CAPITULO 69 Golpe final.
---Nowaki---
Maldigo al maldito tráfico.
Es una idiotez...
Porque cuándo más rápido quiere llegar a un lugar, más lento resulta llegar.
Esto no tiene lógica.
Necesitamos que aparezca, nos hace tanta falta.
No entiendo como alguien se puede obsesionar tanto.
Hiro-san es muy tranquilo.
Él no merece esto.
Maldición.
Fue mi culpa...
Me deje sorprender ante su ataque.
Mierda.
Fue mi culpa.
No fui tan responsable.
Debí luchar.
Maldición...
Por favor Hiro-san...
Mantente a salvo, pronto llegaremos.
Quiero disculparme....
Necesito mostrarte mi arrepentimiento.
Lo siento tanto.
-Nowaki no te mortifiques, lo encontraremos.
-Lo siento. –murmure.
-No fue tu culpa.
-Lo fue, si yo...
-Nowaki, -comento Shinoda- nadie sabía lo que Miyagi tenía en mente.
-Pero yo...
-No te culpes, todos hubiéramos reaccionado igual.
-Es que me siento tan idiota.
-Los salvaremos, no dejaremos que esos idiotas les hagan daño. –comento Shinoda.
-Sí, lo haremos.
Por alguna extraña razón el vuelo se demoró un poco.
Esperábamos llegar a tiempo.
Cada minuto sin mi amado es una eternidad.
Quisiera que estuviéramos todos en casa.
Donde podemos protegerlo.
Ser felices como familia.
¿Por qué tanta maldad?
Pero esta vez...
Nos encargaremos de que esos tipos estén en la cárcel.
De que no vuelvan a hacer daño.
No lo vamos a permitir.
Por medio de un mensaje nos enteramos que algunos policías se habían ido al lugar en helicópteros.
Malditos envidiosos.
En este momento estaríamos en la isla.
Solo nos queda esperar.
---Shizuo---
Ver a mi amado feliz, es lo más satisfactorio que he sentido.
Por fin está con su familia.
En el lugar que debe estar hoy y siempre.
Y claro...
También conmigo.
Lo bueno es que estamos fuera de peligro.
Ahora mismos los deje solos para que pudieran hablar como padre a hijo, ambos lo necesitan, además sé que el señor Trebort matara a un cierto rubio.
Yo seré el primero en festejar cuando ese idiota desaparezca.
Afortunadamente no logro hacerle daño a mi niño.
Lo saque de ese infierno.
Espero Tsuna desaparezca.
Porque si lo encuentro juro que lo destruiré...
Intento propasarse con mi amado.
Y eso jamás lo perdonare.
-QUE EL IDIOTA HIZO QUE...
Creo que tampoco mi suegro.
Me senté en el sofá y sonreí.
Al menos ahora Trebort está de mi parte y ofreceré mi ayuda para acabar con el otro clan, aunque....
No es culpa del clan en sí.
Sino del idiota de Tsuna.
Y porque conozco al padre de Tsuna.
Es un señor más correcto.
Además es un gran amigo del señor Patrick.
Y cuando se enteren.
Por lo menos un gran castigo tendrá.
Me encanta la ley del karma.
Todo lo que haces se regresa.
Y Tsuna pagara por intentar lastimar a mi Shizuo, solito se ha echado a enemigos en su bolsa.
La noche se hizo presente y sin darme cuenta me había quedado dormido.
Ya que abrí los ojos y tenía una manta encima.
Me levante del sofá y busque a mi amado.
-Si buscas a mi hijo salió a dar una vuelta.
-Ya veo...
-Con uno de sus pretendientes.
-Oh y... espere ¿qué?
-Jejeje, no te preocupes muchacho, mi hijo lo sabrá rechazar.
-Señor Trebort con todo respeto, pero eso no se hace.
-Muchacho, no te enojes.
-Es mi novio.
-Lo sé.
-ME AMA A MÍ.
-Demasiado.
-Entonces...
-Era su mejor amigo cuando era un chamaco, -sonrió- eran muy unidos y él se quedó con un juramento...
-¿Qué juramento?
-Que se casarían de grandes.
-¿AH?
-Pero no te preocupes Shizuo.
-¿Cómo no lo voy a hacer?
-Mi hijo te ama.
-Sí pero él...
-Él no hará nada, simplemente desea la felicidad de Izaya, sé que entenderá los sentimientos de nuestro niño.
-Eso espero.
-Eres un poco posesivo. –soltó una carcajada.
-Y un poco se queda corto.
-Jejeje, me agradas, me alegro que Izaya te haya elegido.
-Gracias.
-Por favor hazlo feliz.
-Eso no me tienes que decir, lo amare y lo protegeré con toda mi vida.
-Gracias.
-No debes de agradecer.
La puerta se abrió y entro mi amado con un peliblanco.
-Y fue así como te di tu primer beso.
-Jajaja, eres tan raro. –rio mi amado.
-Y tú tan tierno.
