---Hiroki---

Salí a hacer las compras ya que Nowaki tenía una emergencia en el hospital y Shinobu no había salido de su habitación, seguramente sigue mal de su pie, así que tome mi cartera y me fui a dar una vuelta por los puestos de la plaza.

Me sentiría completo si pudiera recuperar mi memoria, si pudiera saber cómo era mi vida antes de despertar, estoy seguro que olvido cosas importantes, al igual olvido mi trabajo, pero dice Shinobu que hay personas que se encargan de eso.

Supongo que está bien, tal vez después le pida que me lleve a ese lugar, espero y pueda recordar algo.

Camine por las calles hasta ver como un hombre rubio se recargaba en un poste, nadie lo auxiliaba, pero algo dentro de mí me impulso a correr a su lado, como si mi vida dependiera de ello.

-¿Estás bien? –pregunte.

Aquel hombre lentamente se giró y me miró fijamente.

-¿Puedo ayudarte en algo?

Él trataba de articular palabras pero no podía hasta que después de unos momentos, suspiro.

-E-Estoy bien solo mi cabeza me duele.
-Ven, vamos a sentarnos y comprare una pastilla para el dolor. –comente.
-No es...

Sin dejarlo terminar lo lleve hasta la cafetería más cercana, ordena algo de tomar y comer y salí a buscar unas pastillas para el dolor.

Sé que es rara mi actitud de ayudarlo de esta forma, pero sentí miedo cuando lo vi tan mal, que sin evitarlo me acerque a él.

Al llegar de la farmacia camine hasta la mesa y me alegre que no se hubiera ido, mi corazón se quedó en calma.

Comenzamos a platicar, su nombre es Mark, me agrada, aunque de cierta forma lo siento conocido, me le quede mirando fijamente hasta que él sonrió.

-Disculpa. –me sonroje.
-No pasa nada.

Ahora que lo puedo ver mejor, se parece al chico de la foto, aunque él de la foto se ve algo diferente, puedo jugar que Mark y el amigo de Shinobu son los mismos.

-¿Pasa algo Hiroki?
-Nada, solo que, -sonreí- te pareces a un amigo que tengo.
-¿Enserio?
-Así es.
-Supongo, -rio- mi abuelo me ha contado que todos tenemos un doble oculto en algún lugar.
-Wow, -me sorprendí- eso es sorprendente.
-Mi abuelo tiene muchas historias que nos cuenta en la hora de la comida.
-¿Vives cerca? –pregunte.
-No, -me miro- vivo en un pueblo a unas 4 horas de aquí.
-Vaya, no sabía que había pueblos cercanos.
-Tal vez pueda llevarte algún día, te encantará.
-Gracias por la invitación. –sonreí.

Me empezó a platicar que vive con sus dos abuelos y su hermana Samanta, que tiene 12 años y es una niña risueña. Me hablo de su trabajo que tenía en ese lugar al igual que su comida favorita y lo que le gustaba hacer.

-Eres sorprendente Mark, ¿2 trabajos? Vaya...
-Digamos que quiero ayudar a mis abuelos con los gastos.
-Eso es muy gentil de tu parte.
-Gracias Hiroki, -sonrió- ¿y tú que tal?
-¿Qué cosa?
-Como es tú vida, amigos, familia, algún romance. –me miro.
-Pues, mis padres murieron cuando yo era un adolescente, no tengo hermanos, pero tengo dos grandes amigos a los cuales considero como mis hermanos.
-¿Cómo se llaman?
-Shinobu y Misaki, aunque el primero ya tiene un novio muy amoroso y el segundo ya está casado.
-Vaya, ¿y tú?
-¿Yo que?
-¿Tienes a alguien?
-Pues, -me sonroje- sí, yo he empezado una relación con alguien, me enamoré de él.
-¿Es un hombre? –me miro.
-Sí, ¿acaso te...?
-No me molesta en lo absoluto, -comento- o hago distinciones, yo también estoy enamorado de mi ángel.
-¿Ángel?
-Así le digo, -sonrió- mi pequeño ángel, pero sígueme contando.
-Es verdad, -suspire- me siento feliz a su lado, es una gran persona.
-Me imagino, si conquisto un bello corazón como el tuyo, es porque debe estar a tu altura. –me miró fijamente.

Mi mirada se encontró con la de Mark y pude ver una profunda tristeza en ellos, algo dentro de mí se estrujo al verlo de esa manera.

-¿Qué ocurre? –pregunto sin dejar de mirarme.
--Nada solo que...

Sentí como una de sus manos se colocaba en mi mejilla.

-¿Estás seguro?

Sentí como por mis mejillas resbalaban mis lágrimas.

