Agente Walker
No hay un día perfecto para morir o ser asesinado, no obstante, tengo que admitir, navidad es el peor día para ello. Aunque el hombre no festejaba la Navidad y sus "siervos" lo que sí hacían era homenajear el nacimiento del Iluminado. Agradecían a Dios, por haberles enviado a tan inmaculado ser.
Los villancicos, estaban a la orden del día, como también, duendes, guirnaldas, luces, renos, papá Noel de todos los tamaños colores y con un nivel de sobrepeso preocupante. El auto avanza por calles coloridas, la nieve pone ese toque mágico, uno que a todos nos debería contagiar… la de felicidad, amor y perdón.
¿Quién mierdas mata en navidad? Lo peor, aun pastor que se supone todos aman…
—¿En qué piensas? —las palabras de Marcus me hacen reaccionar, ha venido conmigo, mientras que Carlos va en el auto con el jefe —la muerte de ese hombre son buenas noticias ¿No?
Muevo la cabeza de izquierda derecha, porque yo sé que sí, la sociedad en unos meses se dará cuenta que sí, pero sus feligreses no. También estaba el hecho, que muy seguramente, en dos o tres días otro estaría en ese trono, igual o peor que David.
—En teoría sí, la sociedad no lo va a extrañar, quizás sus fieles... imagino llegará otro. Es sorprendente la cantidad de religiones que nacen anualmente. David Gales o David González, es sólo un lunar en el mundo. —respondo sin ver a mi compañero.
Marcus conduce, yo sigo con la mirada en los niños que juegan divertidos en la nieve. Pienso en todo lo que la investigación en Colombia arrojó sobre ese hombre, con ese conocimiento soy consciente que cualquiera tuvo motivos para asesinarlo. Sin embargo, Dewand, fue quizás el que más perdió con ellos, no sólo a su familia, también su reputación. Constantemente era llevado a la estación, porque se decía era un delincuente. Los motivos, por los que salía rápidamente y nunca fue encarcelado, los ignoraba.
—¿Pero? —insiste mi compañero y lo miró un instante.
—En qué Dewand, se tomó muchas molestias en auto incriminarse —digo recordando ese video —que cualquier ex miembro expulsado tiene motivos para asesinarlo. Dewand me envió un video, explicando las razones por las cuales, mataría a alguien, dijo ser por honor… imagino que se refiere a David.
Quién tenga el conocimiento de lo ocurrido con Dewand, podría culpar al hombre de esa muerte y de momento, sólo se me ocurre alguien... Roy O'Higgins. El hombre que por años ha robado, asesinado, violado, traficado con drogas y humanos, en nombre del veterinario de origen Navajo. Un ciudadano modelo, con una clínica de beneficencia, miembro activo de su comunidad, adorado por todos. Prácticamente adoptó, al puñado de cinco chicos que trabajan con él en esa clínica. Shark Dewand, tiene todas las muestras de ser un ciudadano modelo, a quien nadie lo vería como asesino.
La historia, ha tenido muchos Shark, quienes mataron, al tiempo que se han mostrado en su núcleo de amigos como buenos tipos.
—Por fortuna, tú conoces a el iluminado, mejor que su esposa —dice y sonríe, me permito hacer lo mismo, pese a lo que sé me viene en adelante —¿De dónde conoces a Dewand?
—No lo conozco, me llegó una información sobre él esta mañana —confieso y mi compañero me observa, luego regresa la vista a la vía.
—El CD rosa...
—Ese mismo —recalco—Kya recibió el informe de la confesión de los asesinos de su esposa. Una copia de lo que parece ser un diario, no se más de lo que hay allí, no tuve tiempo de averiguar.
Marcus asiente mientras disminuye la velocidad al estar cerca de un retén policial. Han cercado la iglesia a tres cuadras a la redonda, bajo del auto y muestro mi identificación. Giro al ver que mi compañero ha encendido el auto y me observa sacando la cabeza por la ventana.
—Iré a buscar todo Sobre Dewand...
—Ok, yo creo que dudaré un poco aquí —confieso.
