CAPITULO 0. Relación.
---Nowaki---
Un día más en mi vida un tanto aburrida, no tengo muchas cosas que describir de mí, soy una persona sencilla la cual he dedicado a cuidar a las personas, me hice médico para ayudar a los que más me necesitan.
Tengo 25 años en los cuales la mitad de mi vida me dedique en estudiar las maravillas de la medicina, queriendo ser mejor para los demás.
Mi vida no es maravillosa ni divertida, yo solo me dedico al trabajo...
Y con el tema del amor, me enamore de alguien hace tiempo pero esa persona me engaño con mi mejor amigo y me decidí apartar, vivir en otro lado, para olvidar su traición, para olvidar el amor que sentía por él...
No me he enamorado de alguien más después de eso, supongo que nadie me ha interesado de tal forma como Azusa.
Aunque ahora estoy "comprometido" con mi mejor amiga Hana.
No es que estemos enamorados el uno del otro, solo que le hago un favor porque sus padres querían casarla con un viejo pervertido, le jure a Hana que sería su cómplice hasta que ella encontrará al amor de su vida.
Aunque a mí también me gustaría enamorarme y ser feliz con la persona que es destinada para mí.
Pero...
¿Quién querría estar con alguien que no tiene tiempo?
Muchas personas dicen que estar con un doctor es no tener felicidad puesto nunca tendrá tiempo, aunque yo repartiría bien mi tiempo.
También tengo culpa de no enamorarme aun si no me esfuerzo en encontrar a alguien quien me haga feliz.
Siendo sincero, me siento un poco solo...
Mis padres están en el extranjero puesto querían vivir una vida tranquila sin algún percance y poder disfrutar de su vejez lejos de los problemas.
Veo a mis amistades los fines de semana, sino es que me sale trabajo ya que la mayor parte del tiempo es así...
Supongo que debo seguir fingiendo fortaleza y seguridad para hacer felices a mis pacientes, quiero que ellos estén bien y que tengan ganas de seguir adelante como siempre...
-Creo que necesito un descanso. –suspire pesadamente.
Miro mi oficina y trato de relajarme puesto mi jornada de trabajo aún no ha acabado, es algo cansado pero me deja una gran satisfacción.
-Doctor Kusama.
-Adelante.
Una enfermera entro a mi oficina con unos expedientes y me los dio.
-Su prometida lo busca en la entrada.
-Dígale que pase por favor. –comente.
-Así será, -hizo una reverencia- con permiso.
La enfermera salió y yo me quede revisando los papeles mientras esperaba a mi amiga.
-Nowaki, -comento Hana al entrar y me abrazo- buenos días.
-Hola Hana-chan, que milagro verte en mi trabajo.
-¿Acaso no puedo visitar a mi prometido?
-Lo siento.
-No pasa nada, -sonrió- ¿Qué tal el trabajo?
-Pues, tengo mucho, -suspire- ¿No irás a Canadá?
-Sí pero será el fin de semana.
-Mándale mis saludos a tus tíos.
-Así será Nowaki.
-¿Lo verás?
-¿Eh? –se sonrojo.
-No te hagas, -reí- hablo de Zebb.
-Eso... -murmuro.
-¿Lo quieres no?
-Sí pero no sé si él...
-Entonces enamóralo, haz de todo para que te haga caso.
-Nowaki baka.
-Hai, hai.
-Pero tal vez lo haga... -murmuro.
-Espero puedas encontrar la felicidad con él.
-¿Acaso ya no me quieres? –hizo un puchero.
-No es eso...
-Parece que te urge que me encuentre a otro hombre.
-No tanto así. –reí.
-Sí como no.
Seguimos conversando un poco hasta que se despidió porque tenía que hacer sus maletas.
-Encontrar el amor ¿eh? Supongo que falta mucho para que lo encuentre...
---Hiroki---
El calor se hizo presente en esa oficina, sus manos recorriendo mi piel ya desnuda, su lengua recorriendo mi cuello, busco su boca con desesperación, queriendo encontrarme con ella y besarlo con amor.
Las cortinas cerradas, la puerta con seguro, las paredes muy gruesas, nadie puede escucharnos, nadie se imagina lo que está pasando en este momento, o tal vez sí...
-Ahhhh. –gemí cuando sus manos acariciaron mi miembro.
-Hiroki, haz de nuevo ese sonido, déjame escucharlo. –tomo mi miembro.
Sus manos comienzan a moverse más rápido mientras nos besamos con pasión cargado de lujuria.
-N-No más, -gemí- n-no a-aquí...
-Mi amor, no hay nada de malo hacerlo en la oficina.
-Ahhh, -trato de suprimir mis gemidos cuando siento un dedo rozar mi entrada- e-espera.
-No puedo esperar, no sabes cuánto te deseo.
Tira todas las cosas de su escritorio y me recuesta sobre el.
-A-Apenas lo hicimos ayer...
-No es suficiente.
Mete mi miembro en su boca y empieza a succionarlo haciendo que mi cuerpo tenga miles de espasmos de placer.
-S-Shinoda, ahhhhh.
-Hiroki, te amo.
-Y-Yo también. –jadee.
Hundo mis dedos en su rubio cabello mientras él sigue lamiendo y chupando mi miembro con lujuria, siento que de un momento a otro pueda estallar de placer.
Otro de sus dedos entra en mí.
S-Shinoda, n-no más.
-No puedo detenerme.
-Ahhh, -gemí- a-ahí.
-¿Te gusta cuando lo hago con mis dedos? –me dedica una mirada llena de deseo.
-Ahhh, -jadee cuando metió el tercero simulando embestidas- S-Shinoda, me vengo.
-Hazlo.
Me corrí en su boca y el trago todo mi semen haciéndome sonrojar.
-Creo que no te basta con mis dedos ¿cierto?
Roso con su miembro mi entrada, jalo mis caderas acercándome más en él, yo lo tome de los hombros para poder equilibrarme.
-¿Lo quieres? –pregunto.
-Ahhh sí Shinoda, l-lo quiero. –lo mire.
-Buen chico.
Entro en mí de una embestida y yo sujete sus hombros con fuerza mientras mordía su cuello para suprimir el dolor.
-Tranquilo Hiroki, quiero que te relajes un poco.
-E-Eso intento. –murmure.
-Mi amor, -me beso con amor- tranquilo, lo haré con calma, solo relájate.
Asentí cuando me sentí preparado, sus embestidas tenían un ritmo lento pero certero, el dolor y placer no se comparan con nada, solo quiero dejarme llevar por el deseo y lujuria que tengo.
-Te amo. –murmuro en mi oído.
Tomo mi miembro y comenzó a masturbarme al mismo tiempo que me embestía con un poco más de fuerza. Lentamente lamía mis pezones.
-S-Shinoda, -murmure- c-cambiemos de....
-¿Posición? –sonrió.
-Sí...
-Entiendo.
Salió de mi interior y le levanto del mueble colocándome en cuatro mientras me recargaba mis brazos en la pared.
-Eso es...
Entro en mí sin avisar y gemí fuertemente.
-S-Shinoda, a-ahí.
-Parece que lo he encontrado. –beso mi cuello.
Tomo mis caderas y me embistió con fuerza, los sonidos eran lascivos, nuestros cuerpos chocando, tan bueno y placentero.
-N-No puedo más...
-Aguanta un poco.
-Shinoda...
Me corrí en sus manos y luego de unos momentos sentí un líquido caliente llenarme por completo.
-Te amo. –lo besé.
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Luego de unos minutos nos cambiamos y nos arreglamos, limpie un poco el lugar y me acomode la corbata.
-Gracias por hacer realidad mi fantasía. –me beso.
-Será la última vez, no sé cómo me deje llevar. –suspire.
-Me amas, esa es la respuesta.
-No abuses. –sonreí.
-Ahora dame mi beso de los buenos días...
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Mi nombre es Kamijou Hiroki, tengo 22 años y dentro de unos días cumpliré 4 años de relación con Shinoda.
Es un hombre sensacional, nunca pensé conocer a un hombre como é, tan bueno, tan cariñoso y protector.
Aunque llevamos 4 años hace uno exactamente me entregue a él en cuerpo porque en alma lo hice desde que supe que era amor lo nuestro.
Shinoda es el dueño de bienes y raíces, una gran compañía, yo soy un inversionista mayoritario y soy como su secretario personal.
-Hiroki, -me abrazo de la cintura- quiero decirte algo.
-¿Qué ocurre? –lo mire.
-El domingo iremos a escalar.
-¿Eh? –lo miré.
-YA rente el equipo y la compre la camioneta que utilizaremos así que no hay pretexto.
-Hai, -suspire- ya me hace falta salir a respirar aire fresco.
Es verdad, a los dos nos gusta los exteriores, ir a caminar a los bosques, escalar montañas, de todo un poco, aunque no soy tan extremista como él.
-¿A dónde iremos? –lo mire.
-Ya lo verás. –me beso- Te tengo una sorpresa.
Soy feliz a su lado ¿Qué más puedo pedir...?
Sin saber que el destino les tenía un giro inesperado en su vida...
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