo hace con su ropa normal o no. Kyle, vivo, o tan vivo como puede estar un vampiro, mirándolo con fastidio y algo parecido a la preocupación en sus ojos. Si no tuviera una reputación que mantener se echaría a llorar.

—Ah, mi buen Khal —se aparta de la puerta tratando de verse lo más casual posible y no como si hubiera abandonado su habitación segundos antes en un frenesí—. Pensé ya estabas dormido.

—¿Y tocabas mi puerta para despertarme? —el vampiro se cruza de brazos alzando una ceja, escéptico.

—¿Qué puedo decir? Tenía que asegurarme tuvieras un buen sueño plagado de mi magnifica presencia —trata de no hacer una mueca por lo ridículas que suenan sus palabras. Honestamente, no se detuvo a pensar ni por un segundo que excusa utilizaría al comprobar que Kyle está vivo y ahora le toca aguantar la incómoda situación.

—Ugh, eso suena como una pesadilla —Kyle rueda los ojos dejando caer sus brazos y se acerca a él—. Por favor, vete a hacer lo que sea que haces en la mañana y déjame descansar en paz.

—Ni que fueras mi jefe para decirme que hacer —protesta haciéndose a un lado para dejarle abrir la puerta.

Lo siguiente que sucede va a atribuírselo en el futuro a algún influjo de magia, o a que aún estaba medio dormido, o a cualquier excusa que se le ocurra, pero la realidad es que aún necesita asegurarse que es real y todo lo demás no fue más que un espantoso sueño. Sin pensarlo, alarga una mano y toma la de Kyle apretándola con fuerza; el gesto sorprende al vampiro que se gira mirándolo extrañado y Eric no sabe que diablos vio en su rostro, pero en lugar de apartarse bruscamente como suele hacer, Kyle le permite enlazar sus dedos, regresando el apretón ligeramente.

—Te preparé algo para desayunar —informa el pelirrojo en voz baja, como si lo que le está contando es un secreto—, lo guardé en la nevera. Solo tienes que calentarlo luego si quieres. O no, tienes unos hábitos muy extraños —lo último lo agrega frunciendo la nariz.

Como si él, el bebedor de sangre tuviera algún derecho a opinar sobre hábitos alimenticios extraños. La hipocresía.

—Awww Khal —alza sus manos unidas apoyando la del vampiro contra su mejilla, parpadeando inocentemente—, sabía que te preocupas por mí.

—Eres imposible —rueda los ojos halando su mano para recuperarla, golpeando suavemente su frente con sus dedos antes de entrar en su habitación—. Ahora déjame descansar, culón.

—¡No soy culón! Mis huesos están llenos de magia —protesta en automático, pero Kyle simplemente cierra la puerta en su cara dando la conversación por terminada.

—¡Mal educado! —grita golpeando la puerta con la palma de su mano una última vez antes de recorrer el pasillo hacia su habitación.

Se detiene frente a su puerta mirando la madera largamente.

'Todo fue un mal sueño' se dice apoyando su mano en la manija. 'Todo fue un mal sueño, Kyle está bien, Kyle está vivo' se repite entrando en su habitación. Cierra la puerta con suavidad dirigiéndose directo a su cama; se deja caer, hala el borde de la manta que aún está en la cama y se envuelve en ella hasta formar un burrito.

'Todo fue una horrible pesadilla' piensa cerrando los ojos para intentar volver a dormir.

¿Por qué, entonces, siente que es mucho más que un mal sueño?

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