---Externo---

Han pasado 4 meses desde que todos regresaron a Japón, poco a poco se empezaron a adaptar a su nuevo estilo de vida.

Afortunadamente para ellos nadie perturbaba su tranquilidad, aunque estaban conscientes de que aún no habían encontrado a Kyo.

La policía por más que busco e investigo no tenía pistas acerca del paradero de ese hombre tan cruel, nadie sabía nada.

Tal parecía que ese hombre tenía mucha suerte...

O tal vez...

Tenía a los mejores aliados.

Por parte de Shinoda se encargó junto con Nowaki de contratar algunos investigadores privados para encontrar a Kyo, buscarlo por todo el mundo si es necesario y encerrarlo como el criminal que es.

Él visitaba a su familia cada semana pues no quería dejar ni un momento solo a su amado castaño.

Nowaki y Shinoda se turnaban para cuidarlo.

Shinoda se encargaba de realizar la comida junto a su castaño, ya que su pequeño Hiroki poco a poco se iba adaptando a su vida cotidiana.

Siempre lo protegían a cada momento.

El seme llevo a Hiroki al departamento donde tenía a su pequeña familia para presentarlo, aprovechando que Nowaki se había ido a trabajar.

-Abuela, abuelo, Samanta, -comento Shinoda- quiero presentarles a la persona que amo.

Hiroki se sonrojo tanto e hizo una reverencia torpemente.

-M-Mi nombre es Kamijou Hiroki, un placer.

Los señores ya mayores sonrieron al ver al castaño.

-Es muy lindo hermanito. –sonrió Samanta.
-Te lo dije, -comento Shinoda- es perfecto.
-Igualmente, es un placer conocerte al fin. –comento el señor.
-Hemos querido conocerte desde hace mucho tiempo. –sonrió la señora.
-Mi hermanito nos ha hablado mucho de ti.
-¿Enserio? –comento Hiroki sonrojado.
-Sí.
-Por favor siéntense. –comento la señora.

Los presentes en ese departamento comenzaban a charlar acerca de la pérdida de memoria de Shinoda y le contaron como era la vida de "Mark".

Parecían una gran familia, en todo momento Shinoda sujetaba la mano de Hiroki con mucho amor.

Samanta acariciaba el vientre de Hiroki quien se sentía feliz de ver que lo aceptaban, y más de que se encariñaban con la personita que crecía en su interior.

Shinoda simplemente miraba a su hermoso castaño, que sonreía tranquilamente, y también podía ver felicidad.

Viendo que las terapias daban resultados positivos.

Podía darse cuenta que no podía estar sin él.

Que la proposición de compartirlo, ahora se hacía más fuerte.

Sin duda alguna la mejor decisión que había tomado.

Shinoda tomo el mentón de Hiroki y lo beso.

-Te amo Hiroki, tanto.
-Y-Y yo a ti. –susurro el castaño.
-Simplemente hermoso.

Tsumori no la tenía muy fácil...

Para nada fácil.

Puesto que tenía tan cerca a lo que más amaba pero no podía tocarlo.

No podía acercársele tanto.

Se sentía frustrado por estar tan cerca y a la vez tan lejos de su amado niño.

Pero sabía que debía cumplir con su promesa.

Volver a empezar.

Y lo enamoraría de nuevo.

Aunque no contaba con el hecho de que la mujer de su pasado molestaría su presente.

Cada día iba a su consultorio a molestarlo, a decirle palabras tan venenosas, a tratar de seducirlo, pero siempre terminaba siendo botada por Tsumori.

Él solo quería a su hermoso Shinobu, lo ama más que a nada en el mundo y lucharía por estar de nuevo a su lado como su amante, pareja, su prometido.

Cada mañana era una tortura...

¿Era una prueba?

¿Acaso le estaban poniendo un reto?

¿O era un castigo?

Todas las mañanas se encontraba con una hermosa vista.

Shinobu estaba en la cocina preparando el desayuno utilizando un bóxer y una camisa un poco más grande.

Tsumori tenía que tranquilizarse para no tomarlo entre sus brazos y hacerlo suyo en ese instante.

Las primeras veces tenía que arreglar su "problemita" sin que su niño se enterará.

-Ah, -suspiro al llegar a su consultorio- tengo poco autocontrol.
-¿Doctor?
-No es nada Delia.
-¿De nuevo lo dejaron en abstinencia? –rio.
-...
-Ese chico realmente toma las riendas.
-No digas más.
-¿De quién hablan?
-Sakura ya te he dicho que no quiero que entres en mi consultorio.
-Sabes que me amas.
-Largo de mi oficina.
-Quiero invitarte a comer.
-No.
-Nos la pasaremos bien.
-Doctor, ¿quiere que le hable a seguridad?
-TÚ QUE TE METES CRIADA.
-¡No soy ni una criada!
-Mejor lárgate y déjame estar con mi prometido.
-¡Sakura ya basta! –exclame.
-Pero mi amor...
-¿Amor?
-¡Shinobu!
-De nuevo tú. –gruñó Sakura.
-Me estoy cansando.
-Shinobu ella no...

El pequeño rubio se acercó a Tsumori y lo jalo de su corbata.

-Tsumori es mío. –comento.

Shinobu beso a Tsumori haciéndolo sentirse tan dichoso y profundizo ese beso.

Tal vez su relación podría avanzar en pasos gigantes.

Nowaki siempre estaba al pendiente de cada sesión de su castaño, viendo como cada día iba mejorando, y se alegraba de ello.

Él se encargaba de salir con Hiroki a realizar las compras, y le realizaba los chequeos, ya que decidió que sería su doctor personal.

Empezó a realizar algunos cursos y estudiar más acerca de los embarazos masculinos para poder tratarlo adecuadamente.

El doctor Herbert le recomendó a Nowaki algunos libros o ir a visitar a algunos doctores los cuales pudieran capacitarlo.

Cada día leía un libro diferente, quería saber más, quería ser perfecto para su amado Hiro-san.

Algunas veces platicaba con Shinoda para ponerse de acuerdo de quien cuidaría al hermoso castaño.

Se sentí tan feliz de saber que su amado Hiro-san los amaba a los dos y que eso le daba una posibilidad a que los tres pudieran ser felices.

Y cada día que pasaba, la posibilidad aumentaba...

Aunque lo sentía como un hecho.

Simplemente porque Hiroki los besaba a ambos, como si fuera lo más común.

Tal vez muy pronto podrían ser simplemente felices, los tres con ese bebé que esperaban.

-Hiro-san, es hora de tu ultrasonido.
-Tengo flojera.
-Anda mi vida.
-Pero...
-No seas flojito. –reí.
-Baka. –se sonrojo.
-¿Quieres que te mime?
-...
-Amo tus pucheros.
-No son pucheros.
-Lo son.
-¿De qué me perdí?
-Shinoda. –sonrió Hiroki y lo beso.
-¿Llegue a tiempo?
-Muy a tiempo.

Los tres salieron de la casa y se dirigieron al hospital donde todas las enfermeras los saludaban y comenzaban a mimar al pequeño castaño.

-¡Qué lindo!
-Su pancita ya creció.
-Awww, ternura.
-Chicas, -comento Nowaki- por favor no molesten a mi Hiro-san.
-Nuestro. –refuto Shinoda.
-¡¡¡Kyyaaaa!!!

Caminaron hasta la sala de ultrasonido y recostaron a Hiroki. Nowaki le coloco gel en su vientre y empezó la revisión.

-Mmmm, Hiro-san nuestro bebé se esconde.
-Parece que le da vergüenza que lo veamos. –sonrió Shinoda.
-B-Baka.

Después de unos minutos Nowaki sonrió.

-Ahí está.
-¿Huh?
-Miren la pantalla.

Nowaki les mostro una pantalla.

-Hiro-san.
-¿Qué pasa Nowaki? ¿Qué es nuestro bebé?

Hiroki lo miraba con sorpresa.

-Pues... Seito viene en camino.
-U-Un niño, -susurro el castaño- espero un hijo.
-Lo esperamos, -sonrió Nowaki- tendremos un niño.

Shinobu trataba de comprender lo que sucedía a su alrededor, pero más que nada, quería comprender a Tsumori, confiaba en él, lo amaba, aunque esos cuatro meses que habían pasado, lo ayudaron a entender.

A entender que debía volver a lado de Tsumori.

De que le daría la oportunidad que tanto le pedía.

En estos meses, llego a conocer fases de Tsumori que no imagino que fuera.

Se sentía tan feliz...

Sabía que debía darle una oportunidad más

Se lo merecía.

Por fin podía sentirse amado.

Termino su carrera recibiendo su título, no quiso una fiesta o ir a una, porque ese día la paso en los brazos de Tsumori, solamente abrazados, aunque... por ser un día especial Shinobu dejo que Tsumori lo hiciera suyo, lo extrañaba.

Pero ahora debía fortalecer ese lazo que se había roto.

Aunque últimamente el pequeño chico se había sentido mal, mareos, vomito, náuseas, todo parecía indicar algo más allá de lo imaginable y Shinobu lo sabía.

Fue a la farmacia a comprar algo que necesitaba y lo podía ayudar a averiguar su problema, así que camino hasta su casa, pero choco con una persona.

-Lo siento Shinobu-kun.
-¿K-Kaoru-san?
-Déjame ayudarte...

Kaoru miro lo que calló de la bolsa que sujetaba y se sorprendió.

-¿Prueba de embarazo?
-N-No, yo eso. NO ES MIO. –se sonrojo el castaño.
-¿Shinobu?
-L-Lo siento pero debo irme, -tomo la prueba y la guardo en la bolsa- con permiso.

Kaoru lo sujeto de la mano.

-Shinobu.
-¿Huh?
-Quisiera ir a comer contigo.
-...
-¿Vamos?
-Yo no...
-Shinobu, -acaricio su mejilla- aún me gus...
-Lo siento pero él solo sale conmigo.
-¿Tsumori?

El rubio en cuanto vio a Tsumori se sonrojo tanto, apretó fuertemente la bolsa y salió corriendo hasta su casa encerrándose en su habitación.

-Shinobu, ¿estás bien?
-No entres.
-¿Qué ocurre?

Shinobu realizo esa prueba de embarazo y espero a que diera los resultados.

-Mi niño si hice algo que te lastimara te pido disculpas.
-...
-¿Shinobu?

El chico miro la prueba y casi palideció, se dirigió a la puerta y la abrió.

-¿Qué ocurre mi vida?
-T-Tú...
-¿Huh?
-Quiero que te responsabilices.

Shinobu se sonrojo y le mostro la prueba mientras desviaba la mirada.

-Esto es...
-E-Estoy embarazado baka.

De un momento a otro Tsumori lo abrazó fuertemente.

-Ahora no te irás de mi lado.
-T-Tsumori.
-Shinobu te amo tanto.

Hiroki día con día iba mejorando mediante sus terapias, poco a poco superaba lo que le había ocurrido a lado de Kyo.

Él no odiaba a su bebé, lo amaba con todo su corazón, era su vida entera junto con Shinoda y Nowaki.

Los amaba...

No podía elegir a uno puesto que los dos habían ganado un gran lugar en su corazón.

Perder a alguno sería... perderse a sí mismo.

No podía, no quería.

Sabía que tal vez era un deseo egoísta pero... se quedaría con ellos...

¿Estaba mal?

Tal vez sí, tal vez no, pero sabía que debía tomar una decisión.

Con la ayuda de las terapias y el amor que le brindaban, le fue más fácil poder aceptarlos, acercarse más a ellos y demostrarle su amor a ambos.

Aunque no como quisiera.

Ya que para llegar a algo más "físico" quería esperar aún más tiempo.

Pero sabía que lo conseguiría, a pesar de su deseo, quería ser feliz con los dos.