Alzo la mano izquierda despidiéndome, un oficial alza la cinta negra con amarillo y me permite el ingreso al cerco policial. Camino por varios minutos, observando a mi alrededor a personas abrazadas y llorando desconsoladas. Casi todas las que me encuentro en el camino tienen cintas negras en sus brazos y en las puertas de sus casas.
¿Qué sucederá cuando la verdad sobre David, su iglesia y cómo se fundó salga a la luz? La gran mayoría pensara que son perseguidos, al igual que lo fueron los primeros cristianos. Puede que también, piensen que su líder murió como mártir, al igual que muchos. Sonrió porque la frase bíblica que nos dejó el asesino, se adapta mucho a este evento.
"Y conoceréis la verdad y la verdad, os hará libres "
—La gran mayoría, ni siquiera sabe cómo llegó a esta iglesia —pienso en voz alta y recibo la mirada de reproche de una mujer de 30 años. —tan pecadores como esa escoria.
—¡Hereje! —murmura e ignoro ese comentario tengo cosas más importantes que hacer que entablar una discusión sobre religión.
Mi conocimiento es tan extenso y con pruebas irrefutables, que no quiero hacer tentar a la gentil dama. Sí, soy ateo y no por eso una mala persona, mi religión es simple.
Si hago el bien, me siento bien.
Si hago el mal, me siento mal.
No daño a nadie, vivo y dejo vivir.
Practico el amor a mis semejantes y trato como me gustaría ser tratado.
En conclusión, mi religión no es una persona, es un estilo de vida, basada únicamente en el amor hacia los demás. Encuentro a Lawrence hablando con un capitán, mientras presenta a Carlos y señala en mi dirección. El oficial tiende una mano a mí, que recibo de forma fugaz y avanzo hacia la escena. Varios uniformados se hacen a un lado, al tiempo que saco de mi bolsillo los guantes, al ver la sangrienta escena a mi alrededor. Objetos rodados y dispuestos en la mitad de ningún lugar, sangres, pisadas y cosas tiradas. Es difícil de saber que hizo el asesino y que la familia. La entrada en la escena de la familia, había dañado la posibilidad de encontrar algo útil.
El antiguo lugar de oración es un caos, la sangre está esparcida por todos lados. Hay muestra que algo fue rodado e imagino que es el cuerpo por los rastros de sangre que ha dejado. Las diversas pisadas, también son un problema, parece que toda la maldita iglesia hizo presencia en el lugar.
—No hay mucho que decir o recoger, un coctel de huellas y pisadas —Carlos está detrás de mí y suspira fastidiado. —¿Quién lo encontró y en dónde? —pregunta.
—Su hijo Pablo—responde un oficial un tanto joven —en esa cama, atado y aún tenía signos vitales, por lo que lo desataron, su madre llamó al 911, mientras él y su hermano lo reanimaban.
Nos habían dicho que ese sitio en particular era el que usaba el hombre para orar. La presencia de una cama matrimonial y varios objetos de índole sexual, me hacen dudar de que el tipo entrara allí a rezar. Me acerco a la cama de sábanas blancas, en el medio de ella un charco de sangre.
—Murió en los brazos de su esposa —sigue diciendo el chico —no hay forma de saber en detalles de cómo lo dejaron, su familia sólo dijo estaba atado.
—¿Dónde están los niños? —Carlos avanza con el oficial, yo me quedo contemplando la escena.
—¿De qué manera estaba atado? —quiero saber.
—Crucificado —responden sin ver en mi dirección.
—¿Alguien ha cortado las sogas? —negaron todos al tiempo y avanzo hacia ellas.
Demasiado cortas, David era un hombre de complexión pequeña, un tanto esquelético, su grandeza radicaba en su nivel de maldad y su ego, por las fotos suyas en toda la mansión. No hay manera que esas cuerdas alcanzaran a crucificaron, no para alguien de 1,65mt. Tras pedir una cinta métrica y medir ese tamaño en la cama y estirar las cuerdas, llegó a una conclusión.
