Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26 🥀

Antonella

Dios mío, de verdad que muy cuerda no debo estar, han pasado aún más días y cielos, siento que los hermanos empiezan a gustarme algo más allá de lo sexual.

Nunca hemos estado del todo cuerdas, es normal.

—Linda, ¿Cómo vas?

— ¿Me ayudas con el broche del vestido, por fa? — Me giro a lo que él me ayuda.

—Listo. Te ves jodidamente preciosa.

Me doy la vuelta sonriente.

—Te daría un beso pero arruinarías mi pinta labios lindo—, le digo mientras le acomodo su corbata.

—Podré sobrevivir.

—Alexander pareces vieja también—, entra gruñendo Damien.

—Y tú estás peor que novio feo Damien—, le contesto y veo que tiene a Bimba en brazos—. ¿Qué haces?

—Saqué a pasear a la cosa—, ruedo los ojos, ya perdí la cuenta de cuantas veces le dije que el nombre era Bimba.

Una vez ya me he despedido de mi perrihija salimos del penthouse, de allí vamos al coche y no tardamos mucho en llegar al helicóptero.

—Hola querida, déjame decirte que te ves muy elegante—, me halaga Irina una vez aterrizamos.

—Tengo que decir lo mismo de ti.

—Mamá, ¿Qué es eso que tienes en manos? — Cuestiona Alexander al ver un sobre que lleva.

—La fórmula base de la Y-32. Ya sé, no me den sermones, tenía que trasladarla de sitio porque la policía últimamente ha estado jodiendo demasiado pero no me dio tiempo.

— ¿Estas loca? — Pregunta Vitaly.

—No uses ese tono conmigo, ¿Qué querías? ¿Qué lo dejara en el avión? Ni loca, prefiero tener esto todo lo que dure el evento este.

—Bueno, ya, entremos.

Bien, y si, estos últimos días me la he pasado ocupada en tres cosas; teniendo sexo con mis mafiosos, compartiendo tiempo con ellos y he estado manejando la organización. No ha sido fácil pero tampoco imposible, eso me agrada.

Personas que ni conozco me saludan al entrar, el tiempo trascurre y lo único que he hecho es beber y comer cosas que reparten por acá y por allí. Estamos aquí ya que unas personas un tanto importantes están anunciando su unión, al parecer esto es algo muy común cuando vas en serio con una persona, ya que esto indica que el que le ponga una mano encima termina muerto.

Suspiro algo cansada.

—Aburrido, ¿no? — Me sobresalto un poco cuando Aliona llega de sorpresa.

—Sí, algo. Pero al parecer Irina está feliz—, la señalo, está bailando con su esposo.

— ¿Me haces un favor Antonella?

—Claro.

—Cuida esto por mí un momento, tengo las manos sudando ya y me estoy haciendo pis.

—Vale—, recibo el sobre en manos a lo que ella se retira velozmente al baño.

Me acerco a una mesa donde hay puras copas de lo que parece ser champagne y tomo una. Mis maridos están con unos socios charlando.

Estoy a punto de beber el contenido de mi copa cuando las luces de todo el lugar se apaga, un jadeo resuena pero luego se convierte en un grito cuando se oyen unos disparos.

Lo primero que hago es sostener el sobre como si mi vida dependiera de ello. Me agacho cuando otro disparo resuena, camino lentamente a lo que parece ser la puerta.

—Quieta—, un chillido se me escapa cuando me jalan del cabello bruscamente hacia atrás, levantándome de golpe—. Nadie tiene porque salir herido, solo dame ese sobre y está todo resuelto.

Desestabilizo al sujeto dándole un cabezazo, tacones, los amo.

—Hijo de puta, me arruinaste el peinado, tarde 2 horas en la peluquería.

Intenta acercarse a mí pero en un rápido movimiento rompo la copa que tenía en manos y se la entierro en un ojo.

— ¡Perra! — Empiezo a preocuparme por los demás, ya que tiros resuenan por todo el sitio, una distracción.

Corro lo más rápido que puedo hacia el jardín, estuve ojeándolo un poco por las ventas y es como un laberinto. Eso servirá.

Miedo es lo que empiezo a sentir, no de que me haga algo, sino de que me arrebate esta maldita formula.

Una bala resuena cerca de donde estoy corriendo, no me detengo, sin embargo escucho otro.

Es obvio que quiere asustarme, sino es así que pésima puntería tiene.

Diviso un arbusto gigante, me agacho tras de este cuando el sujeto que arruino mi peinado está muy próximo a mí.

—Vamos, deja de hacer las cosas difíciles, solo es un maldito sobre, dámelo—, exige entre dolorosos jadeos, logro observar como sangre no para de salir por su ojo.

Cojo una piedrecilla que tengo cerca y la lanzo al lado contrario de donde él se encuentra, distrayéndolo.

En un rápido movimiento me quito mi calzado y con toda la punta del tacón le doy en la cabeza lo más fuerte que puedo.

Casi al instante se gira quedando cara a cara conmigo.

— ¿Qué? ¿Me vas a disparar? — Finjo que me da igual cuando la verdad es que me estoy cagando del miedo por dentro.

—No dificultes las cosas, tus queridos esposos están muy entretenidos allá fijándose en que no les vayan a dar un tiro en la sien.

—Bien, suelta el arma, no es justo.

— ¿Qué? — Queda un poco desconcertado por mi comentario y así sin más tiro rápidamente el sobre a un lado y con todas mis fuerzas trato de tomar la pistola sin que esta me apunte a mí.

Un tiro se dispara al aire, logro quitársela. Maldición, el cartucho está agotado.

Se viene al piso tirándose encima de mío así que repito lo que hice con Damien: le pego en la entrepierna. Suelta un quejido.

Con el arma aun en manos lo golpeo en la cabeza repetidas veces. Cuando esta lo suficiente golpeado lo asfixio. Su última acción de vida es escupirme en la cara.

Una vez asegurada de que no está respirando; me voy de para atrás sentándome. Mi respiración es muy irregular. Si, solo era uno, pero era un hombre algo grande.

Una rama cruje y aun sin que el arma tenga balas la elevo tratando de asustar a quien sea que este aquí.

—Muñeca—, la bajo instantáneamente cuando veo que se trata de mis esposos.

—Sano y salvo—, señalo el sobre pero ninguno lo recoge, solo se vienen hacia mí ayudándome a levantar.

—Como se atreve a ponerte una mano encima—, Damien me toma suavemente del rostro examinándome.

—Estoy bien, no me hizo nada. Ya hice el ejercicio de la semana—, sonrío aun con el corazón agitado.

Irina se hace presente a los segundos al igual que los demás integrantes de la familia Kiselev.

—Parecen unas malditas ratas—, se agacha y toma el sobre en manos—. Se enteran de todo en cuestión de minutos y aun sin tener un plan siquiera bueno deciden atacar—, bufa.

— ¿Ustedes están bien? — Les pregunto a todos después de que los detallo; Viktor y Vitaly están totalmente despeinados, Artyom está respirando pesadamente a lo que guarda su arma en el estuche. Aliona tiene un rasguño no tan grande e Irina al igual que mis esposos tienen sangre salpicada en sus trajes.

—No fue mayor cosa—, responde Irina.

—Señores Kiselev, de verdad, mi prometida y yo no teníamos ni la más mínima idea de que esto sucedería—, se hacen presentes los dos sujetos principales de este evento.

—Cierra la boca—, ordena Alexander y por primera vez creo verlo así de furioso—. Pusiste en peligro no solo a mi abuela y a mi madre, sino que también a mi mujer, debería pegarte un tiro aquí mismo por eso.

—De verdad, sucedió sin...—, la mujer se calla cuando su marido le da una mirada severa, tal vez ya comprendió que si sigue hablando tal vez si los maten.

—Nos vamos—, demanda Nikolai no sin antes sacar su arma y dispararle entre ceja y ceja al sujeto que yace en el piso, asegurándose de que quede muerto supongo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro