Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte/42/El final

Altagracia Borja Palacios, llegó a la mansión de los Leduc Borja, como era conocida la finca, ella había salido de ésta, hacía varios años, no sin antes jurar que no volvería a pisarla al menos que su esposo el señor Maximiliano Leduc, estuviera muerto, ese día había llegado.

Al entrar a la mansión sus ojos recorrieron la estancia, todo lucía igual que cuando ella vivía ahí, los muebles se mantenían en el mismo lugar, las paredes lucían el mismo color de pintura que ella había elegido, cuando llena de ilusión, decoraba la casa en la que, creía, que iba a envejecer junto a su marido.

Pasó a la sala principal, y ahí colgado en una de las paredes, se encontraba un retrato pintado al óleo de ella, que su marido había mandado hacer luciendo el mis atuendo que lucia el primer día en que Max la conocido, el encargado de esa tarea, había sido un famoso pintor mexicano, ella pasó varios días modelando para el pintor, bajo la atenta mirada de su hoy difunto esposo, todo lucía impecable, subió a la habitación por la elegante escalera que conducía a la planta alta donde se encontraban las doce habitaciones que conformaban la casa, paso a la recamara principal donde yacía el cadáver de su aún marido, ya que él nunca le concedió el divorcio, no dejo de impactarse al ver al único hombre que había amado en su larga vida, aún después de su separación, su cadáver yacía en la alfombra blanca con dibujos de flores que cubría el piso, tal parecía que su marido estaba acostado en un lecho de flores.

En la habitación había un caos, dos policías cuidaban que no se tocara nada, un doctor examinaba el cuerpo inerte para dictaminar si el señor había fallecido de muerte natural o había sido asesinado, también se encontraba un agente del ministerio público para dar fe del hecho y algunos periodistas, que no se sabe cómo diablos se enteraron de la desgracia, éstos fueron los primeros que llegaran a invadir la privacidad de la honorable familia.

Pero ¿Qué fue lo que paso con Max?


Martes santo, el señor Maximiliano está descendiendo de su lujoso automóvil, ayudado por su chofer y su hija menor Carlota, en esos momentos llega Nazario a visitar a su viejo amigo, éste lo saluda cordialmente.

─Hola Max, ¿cómo estás?

─De la patada, le pido mucho a Dios que ya se acuerde de mí, esto no es vida.

─No te vengas abajo, todavía te queda mucha vida por delante.

─Ay amigo no me quieras tanto, si te sintieras como me siento, no me desearías larga vida.

─Vamos amigo, te ayudo.

El chofer le sede su lugar a Nazario, los dos se adentran por el extenso jardín hacia la entrada principal de la casa, suben hasta la recamara de Max por el elevador, que recientemente Carlota mando instalar para que su padre pudiera subir y bajar para evitar que sufra una caída, se instalan cómodamente en un par de cómodos sillones que adornan la habitación, charlan amenamente, ellos son amigos desde sus tiempos de universidad, desde que Max enfermó, Nazario lo visita más a menudo y cuando no puede ir, lo llama por teléfono para enterarse de su estado.

Miércoles Santo

Nazario llamó a su amigo Max por teléfono, como lo hace cuando no puede ir a visitar a su amigo.

─Hola Carlotita ¿Cómo está Max?

─Estoy muy preocupada, está muy decaído, no quiso desayunar, todo el día se ha pasado durmiendo, ya le avisé a Ángel para que venga a revisarlo, me dijo que mañana en la mañana llega de Morelia (Ángel ex esposo de Carlota reconocido médico geriatra). Ya no sé qué hacer, ya corrió al enfermero que se queda a dormir, hable a la agencia y están por mandarme a otro, Imagínate si le pasa algo en la noche y el solo.

─No pues sí, es grave el asunto, si gustas yo me puedo quedar con él mientras mandan al enfermero.

Gracias Nazario, te lo agradezco, pero es tan orgulloso que no acepta la ayuda de nadie, con decirte que no quiere que ni Francisco se quede, pero no te preocupes, solo va a ser una noche, mañana llega el nuevo enfermero.

─Mañana paso temprano, para desayunar con él.

Gracias Nazario.

Jueves santo.

Nazario llegó a la casa de Max a eso de la ocho y media de la mañana, va a desayunar con su amigo tal como se lo prometió a Carlota, se extraña de ver el elegante portón de madera abierto, pero queda perplejo, cuando entra al jardín y ve una patrulla y una camioneta con el logotipo de ministerio público se hace una pregunta,

─Pero, bueno ¿Qué pasó aquí? El chofer sale a su encuentro, diciéndole.

─Don Nazario qué bueno que ya está aquí.

─ ¿Pero qué paso? ¿por qué está la policía? ¿acaso asaltaron la casa?

─Veo que no sabe de la desgracia.

─ ¿¡No pues que pasó!?

─Cuando llegó la señora Carlota hace cosa de dos horas, encontró muerto al señor Max.

Don Nazario al escuchar la noticia sintió un hueco en el estómago, sintió que se le movió el piso, tuvo que recargarse en el hombro, del chófer, para no caer al piso.

─¡¡Cómo que está muerto si yo cuando vine el martes, estaba algo mal, pero para nada parecía que estaba en las últimas!!

─Pues como le digo está muerto y sabe Dios que pasó, como usted ve está la policía y el ministerio público.

─Nazario ya no escuchó más, se adentró en la casa, cuando iba a ingresar a esta lo detuvo un policía.

─¿Es usted familiar?

No, pero como si lo fuera.

─Entonces no puede pasar, hasta que el agente del ministerio público y el médico forense terminen su trabajo.

─Nazario ya no insistió, saco su teléfono celular, para llamar a su esposa.

─Rebeca, Max murió.

─¡¡Pero!! ¿¡¡Qué dices, como es que está muerto!!? Apenas el martes me dijiste que no estaba tan mal.

─No sé lo que pasó, está la policía y el agente del ministerio público, en cuanto sepa algo te vuelvo a llamar

─Está bien,

En esos momentos llegó Ángel, de Morelia.

─Hola Nazario ¿Qué está pasando aquí?

─Solo sé que Max está muerto, el policía que custodia la puerta me negó el paso.

En esos precisos momentos, salieron tres hombres de la casa, dos traían cámaras al parecer eran periodistas, el tercero era Francisco la actual pareja de Carlota, custodió a los dos hombres hasta la salida de la finca, y les advirtió.

─¡¡¡LÁRGUENSE, AQUÍ NO TIENEN NADA QUE HACER!!!

De regreso a la casa lo intercepto Nazario.

─Francisco ¿qué fue lo que pasó, acaso, mataron a Max para robarlo?

─No, nada de eso, al parecer fue un infarto, Carlota lo encontró tirado en el piso boca abajo, en esas circunstancias se tiene que llamar a la policía para descartar una muerte violenta, sin el informe del médico forense el personal de la funeraria no puede levantar el cuerpo.

¿Y cómo se enteraron los periodistas?

─Son periodistas amarillistas, por un moche (algo de dinero) los mismos empleados del ministerio público los ponen al tanto, son como una plaga.

En esos momentos Nazario vio a Altagracia.

─Altagracia qué bueno que ya estás aquí; Carlota necesita de ti más que nunca.

─Nazario, que lástima que nos volvamos a ver en estas circunstancias.

─Si, que evento tan desagradable y tan triste.

En esos momentos salieron, el agente del ministerio público y el médico forense, custodiados por los dos policías. Se descarto el asesinato, el robo y también muerte por coronavirus, ya que no había tenido síntomas, pero para descartar la enfermedad definitivamente, le iban a practicar el examen, ya que pudo ser un paciente asintomático, el diagnostico fue un infarto masivo, se estimó que la muerte sucedió alrededor de las dos de la madrugada de ese jueves.

Alrededor de las once del día llegó una elegante carroza funeraria a recoger el cuerpo de don Maximiliano, a las ocho de la noche, su cuerpo, se encontraba dentro de un elegante ataúd, en una de las lujosas capillas ardientes de la funeraria, a causa del coronavirus, solo podían permanecer diez personas acompañando el cuerpo, empezaron a desfilar los familiares más allegados, los amigos y conocidos se conformaron con mandar arreglos florales, con tarjetas dando sus condolencias a su esposa e hijas.

Al día siguiente a las siete de la mañana, llegó a la funeraria un sacerdote amigo de la familia para elevar unas plegaría al cielo por el eterno descanso de su alma, enseguida condujeron el cuerpo al crematorio y, así terminó la vida de don Maximiliano Leduc.

Altagracia mando oficiar nueve misas, por el eterno descanso de su esposo, el día se ofició la última misa del novenario, de pronto Altagracia sintió las piernas flaquear a una considerable distancia estaba su difunto marido saludando a su hija Carlota, tomó asiento y ya sentada miro detenidamente al señor al que ella había confundido con su marido y se dijo para ella misma.

─Pero que tonta, Max está muerto además ese señor tendrá la misma edad de Carlota─ de pronto lo comprendido todo

Ese debe de ser su hijo, recuerdo perfectamente que cuando lo conocí, me impresiono su enorme parecido con Max.

Y efectivamente, ya que Max era un hombre tan importante, la noticia de su muerte había cruzado la frontera, en cuanto Mason se enteró de la noticia tomo el primer avión que lo trajo a dar sus condolencias a su hermana, los dos se reconocieron al instante. ya que habían convivido mucho cuando aún eran unos niños. Cuando todo termino Carlota le preguntó a su madre.

─Mamá, ahora que papá murió ¿Vas a volver a la casa?

─No, nunca volveré a esta casa, dónde fui tan desdichada.

─¿Entonces que vas hacer con ella?

─Yo no tengo derecho a disponer de la casa ¿Por qué no esperamos a la lectura del testamento?

─No mamá, esta casa no figura en el testamento, mi papá siempre me dijo que esta casa te pertenece, que solo tu y nadie más eras la dueña,

─Siendo así, te puedes quedar con ella, tu fuiste la que cuidó de tu padre hasta sus últimos días, por lo tanto, por derecho te corresponde.

Fin.

Y aquí termina esta interesante historia, espero les haya gustado.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro