"Algún día nos volveremos a encontrar y cuándo eso pase, seremos personas diferentes con los mismos viejos recuerdos"

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－ ¡¿Se puede saber que rayos haces ahí arriba?! －Preguntó un niño peli-negro hacia otro que estaba arriba de aquel árbol.

Arriba del árbol se encontraba otro niño casi de su misma edad, llorando arriba de una de las extensiones del árbol.

－ ¡No sé como bajar! －Le respondió y seguido de eso lloro aún más fuerte como si de un bebé se tratara－ ¡Tengo miedo! －Gimio.

El niño arriba de aquel árbol, su cabello era de un color carbón intenso, un poco más bajo que el alparecer, sus ojos estaban rojos por el llanto, que quien sabe cuanto tiempo estuvo ahí arriba. Tanto sus mejillas como nariz estaban en el mismo estado que sus ojos. Sus lágrimas eran como cascadas que parecían no detenerse en ningún momento.

El contrario cerro sus ojos color turquesa y apretó sus pequeños dientes blancos. Le parecia molesto el comportamiento del otro. Se rasco la nuca irritado y se acercó hasta estar justo debajo de la rama en la que se sostenía el otro peli-negro.

－ ¡Salta! ¡Yo te atrapare! －Aseguró mientras extendía un poco sus brazos.

－ ¡¿Estás loco?! ¡No voy a saltar! ¡Me voy a morir! －Exclamó aferrandose a el tronco.

－ ¡Salta de una buena vez! ¡Te prometo que te atrapare! －

－ ¡No! ¡Mejor esperaré a que venga algún adulto! －

－ ¡No hay nadie más además de mi! ¡Te metiste en lo profundo del bosque, idiota! －

－ ¡Waaa! ¡No me hables así! －Chilló.

－ ¡Entonces salta estúpido! －

－ ¡Está bien! ¡Pero si me muero tú te haces responsable!－Dijo apuntandole con el dedo índice.

El contrario rodo los ojos. Seguido de éso el peli-negro se preparo para saltar, mientras el contrario para atraparlo.

Saltó con los ojos cerrados y gritando cosas incoherentes. El contrario logro atraparlo, pero, por la forma brusca en la que cayó, terminó perdiendo el equilibrio y haciendo que ambos caigan al suelo.

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Ya de regreso. El menor se la paso todo el camino abrazando el brazo derecho del contrario buscando protección por parte de el muchacho, mientras seguía con sus sollozos.

－ ¿Cómo te llamas?－Pregunto de la nada el más alto.

－ Zenitsu, Agatsuma Zenitsu－Le respondió.

－ ¿Y se puede saber que hacías ahí arriba?－

－ Estaba jugando a las escondidas, pero no me di cuenta que me había alejado tanto －

－ Para la próxima ten más cuidado, Zenitsu－Dijo sin siquiera verlo. Al oji-miel le sorprendió que se preocupara por él (Fue grosero con él todo el camino) pero no le tomo tanta importancia.

－ ¿Y tú cómo te llamas?

－ Soy... －Fue interrumpido.

－ ¡Zenitsu!

Una voz femenina se acercó corriendo hacia el nombrado, quien, también corrió hacia la que lo llamo, llorando y gritando cosas sin sentido.

El peli-negro se quedo observando la escena unos minutos, aquella mujer, quien aparentaba ser la madre del niño por el gran parecido, lo miro y se acerco a el.

－ Muchas gracias por traer a mi hijo－Le regaló una sonrisa, seguido de eso le acarició la cabeza.

－ De nada－Dijo algo apenado por qué no estaba acostumbrado a las muestras de afecto.

－ ¿Quieres comer algo? Tenemos suficiente para uno más－ Le ofreció con una bella sonrisa.

El dudo unos segundos hasta que Zenitsu le sonrió como muestra de que acepte.

－ Esta bien－Esas simples palabras hicieron muy feliz a la mujer.

Estuvo la mitad de la tarde con la familia Agatsuma, quienes estaban en un picnic anteriormente hasta que se les perdió su hijo cuando estaba jugando con otros niños que se fueron minutos después.

－ Kai, ¿Y tú con quien vives?－Preguntó el oji-miel.

