Capítulo 30
Agente Walker.
Con el último documento de la muerte de David Gales en mis manos, daría por terminado el caso, antes de firmarlo lo observo con detenimiento. Todo había salido tan recto que llegaba a sospechar de los resultados. Las declaraciones parecían guiones y concordaba al detalle con los relatos.
No es que dude de mi investigación o quiera culpar a Dewand, todo hacía pensar que fue usado de alguna manera. Sin embargo, existían pequeños detalles que me llevaban a creer, que existieron más personas implicadas en esta historia.
Augusto y Doris, los dueños de ese almacén de mascotas señalaron a Rogers O'Higgins como el hombre que veían llegar al edificio, los empleados de la pizzería, los de la boutique, etc. Eran como si se hubieran puesto de acuerdo en detalles, veía la mano oscura de alguien allí y el rostro de Giacomo sobresalía en todo esto.
Suelto el aire y tomo los documentos, los firmo, recojo e ingreso a la carpeta, una vez todo está en orden me levanto con ella en mano. No estoy acostumbrado a dejar las cosas a medias, amo saber que llegué al final de todo, sin importar culpables. Solo que esta esta vez es distinto, Barrymore me presiona por entregar este informe y el fiscal tiene el caso casi que en su totalidad.
Sin más que hacer y pensando que todo oficial tiene a lo largo de su vida un caso que lo marca, sea por los buenos resultados obtenidos, por la violencia, o simplemente no logró llegar al final del rompecabezas (esto último es mi caso). Decido dejar todo tal cual está en el informe, lo que encontré en la investigación, porque no hay posibilidad de llevar a juicio a Giacomo y a su familia.
Ingreso por los pasillos del Buró y la luz en una de las oficinas me hace detener, al ver que el chico no se ha ido.
—¿Aun aquí? —le pregunto a Marcus quien recoge las cosas y las ingresa en una caja, alza la mirada hacia mí y sonríe. —¿No se supone que debes estar en tu oficina el lunes?
—Sí, pero quise quedarme hasta ver el caso terminado—habla incomodo —necesitaba saber que mi familia no corre peligro.
—Marcus—digo y alza las manos para detenerme. —no tienes que sentirte mal por no pertenecer a este lugar, de echo es bueno que te afecte.
—He tenido pesadillas Chuck, llego a casa y ellas están heridas... Por eso quise averiguar...
—Se acabó —le digo alzando el documento —con todo lo que está aquí, es imposible que ese hombre salga en libertad.
—He tenido mucho tiempo en averiguar —empieza a decir y sonrío.
—A mí tampoco me gusta como se ve esto ¡Tan perfecto! Pero es lo que hay —suelto y Marcus asiente —¿Un último trago?
Sonríe tomando las ultimas cosas y dejándola en la caja, la toma en sus manos saliendo juntos del lugar. Le indico esperarme para entregar el informe y me dice que me espera a la salida, entro a la oficina del hombre que espera ese documento y alza la vista.
—Listo —le digo y entrando a la oficina en donde me espera detrás del escritorio del jefe y le alargo el documento—no tenía que venir personalmente.
—Lo de Cyrus ha creado cierta molestia —responde Barrymore —no necesitamos más escándalos, tengo mucha presión Chuck.
Lo imaginaba, a mí también me han presionado. Más de un mes con un caso que todos sabían quién era el culpable, pero mi trabajo era no dejar duda. De ninguna manera permitiría que Roy y su hermana salieran libres o los demás.
—¿Algo sobre el asesino de Cyrus? —pregunto y mi jefe toma el documento en sus manos y observa la antigua oficina de Lawrence.
—No y creo no se encontrará nada —murmura—será mejor dejes todo esto asi.
—No he dicho nada —me apresuro a decir y sonríe.
—Te conozco Walker, quizás no lo harás oficial, pero seguirás por tu cuenta ¿Crees que es al azar el cariño que le tenía a la hija de ese hombre? —murmura. —jamás tuvo casos de niños, los rechazaba, porque sabía que no podría controlarse.
