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Capítulo 16

Una vez solo el nombre de la chica retumba en mi cabeza, estoy seguro que he escuchado de ella, busco dentro de los documentos una y otra vez, pero sin resultados. En esas me encuentra Marcus y Carlos, que me miran con rostro preocupado.

—Este caso te va a volver loco —dice Carlos —¿Te ayudamos? —los ignoro y sigo en silencio buscando dentro de los documentos de Dewand.

—Si nos dices que buscas, podremos ayudarte —alzo la vista a Marcus y lo veo acomodarse los lentes.

Mi mente intenta recordar donde escuché ese nombre o donde lo leí, suelto el aire frustrado al no poder lograrlo, por lo que decido pedir ayuda.

—Montserrat algo —le digo y ambos asienten—era la novia de la hija de David, esta le hizo una canción y su familia la descubrió... sé que la vi aquí.

—Era la empleada de Shark Dewand —Carlos habla y avanza hacia mí —hasta donde sé el hombre le pago los estudios de medicina.

—Eso es —sonrío recordando donde vi su nombre y Marcus enciende su laptop, mientras que Carlos se instala a mi lado.

En búsqueda de la mujer descrita por el ministro, descubrimos que su nombre completo es Montserrat Mejía Mier, fue nombrada la médica residente en el hospital materno infantil, que cubría a personas de extractos bajos en un barrio netamente latino. Trabajó en efecto, con Shark Dewand y fue el quien le pagó sus estudios. Una llamada Sinclair me dijo que fue ella quien le proporcionó todo a su amigo. La señora Dewand lo confirmó, ella misma recibió varios documentos en algunas ocasiones.

—Tenemos a la persona que hizo posible que Shark supiera tanto sobre esa religión, la novia de la hija de David. —le digo a mis compañeros y asienten.

La señora Dewand la describía como una chica que llegó con un gato herido y solicitó ayuda, pero aceptaba no tener dinero para cubrir los gastos. Por lo que se ofreció a trabajar medio tiempo, al veterinario le gusto la actitud de la chica y al saber que buscaba trabajo, la contrató. El silencio de Marcus, nos hizo mirarlo con curiosidad, pero él seguía ajeno a nuestras miradas de molestia.

—Tienen que leer esto, yo no sé cómo decirlo sin que afecte —ambos corremos detrás del chico y nos señala la pantalla.

Leo el texto rápidamente, los tres tenemos la vista fina y leemos sin poder creer lo que tengo ante mí, Montserrat O'Higgins Mejía, casada desde hace cinco meses con Rogers O'Higgins. Miembro activo de la iglesia principal en Nuevo México, no registra antecedentes penales, multas de tránsito, nada absolutamente nada, es una ciudadana modelo. Roy O'Higgins hace más de un año, solicitó una póliza de vida millonaria a nombre de David Gales y cuya única beneficiaria Montserrat, su esposa.

—Cuando ella se acercó a Dewand, ya debía tener algo con este hombre —concluye Carlos y alza su cuerpo del todo.

—¿Puedes buscar copia de ese registro de violación? —pregunto y Marcus me observa —si fue a un hospital, algún rastro debió dejar, su familia no creyó en ella y quiero saber el por qué.

Dejo a Carlos y a Marcus detrás del PC, vuelvo a llamar a Klain preguntando si sabe algo de ese acto. Encontrándome que no solo sabe, sino que yo tengo copia de su entrada al hospital. Asegura que fue en una clínica en donde no laboraba, pero solía cubrir a un compañero, que solía ir a una reunión de alcohólicos anónimos viernes y sábado.

—No encontraras registro oficial, porque el medico que la trató era de esa iglesia. —me aclara y ya en ese instante tengo el reporte en mis manos —jamás la vi, pero la mujer que describen en esa acta es difícil que fuera a trabajar al día siguiente y ella lo hizo.

—¿Se lo dijiste a Shark? —pregunto y el cirujano guarda silencio.

—Solo años después y cuando ese mismo doctor fue acusado de falsificar un documento parecido. —responde —solo que ya ella no laboraba allí, solía llegar a ratos los fines de semana y ella fue la persona que le ayudó a hablar con Paola. Gracias a ambas, Shark logró descubrir todo lo que O'Higgins hacía en su nombre, yo solo le mostré pequeños detalles...

—Entiendo hermano. Aun así, ella mintió en eso ¿En cuánto más mintió?

—Tu eres el experto, descúbrelo —cuelga y miro a mis compañeros que están revisando el acta de registro de la chica.

—¿Cuántos días estuvo internada?

—Ninguno —respondo y me miran sin entender.

—Fue un fin de semana y regreso a trabajar sin problemas, no dijo nada inicialmente y solo no se sentaba. —guardo silencio, porque la idea de poner en duda un acto asi no me gusta — lo contó días después y cuando le dijo a Dewand no solo lo que ocurrió con ella, también que Roy se hacía pasar por él.

