Parte/24/Final feliz
Jorge y Salvador llegaron al cuartel, Jorge no podía dejar de pensar en las condiciones en las que vivía la familia de su amigo Salvador.
─Cómo es posible que la familia de Salvador viva en esas condiciones y lo que más me impacta es que se conformen con tan poco, con todo el dinero que dilapide en mis vicios, ellos hubieran construido más de una casa.
El joven pensó en la manera en que podría ayudar a su amigo y se decidió por una idea que se le metió en la cabeza desde la primera noche que durmió en casa de los padres de su amigo, es por eso que en la primera oportunidad que tuvo hablo con el general el amigo de su padre, después de anunciar su visita hicieron pasar al joven.
Permiso para hablar mi general.
─Pase, pase, dejemos el reglamento a un lado, dígame que se le ofrece, pero de antemano le digo que los permisos están denegados.
─No, no mi general, no se trata de ningún permiso, se trata de algo más.
─Muy bien, dígame soy todo oídos.
─Apelando la amistad que usted y mi padre se profesan, quisiera pedirle permiso de hablar con mi padre, de antemano sé que él no quiere hablar conmigo y no le sobra razón, pero me urge hablar con él.
─Mire Jorge, lo siento mucho, pero las ordenes de su padre fueron muy claras, él no quiere hablar con usted y no me gustaría defraudar a mi amigo.
─Lo siento mucho y usted perdone por mi impertinencia, permiso para salir.
─Esperé, esperé, dígame cuál es su problema, quizá yo lo pueda ayudar.
─En realidad no tengo ningún problema, solo se trata de dinero.
─Dinero, dinero ¿y me podría decir para que ocupa usted dinero? Aquí lo proveemos de todo.
Si, es verdad, pero el dinero no es para mí, es para ayudar a un amigo.
─¿Y podría saber para que ocupa el dinero su amigo?
Jorge sabía que el general era uno de los mejores amigos de su padre, ya que infinidad de veces su padre hablaba de él.
─Usted, por ser uno de los mejores amigos de mi padre, ha de saber que antes de traerme aquí, lleve una vida disipada, nunca valoré el valor del dinero, ya que, solo tenía que pedirlo y se me daba, ni aun estando aquí supe lo que era eso, pero recientemente fui a casa de mi buen amigo Salvador, supe lo que era eso, su familia vive en unas condiciones deplorables, bueno eso de decir deplorables, es un decir, ya que en mi corta estancia en su pueblo vi a personas en peores condiciones que ellos, el caso es, que ellos están construyendo una casita en un terreno herencia del abuelo de Salvador, ellos mismos han hecho lo poco que llevan fincado, una recamara, la cocina y una letrina, su padre trabaja duro para ahorrar y comprar el material necesario, el poco dinero que percibe Salvador lo invierte totalmente en su familia.
─¿Y usted le quiere dar el dinero a su amigo para la construcción de la vivienda?
Esa es mi intención, pero conociéndole, sé que es orgulloso y nunca aceptaría el dinero regalado, pero si como un préstamo, permítame mostrarle los planos.
El general los miró detenidamente, enseguida le preguntó
─¿Usted los hizo?
─Si general.
─Es un gesto muy loable de su parte, pero desafortunadamente, usted no puede hablar con su padre, esperemos un poco, para ver si más adelante él cambia su actitud hacía usted y si eso es todo.
─Permiso para salir mi general.
Cuando Jorge salió de la oficina del general, éste le hablo a su hombre de confianza.
─A sus órdenes mi general.
─Quiero que me investigue lo siguiente, y quiero el resultado para ya.
─Si mi general, mañana mismo tendrá la respuesta.
El general le dio los datos de lo que quería que le investigaran, al terminar de hablar con el hombre, éste salió de la oficina, al día siguiente ya tenía la respuesta, se apresto a hablar por teléfono con don Jorge.
─¡Ramón, que gusto! ¿Cómo has estado?
─Bien, bien.
─¡No me digas que tu llamada es para darme quejas del indeseable de mi hijo ¿Ahora que hizo?
─No, no, que poca fe me tienes.
─No, si a ti, si te tengo fe, al que no se la tengo es a mi hijo.
─Espero que con lo que te voy a decir, cambies de opinión.
Ramón le dio a detalle de los progresos de su hijo.
─Si no lo oigo de tu boca, no lo creo, por un momento creí que me llamabas para decirme que había desertado y resulta que es todo lo contrario.
─Mira el muchacho ha tomado muy en serio sus estudios, tan en serio que quiere ayudar a su único amigo, éste es de escasos recursos, su familia y él están construyendo su casita, tu hijo fue a pasar un fin de semana con ellos y se le metió en la cabeza ayudarle con el dinero necesario para que construyan su casa, el dinero sería en calidad de préstamo, tu hijo hizo los planos, a él le serviría como práctica y no es mucho el dinero el que se ocupa, yo también tuve mis dudas, pero ya me cercioré que todo lo que me dijo es verdad.
─Mira te voy a dar el dinero, pero no quiero que me menciones para nada a ver que inventas, que crea que el dinero es tuyo o yo qué sé, mañana mismo te mando un giro postal y gracias por estar al pendiente.
Los amigos se despidieron, al siguiente día el general mandó llamar a Jr. a su oficina.
─A sus órdenes mi general.
─Lo mande llamar, porque le tengo noticias de su asunto.
─Lo escucho mi general.
─Hable con sus maestros y me dieron muy buenas referencias de usted, y debido a sus altas calificaciones, acordamos en que empiece hacer su servicio social, el ejército se encargara de comprar los materiales de construcción, además le voy asignar a unos hombres para que se empiece el trabajo inmediatamente, usted va a dirigir la obra, va tener que viajar todos los fines de semana, ese trabajo le va a sumar puntos a sus calificaciones. Recuerde el ejercito cobra todo lo que invierte en sus estudiantes a cambio de trabajo.
─Si mi general lo tengo entendido.
─Es todo, se puede retirar.
Jorge le fue a decir a su amigo la buena noticia a su amigo.
─Salvador te tengo excelentes noticias.
─¡Qué pasa hermano, tal parece que te sacaste la lotería!
─Tal parece que sí, y tú también saliste beneficiado.
─Ah ver barájamela más despacio, que no te estoy entendiendo nada.
Jorge le dijo en pocas palabras lo que había hablado con el general
éste se puso muy contento, pero más se pusieron sus padres cuando ese fin de semana llegó un camión del ejercito con todo el material que se iba a necesitar para la construcción de su casa.
─Y ora mijo ¿Qué es todo esto?
─Luego le explico papá, vamos a ayudarles a los soldados a meter el material y uste mamá váyase haciendo el almuerzo que ahora somos más.
─Si mijo, ándale Santa, vamos a la cocina tenemos que apurarnos hacer de almorzar.
Mientras comían el rico almuerzo, Salvador les dijo como habían estado las cosas, su madre exclamó llena de contento.
─Bendita la hora en que se te ocurrió invitar aquí al joven, si no hubiera sido por él, no hubiera ocurrido el milagro.
Después de desayunar, Jorge empezó a repartir ordenes, todos se dispusieron a trabajar incluyendo a los cuatro soldados que el general había designado como ayudantes, éstos resultaron ser unos excelentes albañiles, callados y muy trabajadores, y así fue como en menos de tres meses, quedo lista la casa de la familia de Salvador, éste al igual que su familia quedaron muy agradecidos con Jorge, él nunca se enteró que su padre había aportado el dinero, don Jorge se sintió muy orgulloso de su hijo, es por eso que un buen día le hablo por teléfono invitándolo a pasar la navidad en familia, pero su hijo se negó rotundamente, Jorge no quería verle la cara a su padre hasta no llevarle su título de arquitectura, el cual recibió tres años más tarde, éste se lo entrego a su padre con unas emotivas palabras.
─Papá esto te pertenece, aprovecho para darte las gracias, si no fuera por ti, creo que a esta hora ya estuviera muerto.
─Eso quiere decir que no me guardas rencor por las medidas que tuve que tomar, para enderezarte.
─Claro que no padre, siempre te voy a vivir agradecido y sobre todo por separarme de mi madre, la quiero mucho, pero su inmenso amor me estaba destruyendo.
Victoria nunca le perdono a su esposo haberla separado de su adorado hijo y mucho menos cuando su hijo anuncio que se casaba con la señorita Santa la hermana de Salvador.
─¡Pero cómo es posible que mi hijo, tu sucesor, haya puesto sus ojos en esa pobretona, una campesina, Jorge has algo por Dios, vamos andar en boca de todos!
─Ya vas a empezar con tus chingaderas, a mí me importa siete chingadas lo que la puta gente diga, lo que me importa es la felicidad de mi hijo.
─Pues yo ni creas que voy a ir a ese matrimonio, yo no me voy a codear con esa gentuza.
─No te preocupes por eso, para tu conocimiento la boda ya fue y no hiciste ninguna falta, tus hijas fueron en tu representación y cuando me preguntaron por ti, les dije que no tenía esposa que era viudo.
─Ordinario, eso no es verdad, mi hijo no me pudo hacer a un lado.
Pues que esperabas, después de lo mal que te expresaste de su mujer, él no la iba a exponer a que le hicieras un desprecio a ella y a su familia.
Y era verdad, Jorge había quedado muy dolido con su madre, cuando le expreso su disgusto, después que se enteró que su futura nuera no pertenecía a su misma clase social, pero fue más grande el amor por su hijo que el orgullo y un buen día sin previo aviso se presentó en la casa de su hijo cargada de regalos, con el tiempo llego a querer a su nuera como una hija más, con los años Jorge se convirtió en uno de los arquitectos más cotizado y todo lo logro con su propio esfuerzo, no ocupo de las influencias de sus padres.
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