—Sé que Lawrence era culpable —digo retrocediendo a la salida —solo que hay cosas que han quedado en el aire, los tres muertos, el robo a ese cartel, la muerte de esa latina, Los Menichini.
—No me interesa como llegaron esos muertos, quien mató o robó. Todo está aclarado, se mataron entre ellos. —me mira enojado y sale detrás del escritorio y se planta frente a mí— Alfa está cantando lo que hizo Roy y si escucharas el relato, lo quisieras preso, tanto como yo, caso cerrado, no tendré a los buitres rondándome o pidiendo mi cabeza ¿Te quedo claro?
Guardo silencio, no es que desee a Dewand preso, todo lo contrario, mi deseo es dejar su nombre limpio y que no existan dudas. En toda esta historia hay demasiadas nubes grises, que como oficial me daría vergüenza estar implicado en algo ilegal.
Sin embargo y pese a mi inconformismo, solo digo.
—Muy claro —respondo dando media vuelta— me pidas que no haga mi trabajo, encontrar la verdad es nuestra naturaleza. No deberían quedar tantos cabos sueltos y si sigo con la investigación, es solo por la satisfacción que llegué al porqué de todo.
No me responde, sale delante de mí y avanza por los pasillos contrario a mi camino, a unos metros un hombre recibe el documento, lo lee de forma fugaz y sonríen. Jamás lo he visto a o por lo menos es lo que creo, pues está a contra luz y me es difícil distinguirle. De lo poco que veo puedo decir que es alto y mayor. Se da cuenta que lo observo al girar en mi dirección y un destello de luz lo alumbra, descubro que es alguien que ya he visto o me es conocido. Sonríe alzando el documento en el aire antes de dar media vuelta.
Me quedo allí viéndolos alejarse hasta que sacudo la cabeza y doy media vuelta, para ir a la despedida de Marcus, se supone que debo llevarlo en secreto y me he demorado.
Una hora después...
La gran mayoría éramos padres de familia, por lo que el sitio escogido para la despedida fue un restaurante francés, la comida preferida de Marcus, sus abuelos eran de esas tierras. Todo transcurría con tranquilidad, Carlos, Marcus y Halk (mi cuñado), y cinco compañeros más quisimos tener un detalle para levantarle el ánimo, pues sabíamos todo lo que el caso le había afectado.
—¿Entregaste ese informe? —me pregunta Carlos y resoplo. —¿Quedó todo resuelto?
—Me gustaría decir que es así —confieso y mis compañeros dejan los cubiertos a un lado—Tengo innumerables dudas.
Creo que era normal, en un caso tan renombrado se quería que el culpable pagara y que el fiscal pudiera crear un caso sólido. No solo tenía el caso de David o la explosión de la vieja fábrica de jabón, también una investigación en contra de esa iglesia por más de cinco años que de ninguna manera quería arruinar.
—Yo solo tengo algo que encontré, nos pidieron no profundizar, pero me fue imposible —habla Marcus está sentado frente a mí —imagínense que un día van por la calle y ven a alguien parecido a ustedes un 70% o alguien les dice "Tienes un gemelo". —dice moviendo sus cubiertos en el aire —más allá del hecho que han deseado una nueva vida y ese descubrimiento les ayuda y mucho ¿Qué es lo primero que harían? —nos pregunta.
Nos quedamos observando unos a otro y la respuesta es obvia.
—Saber por qué me parezco tanto —responde Richard, uno de nuestros compañeros —creo que sería lo más lógico.
—Exactamente —refuta Marcus y se acomoda los lentes, busca los cubiertos y los aleja uno de otro ante nuestros ojos. —Se ensañaron demasiado con Dewand, para querer su vida ¿Qué pasa si todo el daño causado tiene otros motivos?
—¿Cómo cuáles? —pregunta otro compañero.
En ese punto la conversación es interesante, y definitivamente ocho mentes piensan más que una. El caso está cerrado, un juez se encargará de juzgar a Roy, a su hermana y los demás, y un fiscal tendrá que buscar una condena ejemplar. Sin embargo, yo necesito saber la verdad por el simple placer de conocerla.
—Descubren que son hermanos o familia, que el hombre lleva el apellido de su verdadero padre, el mismo que lo rechazó —sonríe al ver nuestros rostros sorprendidos y prosigue —no quise irme sin resolver esa duda Chuck y verás... —inclina su cuerpo hacia delante lo siguiente lo dice en vos baja. —Rogers y Brianna, no son hijos de Rudolf O'Higgins, el dueño de la fábrica de jabón. La señora Débora Franklin Dixon (Su madre), estuvo en una relación por más de seis años con un hombre dueño de los mejores bares de la zona de Arizona. Producto de ella nacieron sus dos hijos, Rogers y Brianna, sin embargo —dice alzando su dedo índice de la mano derecha y apuntando a cada uno —esto es lo más interesante, jamás los registró, el hombre tenía un rancho ganadero bastante grande en Utah, el mejor de la zona, cerca de territorio indígena.
—No puede ser —exclamó al ver hacia dónde va la conversación.
El padre de Dewand era dueño de un bar, inicialmente se dijo que, de mala muerte, pero la falla en las investigaciones era normal. La gran mayoría se regía por comentarios de personas que vivieron en aquella época y a muchos mentir a la policía les era divertido.
—Kendal Dewand es su padre —habla Hank por primera vez —la madre de Shark fue raptada en plena boda por Kendal —nos recuerda —escuché en las noticias que fue una pelea sangrienta entre tres familias, los padres de la novia, los del novio y Kendal.
—¿El Rancho del nativo era el de su padre? —se atreve a preguntar uno de los compañeros.
—No tan así, cuando lograron recuperar a la chica, ya había sido abusada por Kendal. Estaba embarazada, por lo que su familia exigió justicia —habla Marcus a quien la historia parece emocionarle.
Kendal se casó con ella, pero jamás vivieron juntos, producto de esa violación, nació Shark, a quien registró como su único hijo y le entregó sus tierras, ganados y todo lo que había en ese rancho, como pago a su ofensa. Asi que las tierras de los Benally se cuadruplicaron y es por ello que se convirtieron las mejores y más grandes de la zona. Kendal siempre quiso acercarse al chico, en los primeros años su familia nativa lo prohibió y al tener mayoría de edad fue el quien quiso mantener al margen a su padre y devolvió lo entregado por la ofensa.
—¿Qué hay de su madre?
—No me jodas —habla Halk algo perturbado —¿Y sus otros hijos?
—Se dice que la señora murió cuando Shark tenía 17 años. No pudo superar esa agresión y menos el rechazo de su prometido… murió de tristeza…
Marcus saca de su chaqueta varios papeles que abre y nos los entrega. Leo atentamente lo que me acaba de entregar y dado que solo son cuatro, nos toca leer en grupo de a dos. Era entre otras cosas, la fotografía de la casa de infancia de Brianna y Rogers, antes de su madre casarse con Rudolf O'Higgins. Kendal, tenía a la madre de su hijo mayor viviendo en una cloaca, una casa en madera y en medio de un basural. Jamás le dio el apellido o los visitó, no hizo pie por acercarse a ellos, como sí ocurrió muchas veces con Shark. Así que, mientras el último de sus hijos heredó toda su tierra, sus hijos mayores vivieron en la miseria por muchos años.
Los O'Higgins no sabían de la existencia de ese hermano, muy seguramente su madre lo ocultó. Lo que quizás sí sabían era que su padre tenía tierras en esa zona, no es casualidad que escogieran esos lugares para sus atrocidades. Era su manera de desquitarse con el hombre que los rechazó y pensarían que en esas tierras estaban algún familiar de Kendal. Descubrir a Shark Dewand y su parecido con Roy, saberle su hermano y ver que vivió en medio de lujos mientras ellos en la miseria, los hizo querer dañarlo.