La existencia de ese diario fue porque Paola Gales, fue castigada y lo encontró dentro de un cuarto de cosas viejas. Poco creíble, un libro de esa magnitud no sería dejado abandonado en algún lugar que cualquiera lo vería.

—Creo que todo esto se hizo para que Dewand matara a David —miramos a Marcus quien tiene la vista fija en el registro médico y en la foto de la chica en el computador —piénsenlo, matan dos pájaros de un solo tiro, se deshacen de David y de Dewand.

—Y la póliza cubre muerte violenta —señalo la pantalla y ambos asiente.

Negocio redondo, la muerte de El Iluminado lo dejaría a él detrás de la iglesia, con el dinero de la póliza, y lo más importante, el único culpable sería Shark Dewand, el hombre que por años ha suplantado.

—Necesito que mañana busquen dentro de los registros hospitalarios, a todas las personas que no han sido identificadas aun del accidente. —pido —esto debe quedar entre los tres

—Entendido —responde al tiempo y tengo que ser justos con ellos.

—Se pueden meter en problemas al ocultar esto... —sonríen y alzan las manos despidiéndose, ellos se han llevado toda la documentación de la oficina y trabajaran en el buró desde mañana.

Una vez solo, me quedo observando el letrero realizado. Solo he dejado la foto de Roy y la de su hermana como sospechoso. Tomo mi chaqueta y salgo rumbo a ese hospital.

(...)

Una vez entro me dicen que en ese instante la mujer no estaba, pero que su turno empezaba en unas horas. Le marco a Klain y le comento en la misión en la que estoy, excusándose por qué llegaría con una hora de retraso. Regreso al auto y me dispongo a esperar a la mujer.

Llamo a mis padres y me dicen que mis hijos están bien, me reprenden porque no es normal que llame cada media hora y pida hablar con ellos. "—Los estás asfixiando Chuck, déjalos ser niños —". Desconoce todo lo que he visto en este caso o en mi trabajo, del que tengo por costumbre no hablar en casa. Me ha marcado de una manera, que no volveré a ser el mismo, mi temor estará cada que vea a un ministro, pastor o sacerdote, lo sé.

Guardo el móvil en mi ropa cuando veo a un BMW blanco que pasa por delante de mí, en la hilera del frente. Veo al chófer del vehículo es Roy O'Higgins, y la mujer que lo acompaña es su flamante esposa. Se cuelga del cuello de Roy y lo besaba apasionadamente. Tomo el móvil y capturo la tierna imagen, con la satisfacción que este caso se está cerrando, pues cada vez estoy más cerca de la verdad.

Por fortuna, ambos están tan... Fogosos que no han notado mi presencia, decido esperar a que el hombre se aleje para hablar entrar a hablar ella. Vestida con su uniforme blanco, sale del vehículo, se despide agitando las manos hacia el hombre que le envía besos tras el volante.

Con mis antebrazos en el volante, observó la escena con un poco de tristeza. Muy seguramente Dewand, creyó encontrar en la chica una persona que requería ayuda. Solo encontró su muerte, y fue usado de una manera cruel.

Sí Roy llevaba años observando a Dewand, como imaginaba que lo estaba haciendo, sabía lo débil que era el hombre, ante el maltrato de un ser vivo. Nada mejor que la historia de la chica con ese gato herido y meses después, violada por el hombre que daño a los suyos.

Lo que aún no estaba claro era que papel jugaba la hija mayor de los Gales y ¿Dónde carajo estaba en este instante?

Con esa información en mi poder cruzo la calle, pido hablar con la doctora en turno alegando un dolor en mi pecho inexistente. Me puedo llevar un Oscar por mi actuación, porque una enfermera me atiende rápidamente, me conduce a una habitación, en donde una me toma los signos vitales. Si ha descubierto que no tengo nada no lo dice, pues se limita a apuntar mis signos vitales, acto seguido alza su rostro hacia mí y sonríe.

—Ya viene la doctora.

—Gracias —da la vuelta y sale del consultorio.

Una vez quedo solo me incorporo en camilla, abotono mi camisa, me pongo la chaqueta y cuando estoy ajustándome la corbata la mujer entra al consultorio. Me observa de arriba a abajo y su mirada se detiene en la pretina de mi pantalón, en donde está mi arma. Regresa de nuevo a mí rostro y está por dar media vuelta e irse, cuando elimino distancia y se lo impido.

—Usted tiene responderme unas preguntas —exijo —¿Sabía Dewand que era la esposa de Roy?

—No soy su esposa... —empieza a balbucear y la interrumpo.

—No intente negarlo, señorita... La acabo de ver besarlo y despedirse de él —pongo el seguro en la puerta, la tomo por el brazo y avanzo con ella a la camilla —está casada con el desde hace menos de un año, compraron una póliza de seguro de vida a nombre de David Gales y como usted de única beneficiaria.

Se sacude de mi agarre y retrocede hasta llegar a la pared, le narro lo dicho por la señora Dewand, y su rostro está palidece. Niega haber dado algo a Shark, tampoco estar casada, lo que sí acepta es tener una relación desde que tenía 20 años de edad.

—¿Negara que Dewand pagó sus estudios? ¿Trabaja con él, y le dio información sobre un supuesto ataque? —sigo diciendo y cubre su rostro con sus manos —Roy O'Higgins le gusta el sexo crudo y salvaje, ¿A usted también? esa violación jamás existió ¿No es asi? Usted sabía que Klain Sinclair estaría ese día allí y su lazo de amistad con Shark. ¿Qué le prometieron a Paola? Su libertad o fue también engañada como ese miserable...

—No puedo estar casada con Roy, porque su esposa es Jade. Ella entró a ese edificio....

—¿No me diga? —me cruzo de brazos, sin dejar de reír, ella se valdría de todo para culpar a cualquiera con tal de salirse con la suya. —Eso es imposible doctora, y le diré porque.... tengo los documentos del matrimonio del señor y la señora Dewand. También copia del acta que la acredita como la única beneficiaria a ella y a su hija de toda su fortuna, anexo a ello hay una prueba de ADN de April Benally, como quiso registrar a su única hija hasta ahora.

—No es posible....

—Esta mañana un hombre entró al apartamento de la señora Dewand, más exactamente en la habitación de April. Los vecinos vieron a un hombre entrar a un BMW blanco...—se tira al suelo cubriendo su rostro, sin dejar de llorar. —¿Conoce a alguien con un auto así?

—El no sería capaz...

—Ah el amor doctora —hablo en tono irónico —nos vuelve estúpidos, ciegos y sordos... Lo digo por experiencia.

—Salga de mi trabajo oficial...

—Agente Walker, Doctora —aclaro —y le advierto, buscaré registros de su supuesto ataque, llegaré hasta las últimas instancias, sabré la verdad sobre esa violación. A mí no me conmoverá con sus lágrimas de cocodrilo, un hombre inocente murió por creer en ellas, no le daré oportunidad de que ser el segundo. Ventajas conmigo no tendrá, de eso puede estar segura...

—¡Salga! —grita señalando la puerta —no me he casado con Roy, planeamos hacerlo este año y esa póliza jamás la hemos creado...

—Cuénteme una historia más creíble doctora, para mí todo está claro... Buenas noches —salgo de su consultorio silbando.

Ya en los pasillos me topo con la enfermera q quien saludo de lejos y asiente sonriente. Llego hasta mi auto y espero, si es como creo ella necesita contarle a Roy lo ocurrido. Agradezco seguir usando mi vieja camioneta y este lejos de ser un auto que un agente usaría. Retrocedo y me ubico frente a una librería, que parece estar en liquidación, porque hay muchas personas, varios motociclistas y autos están fuera de ella, clientes entrenando y saliendo sin control. Pasan unos quince minutos y el BMW regresa, por segunda vez decido capturar las imágenes frente a mí, esta vez en video.

La doctora sale segundos después, el conductor le abre la puerta del vehículo, pero ella se niega a entrar. Estoy a unos dos cientos metros, aun así, logro escuchar sus gritos "—¡No me calmo!! ¡Se supone que tenías todo bajo control! —" Roy baja del auto, lo rodea y se acerca a ella, quien vuelve a retroceder. Imagino que le dice que están llamando la atención, porque ella mira a todos lados, para segundos después entrar al hospital.

—Estás casi O'Higgins —murmuro sonriendo.

Giro la llave para ir a esa cena entonces, una camioneta se detiene detrás del BMW. El vehículo es negro de vidrios polarizados del que se bajan tres hombres con bates de béisbol, visten de forma informal sus ropas oscuras y cadenas en cuello y dedos. Solo dos se acercan y se posan con cada uno de un costado del vehículo, destrozan los vidrios de este sin piedad.

El ataque no dura ni dos minutos, en cuestión de segundos del lujoso auto no queda rastro y sólo quedan sanos los neumáticos, hasta que el tercero las pincha rápidamente. Confundido y consciente que estoy presenciando y grabando algo poderoso, no soy consciente que Roy sale, hasta que se acerca al tercer hombre y parece discutir con él.

Un cuarto hombre sale del vehículo y se apoya en la camioneta le dice algo le señala su reloj, segundos después sacarle dos dedos. Es la manera de cobrar deudas, la más sana que tienen, por lo que imagino es el primer llamado que le hacen.

—No pueden matarlo, no sin antes pagar lo que debe —concluyo y decido agilizar la captura de todos. 

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