Parte/18/Luis Fernando y don Jorge cara a cara
Pasaron tres meses y don Jorge no tenía noticias de Luis Fernando, ese día le preguntó a Porfirio.
¿Qué paso Porfirio, creo que a al fulano que le encargaste el trabajito nos vio la cara de pendejos?
─No patrón nada de eso, precisamente hoy acabo de recibir noticias de él, mañana a las seis de la tarde nos espera en donde usted ya sabe, lo que me adelanto fue que ya dio con la palomita.
─No pues esa sí que es una buena noticia, se me va a ser largo esperar hasta mañana, pero que le vamos hacer.
Al siguiente día los hombres se dirigieron al lugar indicado ya los esperaba el detective privado que contrato Porfirio.
─Buenas tardes señor.
─Buenas tardes y dígame que noticias me tiene, porque se tardó tanto la investigación no se le hace mucho más de tres meses para encontrar a ese infeliz.
─Pues si señor, pero el encarguito no era fácil, pero el resultado fue satisfactorio.
El hombre le dio su reporte a don Jorge, paso por paso y tal como planteo el asunto no fue una tarea fácil como don Jorge creía, pero él seguía pensando, que sí él mismo hubiera emprendido la búsqueda el mismo lo hubiese encontrado más pronto, pero no podía ausentarse del rancho por el tiempo que fuera sin justificar su ausencia. Al final quedo satisfecho con el trabajo del hombre, su falso yerno ya estaba en su territorio y eso era lo que importaba.
─Pues vamos a ver el regalito para que quede liquidado el asunto con usted.
Pasaron a un cuartucho y ahí en el suelo estaba Luis Fernando con los ojos vendados y al parecer sedado.
─Ahí lo tiene patrón enterito no le falta ni una uña.
─Está bueno, tenga el resto del trato y si lo vi no me acuerdo.
Lo mismo digo patrón, y ya sabe estoy para servirle.
Diciendo esto el hombre salió del lugar acompañado de Porfirio, a los pocos minutos éste regreso al lado de su patrón.
─Despierta al infeliz, con un baldazo de agua.
─No hay necesidad patrón mire ya está abriendo los ojos.
Cuando Luis Fernando abrió los ojos paseo la vista por el lugar estaba muy desorientado, no sabía en donde se encontraba lo último que recordaba era que había recibido un fuerte golpe en la cabeza, todo se oscureció a su alrededor y ya no recordaba más, de pronto sus ojos se encontraron con los de don Jorge no pudo ahogar un grito de terror.
─¡¡OH, NO...
─Que dijiste, este pendejo ya no me hizo nada ¿verdad? ─Le dijo don Jorge lentamente mientras se ponía a la altura de su falso yerno, este le suplicó a su exsuegro.
─PERDÓN DON JORGE, YO LE FALLE A SU HIJA...
─CÁLLATE DESGRACIADO, A ELLA NO LA MENCIONES PARA NADA Y NO GRITES QUE TODAVÍA OIGO MUY BIEN.
─¿Qué fue lo que te dije cuando te cásate con mi hija?
─Yo, yo no lo recuerdo.
─Yo te lo voy a recordar.
Diciendo eso don Jorge saco una pistola entre sus ropas la puso a la altura del corazón del asustado Luis Fernando.
─TE DIJE, QUE EL QUE LE HACE DAÑO A MI FAMILIA, NO VIVE PARA CONTARLO Y TU TE BURLASTE DE MI HIJA.
Perdóneme don Jorge─ dijo en un susurro de voz el asustado hombre ─hágalo por mis hijos sus nietos.
─No, tú ya no tienes hijos, para ellos estás muerto desde el momento que huiste como el cobarde que eres─, mira Porfirio este desgraciado ya está todo orinado del miedo.
─¿Me va a matar?
─No yo no, ahí te lo dejo Porfirio, tú ya sabes que hacer con él, agarras el jeep, para que te regreses a tu casa cuando termines el trabajo, nos vemos mañana.
─Este bueno patrón, hasta mañana que pase buenas noches.
─Buenas Porfirio.
En cuanto salió don Jorge, Luis Fernando le empezó a suplicar.
─Porfirio por favor, no me mates, te lo suplico, mira yo tengo dinero si me dejas ir yo te lo doy todo.
─El dinero que le robaste al patrón, que creías que no se iba a dar cuenta, bien que hacías y deshacías en la clínica eres un ratero malnacido.
─Si, si robé lo confieso, denúnciame que me metan a la cárcel, pero no me mates.
─Si el patrón te quisiera preso ya te hubiera refundido en la cárcel, pero él no quiere eso.
─Y que quiere ¿matarme? Si eso es lo que tu patrón quiere, mátame de una vez.
─No, mi amigo, un balazo sería muy poco castigo para ti, mi patrón quiere que sufras todo lo que sufrió y está sufriendo la señorita Catalina con tu traición y si la vieja que dejaste por allá te perdono, aquí no va a pasar lo mismo, tal vez si hubieras hablado con la señorita Catalina, ella si te hubiera perdonado, pero el patrón no, su ley es el se la hace, se la paga.