Por qué los O'Higgins consiguieron dinero y fama fue con esa iglesia, antes de eso y pese a sus robos vivían en la escasez y Shark Dewand la heredó de su madre. Marcus tiene razón, Roy tuvo muchos motivos que hacerse pasar por un desconocido, se trataba de dañar de alguna manera a su padre.
—¿Qué se sabe de Kendal Dewand? —pregunta Halk.
—Hoy día vive al norte del país, alejado del mundo y con un rancho mucho más grande que el entregado a su hijo. —responde Carlos y alzó una ceja —también tuve curiosidad y ha patrocinado la candidatura de cinco senadores. Es bastante, respetado en esa zona y los alrededores.
—Eso explica la presión que tienen por concluir ese caso y que Dewand no sea visto como culpable —habla Marcus y recuerdo las palabras de Barrymore.
"Tengo cinco personajes en espera que esto concluya".
—Quiere el perdón de su hijo al precio que sea, violó a su madre y el único hijo normal es dañado por las otras dos escorias. El sentimiento de culpa debe ser grande el de ese hombre. —murmura otro compañero —yo sí creo en su inocencia, piénsenlo. Es un miembro respetado de su comunidad, fiel amigo del presidente de su territorio, ciudadano modelo, orgulloso de su raza ¿Dañaría toda su hoja de vida por algo así?
—Es difícil de creer, Si —habla Hank —como quiera, esto ya se acabó ¿Verdad?
—Por fortuna, no aguantaba ya el estrés —respondo y ríen divertidos. La comida sigue en completa calma sin nombrar más lo sucedido en estos días.
(...)
—¿Te llevo a casa? —le pregunto a Marcus quien está esperando un taxi.
—¿No te desvío del camino? —niego, tampoco tenía nada que hacer.
Ese fin de semana les tocaba a las niñas con su madre y yo estaría solo en casa, le abro la puerta del auto y entra.
El viaje transcurre en silencio al verlo, me doy cuenta que su actitud es distinta, luce más relajado y tranquilo. Me alegra ver que su comportamiento volvió a ser el de antes, pero lamento que se vaya, es un buen agente.
—¿Seguro quieres irte? —pregunto en la puerta de su casa y gira hacia mí —hace unas horas me demostraste que eres realmente bueno, sería una lástima tu partida.
Se queda viendo la casa de su familia y su rostro se oscurece, a todos nos costara seguir una vida normal luego de esta investigación. Nos llevamos la satisfacción de haber desmantelado esta farsa.
—No es mi lugar Shark, me afecta demasiado todo esto —dice y mira de nuevo a su casa —me fue imposible ver a Dewand como un sospechoso todo el tiempo, aun cuando tenía todo en contra.
—Me pasó igual —confieso —ese audio nos afectó a todos.
Saca algo de su chaqueta y me lo pasa, es lo que parece una foto, la observo detenidamente encontrándome con el rostro del hombre que hablaba con Barrymore.
—Kendal Dewand —murmura —Roy en la estación le mencionó que era hijo del hombre más temido de la zona este. El cuñado de Dewand nos dijo que los unió ser rechazado por sus padres, pero no era el caso de los O’Higgins. Estaba también el parecido con Dewand, eso me hizo pensar un poco y querer averiguar más sobre Kendal.
—¿Fue delincuente? —pregunto y Marcus sonríe.
—No es un buen ser humano, lo que hizo con Débora y sus hijos, con la madre de Shark dan cuenta de ello. —responde —pero tiene influencias y es el único de dueño de los clubes Starks.
Miro la foto del hombre de cabello blanco y ojos azules como los de Shark, con la misma mirada de su hijo, ruda y fría. Los clubes Starks, estaban en más de diez estados, acudían a ellos sólo la élite de la nación. Nadie sabía con exactitud quienes iban, los dueños del club eran herméticos en eso y protegían a sus socios, tampoco que sucedía dentro de ese lugar, aunque si cumplían con todos los registros de ley (supuestamente).
—¿Por qué crees que tenga interés en proteger a un hijo que nunca lo ha querido y rechaza al que siempre ha estado detrás suyo? —me pregunta y miro la fotografía del hombre.
—¿Le gustaba la mujer? —suelto sin más.
—¿Es lo que crees?
Lo creo posible, tan es así que le dio el Rancho a la mujer y a su hijo, si era el hombre que todos dicen, jamás lo hubiera compensado tal cual hizo con Débora Franklin. Que siguiera protegiendo a su hijo y ayudándole, llegaba a confirmarlo. Lo más probable es que la mujer no le quisiera y lo odiara más, después de lo que hizo.
Que su madre muriera por depresión es un motivo de sobra grande para que Shark odiara aún más al hombre que lo engendró.
—Gracias por todo Chuck — dice extendiendo la mano hacia mí —eres un gran jefe, pero no es mi lugar.
—Lo sé, saludos —baja del auto y sueno la bocina, en segundos escucho los gritos de sus hijas "llegó papá” y a él abrir los brazos para abrazarlas.
Enciendo el auto y me dirijo a casa, en una última intercepción me desvío. Tengo aún la duda en mi interior, por lo que decido pasar por esa iglesia. Con el pensamiento de Shark y su familia, me preguntaba si llegó a saber que eran hermanos y los motivos reales para dañarle.
Veinte minutos después estoy frente al lugar, las puertas están cerradas y tiene un letrero que no alcanzo a leer, me bajo para investigar. Ofrecen disculpas por lo sucedido y les aclaran a los fieles que en algunos días se enviara a cada casa, los planes a futuro sobre los templos.
Una pareja llama mi atención, van tomados de la mano con una mujer de cabello largo negro y quien luce ajena a todo alrededor. Era Ezra con su esposa y la chica que llevaba de la mano me era familiar. En un inicio parecen no notar que avanzo hacia ellos, es el ministro quien se da cuenta y me intercepta antes de que llegue del todo a ellos.
—Déjenos tranquilos — dice —todo está cerrado...
—Es su hija —le digo ignorando su ruego —ella es la esposa de David, la que se dice estaba con él desde que era menor de edad.
Aquella cuyo rumor decia que esperó que tuviera la mayoría de edad para casarse. La que llevaba con él a todos lados desde que era una niña de doce o diez años y a juzgar por como la tratan la pareja, era hija de ambos.
—Olvide todo esto... Déjenos tranquilos—me dice y su voz se quiebra —¡Por favor!
—Solo respóndame—insisto.
—Es mi hija, aprovecharon mi ausencia para quitársela a Selma ¿Ha visto lo hermosa que es? —pregunta y asiento sin dejar de ver el rostro de la mujer —dijo que Dios le dijo que tenía que ser su esposa.
Una patraña tras otra, definitivamente el hombre no tuvo limites, nadie se los puso.
—¿Dónde estaba usted y porque lo aceptó? ¿Qué hacía trabajando para ese hombre? —hago todas las preguntas confundido.
Antes de responder mira en dirección a su hija y esposa quienes nos miran de lejos. Se acerca a nosotros y mi respiración se detiene al ver de cerca el rostro de la mujer. Su piel parece hecha de porcelana, sus ojos azules, cabello largo negro, y labios rojos. No llevaba maquillaje, no lo necesitaba, su belleza era natural. Ella no parecía estar realmente con nosotros, éramos transparentes.
— Trabaja por fuera del país, Arabia Saudita estuve allí por cinco años. Cuando regresé me encontré con esta noticia, ningún juez quiso llevar mi caso —se queja
—Entraste por ella —le aseguro y el me mira impasible—tu ayudaste a Dewand, fue él quien mató a esos hombres —sigo diciendo.
Sonríe mirando en dirección a su hija y niega, le dice algo y ella alza el rostro hacia su padre y sonríe. Este se acerca y besa sus mejillas, que se tornan rojas en cuestión de segundos.