No pudieron encontrarlo de esa forma, las mismas estaban demasiado limpias en comparación con toda la habitación. Que lo desatarán era lógico, ¿Pero bajarlo? Suelto el aire observando el resto del lugar. "—Aquí falta algo —” grita mi mente una y otra vez.
En un rincón de la habitación, en un espacio de metro y medio, se encuentra un atril con una biblia de tamaño considerable, al pie de ella y en el suelo varios cojines. Me dirijo a ese lugar, dado que tiene vista al jardín de la casa, que esta edificada en forma de U.
—¿Qué veías mientras orabas David? —pregunto a la nada.
Me arrodilló en el lugar y alzo la vista, tengo frente a mí una habitación de la misma mansión. Estoy por levantarme, pero algo en el libro sagrado llama mi atención, está escrita a mano. Me acerco a lo que, en un comienzo, pensé era una biblia, encontrándome con lo que pretende ser un diario de eventos. La letra la conozco, el lugar en donde yace la cinta roja que divide el libro, también.
Es el original de las copias recibidas en mi casa, el detalle de la muerte de las Dewand. El asesino sacó esas copias de allí, eso alejaba a Dewand como sospechoso y me acercaba cada vez más a Roy O’Higgins.
—Necesito al encargado de este lugar —ordeno incorporándome y avanzando al estéreo.
Necesitaba saber de quién era la habitación que David miraba mientras oraba, también que escuchaba. Le doy play a lo que sea que escuchaba ese miserable y lo que se reproduce, pone mi piel de gallina.
“—¡Mátame! —gritaba la voz de una mujer, haciéndose notar en medio de risas masculinas y jadeos —¿Te gusta así verdad perra? Duro y salvaje, ese mestizo no te hizo mujer jamás—seguía otra vos, la música se mezclaba con los alaridos de la mujer, llevo mi dedo índice al botón de apagar, pero antes hacerlo escucho una última voz —Descríbeme que le haces Roy, necesito saber —".
—¡Por el amor a Dios! Es la voz de mi Señor —giro y me encuentro con un hombre de 60 años, de piel pálida y vestido de blanco.
Su rostro parece un papel, es claro que el audio lo ha afectado tanto a él, como a todos. Me mira aun en shock y observando con horror el estéreo que no he apagado aún. Tres oficiales salen despavoridos de la escena, tapándose los oídos, mientras el hombre empieza a llorar. Apago el estéreo, consciente que esos gritos me van a perseguir en todas mis noches, no sólo a mí, a todos los que la hemos escuchado.
—¿Usted es? —pregunto aclarándome la garganta y el hombre mayor señala el estéreo.
—Ezra, señor ¿Quiénes son? —sé que pregunta por las voces de la mujer y niñas que gritan mientras una voz va describiendo como la está torturando. —Es Roy y mi Señor, pero y las otras.
Miro el objeto y luego al hombre, no estoy muy seguro de ello, pero creo que es la familia de Shark Dewand. Recibir esa grabación y tener que escucharla, fue el mayor acto de maldad. No me alcanzo a imaginar que hubiera hecho yo en su lugar, era un verdadero milagro que el hombre siguiera con su vida. Aunque, ahora entendía por qué se había alejado del sitio en donde ocurrió todo.
—Es demasiado pronto para dar una respuesta —respondo de forma escueta y le indico seguirme —¿Conoce usted está biblia? —señaló el libro y el hombre niega.
—Sí, pero solo la señora la saca cuando el maestro está por llegar, tenemos prohibido leerla... Ella la guarda al final de la visita, hasta otra próxima oportunidad.
“Un negocio familiar...”
—¿De quién es esa habitación? —señaló el lugar que está frente a nosotros.
No tiene ventanas o paredes, lo que sea que hiciera el dueño de ella, era visto por David desde ese lugar. Es una habitación amplia, una cama, y nada de decorado, al igual que en toda la casa, no he visto objetos de lujos. Los únicos adornos que se ve en toda la mansión, son fotos del Iluminado y espejos de diferentes formas y antigüedades, por ultimo plantas con flores.
—De la señorita Paola Gales —el hombre me responde, pero aún parece afectado. —pero ella no está...