-Lo siento yo...
-No tienes que disculparte, sino yo, no quería hacerte llorar. –me beso mis manos.
-Mark tú no tienes la culpa, solo que soy sentimental. –sonreí.
-Y muy tierno.
-P-Pero que dices. –me sonroje.
-LA verdad.

Seguimos charlando un poco más hasta que mire la hora.

-Disculpa Mark, tengo que irme.
-Entiendo, -sonrió- gracias por toda tu ayuda.
-No es nada, gracias a ti por escucharme.
-Bueno espero volver a verte Mark. –sonreí.
-Lo mismo digo Hiroki, -me tomo la mano- ¿podríamos vernos mañana?
-No puedo, lo siento.
-Oh.
-Pero, -comente rápidamente- podemos vernos el domingo si quieres.
-¿Enserio?
-Eso me encantaría, -sonrió- gracias.
-Entonces hasta el domingo.
-Hasta el domingo. –tomo mi mano y la beso.

Desvié mi mirada, nos pusimos de acuerdo de donde vernos el domingo e intercambiamos números. Cada uno tomo sus caminos, así que fui a la tienda y compre lo que hacía falta de la despensa.

Me siento feliz de haber conocido a Mark, es un gran hombre, me alegro que ahora sea mi amigo, así que tengo a una persona buena a mi lado.

¿Qué más puedo pedir?

Tengo a mis hermanitos, mi amado Nowaki y mi nuevo amigo...

---Shinobu---

En toda el día me quede encerrado en mi habitación, el solo recordar las palabras de Miyagi me da un escalofrío, sonaba con advertencia o amenaza, no lo sé...

No lo entiendo, lo amaba, nos amábamos, ¿en qué momento pensó que el tener dinero me haría feliz?

Yo tengo dinero, tengo una casa, tengo todo, ¿Por qué necesitaría más?

Y aunque lo necesitará, lo que yo quería de él es su amor, no un signo de precio.

Pero, él ha quedado atrás...

Ahora debo enfocarme en mi futuro y seguir adelante, mi presente es Tsumori, alguien que se ha ganado mi corazón con cada acción, con cada palabra, con cada sonrisa, estoy enamorado de él y es algo que no puedo evitar.

Al día siguiente me levante temprano porque quería ir a entregar unos papeles porque próximamente me graduaría, sé que es sábado pero se me ha pasado llevarlos antes y hoy es el último día.

Pasé a la habitación de Hiroki y lo encontré durmiendo, así que solo lo arrope porque tenía la cobija en el piso y baje al comedor tomando las llaves y dejándole una nota.

Salí de mi casa y comencé a caminar a la estación con mi sobre en las manos. Todo el camino fue muy tranquilo, no había muchas personas, no había tránsito, algo que aprecio mucho, odio el ruido de las bocinas de los automóviles.

-Hola Shinobu.
-Misaki, ¿vienes a entregar tus papales?
-Así es. –comento.
-Buenos días Usami-sensei.
-Buenos días joven Takatsuki.

Caminamos a la dirección mientras me comentaban que irían al extranjero a disfrutar mejor de su luna de miel ya que la anterior no pudieron disfrutarla a gusto.

-Les deseo mucha felicidad. –comente.
-Digo lo mismo Shinobu, -dijo mi amigo- espero encuentres la...
-¿Felicidad? –sonreí- ya la he encontrado.
-¿Enserio? –se sorprendió.
-¿Regresaste con Miyagi? –pregunto el sensei.
-No.
-Pero, me enteré que la relación que tenía con Risako termino.
-Eso no significa que volvería con él, o ¿sí?
-Cierto.
-Entonces. –me miro Misaki.
-Pues, soy novio de Tsumori.
-¿Tsumori? No me digas que, ¿el doctor rubio?
-Así es. –me sonroje.
-Nada mal amigo.
-MISAKI... -murmuro Usami con un aura siniestra.
-Etto... -dijo nervioso- te amo Usagi-san.
-En la noche me lo demostraras.
-S-Sí. –trago saliva.

Fuimos a entregar nuestros documentos y salimos a la entrada.

-¿Quieres que te pasemos a dejar?
-Claro. –sonreí.
-Bueno entonces...
-A TI TE ESTABA BUSCANDO. –gruñó la mujer.
-¿R-Risako? –me sorprendí.

Se acercó a mí y me dio una gran bofetada.

-¿QUÉ RAYOS TE PASA? –grito Misaki intentando írsele encima pero Usami lo detuvo.
-ERES UN PROMISCUO, TE METISTE CON MI AMANTE, MALDITO PUTO.

Me sobé la mejilla mientras algunas lágrimas se me escapan.

-MÁS TE VALE QUE TE ALEJES DE MIYAGI SINO ME VAS A CONOCER. –gruñó y se fue.

Misaki me abrazo fuertemente, yo aún seguía impactado por todo lo que ocurría.

"Me has metido en problemas Miyagi..."