—Hay dos maneras de destruir a las personas como Roy y David, es siendo igual a ellos, pensando como ellos — dice y sonríe —¿Qué importa quién los mató o cuantos ayudamos a que eso sucediera? Lo que debe importarle es que no dañaran a nadie más.
—¿Qué sucedió ese día exactamente?
Guarda silencio y mira el templo a nuestro lado, por un momento parece que no fuera a decir nada, hasta que su mirada se cruza con la mia y decide responder.
—Lo que todos saben agentes—creo que no pude evitar el sentimiento de decepción, porque realmente pensé que me diría algo distinto— Brianna Gales y Montserrat O'Higgins mataron a David por venganza, el señor Roy explotó el edificio con sus cómplices dentro, para deshacerse del único hombre que podía decir la verdad.
En medio del jardín un lugar en donde quizás muchas veces David pasó o se detuvo a pensar que bestialidad haría, Ezra me observa con rostro. En realidad, llegué a creer en que creía fielmente en todas esas patrañas de la iglesia.
—¿Qué le sucedió? —preguntó señalando a la mujer y su madre es la que responde.
—Síndrome de Asperger, no llegó a tener tratamiento, jamás nos dejaron.
—Aseguró que Dios la iba a curarla se negó a darle tratamiento, empeoró estando a su lado. Para él, Bella era simplemente su muñeca erótica ¿Entiende?
Guardo silencio porque hasta yo quisiera matarlo, Selma se lleva a la chica a la mansión y yo me quedo con su padre. Me indica seguirle, y entró a la casa, cruzo la zona de servicio y voy directo a la iglesia. Allí se queda en pie y veo con sorpresa que está totalmente vacía.
—Será vendida, está y todas las demás —me dice —los dineros de las cuentas serán distribuidos en partes iguales en los fieles, activos o no.
—¿Qué pasará con usted, su esposa y su hija? —gira hacia mí y sonríe en medio del palco.
—Estamos al fin juntos, lo demás no tiene importancia —dice volviendo la mirada al salón vacío —supe que eran hermanos, nadie se parece tanto. Me acerqué a él y a su familia, así me di cuenta que no era igual a Roy. —tiene la mirada perdida, no obstante, su rostro está relajado. —fue Roy quién sacó a Bella de la casa, con el pretexto de llevarla al médico, pero le mintió a Selma. Al venir acá lo supe, solo podría vencerlos averiguando todo sobre él y esperé el momento.
—Shark se lo dio —concluyó y sonríe dándome el frente. —¿Qué hacían esos tres en ese edificio?
—¿Por qué cree que es culpable? Insiste en dañarlo ¿No cree que ya ha pasado por muchas cosas...
—Solo quiero saber, que sucedió —digo acercándome a él.
—Pudo averiguarlo en el cuerpo de David el corte del cuello era perfecto, fue realizado por alguien de la rama de la medicina —sonríe divertido —también que el miembro de Ossian fue mutilado y dentro del organismo de David estaba rastro de él y del suyo—sigue diciendo mirándome —¿Por qué no decir que dentro de los videos recuperados están dos o tres que muestras a tres europeos en esa casa? Usted solo ve a Shark culpable nunca fue objetivo, no con Shark. En el fondo es igual a todos los que lo llevaron a prisión, lo juzga sin saber quién es.
No es así, soy consciente que el hombre fue una víctima la mayor parte del tiempo, pero también es una máquina de odio y muy astuto. Tuve la oportunidad de ver su comportamiento en el video en que su hermano pierde el control, muy a pesar de todo lo que le dijo, el hombre jamás se dejó provocar y llevó a Roy a un lugar en donde lo hizo confesar. Ni el mejor de mis hombres, hubiera logrado algo parecido.
—Nicoletta —murmuro y sonríe.
Giacomo si tenía que ver después de todo, quizás tuviera negocio con Kendal o se unió a él, al saber quién era el verdadero padre de Roy.
—Dewand dijo la verdad, el no mato a David o a los demás... ellos mismo labraron su muerte a dañar a tantos a su paso. Lo demás era cuestión de tiempo, paciencia e inteligencia —me pregunta sin dejar de reír — no tiene pruebas en contra de Shark aun así sigue buscando la manera que sea culpable... Brianna confesó, un video lo confirma. Giacomo Menichini se lo advirtió no debió meterse con ellos y Kendal Dewand también se lo dijo.
El cariño que le tiene a ese hombre es grande, me pregunto mientras lo veo cruzarse de brazos, si Shark es merecedor de ese sentimiento o al igual que su hermano es un manipulador. En el video de la estación se ve a un hombre astuto, con un autocontrol digno de envidia y llevó a Roy a confesar fácilmente.
—¿Qué estudios tiene Giacomo Menichini? — pregunto.
—Médico forense es la única carrera que llegó a ejercer, abogado, una tercera odontología forense...
—¿Lo conoció? —niega e insisto —¿a Kendal?
—A él sí, llegó aquí una noche antes de Brianna entregarse.... Fue muy convincente.
—Es su hija también ¿Por qué no ayudarla? — lo observo verme en silencio.
—Hasta donde sé, Kendal encontró a su novia con otro hombre, Débora Franklin era su prometida, vivía como reina y le fue infiel. Meses después dice que está embarazada, como era de esperarse dudo de ese niño y no la registró la tiró a la calle —se encoje de hombros y se acerca a mi —Brianna no sabe quién es su padre, pues su familia también la rechazo y ella tuvo que prostituirse para poder alimentar a su hijo, con la mala suerte que sale embarazada, tiempo después conoce al Señor Rudolf y se casa con él y les da el apellido a los dos adolescentes.
—Aun así, Rogers era su hijo —insisto —¿Por qué negarlo?
—A esa pregunta no le tengo respuesta, solo le puedo decir que Kendal se siente orgulloso de Shark. —dice y sonríe —si fuera mi hijo también lo estaría, es un gran hombre.
—Que pudo matar y quizás torturar a tres personas —le recuerdo.
—Ellos no eran humano agente, peor que animales. —su mano va al atril y lo lanza a un lado —ellos sacaron lo peor de él, Kendal se lo dijo esa noche. Hicieron de él un hombre oscuro, sin sentimientos y con sed de venganza, lo dañaron ¿Qué estaría dispuesto a hacer por sus hijos? —responde —yo mataría por mi hija, Selma igual, cualquiera lo haría. —guardo silencio un instante antes de preguntar lo siguiente.
—¿Qué hacían esos hombres en esa fábrica? ¿Dónde estuvieron estos años en que se les daba por muerto?
—En este punto no tengo idea, han dicho tantas veces que David era el elegido que en algún punto tuve que detenerme, porque llegué a creerlo. —salimos en silencio y recuerdo lo que dicen. —solo sé que Dewand es inocente.
Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad, no solo en quien mató a esos tres, también sobre esa religión, pues hasta el día de hoy había quien se creía la historia que era en realidad un enviado de Dios.
—De todas maneras, Roy era culpable, de lo sucedido a la familia de Shark o a Bella y muchas más. —dice como si quisiera calmarme. —una acusación más o una menos, daba igual, particularmente me gustaría verlo muerto y su cadáver lleno de gusanos.
—En la cárcel no está seguro... todo lo contrario —le digo y sonríe —pienso que se entregó creyendo que podía salir de prisión.
—Él llegó a creerse que era todopoderoso al igual que David —me acompaña en la puerta y se detiene en ella. —No piense en preguntas que no tienen respuesta, el mundo a vívido por siglos con cientos de ellas —es mi turno de reír, él tiene quizás razón.
—Me basta con saber que no dañaran a nadie más ...
Hola bellezas, me han prestado un PC, solo para terminar esta historia.
Agradecida con David, por ese gesto de confianza, prestarme a su bebé.
Besos.
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