Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 39 🥀

Antonella

— ¡Dios bonita, te ves divina! — Laika es la primera que nos recibe apenas aterrizamos. O bueno, es la primera que corre para abrazarme—. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

—Bien, Laika. Que gusto me da verte de nuevo—, correspondo inmediatamente su abrazo.

—Cuando mis nietos me dijeron que te habían mandando a Grecia los llamé imbéciles, querida. Nunca estuve de acuerdo.

—También me da gusto verte de nuevo, Irina—, ella también me da un abrazo, solo que esta vez es un poco más... cariñoso. Como si me hubiera extrañado de cierta forma.

Después de una sesión de abrazos y felicitaciones estoy en el auto con mis...

Con los Kiselev.

Antes de ir a la penthouse los hice bajarse para comprarme un batido y algo para bimba, que se portó muy juiciosa en el viaje.

— ¿Por qué nos desviamos de camino? — Inquiero una vez observo que no estamos yendo por el mismo camino de siempre.

—Ya lo veras.

— ¿Nos están siguiendo o algo por el estilo?

—Claro que no, cariño.

— ¿Entonces por qué nos desviamos?

—Aguanta un poco muñeca.

—No, gracias. ¿Por qué no vamos por el camino de siempre?

—Te voy a comprar una galleta gigante y te la voy a meter a la boca a ver si te callas—, habla el más paciente de los Kiselev: Damien.

Sarcasmo.

—Que sea con chispas de chocolate, por favor.

Cada vez estoy más intrigada. Así nos hayamos desviado del camino por aquí ya no tenemos forma de llegar a la penthouse. A no ser, claro, que demos reversa.

Me giro cuando Alexander aproxima una venda, queriéndomela poner en los ojos.

— ¿Confías en mí? — Susurra y sin decir nada dejo que me la coloque.

Calculo que pasan unos 5 minutos más y por fin me ayudan a bajar del auto para no morir en el intento, ya que literalmente, no veo nada.

Una vez abajo, me hacen caminar un poco más, para después quitarme la venda.

Oh

Dios

Mío.

¡OH, DIOS, MÍO!

Santos cielos, estoy tan emocionada que no me lo puedo creer de verdad.

— ¿En serio? — Inquiero, perpleja.

—En serio—, confirma Damien—, aquí están las llaves.

Prácticamente corro hacia la casa. Es preciosa por fuera, tal y como la imaginé alguna vez.

— ¡Antonella, no corras! — Ignoro las demandas de Arman y sigo corriendo, me tranquilizo cuando abro la casa y entro.

Observo todo. Es... maravillosa. Por dentro es aún más bella que por fuera.

—No deberías salir a correr así, linda.

—Sí, aja. Como digas—, sigo observando todo. Hay algunas empleadas de servicio que al parecer están organizando algunas cajas.

Eso me hace acordar de...

—Está muerta—, asegura Akim, como si me leyera la mente.

— ¿Lila? — Pregunto, no porque no me alegre, sino porque me asombra un poco.

—Sí, nena.

—Pero, ¿Cómo?

—A Alexander se le pasó un poco la mano con ella—, me explica—. Total, era una traidora. Daba información a Elena, no solo a ella, nos enteramos también que empezaba a traicionarlos con otras mafias.

—Bueno, la verdad me alegra eso. Si soy sincera con ustedes, nunca me agradó demasiado.

—Te pertenecemos solo a ti—, asegura a Arseni.

—Sí, bueno. Quiero ver el jardín—, cambio de tema, claro que por dentro doy mil gritos internos ante su comentario.

Una vez estamos aquí, bimba sale corriendo, persiguiendo algunas mariposas que pasan por acá y por allí.

— ¿Te gusta, nena?

— ¿Qué si me gusta? ¿Bromeas? — En estos momentos mi mandíbula debe estar en el suelo.

—Me fascina.

Todo es mucho mejor de cómo lo describí y como lo imaginé. Es muy colorido todo, bueno, no demasiado, es perfecto.

—La fuente que deseabas también está, diosa.

—Todo es perfecto... gracias, de verdad—, me quedo en silencio por unos cuantos segundos—. Eso no quiere decir que vaya a dormir con ustedes o algo por el estilo. Quiero mi propia habitación.

—Por el momento, linda—. Asegura él. Tuerzo mis ojos.

—Te quedaras bizca si sigues haciendo eso.

—Guarda tus reclamos para los trillizos, Damien—, farfullo.

Entramos a mi nuevo hogar, <de nuevo>. Sigo recorriendo todo, y cielos, sigo pensando que es un maldito sueño.

Entramos a una habitación que aún no está totalmente decorada.

—Si gustas esta podría ser la de los trillizos, cariño. Está bien ubicada y tiene buena iluminación.

—Me agrada—, apruebo—. Pero me gustaría que las paredes tuvieran algún diseño lindo. Como lo estaba haciendo antes de que ustedes interrumpieran en mi apartamento—, agrego y ninguno responde por el momento.

—Eso ya es pasado—, el primero que habla es Alexander.

—En fin, necesitamos comprar cunas, ropa, y muchísimas cosas más.

—Claro que sí, linda. ¿Quieres que vayamos ya?

—Irán ustedes. Yo estoy demasiado cansada como para caminar tanto. Les puedo hacer una lista de como quiero todo más o menos.

— ¿Bromeas? No iremos solos, no sin ti.

—Existen video llamadas, Damien. Y, por lo que vi, hay muchísima más seguridad que antes.

—Bien. Pero no iremos todos, nada más 3, linda.

—Ok, entonces Damien, Arman y Nikolai pueden ir pasándome un lápiz y una hoja, por favor.

—Alexander tiene cara de querer ir—, señala Damien pero lo fulmino con mi mirada—. Bromeo, estoy emocionado—, alza las manos, haciendo el ridículo mientras sonríe—. No, en serio, lo estoy. En ninguno de los futuros que imaginaba me veía comprado ropa de bebés, pero créeme que este es uno de los mejores futuros.

Después de un rato más, estoy en el sillón con Arseni, Akim y Alexander.

— ¿Fue muy difícil todo? — Alexander toca el tema.

—No mucho. Solo que supongo que me hubiera gustado que estuviéramos todos desde el principio—, confieso.

—De verdad, no queremos que nos odies—, expresa Akim

—No lo hago. Por más que quiera odiarlos no llego hasta esos límites, Akim.

—Sé que ya lo dijimos pero mereces que te lo sigamos repitiendo de por vida; lo sentimos...

—No importa. Ya con lo que dijeron fue suficiente. De cierta forma los entiendo. Y como dije en Brasil; que los perdone no significa que regresa a la de ya con ustedes. Si estoy aquí en estos momentos es más que todo por los trillizos.

Mientes, de nuevo.

—No se sigan culpando más—, suspiro, cansada—. Ya, los perdono.

—No te está saliendo del alma—, murmura Alexander.

— ¡Los perdono! ¿Grito más fuerte para que los de seguridad me escuchen?

—Si quieres, linda—. Bromea, sonriente.

—Volviendo al tema, ¿de verdad aun no sabes el sexo de los 3?

—No. Me lo ofrecieron pero me negué. Quiero que sea una sorpresa. Me hace ilusión.

—Lo que tú decidas está completamente bien. Por cierto, ¿Qué hay en ese librito del cual no te has despegado? — Cuestiona Arseni.

—Oh, es un álbum que estoy haciendo—, lo abro emocionada y lo dejo en la mesita para que todos lo puedan apreciar.

—Aquí está la primera ecografía—, señalo—. Esta es una foto del momento después que me enteré que serían 3.

—Lucias pálida linda.

—Pienso mucho en el parto. En fin, aquí esta cuando pasaba por el segundo mes de embarazo. Aquí hay unas fotos de pruebas de embarazos también. Y pues ya son fotos mías con la medida de nuestros bebés.

—En todas sales preciosa.

—Gracias. Ya lo sé.

—Señores—, aparece una empleada—. Afuera están los señores Vitaly, Viktor y la señora Aliona.

—Que pasen—, indica Akim.

— ¡Buenas buenas! — No mucho después entran, Aliona viene con una sonrisa de oreja a oreja y con una bolsa de regalo muy linda.

—Hola. Que gusto verlos de nuevo—, los saludo a los tres.

—Sí, ya sé que nos vimos hace muy poco pero no me pude resistir y mira lo que le compré a los bebés.

Me tiende la bolsita, aún muy emocionada.

—Son preciosos, Aliona. Muchas gracias—. Detallo los brazaletes; son de oro rosa y tienen escrito el apellido de sus padres y el mío.

—Ya se los pondrá cuando estén grandecitos. Es peligroso que tengan collares y manillas tan bebés. Solo digo que Alexander una vez se ahoga con eso.

—Por eso esta medio bruto—, Arseni se calla inmediatamente tras el regaño de su padre; Viktor.

—Esos niños serán los más consentidos del mundo—, asegura la próxima abuela.

—De eso no me cabe duda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro