---Nowaki---

Después de despedirme de mi lindo Hiro-san me dirigí a mi departamento pero recordé que Tsumori se quedó la llave, así que tome mi celular y le marque.

El sonido de espera me indicaba que Tsumori no iba a contestar hasta que un mensaje corto y entendible me llego.

Regresa más tarde que estoy ocupado.

Sonreí de solo suponerme lo que estaba pasando, guarde mi teléfono y baje a la sala principal del hotel para revisar algunos folletos.

Me fije en algunos cruceros y restaurantes.

Después de mucho meditar decidí reservar 4 boletos para un crucero que saldría mañana por la tarde, 3 días y 2 noches, algo muy bueno, y según las opiniones de la gente demasiado grandiosa, una buena oportunidad para las parejas.

Cuando se enteren se alegraran tanto.

Quisiera poder estar toda mi vida con Hiroki, demostrarle todo el amor que siento por él, no separarme ni un segundo del amor de mi vida.

Hiroki es una persona tan hermosa, amigable, es la perfección andando. Siempre lo he visto así, es mi vida entera, me hizo creer de nuevo en el amor, cuando pensé que ya no estaba hecho para mí, cuando pensé que debía dedicarme a mi trabajo...

Apareció él, quien cambio mi forma de ver las cosas, cambio mi mundo por completo.

¿Qué más puedo pedir?

Me quede un par de horas hasta que a mi gran amigo Tsumori me mandó un mensaje diciendo que ya podía subir de nuevo.

Así que subí y Tsumori me abrió.

-Lamento la tardanza. –se estaba secando con una toalla el cabello.
-¿Qué hacías? –lo mire con sospecha.
-Pues...
-No me lo digas.
-NO seas pervertido. –se carcajeo.
-Ya cállate.
-Ok, -rio- ¿Cómo te fue con Hiroki?
-Muy bien, cada día que pasa me enamoro más de él.
-Hacen una linda pareja.
-Solo que me molesta que quieran quitármelo.
-Detecto celos al extremo. –rio.
-Es que primero fue el pelinegro que no se le despegaba y ahora su nuevo amigo Mark, que lo miraba con devoción, es que Hiroki es tan lindo que conquista con tan solo sonreír, pero a los demás no les importan.
-Pero debes estar tranquilo, porque ahora él está a tu lado.
-Lo sé. –sonreí- Es lo que más amo.
-Y se ve que él te ama a ti.
-Estoy seguro que así es.

Seguimos conversando y le conté acerca del crucero al cual iríamos mañana por la tarde, le pareció una gran idea para que nuestras parejas pudieran disfrutar un poco del mar y conocer más cosas nuevas.

-¿Cómo va tu relación con Shinobu? –pregunte.
-De maravilla, -suspiro- ese niño es mi vida entera, jamás pensé enamorarme de nuevo y él ha cambiado mi forma de ver las cosas.
-Nunca te vi tan feliz.
-Lo mismo podría decir de ti.
-Supongo que nos enamoramos de esos hermanitos.
-Y ellos de nosotros. –sonreí.
-Completamente. –rio.
-Pues nuestra misión es hacerlos felices pase lo que pase.
-Realmente el amor te ha cambiado Kusama.
-Creo que es así.
-La magia del amor.

---Shinobu---

Me había quedado dormido después de hacer el amor con Tsumori, lentamente abrí los ojos y me encontré con los suyos que me miraban con amor y ternura mientras acariciaba mi rostro.

-¿Qué tal dormiste mi amor?
-B-Bien. –susurre.
-¿Cómo te sientes?
-Me duele un poco mis caderas.
-Lamento haber sido un poco rudo.
-No pasa nada. –bese su mejilla.
-Te amo Shinobu, -me estrecho entre sus brazos- no sabes lo feliz que soy a tu lado.
-Lo mismo digo, -murmure- gracias por esto.
-Estás muy sonrojado.
-Es vergonzoso admitirlo.

Me beso lentamente mientras me acariciaba y su celular comenzó a sonar y nos separamos un poco.

-¿Te apetece toma baño?
-S-Sí es a tu lado está bien. –me sonroje.
-Tan lindo. –beso mi frente.

Me cargo y me llevo hasta la regadera y me empezó a besar mientras dejábamos que el agua resbalaba por nuestros cuerpos, sus caricias haciéndome estremecer.

Salimos del baño y me ayudo a cercarme.

-Te acompañare a tu habitación. –me beso.
-No es necesario, solo está enfrente.
-Pero.
-Es mejor ir descansar, -lo bese- te veo mañana.
-Está bien. –suspiro y me beso.
-Hasta mañana.

Salí de su habitación y me dirigí a la mía, abrí la puerta lentamente para no despertar a mi hermanito porque ya era noche y Hiroki acostumbra a dormirse temprano.

Me puse mi pijama y estaba a punto de recostarme pero escuche a Hiroki hablar.

-Shinoda... -murmuro y lo mire con sorpresa.
-Parece que lo estás recordando. –susurre.

Lentamente abrió sus ojos y me miro.

-¿Hermanito? –pregunto.
-Creo que es tiempo de contarte una historia.
-¿Historia? –me miro.
-Recuerdas cuando me preguntaste por Shinoda, -él asintió- te comenté que era una vieja historia de amor.
-¿Mía?
-Así es.
-Shinobu yo...
-Te la contaré.
-Gracias.

Hiroki se sentó en la cama y yo hice lo mismo.

-¿Estabas bañando?
-Algo así. –me sonroje.
-¿Estabas con Tsumori?
-Sí. –admití.

Él sonrió y yo desvié mi mirada de la pena.

-Bueno dejemos de hablar de eso, -suspire- tengo mucho que decirte aunque es muy tarde y debes descansar.
-No importa, -negó con la cabeza-quiero escucharlo.

Lo mire y besé su mano.

-Hace muchos años cuando tenías 17 conociste a un hombre del cual te enamoraste a primera vista, ese amor fue correspondido, ambos se amaban.
-¿Qué? –se sorprendió.
-Hiroki, -lo mire- lamento haberte ocultado que tuviste una relación hace mucho, su nombre era Ijuuin Shinoda.
-¿Ijuuin? ¿Hermano de Kyo?
-Sí.
-¿Por qué no me dijo nada? –exclamo.
-Permíteme terminar.
-Está bien. –se relajó.
-Se hicieron amigos y tú entraste a su empresa a trabajar cuando tenías que hacer tu servicio social, ambos se hablaban bien, se llevaban bien, él tenía 20 años, y se hizo cargo de la empresa, pero fue un año después que no se vieron y terminamos yendo a la misma universidad, tú estabas muy feliz de volver a verlo. –suspire- Meses después Shinoda junto con mi ayuda y la de Misaki te preparo una sorpresa para declararte su amor.
-¿Lo acepte?
-Sí, -sonreí- estabas tan feliz que llorabas, ambos estaban tan enamorados, sinceramente eran la pareja perfecta.
-¿Cómo era Shinoda?
-Pues te mostraría una foto pero no la traje, -lo mire- él siempre fue tierno, dedicado, responsable, te daba todo su amor, siempre tan atento contigo, ambos vivían juntos.
-¿Eh? –se sonrojo.
-Su amor rompía cualquier barrera que se interpusiera.
-¿Dónde está Shinoda? ¿Terminamos antes del accidente que tuve?

Mis lágrimas comenzaron a salir sin poder detenerlas mientras negaba con la cabeza.

-No Hiroki, -solloce- él...
-¿Qué ocurre?
-Ustedes fuero a escalar hace ya varios meses, Shinoda te tenía una sorpresa tan grandiosa, algo que quería pedirte desde hace mucho, ya llevaban 4 años juntos, se amaban...
-¿Qué ocurrió? ¿Cuál era la sorpresa?
-Él, -murmure- él quería proponerte matrimonio, quería que te casarás con él, y yo sabía que tú ibas a aceptar, pero ese maldito temblor, eso...
-¿Temblor?
-Me llamaron del hospital diciendo que habías sufrido un accidente, estaba aterrado, no sabía qué hacer, corrí hasta el lugar y solo dijeron que te encontraron a ti.
-¿Shinoda?
-Días después de búsqueda lo dieron por muerto Hiroki, pensaron que el agua se llevó su cadáver.

Él tapo su boca y sus lágrimas comenzaron a caer por su rostro, yo lo abrace fuertemente mientras ambos llorábamos.

-Muerto, -murmuro- S-Shinoda murió...
-Lo siento Hiroki, todos acordamos no decirte nada cuando despertaras para no lastimarte, no sabíamos que no tendrías memoria y se nos hizo oportuno ocultarlo.
-No puede ser. –murmuro.
-Lo siento Hiroki quería quitarte ese sufrimiento.
-No es posible, S-Shinoda...
-Lo siento tanto.
-No recuerdo, me siento tan inútil Shinobu, no recuerdo el accidente, tal vez Shinoda murió por mi culpa.
-No te culpes Hiroki.
-Es verdad yo... -lo abrace- Por eso no quería contarte.

Él sonrió y me miro.

-Gracias Shinobu, a pesar de habérmelo ocultado entiendo porque lo hiciste. –me acarició el cabello- Ahora entiendo mis sueños.
-¿Sueños?
-He soñado que le digo a alguien Shinoda pero no le veo la cara.
-Mmm, prometo enseñarte una foto al regresar a la casa.
-Gracias.
-Bueno ahora debes dormir un poco. –comente.
-Está bien, pero no llores más. –limpió mis lágrimas.
-Estaba asustado. –lo abrace.
-¿De?
-De que me odiaras.
-Jamás te odiaría, -beso mi frente- eres mi hermanito ¿no?
-Sí.
-Y como hermano mayor te debo proteger.
-Gracias.
-Bueno mejor duerme conmigo la cama es muy grande.

Me abrazo fuertemente y nos quedamos dormidos.

"Solo deseo la felicidad de Hiroki..."

---Shinoda---

Antes de tomar de nuevo la empresa decidí hacerle una visita a los que eran mis abuelos, pero lleve algunas cosas como fotos y papeles para mostrarles quien era, tal vez no eran tan malos y solo me protegían.

Al llegar al lugar encontré a "mi hermanita".

-ABUELOS MARK VOLVIÓ. –grito y corrió a mis brazos.

No podía rechazarla y la abrace.

-He traído tu muñeca Samanta.
-Gracias hermanito. –sonrió.
-No hay de qué.
-Nee, ¿te encontraste con Mayte?
-Algo así.
-Que bien.
-Mark, -comento la señora- por favor entren.

Respire profundamente y entre a la casa donde todos nos fuimos a la sala.

-¿Dónde te compraste ese traje hijo? –comento el señor.
-Digamos que es mío.
-¿Eh?

Los mire a todos.

-¿Realmente soy su nieto? –los mire.
-¿Cómo?
-Quiero hablar seriamente con ustedes, -mire a mis abuelos- Samanta puedes dejarnos solos.
-Sí hermanito, iré a jugar con mi muñeca.

Samanta salió de la casa y yo me quede con ellos.

-¿Qué ocurre Mark?
-Mi nombre es Ijuuin Shinoda, -comente dándoles un papel- soy el dueño de bienes raíces de la ciudad.

Ambos me miraron sorprendidos y la señora empezó a llorar.

-No lo sabíamos, -susurro- t-te pude el nombre de mi hijo que murió hace años.
-Por favor cuéntenme lo que saben.

El señor abrazó a su esposa y me miro.

-Hace meses fui a comprar algunas cosas a la ciudad, -suspiro- mi esposa y Samanta me esperaron en la entrada del poblado y decidimos caminar de vuelta por el arrolló.
-...
-Caminamos hasta que te encontramos recostado en la tierra, Samanta y mi esposa se acercaron a ti, queríamos llevarte a la casa pero yo dudaba que fuera buena idea hasta que Samanta te escucho y dijo que estabas vivo.
-Entiendo.
-Durante algunos meses permaneciste inconsciente, no sabíamos quien eras así que mi esposa decidió llamarte Mark. –me miro- Fue hasta que despertaste y no tenías memoria, te pusimos Mark por nuestro hijo y te hicimos creer que eras nuestro nieto.
-...
-No queríamos engañarte pero no sabíamos nada, además mis tesoros se encariñaron contigo.
-Vaya...
-Entenderé si quieres denunciarnos, solo que yo tomaré toda responsabilidad.
-Pero que dices... -comento la señora.
-Es lo mejor.
-No los demandaré, -los abrace- ustedes me cuidaron y se los agradezco mucho.
-Pero...
-Gracias abuelos.
-Shinoda ¿verdad? –pregunto la señora.
-Así es.
-Aunque seas otra persona seguirás siendo mi hermano.
-¿Samanta?
-Lo siento pero escuche todo. –corrió y me abrazo- No nos dejes.
-Hija él tiene otras cosas que hacer y...
-Quiero que vengan conmigo, -comente- les conseguiré otra casa.
-¿Eh? –me miraron.
-Los apreció como si fueran mi familia.
-No es necesario...
-Lo es, así que, los llevaré conmigo...