－ Ah, yo vivo con mi abuelo, vine aqui para distraerme un poco hasta que te vi a ti.

－ Ah, si, siento averte distraído, seguro tú abuelo debe estar muy preocupado por ti, deberías ir con él.

－ No te preocupes enano, el sabe muy bien que se cuidarme solo además ahora esta ocupado trabajando, así que no se va a acordar de mi por unas horas.

－ Oh, Entiendo－Después de decir eso le dedicó una sonrisa serena al peli-negro, quien se sorprendió ante tal gesto y miro hacia otro lado, ignorando la mirada oji-miel.

[◇]

Después de ese encuentro, ambos niños se veían más seguido, jugaban, peleaban y hasta aveces se hacían bromas entre ellos.

Desde que lo conocio, Zenitsu fue la única persona que lo hizo sentir especial, que le hizo ver las cosas de otro modo, que le devolvió una parte que ni él sabía que había perdido.

Obviamente nunca lo diría en voz alta, le avergonzada el tan solo pensar en eso. Pero no podía negar que ese pequeño niño peli-negro, llorón y dramático, se volvió alguien muy especial para el en su infancia.

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－ ¡Zenitsu, levantate! ¡Vas a llegar tarde a la preparatoria!

La voz de su madre desde la cocina lo despertó de su abstracto sueño.
Se sentó en la cama. Dirigió su mirada a su teléfono que vibraba y se movía de su lugar a causa de estas. Apagó su alarma y bajó en dirección al baño, soltando un largo bostezo.

Una vez en el baño, se miró en el espejo. Pensó en el sueño que tuvo, el cuál en realidad era un pequeño fragmento del pasado. Ya ni siquiera recordaba el nombre de aquel niño. Sus recuerdos eran escenarios borrosos y escasos. Aunque no podía culparse, era tan solo un niño, obviamente no recordaría eso.

Se lavó la cara para despejar su mente y después irse a bañar.

[◇]

La imagen de su mamá sirviendo su desayuno fue lo primero que vio al entrar a la cocina, al igual que el olor a comida risien echa.

－ Buenos días mamá, ¿Y papá?－Preguntó al no verlo por ningún lado.

－ Salió temprano－Dijo algo fría. Anteriormente tuvieron un pelea y no quería saber nada de su marido.

－ Entiendo－No insistió y se sentó en la mesa.

－ Llegaré tarde a casa, no me esperes para cenar －Avisó, agarrando su cartera para después besar la frente de su hijo y dirigirse a la salida de la casa－ Chau, suerte hijo.

－ Chau, igualmente madre.

La puerta se cerró, haciendo un sonido casi inaudible. El silencio reinó el lugar. Terminó rápido su desayuno y agarró su mochila que estaba encima del sofá. Revisó que tuviera todo. Desconecto su celular del cargador y lo guardó en su mochila.

Salió de la casa con las llaves en mano, para después guardarlas en su bolsillo del pantalón y caminando rumbo al intituto Kimetsu.

Al ser parte del Consejo Estudiantil, tiene varios deberes de más además de sus clases. Pero como hoy es su día libre, por lo cual no debía encargarse de nada relacionado a su trabajo extra, podía concentrarse tranquilamente solo en las clases de el día de hoy, mientras el resto de su equipo trabajaba.

Se sentó tranquilamente en la silla en la que habitualmente se sentaba siempre. Dejó sus cosas, esperando con aburrimiento el comienzo de la clase, junto a otros alumnos que habían llegado.

Sonrió cuando de la puerta ingresaron sus amigos.
Tanjiro Kamado, un joven de cabello color vino, una cicatriz en la frente muy notoria, ojos rubis, con una altura ligeramente más alta que la suya y con unos aretes Hanafuda que, si no fuera su día libre, le hubiera regañado y ordenado que se los quitara, apesar de saber que el chico es muy terco.
Inosuke Hashibira, un chico de actitud salvaje y ruidosa, presumido y con el ego hasta las nubes. Poseía unos ojos esmeraldas, un cabello negro con terminaciones azules y algo muy común de él, es verlo con la camisa abierta.

Ambos chicos saludaron al rubio, quien correspondió el saludo. El burdeo se sentó justo adelante del Agatsuma, mientras que el chico de ojos esmeraldas se sentaba a su lado, ambos no se llevaban del todo bien porque Inosuke suele ser alguien muy ruidoso y molesto, y Zenitsu tiene un trastorno del oído, que le hace más delicada su audición.

－ Zen, ¿Sabes? me contaron que va a haber un chico nuevo en nuestra clase, que se trasladó de la prepa de lunas demoniacas－Susurró Tanjiro lo suficientemente alto como para que ambos chicos escuchen, pero no sus compañeros que jugaban hasta que el profe llegue.

－ ¿En serio?

－ Según lo que dicen, en ese instituto solo hay personas de mal carácter y groseras, algunos tienen miedo que sea cierto y que el chico los trate mal－Dijo Inosuke sin mucho interés, quien también escucho ciertas cosas－ Pero no tienen nada de que preocuparse, él solo será otro de mis súbditos y le enseñaré a respetarme－Dijo con aires de superioridad, imaginando como sería tener a otro "esclavo" que le dé de su comida, tener otro súbdito indicaba más comida para él.

－ Te lo agradecemos Inosuke－Dijo Tanjiro con una gotita estilo anime－Pero no creo que sea alguien malo－Y como siempre, Tanjiro siendo optimista.

En eso, el profesor de artes, Uzui Tengen, entra al aula, haciendo que todos los que estaban subidos en las mesas, se bajaran, y el resto se acomodara mejor para empezar la clase.

－ Bien, como algunos ya sabrán, hoy tenemos un alumno nuevo. Sean buenos compañeros, tratenlo bien y ayudenlo en lo que necesite. Puedes pasar －Dijo Uzui.

Todos posaron sus miradas en la entrada del aula, donde sin vergüenza alguna, un chico de cabellos negros se adentró y se quedó parado junto al profesor peli-blanco.

－ Presentate－Dijo Tengen.

－ Mi nombre Kaigaku Inadama, es un gusto conocerlos－Dijo para después hacer una reverencia.

Todos, sobre todo las chicas, lo observaban de arriba a bajo. Era sumamente guapo para muchos, tenía unos ojos color turquesas y pelo negro corto con patillas gruesas, se podría decir que era hasta más alto que Tanjiro. Los susurros y chillidos no se hicieron de esperar.

El chico solo lo ignoró y buscó un lugar donde sentarse, una vez lo halló, se sentó, ignorando completamente a todos y a las chicas que le gritaban.
Su asiento estaba a tan solo dos mesas a la de Zenitsu solo que una mesa más adelante.

La clase empezó, todos sacaron sus lienzos y pinturas. El profesor dio un tema y todos empezaron a pintar.

El rubio no podía dejar de ver al peli-negro, sentía que lo conocía, pero no lo recuerda. Sólo por curiosidad observaba lo que pintaba el chico, un gato. Se quedo analizando un rato el collar que traía puesto el ojos turquesa, era casi parecido al que él tenía en su casa.

－ Zenitsu －Una voz lo sacó de sus pensamientos, sobresaltandolo.

－ ¡Ah! ¡¿Si, Tanjiro?!

－ ¿Estas bien? Estas tan distraído que todavía no terminaste la base de tu dibujo y la clase ya va a terminar.

－ Ah, no, no te preocupes Tanjiro, estoy bien－Sonrió un poco para relajarlo－Por cierto, ¿Qué dibujas?－Dijo observando el dibujo casi terminado del burdeo.

－ Ahh, pues, a ti, ¿Qué tal?－Preguntó con algo de inocencia y un pequeño rubor.

－ ¿A mi? ¿Estas seguro que soy yo y no un muñeco con pelo de papas fritas?－Preguntó con un tono de burla, aguantando la risa. El burdeo fruncido el ceño.

－ Que chistosito－Aprovechó que el rubio estaba distraído riéndose, para con el pincel pintar la punta de su nariz con naranja.

El contrario tardó un poco en procesarlo, sus ojos miel se juntaron cuando miró su nariz. Indignado miró a Tanjiro, quien estaba con una sonrisa maliciosa.
Eso sólo tomó lugar a una pequeña guerra en donde ambos pintaban al contrario con las témperas de colores, mientras reían.
Al final terminaron siendo regañados por el profesor Uzui.

Al finalizar la clase todos los alumnos se dirigieron al baño para lavarse las manos, aunque a diferencia del resto, Tanjiro y Zenitsu tenían que lavarse también la cara y un poco el pelo por la pequeña pelea que tuvieron.

－ ¡Ayy! ¡Esto no se quita!－Se quejó Zenitsu, intentando limpiar la pintura se su cabello y mejilla.

El burdeo río.

－ Lo siento, Zenitsu, pero tú primero me pintaste en el cabello－Dijo Tanjiro con las puntas burdeos húmedas, mientras el nombrado lo veía de mala gana.

－ ¡JAJAJA! ¡Gracias a su pelea de témperas, logre terminar antes que todos! ¡DEBERIAN DARME UN PREMIO POR SER EL MEJOR!－Exclamó Inosuke.

Su peleita hizo que algunos se distrayeran para entretenerse con los juegos infantiles de los amigos y se retrasen un poco.

－ No sé que presumes si tus dibujos son solo garabatos－Dijo Zenitsu.

－ Ash, es que no sabes de arte, Tontitsu.

－ Soy Zenitsu.

－ Como sea, es lo mismo.

El contrario rodó los ojos.

[◇]

－ No puede ser, ¿Podrías comportarta al menos cuando vamos a comer? －Dijo Zenitsu, mirando al oji-esmeralda.

El contrario lo ignoró, comiendo como un niño chiquito.

El rubio suspiró, no valía la pena, desperdiciar su tiempo intentando hablar con el contrario, aún sabiendo que este hará caso omiso a sus palabras.

Su atención cayó nuevamente en el peli-negro de ojos turquesas, que se encontraba sólo, comiendo debajo de unos árboles.

Siguió observandolo, tratando de recordar donde lo había visto antes. Su collar le hizo tener una recopilación de sus recuerdos, y en eso su mente hizo click.
¡Claro! ¿Cómo pudo haberlo olvidado? Si hasta el nombre era el mismo.

Kaigaku, un amigo de la infancia, con el cual siempre se metía en problemas. Su collar era uno que ambos habían echo tiempo después de ser amigos, él también tenía el suyo, pero ya le quedaba chico con forme pasó el tiempo, le sorprendía que Inadama todavía usara el suyo, sonrió al darse cuenta que todo este tiempo lo había atesorado y llevado consigo.

La campaña sonó, indicando que debían regresar a sus respectivos salones.

Tanjiro y Inosuke se estaban por ir pero esperaron al rubio, bueno, solo el burdeo, el oji-esmeralda ya estaba algo lejos, gritándoles que se apuraran.

－ Adelantense chicos, yo los alcanzo después －Dijo Agatsuma.

－ ¿Seguro? －Asintió－ Bien, te esperamos －Dijo el burdeo, corriendo para alcanzar a Hashibira.

El oji-ámbar se dirigió hacia Inadama, deteniendo el paso de este al ver que se acercaba a su persona.

－ ¡Kaigaku! －Gritó ya estando frente a él.

El contrario lo veía con incredulidad.

－ Me alegra volver a verte, a pasado mucho tiempo －Dijo Zenitsu con toda confianza.

－ ¿Quién eres? No te conozco －Preguntó mirándolo de arriba a abajo.

－ Soy yo, Zenitsu. Fuimos amigos cuando éramos niños －Dijo tratando de refrescarle la memoria.

El peli-negro lo miró incrédulo. El único amigo que tuvo en su infancia era un chico idéntico a él, pero no era rubio.

－ No te conozco. Jodete y deja de molestar.

Sin más se marchó, dejando al Agatsuma solo, quien quedó con los ojos en blanco.

Kaigaku nunca fue grosero con él cuando eran amigos.

¿Cómo es que no lo reconocía?

Holis, ¿Cómo andan?

Sip, nueva historia de noche
Espero les haya gustado el primer cap, sí tienen dudas sobre esto, pueden consultarme.

Creo que no me queda más nada que decir, así que, bye.

Kanao Tsuyuri fuera.

Fecha: 24 / 7 / 2024