─¡¡Ustedes creen que mi esposa se va a quedar quieta, ella me va a buscar y los va a denunciar y ustedes son los que van a morir refundidos en la cárcel!
Crees que somos tan pendejos como pa dejar huellas, si no hay cuerpo no hay delito, no somos principiantes.
Y diciendo eso lo levantó en vilo.
─¡¡A DONDE ME LLEVAS!!
Porfirio se adentró en la finca llego hasta el gran horno que ya estaba listo para incinerar el cuerpo. Luis Fernando adivinando lo que Porfirio iba a hacer con él, le grito.
─¡¡MÁTAME, MÁTAME NO ME VAYAS A QUEMAR VIVO¡¡
Luis Fernando estuvo a punto de sufrir un infarto, cerro los ojos y espero su final, en esos precisos momentos se escucharon los pasos de don Jorge.
─Espera Porfirio, antes de quemar vivo a este cabrón necesito hablar con él.
─Ta bueno patrón, mientras ustedes hablan me voy a dar una vueltita por ahí.
Cuando Porfirio salió del lugar don Jorge le preguntó a Luis Fernando.
─¿Entonces que cabrán, ya estas listo para recibir tú castigo?
─Por favor señor se lo suplico no me mate, yo no miento cuando digo que Cati...
─Ni te atrevas a mencionar su nombre y ahora dime, si no te mato ¿Qué castigo crees que te mereces, por el cruel engaño del que hiciste víctima a mi hija?
─¡¡El que usted me imponga menos la muerte no lo haga por mí piense en mis padres y en...!
─Ya, ya, para tu carro cabrón, por esta vez no te voy a matar, pero quiero que te largues fuera del país, que nunca se te ocurra comunicarte con mi hija y mucho menos con mis nietos, olvídate de ellos, tal como si nunca los hubieras conocido. Y si te estoy perdonando la vida no es por ti, ni por tus padres ni siquiera por mi hija y mis nietos. Te estoy perdonando por tu hija, ella no tiene ni puta idea de la calaña que tiene por padre y, pídele a Dios que ella no se tope con un hijo de su chingada madre como tú, solo recuerda una cosa, el que la hace la paga y tu la vas a pagar tarde que temprano y donde más te duela.
Diciendo esto encamino sus pasos hacía la salida ahí esperaba Porfirio para cumplir con las ordenes de su patrón.
─Ya estuvo Porfirio le tapas los ojos a este cabrón y vamos a tirarlo en la carretera.
─Pero patrón ¿lo va a dejar vivo?
─Si Porfirio, nosotros no somos criminales, este cabrón tiene mujer y una hija, ya Dios se encargará de hacerlo pagar.
Porfirio le vendo los ojos a Luis Fernando y lo llevó hasta la camioneta donde ya esperaba don Jorge, enfilaron hacía la carretera hasta llegar al siguiente poblado, antes de bajarlo don Jorge saco la cartera de Luis Fernando revisó su contenido y al ver que casi no traía dinero le deposito una suma, Porfirio le dijo algo molesto a su jefe.
─¡¡Pero patrón todavía le va a dar dinero!!
─Claro que si Porfirio, no me voy a exponer a que este cabrón pida limosna para su pasaje, imagínate lo que va a decir la gente.
─¡¡Mira al yerno de don Jorge pidiendo limosna, jajaja!!
Al bajarse de la camioneta, don Jorge le reiteró su amenaza a Luis Fernando.
─Recuerda cabrón, quiero que borres de tu mente este lugar y recuerda, si te atreves a volver o a comunicarte con mi familia, la próxima vez, nadie te salva de la muerte, yo no amenazo en balde.
Porfirio y don Jorge se alejaron del lugar dejando atrás a un tembloroso Luis Fernando, comentando entre los dos los hechos pasados.
─Buen susto que se llevó el infeliz ¿verdad patrón?
─Pues ese era el propósito ¿O no?
─Pos yo pensé, que si lo íbamos a matar, como hice con don Enrique.
─Ni me recuerdes a ese cabrón, ese si se merecía la muerte, también este, pero que quieres, con los años se me esta haciendo el corazón de pollo ja, ja, ja.
─No patrón ni lo diga, es que como usted dice eran casos diferentes.
─Así es Porfirio los hijos de Enrique no quedaron desamparados, mis nietos tampoco, pero la hija de este cabrón sí que quedaría desamparada, por más doctora que sea su madre, cuanto puede ganar para mantenerse ella y la criatura, ya vez lo que dijo el investigador los padres de la mujer están más jodidos que los del infeliz este.
─No pos eso sí.
Mientras Luis Fernando veía alejarse la camioneta con los dos hombres dentro, se decía para sí mismo.
─Creo que esta noche volví a nacer, gracia hija mía, si no hubiera sido por ti, a estas horas estaría muerto.
Luis Fernando tomó un camión que lo llevo a la ciudad de Monterrey a casa de sus padres, tenía mucho que explicarles, antes que se enteraran por terceras personas de lo que había hecho.
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