Ese chico acarició su mejilla y camine hacía ellos tomando a mi amado de la cintura.
-Y yo soy su novio.
-Lo sé, -dijo ese chico- más te vale que lo cuides porque soy capaz de robártelo.
-Jamás pasara. –bese a Izaya.
---Hiroki---
Abrí lentamente los ojos y vi a Shinobu dormido a mi lado.
Su semblante es de preocupación.
Beso su frente y me dirigí al baño.
El clima es muy caluroso.
Tome una muda de ropa que había en una cajonera y me di un baño.
El agua estaba muy tibia.
Pude relajarme por lo menos unos minutos.
De solo pensar en la situación que estamos se me revuelve el estómago.
Pero sé que debo permanecer calmado.
No quiero que nada malo le pase a mi bebé.
No me lo perdonaría.
Acaricio mis brazos y suspiro.
Extraño a mi hijo, mi lindo Seito, y mis amados amantes.
Mi familia.
Los extraño tanto.
Quiero verlos.
Quiero probar las comidas de Nowaki, trabajar con Shinoda, mimar a Seito...
Necesito el calor de mi familia.
Delineo mi vientre con mis dedos.
-Aun eres muy pequeño, tus papas te esperan y tu hermanito estará encantado de conocerte.
Kami-sama por favor, protege a mi bebé.
Cuídalo, no dejes que Kyo le haga daño.
Me sequé, me coloque mi ropa y mi hermanito aún seguía dormido.
Me di cuenta que había dos charolas con comida en la mesa.
Corrí hasta Shinobu y lo revise.
Seguramente fue Kyo quien trajo la comida.
Si hubiera sido ese idiota de Miyagi...
Es un infeliz.
Maltrato a mi hermanito.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Espero que pronto lleguen...
Pero...
Lo mejor es atrancar la puerta.
Solo es cuestión de horas para ser libres ¿no?
Debemos de serlo.
No soportaría estar más tiempo aquí.
Me levante de la cama y comencé a atrancar la puerta. Shinobu se despertó y me miro.
-¿Qué haces?
-Shinobu ven a echarme una mano.
Él bostezo y asintió.
Se acercó y me ayudo a arrimar algunos muebles y cosas que fueran algo pesadas.
-Creo que con eso basta. –comente.
-¿Cómo te sientes? –acarició mi vientre.
-Estoy muy bien, -sonreí- mi bebé está bien.
-Me alegro.
Él se quedó leyendo un libro y yo observe por la ventana.
Hay varios hombres armados.
Tal vez no debí haberles hablado.
Solo los pondré en peligro.
Fui tan tonto.
Maldición.
Se escuchó como giraban el pomo de la puerta y Shinobu se acercó a mi lado.
-Pero... ¿Qué mierda? –gruñó.
Esa voz era de Miyagi.
Shinobu apretó el libro y lo abracé.
-SHINOBU ABRE LA MALDITA PUERTA.
Rogábamos porque no la abrieran, que esas cosas fueran lo suficientemente pesadas para no ser empujadas.
-MALDITA SEA SHINOBU.
-¿Por qué gritas idiota? –gruñó Ijuuin.
-No puedo abrir.
-¿Huh?
De nuevo intentaron abrir la puerta sin éxito.
-Esta puerta está atorada. –chasqueo la lengua de Kyo- HIROKI ABRE LA PUERTA YA.
-...
-HIROKI NO ESTOY PARA BROMAS.
Shinobu estaba a punto de hablar pero negué con la cabeza.
-HIROKI, TE JURO QUE SI NO SALES EN ESTE INSTANTE MATARÉ A ESOS INFELICES.
Abrace fuertemente a Shinobu.
-Que pase lo que tenga que pasar. –exclame.
Se escucharon de repente el ruido de varios disparos, Shinobu y yo los sentamos en el piso.
-AHORA QUÉ. –grito Kyo.
-Señor, la policía nos ataca.
Siento como mi pecho se tranquiliza.
-MIYAGI ENCARGATE DE SACARLOS DE ESTA MALDITA HABITACIÓN, YO IRÉ A CAZAR ALGUNOS INVITADOS...
-Tranquilo Shinobu, -susurre- pronto nos van a rescatar.
---Tsumori---
Todos estamos ansiosos.
Necesitamos llegar, llegar y recuperar a lo que nos pertenece.
Maldición...
¿Por qué rayos el avión no puede ir más rápido?
Necesitamos llegar.
Y protegerlos.
Miro por la ventana y suspiro.
-Los oficiales ya han llegado. –comento el detective.
-¿Cuándo llegaremos? -pregunte.
-En unos minutos el avión comenzara a descender.
-Tsumori calma. –dijo Nowaki.
-Sé me hace imposible.
-Pero tenemos que permanecer en calma. –comento Shinoda.
-Esto es tan frustrante.
Solo espero que esos hijos de... no les hayan hecho daño a los chicos.
Esto es tan jodido.
¿Cómo no lo vimos venir?
Los policías también debieron seguirles las pistas desde antes.
¿Por qué no lo hicieron?
Si ellos los hubieran atrapado.
JODER...
Mi niño, mi Shinobu...
No lo protegí bien.
-¿Pasa algo Tsumori?
-No...
-¿Cómo está tu rodilla?
-Estoy bien Shinoda.
-Solo recuerda no es forzarte.
-Me pides imposibles.
El avión poco a poco comenzó a descender, todos nos tensamos y miramos la salida, si por nosotros fuera saldríamos disparados en este instante.
Al abrirse la puerta los cuatro bajamos del avión y nos dirigimos a uno de los autos estacionados.
-Tomemos el que sea, todos son nuestros. –comento Shinoda.
Había algunos policías que nos explicaron que había hombres armados rodeando una mansión, que uno de sus escuadrones ya los estaba interceptando.
El policía antes de irnos nos dieron a cada uno un arma, para defendernos, que tiráramos a matar si era necesario, defendernos y rescatar a los chicos era la prioridad.
Subimos al auto y el detective manejo hasta la casa.
-Yo sé de una entrada secreta, que mi hermano jamás se enteró.
-¿Enserio? –preguntamos.
-Sí, solo sigue mis instrucciones. –comento Shinoda.
-Así será. –dijo el detective.
No sé cómo diablos el auto se metió entre la maleza y llegamos como a una puerta de madera en el piso.
-Extraño. –murmure.
Nos bajamos del auto y abrimos la escotilla.
-Este pasadizo lleva al almacén de la casa.
-Vamos.
El detective entro primero, luego Nowaki, Shinoda y yo al último.
Caminamos por algunos minutos hasta llegar a otra escotilla, entre los cuatro la abrimos y llegamos al almacén.
Escuchamos ruidos en el primer piso y en la planta baja.
-Hay que dividirnos, -comento Shinoda- Nowaki y yo veremos el living y ustedes vayan al primer piso.
Ambos asentimos y nos separamos.
Nowaki y Shinoda nos cubrieron cuando subimos las escaleras.
Al llegar pude ver al idiota de Miyagi intentando abrir la puerta con otros tipos.
-JURO QUE CUANDO ABRA ESTA PUERTA NO PODRAS VOLVERTE A SENTAR SHINOBU-CHIN...
El odio se apoderaba de mí.
Le apunte y dispare cerca de sus pies.
-Tú. –gruñó.
-ALÉJATE DE MI AMADO.
Él saco un arma y cuando iba a disparar el detective le disparo en su mano, y también les disparo a sus aliados.
-AGGGH, MALDITO...
-¿Shinobu? –pregunte.
-TSUMORI, ESTAMOS AQUÍ. –grito mi niño.
Varios policías entraron y tomaron a esos tipos.
Corrí hasta la puerta e intente abrirla, escuche como por dentro movían algunas cosas y después de unos minutos la abrí.
-¡¡¡TSUMORI!!!
-Mi amor, -lo abrace- mi amor.
-¿Dónde están Nowaki y Shinoda?
-Abajo.
Él salió corriendo y lo detuve.
-Espera Hiroki.
-No puedo, debo de buscarlos.
-Ellos están con Kyo.
-DEBO... -intento apartarse y escuchamos dos disparos.
---Ijuuin---
Malditos oficiales.
¿Cómo nos encontraron?
¿Por qué nos buscan?
Yo solo quiero ser feliz con Hiroki, él me ama...
Él es mi amado.
Nos amamos y seremos una gran familia.
¿Por qué nos quieren separar?
¿Por qué lo quieren apartar de mi lado?
Es mío...
Yo me lo merezco.
Lo ame desde siempre.
Él...
-¡¡KYO!!!
El imbécil de Nowaki y Shinoda me apuntaban con unas ridículas armas.
-No permitiremos que hagas más daño. –dijeron al mismo tiempo.
Saque dos pistolas y les apunte.
-Hiroki me pertenece...
-ESO JAMÁS...
-Mueran par de idiotas...
Sonreí y escuche como dos casquillos de balas rebotaban en el piso.
Siento como por mi boca sale sangre y sonrió.
-Hiroki es mío. –caí de rodillas.
-...
Frío, todo oscuro...
¿Mi fin?
Miro hacía las escaleras y sonreí...
-S-Sabía que e-esto pasaría. –susurre.
-¿QUÉ MIERDA DICES? –pregunto Nowaki.
-¡¡¡¡HIROKI / SHINOBU!!!!!
Ambos miraron hacía las escaleras y Shinoda me agarro de la camisa.
-¿Qué HICISTE?
-V-Ve, cof, veneno.
-¿QUÉ? –me miran aterrados.
-U-Uno que actúa lento, -sonreí- si no e-es mío no es de nadie.
-No puede ser.
-Nowaki vamos.
Ambos me dejaron tirado en el piso y subieron corriendo las escaleras.
-Fue mi última carta. –susurre.
Moriré...
Moriré con mi lindo castaño.
Una hermosa y trágica historia de amor...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro