CAPITULO 55 Entrega.
---Shizuo---
Siempre creí que al servir en una organización o mejor dicho para un mafioso nunca encontraría el amor ya que este estilo de vida no es el adecuado.
Decidí cerrarme a las emociones para no salir lastimado, para no lastimar a nadie.
Estar en este lugar no nos ayuda de mucho.
Todos estamos aquí por una razón.
¿La mía?
Es muy simple...
Estoy aquí porque quería proteger a mi familia pero desafortunadamente murió en un accidente y no pude salir de aquí.
Así que seguí trabajando para Tsuna.
Y ahora más que nunca agradezco de estar aquí...
Mi jefe trajo a un chico muy lindo, pero se le veía el miedo en su rostro, tal parece que lo ha obligado a estar con nosotros.
Tsuna me dijo que yo debía instruirlo y dejar que aprendiera de lo que trataba nuestro trabajo.
Al principio Izaya se resistía ganándose una paliza de Tsuna que yo interrumpía.
No me gustaba que lo maltratara, así que yo me encargaba de él.
Día a día me gustaba más y más.
Hasta el punto de que ya nos llevábamos bien.
Dos grandes amigos.
Pero mis sentimientos aumentaban.
Aunque me cueste admitirlo.
Me he masturbado un par de veces pensando en su hermoso cuerpo.
Siempre que quiero decirle mis sentimientos Tsuna me interrumpe como si conociera mis movimientos.
Pero lo que me llena de felicidad...
Es que él siente algo por mí.
Lo sé con solo ver su rostro, sus hermosos sonrojos y cuando desvía su mirada.
Y ahora que lo he besado.
Sentí como su corazón se aceleraba y sus brazos rodear mi cuello.
Me ama como yo a él.
Pero debo decírselo adecuadamente.
Bueno...
SI EL MALDITO DE TSUNA NO ME INTERRUMPE.
Maldito.
Izaya es mi niño.
Quiero hacer feliz.
O mejor dicho.
Quiero sacarlo de esta mafia.
Él no debe de estar aquí.
Tengo que planear algo.
Salí de la habitación y camine por todo el lugar.
-¡Ey Shizuo!
-¿Qué pasa Teo?
-Vamos a ir por unas mujeres ¿vienes?
-No gracias.
-Vamos hombre, el jefe nos lo permitió.
-¿Huh?
-Tal parece que llegó de buenas.
-Aun así me quedo.
-Como quieras.
Ellos salieron de la casa y camine hacía la oficina de Tsuna.
-Eres hermoso Izaya.
-B-Basta.
"¿Qué?"
Me asome a la puerta y pude ver que Tsuna tenía a mi niño arriba de su escritorio mientras besaba su pecho.
Sentí como el odio me dominaba y abrí la puerta.
-¡Lamento la interrupción!
-¿Qué quieres Shizuo?
-Necesito hablar con usted.
-¿Es enserio?
Izaya me miraba con lágrimas en sus mejillas.
-Sí. –gruñí.
-Ah, -suspiro- más te vale que sea...
Su teléfono comenzó a sonar.
-Vete a tu recamara Izaya después continuaremos.
Izaya se acomodó su camisa y comenzó a caminar hacía la puerta.
-Gracias. –murmuro al pasar por mi lado.
Tsuna contesto su teléfono y después de unos minutos colgó.
-Lo siento, -comento- tengo algo que hacer.
-¿Eh?
-Luego me cuentas eso importante, tengo un negocio que terminar.
Salió de la casa y suspire.
"Algún día saldré de aquí y me llevaré a Izaya conmigo"
---Externo---
Tanto Shinoda como Nowaki miraban con sorpresa a Hiroki que permanecía callado con un tierno sonrojo en sus mejillas.
-¿Estás seguro? –pregunto Nowaki.
-S-Sí.
-No te presiones Hiroki nosotros...
-Quiero estar con ustedes. –comentó Hiroki- Los amo.
Ambos semes se miraron y asintieron.
-En ese caso... -comenzó a decir Shinoda.
-Te haremos el amor como es debido. –sonrió Nowaki.
Shinoda hizo un asentimiento y Nowaki cargo a Hiroki llevándolo a la habitación principal, con mucha delicadeza coloco a Hiroki en la cama.
Nowaki empezó a besar al castaño mientras que con sus hábiles manos lo empezaba a desvestir, Shinoda se sentó detrás de Hiroki y empezó a besar su cuello haciéndolo estremecer.
Nowaki le quito toda la ropa y comenzó a lamer sus pezones.
-Ahhh. –gimió Hiroki y se tapó la boca.
-Quiero escucharte mi amor, -comento Shinoda- por favor déjanos oír esos hermosos gemidos.
Hiroki se sonrojo más de lo que estaba y se estremeció al sentir la mano de Shinoda en su miembro.
-Ahhh e-espera.
-¿Qué pasa? –pregunto Nowaki mordiendo uno de sus pezones.
-N-No es justo. –jadeo.
-¿Eh?
-S-Soy el único que está desnudo. –desvió su mirada.
Ambos semes sonrieron y se separaron un poco de Hiroki mientras se quitaban la ropa.
Shinoda tomo el mentón de Hiroki y comenzó a besarlo apasionadamente mientras que Nowaki tomaba el miembro de Hiroki y lo lamía lentamente.
Los gemidos del castaño quedaron ahogados en la boca del rubio.
Nowaki metió uno de sus dedos en la entrada del castaño mientras Shinoda jugaba con sus pezones.
-Ahhh e-es extraño. –jadeo.
-Lo único que queremos... -dijo Nowaki.
-Es hacerte sentir mucho placer. –sonrió Shinoda.
Nowaki metió otro de sus dedos en su interior mientras seguía chupando su miembro logrando que su amado castaño se estremeciera.
Hiroki con mucha vergüenza agarro el miembro de Shinoda comenzando a masajearlo haciendo sacar un gemido sordo de aquel rubio.
-No es necesario Hiroki.
-Q-Quiero hacerlo. –se sonrojo el castaño.
Hiroki movía su mano lentamente mientras Shinoda lo besaba apasionadamente.
Otro dedo en su interior haciéndolo enloquecer por completo.
-P-Para yo me... -gimió Hiroki.
Hiroki arqueo su espalda y se corrió en la boca de Nowaki quien lo trago.
-L-Lo siento. –jadeo Hiroki.
-No tienes que disculparte amor, -lamió la comisura de sus labios- Shinoda por favor.
-¿Enserio?
-Solo pro esta vez. –sonrió.
-Gracias.
-¿D-De qué hablan? –pregunto el castaño recuperando el aliento.
-Ya lo verás. –comento Nowaki besando la frente de su amado.
Shinoda se colocó entre las piernas de Hiroki y las separo un poco.
-Voy a entrar ¿de acuerdo?
Hiroki simplemente asintió.
Shinoda entro de una embestida en el interior de Hiroki y el castaño se aferró a las cobijas y mordió su labio.
-Aquí Hiro-san, -comento Nowaki colocando su brazo- si quieres morder algo puedes morderme a mí.
El castaño mordió el brazo de Nowaki al sentir las embestidas de Shinoda.
Eran lentas y certeras, no sentía tanto dolor ya que el placer lo empezaba a dominar.
-Ahhh S-Shinoda tan profundo.
-¿Te gusta?
-S-Sí.
-Eres muy lascivo Hiro-san, tan hermoso.
-N-Nowaki.
El peliazul lo beso apasionadamente, al separarse Hiroki tomo el miembro del peliazul y comenzó a masturbarlo.
-Hiro-san.
Shinoda coloco sus manos a ambos lados de la cintura de Hiroki y comencé a aumentar la velocidad de sus embestidas.
-Ahhh S-Shinoda e-espera.
-¿Es aquí?
-Ahhh.
-Parece que le di a tu punto. –sonrió.
-No es por querer presionarte, -dijo Nowaki- pero yo también quiero entrar en Hiroki.
-Eres muy ansioso.
-Dilo por ti.
Shinoda siguió con sus embestidas hasta que salió de su interior y se corrió en el pecho de su amado.
Hiroki jadeaba un poco agotado y seguía duro, así que ambos semes se miraron.
-Ven Hiro-san.
Nowaki se sentó en la cama y sentó a Hiroki en sus piernas, este último dándole la espalda.
Entro en él de una sola embestida.
Shinoda se acercó a ellos y comenzó a lamer el miembro de su castaño.
-Ahhh n-no al mismo tiempo.
-Hiro-san estás muy apretado.
-N-Nowaki.
-Te amo Hiro-san.
-Y-Yo a ti.
-¿Y a mí?
-S-Sí Shinoda, también te amo.
Nowaki tomo el mentón de su amado y lo volteo para besarlo.
El peliazul tomo la cintura de su amado y comenzó a moverlo de arriba hacia abajo.
-Se s-siente bien.
-Hiro-san.
Siguieron así por mucho tiempo, los tres disfrutando del amor que siente y el placer.
Shinoda engullo su miembro hasta que Hiroki se corrió.
Nowaki sintió la contracción de su interior y salió de Hiroki corriéndose en su espalda.
-No podemos corrernos dentro, -comento Shinoda- apenas te estas recuperando y estas propenso a embarazarte.
-Y debes descansar.
-N-No me importaría tener un hijo de ustedes. –se sonrojo el castaño.
-¿Lo haces a propósito Hiro-san?
-Nani.
-Excitarnos tanto ¿verdad?
-¿Eh?
Nowaki beso a Hiroki y Shinoda hizo lo mismo.
Después de unos segundos Hiroki cayó dormido en los brazos de su amante.
---Tsumori---
Prometí cuidar a mi hermoso niño y eso es lo que haré.
No permitiré que lo lastimen.
Es lo que más amo.
Es mi prometido.
Shinobu me abrazo fuertemente mientras besaba su cabeza.
-Tan feliz.
-¿EH? –lo mire.
-Gracias por estar conmigo y amarme tanto.
-Siempre lo haré.
-Baka.
-Recuerda que dentro de una semana nos casaremos.
-Lo sé, todo el tiempo me lo repites.
-Porque es el día más importante de nuestra vida.
-Seré tu esposo.
-Y solo yo puedo tenerte.
-Sí.
-Junto con nuestros gemelos.
-Y tal vez otro dos más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro