
Capítulo 19 🥀
Antonella
Después de la boda esperamos un poco más y acá estoy, llegando a la fiesta.
—Antonella—, llega un señor saludándome, deduzco que es el padre de Laika ya que ella viene a su lado—. No tuve la oportunidad de presentarme hace un rato; soy Faddei Volkov.
—Un gusto Faddei, ya sabe mi nombre pero soy Antonella Ros...
—Kiselev—, corrige Damián.
—Antonella Kiselev—, pronunciar eso es un poco raro para mí.
—Bueno, esta es Laika, mi hija, aunque creo que ya la conoces—, asiento. Una hermosa chica se acerca hacia nosotros, la reparo y me doy cuenta de que es la japonesa de la foto—. Ella es Akira.
Después del cóctel de bienvenida y del banquete muchas personas se acercaron a mi felicitándome y bla bla bla.
— ¿Qué tal está todo nena? — Me espanto un poco cuando Arman se hace presente.
—Bien—, sinceramente el ambiente si me gusta—, normal—, me gusta mucho.
—Me alegro—, pone su mano en mi espalda baja mientras que no aparta su mirada de la mía—, ¿ya te he dicho que te ves preciosa?
—Si, como unas 20 veces al igual que tus hermanos—, le dedico una pequeña sonrisa mientras que el sigue observándome, como si me estuviera desnudando con la mirada.
— ¿Te estas poniendo roja?
— ¿Qué? ¡No!
—Si quieres te puedo regalar una foto y así me recuerdas a cada rato.
—Te estoy mirando el moco que tienes—, eso es mentira, pero me rio internamente cuando se lleva la mano a su nariz—. Y el que necesita una foto mía eres tu—, poso mi mano en su pecho suavemente—, ¿o quieres dos? — Me alejo cuando Laika empieza a llamar la atención de todos los presentes para decir unas palabras.
—Hola de nuevo linda—, Alexander me da un corto beso mientras que mis demás esposos llegan, incluyendo a Arman.
—Bueno, aquí, por favor—, Laika se sube en una silla, parece que ya está un poquito ida de tragos y eso que no llevamos mucho aquí—.Yo, aquí presente; Laika, quiero darle mis mejores deseos a esta novia preciosa— me señala—. Bueno, no sé si darle los pésames o felicitarla por ese puñado de esposos que tiene ahora—, las personas se ríen y ella toma aire para continuar.
—Bueno, era de esperarse—, murmura Alexander.
—Ya, ya poniéndonos un poquito más serios de verdad los felicito a ustedes 7, espero que su matrimonio sea... duradero. Aunque, eso no quiere decir que mi propuesta de robarme a la novia no siga en pie—, los hermanos ponen mala cara y Laika ríe—, no se esponjen, era una bromita. Lo que estoy tratando de decir, es que les deseo mucha felicidad en su matrimonio.
—Laika, bájate ya de esa mesa—. Faddei, el padre de Laika trata de bajarla.
—Bueno, ya. Un consejito para ustedes los invitados; no miren demasiado a la novia si valoran su vida—. Ahora nadie se ríe.
Pasa un poco el tiempo: bailamos y cenamos. Compartiendo con mis ahora esposos, todo esto no me parece tan "desagradable". Son... divertidos a su modo, y han sido muy atentos conmigo. Bueno, Damien lo es a su forma.
Después de que Aliona y Laika tomaran como mil fotos sigue el momento de que lance el ramo. Me pongo en posición después de que ya estén las demás en el sitio que corresponde.
— ¡Uno! — Empiezo el conteo de espaldas a ellas—, ¡dos! — voy elevando el ramo— ¡y tres! — tiro este lo más fuerte que puedo, con la suerte que tengo capaz y queda en el suelo.
Todas sueltan chillidos, al parecer emocionadas. Cuando me doy la vuelta Laika es la que lo tomó.
—Buenas noticias, eso quiere decir que habrá una boda pronto—. Faddei habla después de unos segundos. Encuentro a Akira con la mirada, esta rígida. Pues, ella ya sabrá que Laika se tendrá que casar con otro.
Las luces se apagan de repente, todos sueltan un grito que se queda a medias cuando casi instantáneamente las luces vuelven a encenderse, solo que ahora son luces de colores. Me escabullo rápidamente al centro de la pista. Los hermanos giran desesperados tratando de localizarme, se tranquilizan cuando me ven de nuevo pero ahora me miran como diciendo: "¿y esta qué?".
Bueno, puede que esta boda no sea 100% voluntad mía, pero creo que esta va a hacer la última vez que me case, así que al menos un par de buenos recuerdos no vendrían mal.
Una canción de Beyoncé resuena en el lugar. Unas chicas se unen a mí y empezamos a bailar poco a poco el baile que memoricé hace no mucho.
Trato de hacerlo lo mejor que puedo, Alexander sonríe como un bobo al igual que Nikolai. Los demás están medio ¿sorprendidos?
Los invitados empiezan a aplaudir animados y eso me motiva a seguirle. Laika se une al baile después de unos segundos y no mucho después algunas personas más también. No es la mejor coreografía pero las risas inundan el lugar.
Si todos los mafiosos fueran así me agradarían más.
Incito a los hermanos a que se unan a la pista. Spoiler: no lo logro, pero mis ahora suegros si lo hacen, un poco obligados por Aliona pero lo hacen.
Las horas vuelan para mí. No he dejado de bailar, gritar, cantar. No sé si es el ambiente pero... demonios, si la estoy pasando bien.
—Se me olvidaba lo buena bailarina que eres— grita Arseni debido a la música, a quien le estoy bailando en estos momentos.
—La clave son las bebidas—, mentirosa, apenas hemos tomado unas 3 copas, máximo 4, o 5 tal vez—. Pero tú también te mueves, eh.
—Se hacer muchas cosas cariño—. Poso mis manos en su cuello, atrayéndolo hacia mí, besándolo. ¿Por qué? Porque sí.
No duda en seguirme el beso. Sabe a menta con whisky. Raro, pero me gusta.
—Una pena interrumpirlos pero ya llegaron por ustedes—, Irina se hace presente al igual que los otros 5.
— ¿Cómo? —Pregunto confundida.
—La luna de miel querida—, agita las mano como si fuera algo obvio y... mierda, a mi mente empiezan a llegar imágenes que me hacen sonrojar.
— ¿Lista? — Alexander me sonríe, antes de preguntarle algo me alza como una princesa. Suelto un pequeño grito ya que me da la impresión de que me caeré.
Salimos del lugar. Hace un poco de frio pero me encanta eso. Hay un helicóptero esperando por nosotros. Una vez entramos en este veo a Damien ubicándose como si fuera a pilotearlo.
— ¿Sabes cómo manejar esto?
—No es nada del otro mundo—, me responde y empieza a hacer unas cuantas maniobras. Cuando menos lo espero ya estamos despegando.
—Genial—, murmuro observando el paisaje que poco a poco se va haciendo más chico frente a mis ojos.
—Cuando quieras te enseño pequeña.
— ¿También sabes, Nikolai? — Me giro hacia él.
—No solo eso, pero sí. Eres nuestra esposa, aprenderás todo lo que desees.
—En este mundo si se desea sobrevivir se tiene que aprender muchas cosas diosa—, se me dificulta un poco escuchar a Damien pero logro hacerlo.
Pasan los minutos y mi curiosidad empieza a hacerse presente.
— ¿A dónde iremos?
—Es una sorpresa linda, pero no hay de qué preocuparse, no pasará nada que tu no desees.
Pero sabemos que si queremos que suceda algo, ¿no?
Bueno... técnicamente ahora son mis esposos. Así que...
¡Esa es la actitud!
Empiezo a pensar en otras cosas para no tocar de nuevo ese tema con mi subconsciente ya que sino luciré como un tomate en menos de 5 minutos.
No sé cuánto llevamos aquí, pero empezamos a descender. Damien aterriza y...
—Cielos, este lugar es hermoso—, no escondo mi emoción una vez estoy afuera. Hay como mini casas, como esas casas de vacaciones en el agua.
Nunca pensé que estaría en un lugar como este. Definitivamente todo puede cambiar en cuestión de segundos.
—Bien linda, esta es la nuestra—. Entramos y por dentro es aún más bello todo.
—Pequeña, esta maleta la empacó Laika. ¿Quieres...?
—Quiero nadar.
—Te decía...
—Nadar.
—Bueno, ¿Quieres algo de comer antes de...?
—No, quiero ir a nadar—. Tomo dicha maleta dejándolos a ellos con las palabras en la boca y empiezo a buscar el baño, cuando doy con este abro la puerta, entro y cierro con seguro esta.
Empiezo a ojear el contenido de la maleta; hay shorts, blusas cortas, blusas no cortas pero con escotes, pijamas con las cuales parece que te dará hipotermia y... ¡bingo!
¿Ah? No, no bingo, esto no parece un traje de baño. Extiendo la prenda reveladora, dándome cuenta de que es lencería.
Sigo buscando, debe de haber un traje de baño aquí. Y si, efectivamente lo hay. Me cambio lo más rápido que puedo. Cepillo mi cabello dejándolo suelto mientras me observo en el espejo.
Diablos, no voy a morir virgen, ¿verdad? Puedo sacarle provecho a la situación. Madre siempre me dijo que jamás un chico gustaría de mí, pero viendo ahora a 6 hombres haciéndolo es imposible que no sienta sensaciones algo... extrañas.
Salgo del baño y los demás siguen allí donde los deje.
— ¿Qué? ¿No quieren ir al agua un rato?
—Es un poco tarde, ¿no crees?
—No comparto esa opinión Damien. Pero bien puedo ir sola—, me aproximo a la salida—, o bien alguien de otra casa de estas puede hacerme compañía.
No doy ni 5 pasos cuando ya siento la presencia de ellos atrás mío. Lentamente entro al agua, me sumerjo totalmente, admito que hace un poco de frio, pero está perfecto.
Me giro para ver a los Kiselev. Se quitan todo quedando en pantalonetas, entrando también al agua conmigo. Dios, es que parecen modelos.
—Sus formas de conquistar mujeres son un poco extraordinarias—, bien Anto, no te pongas nerviosa, sabes lo que quieres que suceda y sabes lo que sucederá, no es momento de acobardarse.
—Lo corriente aburre muñeca—. Asiento después de unos segundos. Hay unas que otras farolas alumbrando pero lo que hace que la noche sea más aún más amena es la hermosa luna llena que está presente también.
Respirando hondo, me acerco a Nikolai (el que tengo más cerca).
—Pareces una jodida sirena cariño.
—Ese es probablemente el mejor cumplido que me han dado hasta ahora—, y sin darle tantas vueltas me empino un poco, besándolo suavemente.
Al principio se queda un poco quieto pero después me sigue. Me toma del cuello pegándome lo más posible a él. De un momento a otro él toma el control del beso, haciéndome sentir algo inexperta, sin embargo, eso no es un impedimento.
Los latidos de mi corazón se aceleran cuando Damien se ubica atrás mío.
—Nos gustaría bastante que las personas vieran a quien perteneces, pero mejor dejemos que para esta primera vez solo escuchen—. Rompo el beso, respirando pesadamente.
Cuando menos lo espero ya estamos de nuevo en la casa; yo tumbada en la cama mientras mis esposos se acomodan.
Señor padre bendito, ¿estamos haciendo esto de verdad? Ahora que lo pienso son muchos ¿no? Seis, uno, como que no es equitativo.
Damien se ubica encima de mí, mi pulso esta disparado, más cuando quita lentamente las únicas dos prendas que me cubrían.
—Esto estorba—, murmura.
La excitación recorre todo mi ser cuando empieza a acariciarme allí. Un pequeño jadeo se escapa de mis labios cuando dos manos pellizcan suavemente mis pezones.
Siento que eso no es suficiente, no todavía.
— ¿Qué es lo que deseas Antonella? — Las palabras se atoran en mi garganta ante la pregunta de Damien—. ¿Qué es lo que quieres? — Nuevamente mis palabras se atoran cuando introduce dos dedos. Siento un tipo de corriente recorrerme cuando su pulgar toca un punto en específico.
—Creo que la dejamos sin palabras hermano—, se burla Arseni pero sinceramente no me interesa.
—Su humedad me está empapando los dedos, definitivamente está hecha para nosotros.
Alexander se hace a un lado para poder besarme, no hay parte de mi cuerpo en estos momentos que no estén recorriendo.
Damien me abre más las piernas, la vergüenza llega a mí cuando me observa tan atento allí.
—Qué bonito coño, no puedo esperar para estar adentro—, trago saliva, que lindo cumplido.
Se acomoda nuevamente, apoyándose en sus codos para no aplastarme.
—No esperes más, no esperen más—, los reto. Me quedo boquiabierta cuando Damien queda totalmente como Dios lo trajo al mundo.
—Solo respira—, me indica Alexander, susurrándome—. Si sientes que no puedes solo dilo.
Damien se acomoda su miembro, alineándolo. Un grito se queda a medias cuando entra de golpe en mí, sin más. No duele, no como me lo han pintado, pero si es un poco incómodo.
— ¡Damien! — Nikolai grita.
— ¿Qué? Es preferible así—. Engancho mis piernas, atrapándolo. La sensación es indescriptible, me siento llena, muy llena.
Empiezo a moverme instintivamente al cabo de unos minutos. El aire que llega a mis pulmones no es suficiente.
Cuando Damien se da cuenta de que ya me he acostumbrado un poco y estoy lista, empieza a moverse. Arremete cada vez más fuerte. La cama empieza a rechinar. Jadeos se me escapan, jadeos que después se convierten en gritos cuando me golpea más y más fuerte. Mis manos empiezan a buscar algo a lo que aferrarse, por lo que con estas me prendo a la espalda de Damien, la sensación es indescriptible.
Sus manos estrujan mis pechos sin cuidado, tal vez debería enojarme eso, pero solo lo animo a más. Mis otros esposos nos rodean, observando todo con unas erecciones que... padre bendito, estos hombres si están bien dotados. No me preocupo aun por ellos porque sé que esto ya lo tenían de cierto modo planeado, y lo que es seguro es que esta noche Damien no será el único que me tome.
— ¡Por todos los santos! — Mi espalda se arquea cuando un nudo se empieza a formar, mis paredes se aprietan demasiado. Siento que estoy a punto de convulsionar.
—Vamos diosa, dame eso, dame el privilegio de sentir como te corres sobre mi polla—. Acaricia suavemente ese punto que me lleva al orgasmo. Sus arremetidas no cesan, parece hechizado mientras ve nuestra unión—. Ya casi—, murmura en mi oído, poniéndome los pelos de punta.
Un jadeo se escapa de sus labios cuando acaba dentro de mí, se siente un poco raro pero no me molesta. Creo que me podría volver adicta a esto.
—Esto es el puto paraíso—. Se retira y, como si de una muñeca se tratara: me sienta para así yo poder montar a Nikolai.
Arseni se hace atrás mío, quedando yo atrapada entre estos dos hombres. Mis nervios se disparan cuando se lo que planea Arseni.
Arman le pasa a Arseni lo que parece ser un lubricante, mis vellos se erizan cuando Arseni empieza a untarme esto.
—Si termino en silla de ruedas va a ser culpa de ustedes—, susurro, aunque estoy que me orino de nervios quiero llegar hasta el final.
A comparación de Damien, Nikolai se toma su tiempo para penetrarme. Dejándome procesar todo más lento.
— ¿Lista? — Arseni me toma de la cadera y yo solo puedo asentir ante su pregunta—. Palabras cariño, quiero palabras.
—Sí.
— ¿Si qué?
—Si estoy lista para que me tomen al mismo tiempo—, mentirosa, nos vamos a cagar del miedo.
Respiro profundo cuando lo siento. Me apoyo en Nikolai. Carajo... esto es algo difícil, por un momento creo ver todo negro.
—Ya casi—, Arseni me acaricia la espalda.
Cuando me siento lista empiezan un vaivén, quedando yo como su juguete y eso me gusta, me excita esa idea en parte.
Como puede, Arman se arrodilla (en la cama) al lado mío.
—Nunca he hecho una...— empujan al mismo tiempo, dejándome sin aliento por unos segundos—, eso que quieres que haga.
—Empieza por la punta—, como puedo sigo su orden—. No vayas a morderla, solo chupa—, sigo sus demandas lo mejor que puedo. Una buena recompensa es escuchar sus pequeños jadeos de placer.
Siento que en cualquier momento me voy a desmayar. Para cuando me doy cuenta, Nikolai sale de mi interior, dándole paso a Alexander, Arseni imita su acción con Akim.
Arman me toma del pelo, callando mis gemidos, ignoro las pequeñas ganas de atragantarme que siento. El me guía, el lleva el ritmo. Sin previo aviso descarga todo en mi boca, sin pensarlo mucho, lo trago, haciendo contacto visual con él.
—Joder linda, eres perfecta—, los pequeños gemidos de Alexander solo logran humedecerme aún más.
— ¿Puedo correrme en tus tetas? — La pregunta de Nikolai me toma algo desprevenida, sin embargo asiento, quedando impregnada por él, por ellos, por mis ahora esposos.
Alcanzo mi clímax, cielos, claro que lo hago. Después de eso, solo veo negro y es allí cuando el sueño se apodera de mí.
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