CAPITULO 49 Juntos.
---Shinobu---
Después de tanto pensar y meditar, decidí irme del país y volver a Japón, creo que es lo mejor. Me siento solo, pensé que estando con Cecil podría empezar de nuevo, con su amistad y apoyo, podría superarlo pero...
Realmente ha reaccionado muy mal.
Sé que Tsumori me ama pero duda mucho de mí, piensa que no lo amo cuando se lo he dicho miles de veces.
¿Qué debo hacer para que me crea?
Lo amo solo a él...
Debo de hacer algo para que confíe en mí.
Pero lo primordial ahora es llegar a Japón.
En este momento estoy en el aeropuerto esperando a que mi vuelo salga.
Espero Cecil no se moleste por no haberle avisado, aunque...
Con todo lo que paso no creo que fuera algo lógico de hacer.
Es un gran amigo pero...
No entiendo su actitud, él en verdad cambio demasiado.
Mi vuelo fue anunciado y me subí al avión.
Espero que pase rápido, en verdad quiero llegar a Japón.
Solo ruego porque Tsumori no esté molesto conmigo por lo que dijo Cecil, espero que quiera hablar conmigo.
-Ah, -suspire- ahora solo me queda esperar.
Me quede dormido en todo el camino imaginando como sería un hijo mío y de Tsumori, sería tan hermoso.
A pesar de sus errores lo amo porque él también me acepta tal cual soy.
Si no fuera por él yo en este momento seguiría aferrándome al recuerdo de Miyagi, mendigando un poco de amor.
Tsumori fue mi salvación.
Me enamore de él sin pensarlo.
Siempre estando a mi lado cuando más lo necesito.
Él realmente es un gran hombre, tan perfecto y afortunadamente es la persona que está a mi lado, mi pareja.
La única persona que amo.
Después de un par de horas abrí mis ojos y el avión empezaba a descender.
-Por fin. –susurre.
Todos comenzaron a bajar y caminar hasta el aeropuerto, yo al llegar afuera tome un taxi y le di la dirección del hospital.
"Tsumori quiero verte"
Aunque no fue el tiempo que tenía estipulado, fueron largos días sin estar con él, me siento ansioso por verlo.
-Hemos llegado.
-Gracias.
Le pague al taxista y camine a la entrada del hospital.
Camine hasta recepción donde las enfermeras me saludaron y me comenzaron a contar que Tsumori se veía muy triste desde que me fui de viaje.
Que todos los días les contaba que me extrañaba y que me amaba.
-¿E-Está en su oficina? –me sonroje.
-Claro.
-¿El Doctor Tsumori se encuentra arriba? –pregunto una mujer con un vestido muy escotado.
-En este momento se encuentra ocupado. –comento la recepcionista.
-Pues dígale que su prometida lo está esperando.
La mire sorprendido y las chicas me miraban a mí.
-¿Qué me vez? –pregunto.
-Nada.
-...
-Solo que, -sonreí- no te atribuyas cosas que no son.
-¿Qué?
Subí al elevador y lo cerré antes de que esa mujer llegará.
¿Prometida...?
Tal vez es una chica enamorada de Tsumori y no acepta el hecho de que tiene alguien a su lado.
Llegue al piso correspondiente y camine a su consultorio, abrí un poco la puerta.
-Solo díganle a Sakura que no estoy o que no me desocupo hasta el anochecer.
-...
-Esa mujer solo me traerá problemas.
Colgó y se dejó caer en la silla.
Entré a su consultorio y cerré la puerta sin ser percatado.
Sus ojos estaban cerrados y me acerque lentamente hasta él y rosar sus labios con los míos.
-TE HE DICHO QUE...
Me aparto de golpe y caí al piso.
-¡Shinobu! Yo...
Cuanto estaba por acercarse me aleje de él.
-Lo siento, no lo haré de nuevo. –murmure.
Él se hinco frente a mí y me abrazo fuertemente.
-Perdón mi amor, solo que pensé que...
-¿Quién es Sakura?
-...
-¿Andas con ella? –pregunte temeroso- Yo aceptaré si tú...
-No ando con ella, -beso mis manos- solo es parte de mi pasado.
-¿La amas aún?
-CLARO QUE ME AMA.
Los dos volteamos y la mujer de hace un rato nos miraba con enojo.
-Podrías quitarle tus sucias manos de mi prometido.
-Sakura, -gruñó Tsumori y me ayudo a levantar- lárgate.
-¿Qué?
-QUE TE VAYAS.
Esa mujer me sonrió siniestramente y se fue.
-Solo te amo a ti Shinobu. –susurro en mi oído.
-Tenemos que hablar Tsumori.
-Lo sé.
---Nowaki---
Dieron de alta a nuestro Hiro-san, realmente está muy asustado, hay momentos en los que nos acepta los abrazos y otros donde se estremece cuando nos acercamos.
Realmente ese idiota le hizo mucho daño.
No entiendo ¿Por qué enloqueció?
¿Dónde quedo el amor que le juraba?
¿Por qué lo ha lastimado?
Realmente no entiendo que rayos pasó por su mente.
Un hombre cuando ama da todo por esa persona, pero no lo lastime, al contrario se encarga porque no derrame una lágrima más.
¿Acaso le importa poco?
Esto no puede ser posible.
Tengo ganas de matarlo, de demostrarle quien soy yo.
-¿Quieres un poco de café?
-Hiroki ya se durmió ¿verdad?
-Sí, -suspiro Shinoda- estaba un poco inquieto.
-Solo espero se mejore.
-Lo mismo digo, -suspiro- ¿qué te dijo el doctor?
-Pues que lo mejor será llevarlo a Japón.
-...
-Sí el sigue en este país volverán sus recuerdos.
-Y él y el bebé puede enfermarse.
-Sí.
-Entiendo.
-Ya compre los boletos para regresar a Japón.
-¿Cuándo sale el vuelo? –pregunto y coloco una taza de té en la mesa.
-Mañana a medio día.
-Estamos a buen tiempo.
-Sí, -suspire- debemos hablar con un especialista.
-¿Cómo?
-Hiro-san no podrá solo y a pesar de estar con él nos tiene miedo.
-Kyo le hizo tanto daño, es un infeliz.
-Por el bien de Hiroki buscaremos un especialista y estaremos con él todo el tiempo.
-Lo sé Nowaki, llegando a Japón viviremos los tres en mi casa.
-¿Puedo estar con ustedes?
-Sí compañero, ambos amamos a Hiroki y lo haremos feliz.
-Cuando se encuentre mejor se lo propondremos.
-Así es.
Nos dormimos en los sofás ya que solo había una recamara.
Solo quiero que Hiro-san sea feliz.
Él se merece todo lo mejor.
Quiero ayudarlo, calmar su dolor, quiero que no sufra más.
Sus lágrimas no deben salir, él simplemente debe ser feliz.
La sonrisa que lo caracteriza.
Me encargaré de hacerlo feliz.
A la mañana siguiente un dulce ahora me despertó, me levante del sofá y me di cuenta de que Shinoda estaba aún dormido.
-¿Ese aroma es...?
Camine a la cocina y mire a mi Hiro-san cocinando y arrimando los platillos a la mesa.
-Buenos días Nowaki.
-Buenos días Hiro-san. –me sorprendí.
-¿Puedes despertar a Shinoda?
-¿Eh?
-Bueno es que el desayuno está listo.
-Yo le digo.
-Gracias. –susurro.
Me acerque a él y acaricie su mejilla.
-¿Te molesta esto?
-N-No, porque está bien si eres tú o Shinoda.
-Gracias Hiro-san.
-No tienes nada que agradecer soy yo el único que debe de hacerlo.
Mire su vientre y sonreí.
-¿Puedo acariciarlo?
Él me miro con ojos llorosos y asintió.
Lentamente toque su vientre y comencé a acariciarlo.
-...
Él estaba temblando un poco hasta que se calmó.
-Nuestro bebé será hermoso.
-¿Nuestro? –me miro.
-Sí, -comento Shinoda acercándose- él será nuestro bebé.
Hiroki nos miró y se limpió las lágrimas.
-B-Bakas.
-Hiro-san/Hiroki
-Los amo.
---Kyo---
Maldita sea, esos tipos se llevaron a mi HIROKI.
ÉL ES SOLO MÍO, Y MÁS AHORA PORQUE ESPERA UN HIJO MÍO.
EL FRUTO DE NUESTRO AMOR.
Debo viajar de nuevo, pero esta vez tengo que tener cuidado.
La policía estará tras de mí.
MIERDA.
Maldito doctor...
Creo que alguien debe darle un escarmiento.
Nadie se mete conmigo y sale vivo para contarlo.
Hiroki es mío, siempre lo ha sido y no permitiré que lo aparten de mí.
Hermanito, tú serás el primero en desaparecer de la faz de la tierra.
Y luego ese medicucho...
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