—¿Dónde se encuentra? —se remueve incómodo y dura bastante tiempo en responder.
—Esta noche sería la boda con el maestro, creo que ella no quería casarse...
—Cuando hablas del maestro o tu señor... ¿Te refieres al mismo hombre? —la incredulidad me lleva a hacer la pregunta y al ver que asiente y baja el rostro, se cuál es la siguiente respuesta, aun así, quiero escucharla —¿David Gales?
—Si ... Yo solo sabía que del servicio especial....
—¿Se iba a casar con su hija? —el anciano baja el rostro, mientras mi ira va cada vez más en aumento —¿Adoras a un hombre de esa calaña?
—No lo sabía señor... fue la señora al salir quien me lo dijo...
Yo dudaba que él no supiera los alcances de su jefe.
Si tenía el poder que se decía, el hombre tenía que estar al tanto de todo. En algún momento limpiando este cuarto, tuvo que ver algo extraño ¿Por qué callar? Simple, porque era igual de pervertido que ese infeliz.
—¿Por qué se fue si el marido estaba aquí? —habló cuando mi voz tiene un tono neutral y he logrado canalizar mi rabia.
— El señor recibió la llamada, un amigo de infancia había muerto y pidió estar solo en oración. Normalmente, sus dos hijos lo acompañan...
—¿Qué cambió? —preguntó y el hombre parece no tener respuestas.
La mención de los hijos, de la cama y de los objetos sexuales encontrados, hace que mi ira vuelva. Maldiciendo internamente, porque Lawrence no me dio a tiempo el aval para meter preso a ese infeliz, su muerte solo fue un descanso. Sin dudas, ese sádico merecía ir a prisión o ser violado por satanás por toda la eternidad. Una vez mis pensamientos e imágenes de David siendo torturado, han logrado bajar mi ira, observo atentamente al hombre, en espera de una respuesta.
—No lo pidió, es él quien pide, el que debe acompañarlo, hoy exigió estar solo. Cuando eso sucede, la casa debe ser abandonada, él requería silencio —bufo al saber eso.
La mansión no tiene cámaras de vigilancia, nada de seguridad, salvo una cámara en la entrada principal de la casa. Más de eso nadie la custodia, pues el aseguraba tenía la protección de Dios y el anciano, quien dijo llamarse Ezra aceptó que nunca habían sufrido un asalto. Escucharlo decir aquello, él aún afectado por el audio y yo por saber que el pretendía casarse con su hija o que oraba con sus hijos, rodeado de objetos sexuales, me encuentro por primera vez en mi vida, con el deseo que el asesino jamás sea encontrado.
Salgo de la habitación, Ezra sale a mi lado al verlo avanzar delante de mí, con los hombros caídos y en una actitud de derrota, me encuentro con la primera persona decepcionada de esta religión. Es cuestión de horas, para que la noticia de riegue y de primera mano, hasta donde me dijo, era el ministro principal de esa iglesia.
—Tenemos que ir con el forense —sugiero a Lawrence y le entrego el CD encontrado en el estéreo, junto con el descomunal diario. —verificar de quien fue la llamada recibida minutos antes de encerrarse y pedir soledad, también buscar a su hija, está desaparecida.
—¿Qué es? —quiere saber y niego al ver que de todo el solo le afecta eso.
—Si me permites un consejo... No lo escuches, es bastante, perturbador —recalco.
No soy escuchado, decido ir solo a ver al forense, mientras que mi jefe ha insistido en escuchar el audio. Cruzo a paso lento los pisos en cerámica blanco, con paredes del mismo color. No hay un lugar en donde no esté, un espejo o una foto del hombre, la insignia de la iglesia es una I dorada junto con una D, cruzada con ramas de olivo y varias espigas de trigo.
Tengo en mente en mi viaje al forense, la escapada de la hija de ese miserable. No creía que fuera casualidad, que fuera asesinado el mismo día en que se casaran. Según lo relatado, su esposa llamó al 911, pero no había mucho por hacer. Aceptaron que movieron el cuerpo, pero insistían en que fue encontrado crucificado.
Llego al edificio y camino a paso lento, sigo pensando que el asesino hizo un favor. La idea de meter preso a un hombre, quien actuó en base al dolor ocasionado por parte de David, me afectaba. Deseaba con todas mis fuerzas, que Dewand fuera inocente.
—Walker —me dice el hombre vestido de blanco y quien se toma un café, como si la presencia del cuerpo ensangrentado en la mesa metálica no le afectara. —¿Gustas? —niego, lo que ocasiona que se burle de mí o de mi asco al verlo tan feliz disfrutar de la bebida.
—¿Qué hay? —preguntó y observó el cadáver frente a mí.
El cuerpo tiene innumerables heridas, muchas de ella en su ingle, pecho y brazos. Las heridas en el brazo, indicaban defensa, por lo que pudo ser alguien más grande o quizás varios asesinos. Alza la sabana y señala la entrepierna de David, ha sido castrado. Una herida más grande de mayor magnitud y que va de oreja a oreja, prácticamente fue degollado.
Con todo esto ¿Su esposa llama al 911? ¿Quién mierdas cree que toda esa herida es para que alguien esté vivo?
—¿Podrías adivinar en donde está su miembro viril? —pregunta, pero tiene la vista fija en su estómago.
—¿Allí? —pregunto, pero no responde en cambio, abre la boca del cadáver y saca restos de algo de su garganta.
— Creo que en su estómago estará el resto…Eso no es todo —murmura señalando las heridas en su cuerpo.
El forense va señalando heridas, de diferentes tamaños, dimensiones y figuras, profundas y otras débiles. La primera idea es que son varios asesinos, Halk mueve su rostro serio mientras yo detallo el resto de heridas. Podría ser de una sola persona quizás, el asesino sintió temor en las primeras heridas y su confianza fue aumentando junto con su rabia.
—Todo parece indicar que fue solo asesino, con poca destreza y mucha rabia contenida. —dice y hace una pausa —sin embargo, el corte de su ingle y la de su cuello, me hacen dudar, que lo hicieran comer su miembro también.
—¿Entonces?
—Dos o tres. Lo digo por las distintas heridas, por lo menos una es, menor de edad o mujer. —concluye y me señala dos heridas —esta es precisa y sin vacilaciones, la de acá es débil… y el arma —saca un bolígrafo de su chaqueta, le quita la tapa y lo introduce en el cuerpo. —fueron hechas a horas distintas, por sujetos distintos... o le dieron tiempo para reponerse y siguieron con su tortura. Sadismo puro Walker…
La mención de menor de edad o de mujer, me hace recordar a los hijos, los que eran obligados a orar o la que según el hombre se había fugado al no querer casarse, esta última su madre, no ha mencionado. Ello explicaría por qué el cuerpo fue sacado y toda la escena, quizás fue que entraron ayudar, querían confundir.
La ausencia de cámaras en la casa, ayudó al asesino.
Cada vez estaba más seguro que alguien dentro lo hizo, o colaboró para ello. La habitación anti ruidos y los extraños objetos de intimidad. Ver un salón de rezos, y en su interior, una cama matrimonial, látigo, esposas, dildos, etc... Perturbaba.
—¿Podría ser para confundir? —preguntó y Halk piensa un poco.
—Quizás, o estaba vivo y quisieron terminar lo que otro había dejado inconcluso. —responde.
—Necesito ver las cámaras de seguridad de la calle —respondo y Halk asiente.
—Suerte…—me dice al verme acomodar mi saco — yo aún sigo trabajando en este hombre ¿Crees que estaremos en el paraíso si hayamos a su asesino? —en respuesta alzó una ceja.
Halk ríe sin control, dejando a un lado la tasa de café y buscando los guantes. Es un hombre de estatura media, un poco pasado de kilos y con una cabellera oscura abundante. Su cabeza tiene la sensación de tener un gorro de piel de animal o un gato, eso le da la apariencia de sufrir de hidrocefalia. Sin dudas, su madre sufrió mucho durante el parto, río ante eso y el hombre junta sus cejas.
—Quizás el que fue al paraíso fue el asesino —respondo saliendo del lugar
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